Claramente Aomine iba con la peor de las disposiciones a comer junto a su padre, no es que le odiara, pero luego de que le veía, su madre se alteraba y comenzaba a gritar como loca, o su padre comenzaba a decirle que fuera a su casa. No le odiaba, solo era bastante fastidioso.

Kise fue a trabajar por lo que le dijo que pasaría por el para continuar lo del día anterior. Le encantaba el rubio, de eso no había duda.

No sabía bien como definir como es que se había encantado tanto con el rubio, pero no tenía queja de ello.

Le encantaba saber que el rubio tenía su olor por todo el cuerpo, sólo de pensar en lo que le haría luego estaba seguro que no podría resistir.

Llego al lugar al cual su padre le dijo, comida italiana, genial, recordó a aquel mocoso pero con una sonrisa al saber que Kise le había preferido a él.

Al entrar le vio de inmediato, la alta figura de su padre y el cabello azul, con algunas canas, como el suyo le permitía reconocerlo de inmediato.

-Daiki, hijo- de inmediato se puso de pie apenas le vio- ¿Cómo has estado?

-bien, supongo- ambos se dieron la mano y se sentaron en una mesa, que tenía 4 sillas.

-bien, Kaede vendrá enseguida, iba a ir a buscar a su hijo- habló el padre del chico con una pequeña sonrisa.

-genial- Aomine sólo quería salir de ahí lo más pronto posible.

Pero el destino tenía otras cosas en mente.

Se acercó a ellos un hombre de edad similar a su padre, cabello rojo, piel blanca, acompañado por una persona que conocía bastante bien, por desgracia.

-Kaede, amor, te quiero presentar a mi hijo, Aomine Daiki- el hombre se acercó y le miró con miedo.

-un gusto conocer al hijo de mi amor- la sonrisa del omega era completamente genuina- bien, me gustaría presentarte a mi hijo, Takahashi Kaito.

Ambos chicos se miraron de mala manera, aunque Aomine sabía que tenía la ventaja.

Estuvieron intentando matarse con la mirada varios segundos hasta que el padre de Aomine les pidió sentarse.

Aomine estaba frente a Kaito y sólo deseaba clavar los cubiertos en su cuello para que dejase de buscar a su rubio.

-em, Hijo, ¿Cómo va la escuela?- pregunto su padre intentando aligerar el pesado ambiente.

-bien, ahora se puso... interesante...- miró a Kaito con una burlona sonrisa, a lo cual el alfa más joven solo gruño.

-bien, me alegro escucharlo.

El otro hombre en la mesa le miró con una sonrisa.

-y ¿Tienes pareja?- la sonrisa del moreno se hizo enorme.

-aún no, pero tengo un omega a mi disposición- Aomine vio claramente como Kaito clavaba el tenedor con furia en su comida.

-entonces ese es el dulce olor que provenía de ti, pensé que era otra cosa- el padre del moreno le miró con una sonrisa- bueno, sólo has feliz a esa pareja tuya, que es difícil encontrar buenas personas hoy en día.

Kaede asintió mirando a su Alfa a lo cual los hijos ignoraron.

-Kaito-kun, ¿Tienes pareja?- el padre del moreno vio como se formaba una extraña expresión en su rostro.

-así es- Aomine fruncio el ceño- es un chico muy lindo, un senpai del trabajo, hoy vendría pero tuvo otros asuntos que atender.

-¿De verdad? Que lastima, me hubiese gustado conocer al chico- habló Kaede mientras miraba a su hijo.

-puede que lo conozcas- Kaito miró directamente a Aomine- su nombre es Kise Ryouta.

El moreno golpeó la mesa con ambas manos y se puso de pie.

-Daiki, ¿Pasa algo?- su instinto le pedía lanzarse sobre el chico frente a él y partirle la cara.

-no... yo sólo... olvidenlo- el moreno volvió a sentarse pero aún se encontraba molesto.

Siguieron hablando de otros temas, el padre del moreno le hablo de la posibilidad de independizarse de su madre y Aomine le dijo que lo pensaría.

Al final, no había sido todo tan terrible, si dejaba de lado las insinuaciones de Kaito con su rubio.

Su padre le dijo que fuera algún día de visita a lo que Aomine aceptó, aunque no de muy buena gana.

Comenzó a caminar hacia la agencia del rubio, pero a unos pasos de distancia venía el chico que le hacía explotar de rabia.

-¿A donde crees que vas?- Aomine se volteo a ver al chico con una clara expresión de enojo.

-debo trabajar- Kaito paso a su lado y Aomine sostuvo su brazo- ¿sucede algo?

-claro que sí, no te acerques a Kise- el chico se soltó y le miro con una sonrisa.

-¿y eso por qué?- el chico borró su sonrisa mientras se acercaba al moreno- tú solo estás jugando con él, no le darás la familia que quiere, ni la marca que busca, solo jugaras y luego cuando te canses, yo estaré con él- Kaito levanto una ceja para mirarle- o ¿Qué? ¿me dirás que lo amas?

-yo...- Aomine se quedó en silencio unos minutos, ¿amar a Kise? ¿un hombre?

-me lo imagine- respondió el chico frente a el- no me importa que tanto estés con él ahora, al final, luego de que te vayas, yo seré quien ocupe su corazón, porque a diferencia de ti, de verdad lo amo.

Kaito se volteo y comenzó a caminar sin siquiera mirar a Aomine, aunque no es como si el moreno hiciera mucho, solo se quedó de pie mirando al chico irse y con la cabeza hecha un lio.

-no...- susurro a la soledad- no lo sé...- aquella respuesta tardía a la pregunta hecha por el chico frente a él, aunque fue una respuesta mas para si mismo que para el chico.

Aomine nunca se había planteado salir con un hombre.

Claro que no.

Pero había muchas cosas que le tenían confuso en aquel momento.

-¿Aomine?- de alguna manera había llegado al trabajo del rubio y este caminaba para estar frente a él.

Le miró fijamente durante varios segundos sin responder a lo que el rubio le quería decir.

-¿te encuentras bien?- Kise estaba frente a él, lucía un poco preocupado pero Aomine no respondía.

En aquel momento, en la mente del moreno, el pensamiento de que quizás y solo quizás, ser pareja de aquel sexy chico no era mala idea...

-hey Kise- Aomine, llamo la atención del rubio- ¿Qué es lo que sientes por mí?

Y aquella pregunta dejo al rubio en blanco...

*********************************************

Bien, lo subo porque estoy inspirada y se que deberia subir capitulo en otra historia pero lo hare pronto, no se desesperen! 

un abrazo y espero lo disfruten!!!