𝘤 𝘢 𝘱 𝘪́ 𝘵 𝘶 𝘭 𝘰 | 19

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—Estás bebiendo más de lo habitual —un castaño llamó la atención de su mejor amigo.

—Por algo le dije al chófer que viniera, te dije que puedes llevarte mi auto —contestó quien se estaba desprendiendo del color claro en su cabello, mismo que tomó de un vaso de whisky servido en el elegante bar.

Yugyeom miró a su alrededor, había algunas personas en el bar, ellos se encontraban en la barra con mesa de cristal, Hoseok le había pedido acompañarlo después de la escuela, y hoy habían salido muy tarde, justo al atardecer.

Era una fortuna que sus padres le pidieron no ir a la empresa a partir de hoy durante toda la semana, por lo mismo; ahora tenía tiempo de ir a liberarse de todo lo que estaba en su mente.

—Hoseok... entiendo que quieras desestresarte, pero, normalmente no es así como lo haces, en cualquier caso, estarías haciendo otra cosa que no sea tomar.

—No sé si lo recuerdes, pero ahora no tengo tiempo para otras cosas.

—¿A menos que se trate de acabarte una botella de whisky?

El chico no contestó, se concentró meramente en su desgracia.

A simple vista, las personas podrían ver la versión de Yoongi, lo que le sucedía a Yoongi con respecto a Hoseok. Pues podían notar como era que Hoseok había cambiado su comportamiento.

Pero, Hoseok sentía que nadie iba a entender su situación.

Era verdad que había cambiado, que era más estricto, que cada vez reía menos.
La mayoría de las personas estaban muy cómodas pensando y opinando sobre su actitud, era sencillo decir "Hoseok es volvió más amargado".

Pero, ¿en verdad nadie iba a preguntarle el por qué?

Hoseok estudiaba por horas, se encargaba de gran parte de la empresa de sus padres, tenía que lidiar con tantos papeles, y para terminar, se sentía jodidamente culpable de hacer que Yoongi se fuera.
Es decir, había creído que si cuidaba así a Yoongi, él ya no volvería a tener problemas de salud.

¿Por qué nadie entendía eso? Hoseok tenía miedo de que Min tuviera otro desmayo, que el trabajo estuviera consumiendo su juventud.

Pero claro, eso era algo con lo que solo Hoseok cargaba.

Mientras él pensaba, se daba cuenta de cómo cambiaban las cosas.

Hace tiempo, Jungkook era el hermano enojón y amargado, Hoseok era el amoroso que tenía corazoncitos y sonrisas volando en su cabeza, y Jin era el que, pese a estar relajado y alejado de esas presiones de la empresa, tenía una fuerte carga emocional que lo había cambiado a comparación de como era antes.

Y ahora, todo se alteró.

Tal vez Hoseok comenzaba a entender a Seokjin, y comprendía lo que era tener ganas de llorar y no hacerlo por creer que iban a burlarse de él, o peor, echarle la culpa de todo.

Se sentía horrible.

Ahora Jungkook parecía el más tranquilo y relajado, ahora Seokjin parecía ser el que no dejaba de tener corazoncitos en su cabeza, se veía tan feliz últimamente, y Hoseok... él ya no sabía si tenía ganas de empezar sus días.

No pensó que ver cómo Yoongi se iba de la mansión, iba a afectarle tanto.
Pero, lo extrañaba, de verdad extrañaba a Yoongi, quería buscarlo, decirle que lamentaba todo y que por favor olvidara lo que pasó.

Se preguntaba el porqué, ¿por qué tuvo que enamorarse de Yoongi?
No era por él, Hoseok no se arrepentía de haberse enamorado de Min, porque le encantaba, Yoongi era tan lindo, y su forma de ser había fascinado a Hoseok.
Lo que Hoseok no quería, era estarle causando molestias al pelinegro, molestias al punto de querer irse de la mansión.

Y aún peor, Hoseok no podía olvidar lo que sus padres le contaron de Yoongi cuando fue a visitarlos en la semana.

Sin embargo, él quería escucharlo del mismo Yoongi, quería el menor se desahogara con él, darle la oportunidad de llorar y que resolvieran todo. Porque Hoseok de verdad quería algo real con ese mayordomo.

Pero, parece que la vida le decía que no.

—Puedes irte si quieres, tus padres van a preocuparse —comentó el de camisa dorada.

—No me iré hasta verte ir a tu auto, ¡Es indispensable que llegues a casa!

—No quiero ir a casa —lo miró con ojos cansados.

Aunque Hoseok se veía muy bien con los ojos cansados, (según testimonios de Yoongi que lo ha visto ebrio antes), aún así, se veía triste.

Su cabello estaba largo hasta su cuello en la parte de atrás, había mechones ondulados que se revelaban en su frente de manera revuelta.

Hoseok ya había pasado por algunas de las diferentes etapas de la borrachera. Ya se animó, ya se empezó a reír de todo, ya creía que se sabía todas las canciones, y ahora estaba en la etapa de la tristeza.
Y lo que menos quería, era que alguien lo viera.

—Entonces, ya me voy.

Bajó de la silla de la barra, al tambalearse, fue Yugyeom quien lo ayudó a salir.
El castaño no sabía realmente qué le sucedía, tenía alguna idea, pero a decir verdad, no sabía todo lo que le pasaba.
Justo como le había pasado a Jimin con Seokjin.
Hubo días en los que Jimin sabía cosas que le pasaban a Jin en esos días, y de pronto, ya no sabía nada de él, solo lo veía salir a fiestas.

Yugyeom tomó las llaves de Hoseok como se lo pidió, el chófer ya conocía al castaño, confió en él, por supuesto.
Cada quién se fue por su lado, Yugyeom se encargó de cuidar la camioneta de su amigo, mientras que Hoseok estaba en la parte trasera de un auto lujoso conducido por un chófer.

Un chófer que él conocía, pues era el mismo que en los últimos días con Yoongi en casa, siempre se ofrecía a ayudarle, a llevarlo a donde necesite.

Hoseok se puso cómodo, pero sin quitarle una mirada penetrante al chófer, no importaba que fuese se noche, con las luces neones que venían de la ciudad, era suficiente.

—Oye.

—¿Mmh? Dígame, señor Hoseok.

El nombrado tomó una larga respiración.

—¿Estás interesado en Yoongi?

—¿Disculpe? —el nombrado, nervioso, miró por su espejo a su jefe.

—Te pregunté si estás interesado en Yoongi, el mayordomo.

—Ah... lo siento, pero, ¿por qué me pregunta eso?

—Porque veo cómo te acercas tanto a él —pronunció—, yo sé la verdad, pero, dímelo tú, ¿Yoongi te gusta?

El hombre apretó el volante, pasó saliva con miedo, y solo pudo ver al frente mientras contestaba, no tenía idea de porqué le preguntaba eso, pero si mentía y Hoseok lo sabía, no quería perder su trabajo o algo parecido.

—Sí...

Hoseok asintió. No le sorprendía.

—¿Por qué no se lo has dicho?

—Señor Hos...

—Solo responde, no te estoy acusando de nada.

Asintió. —Ah, pues, Yoongi nunca estaría interesado en alguien de la mansión. Siempre ha apartado su vida privada del trabajo.

El menor dio una risa.

«La vida privada de Yoongi es su trabajo, porque es lo único que hace».

Hoseok no dijo nada más. Miró a la ventana, sintiéndose aún más triste.

"Yoongi nunca estaría interesado en alguien de la mansión".

Eso involucraba a los hermanos, eso involucraba a Hoseok, ¿verdad?

Entonces, en base a lo que Yoongi le ha dicho, y en base a lo que le dice el chófer, para Hoseok fue muy fácil desilusionarse al darse cuenta que tal vez, esa noche en la que Yoongi lo besó, fue por mero alcoholismo.
Tal vez Yoongi lo hizo porque no sabía lo que hacía.

Quiere decir, que Yoongi jamás estaría interesado en quien sería capaz de convertirse en su mayordomo si se lo pide.

Al final, entonces Hoseok debía aceptarlo.
Nunca iba a tener su final feliz con Yoongi.

✦━━━━━━━━━━━━━━━✦

Seokjin se hallaba compartiendo besos lentos y cariñosos con el chico debajo de él.
Mientras Nam acariciaba sus caderas y cintura, el menor disfrutaba de tocar esos brazos y ese pecho que estaban recostados.

Jin estaba sentado arriba de Nam, con sus piernas a los lados, con las sábanas cubriéndolos a partir de donde empezaba el trasero de Seokjin.

Ya había pasado la acción, ya se habían llenado de pasión y placer, y aunque hubieran sido felices si Nam le daba besitos en la espalda a Jin mientras este descansaba, de alguna forma, querían besarse en verdad.

Jin no estaba muy acostumbrado a ir a moteles, pero ahora mismo, si quería verse con Nam, debía ser en lugares que las personas no creerían que él podría estar. Al menos era un motel bonito.

Hoy, Seokjin había estado provocando mucho a Nam con fotos en la bañera, o con insinuaciones por mensaje.

Lo provocó tanto, que ya pagó las consecuencias.

Se habían besado por muchos minutos, pero es que no podían dejar de hacerlo.

Seokjin seguía sin saber qué eran en verdad, Nam solo quería esperar a no estar ocupado mientras renovaban el taller para poder darse el tiempo de organizar algo para Jin.

El menor sacó una risita cuando Nam volvió a dejar besitos en su cuello.

Seokjin lo detuvo tomando su rostro y dejando un último beso, pues sabía que si lo dejaba seguir, Nam iba a someterlo otra vez. Y no era que no quisiera, solo que, mañana debía irse temprano a casa, pues no querían salir hoy siendo tan noche.

Jin bajó del mayor, pero se recostó a su lado donde Joon lo abrazó y lo acercó a él.

—¿Cómo van las cosas en tu casa? —Seokjin hizo círculos con su dedo en el pecho de Nam.

—Bien, los chicos son muy eficientes en todo, me voy tranquilo al taller sabiendo que no les está faltando mucho a mis padres. De hecho, tengo la teoría de que mi madre me ha olvidado y ahora prefiere a uno de ellos, y mi padre prefiere al otro.

Seokjin rió por lo bajo. —Es el efecto de los mayordomos, Yoongi y Kenai son bastante rápidos y prácticos. Las personas suelen tomarles aprecio al verlos ser tan cordiales.

—Tiene sentido, ¿qué tan lejos podría llegar ese aprecio?

Jin hizo una pequeña mueca.

—Mi hermano... Hoseok, él ha estado interesado en Yoongi desde que llegó a la mansión, hace años —explicó—, con los años, ese interés se hizo muy fuerte. Estoy seguro que debe pasarla mal con que Yoongi no esté, pero... no entiendo porqué lo quitó de su cargo como jefe de mayordomos.

—¿Y él lo sabe?

—Sería imposible que no lo hiciera, mi hermano siempre fue muy transparente, aunque no quisiera. Solo que, desde que Yoongi tuvo un percance en la mansión con un desmayo, Hoseok ya no lo trata igual, y pienso que es por eso que no quiere estar en la mansión. Realmente, también lo extraño, pero él decidió salir un tiempo. Estoy seguro que le servirá bastante atender a tus padres.

El contrario escuchaba y asentía, le gustaba oír a Jin conversando sobre cualquier cosa. Y después del sexo, conversar con él de cualquier tema era simplemente gratificante.

El motel estaba pagado por toda la noche, por lo que tenían tiempo suficiente para hablar de lo que fuese.

Incluído lo que Jin le comentó vagamente a Nam cuando fue a verlo al taller en cuanto el sol se fue.

—Lo que dijiste sobre la noticia de internet y que tienes que ocultarte más... ¿es cierto?

Jin asintió. —Sí, cuando mi familia está en los intereses de los reporteros, es porque hemos estado haciendo muchas cosas sobre negocios, inversiones, asistiendo a eventos. Y de alguna manera, a las personas les gusta meterse en nuestra vida privada. Pero, no te preocupes, no reconocen tu rostro así que no estarás más involucrado de lo que ya.

—Si el acoso de reporteros y público no fuera molesto, me gustaría que los demás vieran que estás saliendo conmigo —Nam sonrió al pequeño que abrazaba—, soy privilegiado y el mundo tendría que saberlo.

El menor se puso un poco ruborizado de sus mejillas.

—No digas esas cosas —se avergonzó—... además, no creo que sea lo mismo que en otras ocasiones, estas cosas nos pasan cada cierta cantidad de meses, la última vez que sucedió esto, fue realmente frustrante y preocupante.

—¿Por qué?

En ese momento, Seokjin debía hablar seriamente, porque lo que iba a decirle a Nam, no era para menos.

—No somos la única familia que tiene influencia en el mundo de las empresas e inversiones —empezó en un tono calmado—, normalmente, las familias que son como nosotros, no suelen llevarse muy bien a menos que hagan convenios, ya sabes, esas cosas típicas como que el hijo o hija mayor se tienen que casar con el hijo o hija mayor de otra familia.

Nam se preocupó. Jin lo miró.

—Afortunadamente, nuestros padres nunca nos han pedido eso, y tampoco planean hacerlo. A lo que voy, es que muchas familias llegan a unirse, pero nosotros no, y eso ha llevado a que apellidos de todo el estado intenten negociar con nosotros para que Jungkook, Hoseok o yo, lleguemos a unir a las familias. Cuando no obtienen éxito, automáticamente nos hemos ganado otros rivales... y todo esto, te lo cuento para decirte que muchos han buscado sobrepasarnos por trabajar solos y en silencio, aún más que otros.

—¿Y eso no sería bueno?

—Ah, debería, pero en nuestro mundo; los que trabajan solos y en silencio, son los que más logran. Por eso aprovechan estos momentos donde aparecemos en noticias, para saber lo que hacemos, buscan cómo hacernos caer, y aunque no lo han logrado, la última vez recibimos muchas amenazas. Mis hermanos y yo pasamos días o semanas en casa sin poder hablar o ver con los demás que no fuéramos nosotros.

Nam hizo una pequeña "o", estaba muy sorprendido por esto, pues no conocía este lado de la vida de Seokjin.

—Hace un año que los mayordomos y chóferes de nuestra casa deben tener aprobada una capacitación que les damos. No queremos guardaespaldas porque sería muy molesto y lógico que hacemos cosas importantes. Por eso es que todos nuestros mayordomos y chóferes saben usar un arma y saben un protocolo en caso de algún atentado contra nosotros.

Nam no hallaba cómo debía procesarlo, prácticamente le estaba diciendo que la seguridad de Seokjin y sus hermanos no siempre es eficaz.

—Lo que intento decirte, Nam... es que en cualquier momento tendría que desaparecer unos días y no habría forma de decírtelo si es que sucede de forma repentina. Por eso no me gustaría que sepan quién eres por ahora. Y si en algún momento ya no me encuentras, entonces ya sabes porqué es.

Inevitablemente, eso alteró un poco las preocupaciones del mayor.
¿Cómo podía contárselo así de tranquilo?
De ninguna forma Nam soportaría que algo le pase a Seokjin.

El temperamento de Namjoon era de un chico tranquilo, que sabía mantener la calma en momentos de tensión, pero, si acaso le llegaba la noticia de que le había ocurrido algo a Jin; Nam se volvería loco de la impotencia.
Acarició el hombro y cabello del menor, después de todo, Jin tenía razón, en cualquier momento podría ocultarse del mundo por su propio bien.

—Oye, tranquilo —Jin sonrió, dejando un beso en la mejilla del contrario—, todo va a estar bien, ya te lo dije antes, no planeo dejar de ser tu único dolor de cabeza, tendrás que soportarme por mucho tiempo aún. Hasta que te digas que no me quieres.

Nam negó con la misma sonrisa tímida. —No eres un dolor de cabeza, Jinnie. Y no creo dejar de quererte. 

Tal vez Nam no era el más romántico, tampoco le repetía seguido cuánto le gustaba porque no sabía cómo hacerlo verbalmente, pero Jin lo conocía, y sabía que esas palabras eran suficientes para tener la confianza de que Nam de verdad lo quería.

La postura de los dos era similar; ninguno creía que el otro lo quería.

Es decir, Namjoon no creía que un chico tan lindo, adorable y bondadoso como Jin, podría estar enamorado de él. Además, el tema del dinero es algo que seguía afectandolo. Por lo que, pensar que Seokjin; siendo alguien con tanto nivel en sociedad y sofisticación, está con él, es simplemente mágico. De ninguna forma era que Jin tenía comparación, y por eso es que Nam no se lo creía.

Del lado de Seokjin, era increíble imaginar que le gustaba a Nam, pues lo veía como un hombre peligrosamente amable, paciente, que sabe el significado de cuidar y respetar, que era demasiado atractivo y que no había ser más generoso que él en todo el mundo. A diferencia de Nam, a Jin le daba igual la diferencia económica entre los dos, pues al igual que sus hermanos; Seokjin no veía el noviazgo como algo para presumir o juntar familias, lo veían como algo hermoso que debía ser mutuo.

Por esas razones, y porque Nam tiene una gran...

—Sabes... —el menor cambió su tono de voz a uno más juguetón, subiendo su pierna desnuda a Nam, y provocando que sus pieles se acariciaran—, deberíamos olvidar lo que dije de descansar pronto. Tenemos toda la noche y mañana es sábado.

Namjoon supo inmediatamente a qué se refería.

Le encantaba cuando Jin se ponía travieso.

—Ven aquí, bonito —y ahí, un dominante y atento Nam, tomó a Seokjin de sus caderas y lo regresó a sentarse sobre él.

Con un beso, volvieron a unirse llenos de cariño. Iban a tardar mucho esta noche, es decir, tenían una habitación solo para ellos, sin el riesgo de que alguien entrara a interrumpir.

Bueno, los dos eran muy insaciables cuando estaban juntos.

✦━━━━━━━━━━━━━━━✦

Luego de haber recibido un mensaje de voz de Lim Jaebeom, el nuevo jefe de mayordomos no sabía qué hacer.

Si bien, en un inicio él había entrado a la mansión Kim sabiendo que la familia Lim lo usaría para infiltrar información, cuando vio las diferencias entre los Lim y los Kim, nunca quiso volver a traicionarlos después de decirle a su familia que se fueran del estado.

Los Kim eran mucho más amables, considerados y altruistas, como reyes que amaban a su pueblo. Los Lim... bueno, eran dictadores.

Y por eso, Youngjae no supo qué hacer cuando en ese mensaje de voz, estaban avisándole que sino actuaba ahora, su hermano iba a pagar las consecuencias.
¿Cómo pudieron dar con él?
Claro, él no sabía que era mentira, pero les creía, no sé atrevía a desafiar a los Lim.

Ya había amanecido, ordenó que llevaran la ropa de Hoseok a lavandería pues ayer había regresado muy ebrio y oliendo a alcohol.

Jungkook estaba de guardia en el hospital, Seokjin no ha llegado aún.

Youngjae apenas se acostumbraba a esto de ordenar a los mayordomos, aún había cosas que olvidaba.

No le quedó de otra más que afirmar que les daría información, pero, no quería, en verdad se negaba a traicionar a las personas tan amables que le dieron una sonrisa cuando llegó. Y quiera o no, el dinero que llegaba a su hermano, era gracias a este empleo.

Siguió con su labor, deseando que todo esto solo sea parte de alguna estrategia de engaño de los Lim.

Mientras tanto, en la mansión solo había un hermano, Hoseok no se había levantado aún, estaba destruido por el alcohol de ayer.

Apenas abrió los ojos, sufrió mucho, ¿quién dejó sus cortinas abiertas? Si Hoseok odia la luz al despertar, la odiaba más si tenía resaca.

Su cabeza dolía bastante, no tenía ni idea de dónde estaba la ropa que ayer se quitó, seguramente durmió en ropa interior y ya se la llevaron.

Buscó su teléfono por toda la cama, pese a su deplorable estado, era necesario que atendiera los asuntos del mundo real. Y lo que más le importaba ahora, era saber si había nuevas noticias sobre sus hermanos o sus padres.

Antes de ver las noticias, al desbloquear su teléfono, miró que estaba abierta la aplicación de llamadas.

Y la sangre se fue de su cuerpo.

¿Por qué había registro de que le hizo una llamada a Yoongi?

Peor, ¿por qué la llamada fue contestada?

Y mucho peor, ¿por qué tenía un mensaje de Yoongi diciendo "Avíseme cuando esté en casa"?

Carajo.

¿Qué fue lo que hizo ayer?

De lo último que recordó, fue cuando subió al auto y el chófer se lo llevó.
Pero, ¿qué pasó después?

¿En verdad llamó a Yoongi? ¿Y qué le dijo?

Hoseok se preocupó demasiado, la llamada tenía registro de haberse hecho después de las doce de la noche. Y a Hoseok no le gustaba molestar a las personas tan tarde a menos que fuese una emergencia.

Bien, bien, un problema a la vez.
Primero las noticias.

Cambió rápidamente a buscar si algo era tendencia en la ciudad. Cosas normales y de todos los días. Su artista favorito sacó nuevas canciones, noticias sobre política, todo bien.

Cuando vio el encabezado de la nota, supo que esto no era de un día, que otra vez se verían en la necesidad de cuidarse.

"Kim Hoseok, ¿alcohólico?"

Claro que cuando Hoseok leyó la nota, ya se esperaba que lo hayan captado saliendo del bar cuando Yugyeom lo ayudó a llegar al auto de la familia Kim.

Le parecía insultante que hayan inventado más cosas.
La nota también remarcaba que supuestamente salió a beber por motivos de desesperación en cuanto al trabajo respecta, en insinuaban que Hoseok tal vez no estaba listo para hacerse cargo de algún puesto importante en la empresa familiar.

El chico de cabello decolorado, tuvo que ignorar la noticia, seguramente sus hermanos ya lo vieron.

Ahora, problema número dos, ¿qué iba a hacer con Yoongi?

Mmh, un mensaje no sería la forma correcta de disculparse, o al menos no para él.

¿Y si lo llama?

No, eso molestaría a Min, y seguro que ya debe estar trabajando.

Al diablo, le servía como una oportunidad para poder hablar con él, y tal vez preguntar si hizo algo que no debía.

Por supuesto que a diferencia de Yoongi, el jefe de mayordomos de ahora, no dejó una pastilla y agua a su lado, seguramente ni siquiera sabía que siempre debía dejar una si los hermanos amanecían con resaca.

Con todas las agallas de su corazoncito, llamó a Yoongi, y rezó para que le respondiera.

Sonó la llamada de espera, se angustió cuando al tercer toque, no había respuesta.

Hasta que:

—Diga —esa voz fría y limpia resonó por la bocina del teléfono.

—Yoongi —el corazón de Hoseok se aceleró un poco, pero mantuvo una postura firme.

—¿Pasa algo?

Claro, no debía olvidar que Yoongi contestaría porque ese era su trabajo.

—Acabo de revisar las llamadas de mi teléfono, y vi que te había hecho una llamada muy tarde. Te llamaba porque...

—No se preocupe, usted estaba ebrio —fue una dura contestación—, seguramente se equivocó de número.

Hoseok sabía que no era así, ¿qué pudo haberle dicho para que pensara que fue número equivocado?

—Entonces... eso era todo, sigue trabajando.

Hoseok ya no sabía si decir algo más podría comprometerlos de nuevo.
Y Yoongi... él desearía que Hoseok no se haya equivocado de número.

✦━━━━━━━━━━━━━━━✦

Finalmente, después de otra semana de trabajo para Namjoon, Yoongi, Kenai, los hermanos y el resto del personal; la renovación del taller mecánico comenzó.

Nam tuvo que sacar muchas cosas de este, tuvo que entregar los últimos autos del taller a sus dueños, los que por fortuna o desgracia, no eran muchos.

Hoy finalmente, Yoongi y Kenai estaban despidiéndose de los padres de Nam, pues ya habían terminado el trabajo que les pidieron.

Quién sabe dónde estaba Nam, seguramente volvió a pasar la noche con Seokjin.

El chófer ya estaba fuera, listo para ayudar a los mayordomos a subir todo y llevarlos de regreso a la mansión.

Kenai ya estaba fuera, ya se había despedido del señor y la señora Kim, solo faltaba Yoongi.
Y Min tenía maneras muy frías de despedirse, lo hacía dando indicaciones o informando algo, por lo que, fue directamente a la habitación de ellos.

—La casa está limpia, su ropa ya está ordenada, todo terminó en orden. Su hijo dejó una nota en la mesa diciendo que estaría aquí a las diez de la mañana, lo que será en quince minutos aproximadamente. Les dejaré la televisión encendida para que puedan esperarlo.

El padre asintió sonriente. —Muchas gracias por cuidarnos. Saludos a todos los que viven allá.

Yoongi dio una pequeña sonrisa. Después de todo, estas dos semanas sí lo ayudaron a distraerse aunque fuese un poco, disfrutó mucho de las historias que estas personas le contaban durante la cena, y le habían enseñado muchos trucos para resolver problemas de un hogar.

Min vio a la mujer, la cuál lo llamó con el dedo.
Fue a ella sin rechistar, con una sonrisa, la mujer tomó su muñeca.

—Eres un jovencito muy apuesto y trabajador. Qué gusto que hayas pasado tiempo con nosotros —la mujer le dio algo en secreto—, ten, lo hice yo misma cuando no podía dormir. Fue un gusto conocerte, Yoongi. Y espero que pronto tengas esa sonrisa con quién merece.

Min sintió que algo en su mano era recibido, tenía una forma suave y pequeña.

Inevitablemente se puso feliz, la señora Kim era muy amable, siempre lo trató muy bien.

—Gracias, señora Kim... espero que se mejoren y puedan estar de pie otra vez.

Luego de la despedida, Yoongi salió de la casa de Namjoon con sus maletas, al estar fuera. El chófer lo ayudó con ellas, las subió al maletero, y procedió a abrirle la puerta para que subiera.

Ingresó al auto, dio un suspiro y cerró sus ojos para descansar un poco antes de llegar a la mansión, la realidad es que tampoco había podido dormir bien en estas dos semanas. Por mucho que los señores Kim los hayan tratado bien, durante las noches tenían mil y un necesidades que debían ser atendidas.

Yoongi había "disfrutado" de estar alejado de la presión de trabajar en una mansión.
Y pese a haber extrañado a los inquilinos y jefes... el pelinegro no quería regresar por miedo.

Había batallado la primer semana en no pensar en lo que ocurría con Hoseok, pero después de aquella noche en la que lo llamó borracho, Yoongi no sabía qué iba a pasar con su trabajo, con su jefe.

Jamás esperó que Hoseok lo llamara para decirle todo lo que le dijo esa noche hace una semana, y no sabía si fue buena idea haberle contestado... o haberle contestado a todo eso que Hoseok le confesó.

Su corazoncito palpitaba, ¿habrán sido verdad las palabras del mayor?

Tal como le había pasado a Yoongi, ahora le pasaba a Hoseok; embriagarse, hacer algo con el otro, y no recordar nada al día siguiente.

Eso era un poco triste, que Hoseok no recordara nada...

Pero, si tan solo llegara a hacerlo y se lo comentaba a Min, ¿cómo debía reaccionar?

Yoongi conocía mucho de los hermanos, porque en muchas ocasiones, ellos lo necesitaban para resolver algo, para recordar otra cosa.
Por eso, Yoongi sabía que el teléfono de Hoseok y Jungkook, tenían una función especial en la que podían escuchar todas las llamadas que han hecho anteriormente.

Min no sabía si deseaba o temía que Hoseok escuchara esa llamada. De ser así, no tendría cara para verlo otra vez.

Pasaron los minutos, llegaron a la mansión, ahí dentro ya había mayordomos que ayudaron a Yoongi y a Kenai a bajar sus maletas para llevarlas a sus habitaciones nuevamente. Por supuesto que les dieron la bienvenida, los hermanos Kim parecían ausentes, otra vez.

El pelinegro apenas tocó su habitación, quiso hacer lo que usualmente no hacía; dormir.
Estaba muy cansado, siendo un joven, por supuesto que tenía mucha energía, pero sigue siendo humano y claro que llegaba a cansarse, más cuando no ha dormido bien durante dos semanas.

Antes de poder recostarse, la vida volvió a decirle que no. Pues alguien abrió la puerta del dormitorio.

—Yoongi, tienes que ver esto.

Ese no era ninguno de los hermanos, era Youngjae.
Se giró en su lugar, para que el de cabello oscuro llegara a él.

—Alguien dejó esto con los guardias hoy en la mañana, y no es bueno.

Youngjae pasó a dejarle un sobre en su mano, Yoongi lo miró curioso, después observó el sobre y lo abrió.
Sacó algunas hojas de este, cuando las observó bien, recordó que los hermanos Kim estaban siendo seguidos por la prensa... pero esto no lo mandó ningún reportero o similar.

—¿Los hermanos están en la mansión? —preguntó directamente.

—Jungkook regresará en unos minutos, Hoseok está en la escuela y Seokjin... no sabemos.

Yoongi asintió. —Bueno, pues, supongo que hay que seguir el protocolo.

El menor aplastó sus labios. —Y-yo... no sé cuál es el protocolo.

«¿Es en serio?».

Bien, hace semanas que a Yoongi lo despojaron de su puesto sin justificación.

Y aunque esto vaya en contra de las reglas, (pues un mayordomo común no puede ordenar a los otros mayordomos), aquí y ahora; Yoongi se pasaba las reglas por el lugar más oculto de su cuerpo.
¿A quién querían engañar? Yoongi era el mejor jefe de mayordomos que pudieron tener. Y lo iba a demostrar cumpliendo la razón por la que está en deuda con los señores Kim; procurando la seguridad de sus hijos.

—Llama a Hoseok y dile que no salga de la universidad hasta que uno de los chóferes lo escolte de regreso. Voy a llamar a Jungkook, Seokjin y a sus padres. Al resto de compañeros, pídeles no salir de la mansión ni hablar con nadie de fuera. Tenemos que traer a los hermanos escoltados, no permitan que regresen solos.

Youngjae asintió, Yoongi pasó por su lado, y cuando Min lo miró de manera incrédula, entendió que debía actuar ahora mismo.

Yoongi salió corriendo a realizar todo lo que dijo, Youngjae también, no sabía qué iba a ocurrir pues aún no recibía órdenes de Jaebeom, pero lo que ese sobre contenía, era clara señal de que Jaebeom tenía a alguien más que le estaba dando información.

En ese sobre se hallaban fotos de los lugares que los hermanos frecuentaban.

El hospital en el que Jungkook hacía sus residencias, las universidades de Hoseok y Seokjin, entre otros. Esto, añadido con una nota;

"No les conviene seguir robando nuestros negocios, esta es solo una primera advertencia antes de que desaparezcan".

Alguien sabía dónde podía encontrarlos, y esto no era nada bueno.

¿Por qué? Bueno, la nota contenía un símbolo único que solo las familias con empresas conocían en este país.
Ese símbolo se construía de una especie de triángulo con más triángulos dentro y un círculo en medio.
Eso significaba una sola cosa; que esa nota no venía de una familia o una persona. No, venía de alguna unión entre familias que conformaban un movimiento en contra de algo o alguien.

Quiere decir, que quien quiera que haya iniciado esto, había hecho un convenio con otras familias para amenazar a los Kim. Y lamentablemente, eso jamás les había sucedido hasta ahora.

✦━━━━━━━━━━━━━━━✦

El auto negro de Jungkook fue escoltado desde el hospital hasta la mansión.

La camioneta Hyundai de Hoseok fue escoltada desde su universidad hasta la mansión.

Y cuando pudieron contactarlo; la camioneta Callidac de Seokjin fue escoltada de un motel hasta la mansión.

Ahí estaban, los tres hermanos llegaron a casa, confundidos, sospechando lo que podría ser.

A Jungkook no le molestó tanto, él ya venía hacia acá cuando le dijeron que otro vehículo de la mansión iba a escoltarlo.
Hoseok no estuvo muy feliz de tener que salir de sus clases y regresar.
Y Seokjin... él sí se molestó, pues habían hecho que se despidiera de Nam y lo dejara regresar solo a casa.

Después de que Yoongi les explicara todo, los tres ya sabían lo que venía. Se molestaron aún más, porque de verdad detestaban que por el prestigio de su familia, sus vidas normales tuvieran que detenerse. Jungkook no podía dejar de hacer sus residencias, Hoseok debía asistir a la universidad y encargarse del trabajo, y Seokjin ya tenía una vida escolar y amorosa que le estaba yendo bien.

Ahí seguían, sentados en uno de los grandes sofás de la sala principal, cuáles niños recibiendo órdenes de su hermano mayor.

—Sus padres ya están al tanto de todo y dieron aprobación a que deben permanecer en la mansión por lo menos cuatro días.

—No, no, no puedo dejar de ir al hospital —Jungkook negó con la cabeza—, lo último que necesito es que no pasarlas por no presentarme.

—Señor Jungkook —Yoongi lo miró estrictamente—, con todo respeto, entiendo que quiere hacer las cosas bien, pero sino se queda aquí, entonces de nada le servirá ir a sus residencias si está en peligro y al final usted será el siguiente en entrar al hospital como paciente.

Min no solía hablarle así a los hermanos, pero los quería como si fuesen hermanos menores, por lo que buscaba protegerlos tal como se lo prometió a los padres de los Kim.

—No debe preocuparse por cuatro inasistencias al hospital porque tenemos la posibilidad de contactar a su titular y negociar con él.

Kook estaba más furioso, no quería conseguir nada así, a base de negocios. Pero Jungkook ya no era un adolescente que quería todo tal cual lo planeaba, había aprendido a que a veces, la vida simplemente lo pone en situaciones donde las cosas que quiere no pueden estar por arriba de lo que necesita.

Hoseok estaba resignado, le daba igual si estaba en casa o fuera, de cualquier manera se sentía estresado y miserable.

Y Seokjin... aunque él vivía en su mundo de caramelo con Namjoon, comprendía que esto podía suceder, y además, él ya le había avisado a Nam lo que estaba próximo a pasar, e incluso tuvo el tiempo de decírselo antes de salir del motel el día de hoy.

—¿Y quiénes son los que mandaron la amenaza esta vez? —Jin llamó la atención de Yoongi, abrazando una almohada del sofá.

—No lo sabemos con certeza. Pero, sabemos que no solo se trata de una persona, el símbolo de unión entre familias estaba en la nota, esto es más grave de lo que parece y lo ideal es que se protejan aquí, porque si las amenazas siguen y llegan a actuar en contra de ustedes o sus padres, creo que saben perfectamente que no pueden seguir aquí.

Claro que lo sabían...
Si las amenazas llegaban a ser mucho peores o peor, llegaban a cumplirse, no tendrían más remedio que salir del estado.

No querían, dejar atrás toda su vida era imposible de pensar.

Los hermanos miraron las fotos y la nota.

Para Jin, era un alivio no ver la casa de Jackson, Jimin, o el taller y casa de Namjoon.
Pero para Jungkook, ver el restaurante donde trabajaba Taehyung, fue aterrador.
Y para Hoseok, ver la tienda de Yugyeom fue igualmente espantoso.

Eso puso en duda a Seokjin. ¿Por qué las personas cercanas a él, no las habían investigado?

Es decir, de Jackson era lógico, pues con la noticia de su ruptura, estaba de más pensar que ya no lo relacionaban por él.
Pero, sino relacionaban a Jimin, entonces alguien sabía que ellos dos ya no estaban teniendo contacto.
Y si no relacionaban a Namjoon, era porque su identidad no había sido revelada en ninguna noticia, o tal vez, simplemente no sabían nada de él si es que lo conocen.

Pero, ¿quién puede ser la persona que sepa que Jimin y Jin no tienen contacto?
Los únicos que lo sabían, eran Namjoon, Jackson y el mismo Jimin.

Nam no podía ser, jamás engañaría ni pondría en riesgo a Jin ni a sus cercanos. De hecho, era más creíble que Nam fuera quien los protegiera a todos.

Jackson... no, él no odiaba a Jin como para ponerlo en esta situación.

La única persona que quedaba, era Jimin, Jin quería confiar en él como siempre lo hizo, pero, ¿y si él si lo odiaba por haberlo ignorado tanto tiempo?
No, era mucho por eso, ¿o si?

—Voy a salir mañana —advirtió Seokjin—, tengo que ver a alguien para saber si él sabe algo de esto.

Yoongi aplastó sus labios. Estos hermanos no entienden.

—Si es muy necesario, tendrá que ser llevado por los chóferes, y evite desviarse del camino sino es recomendable.

El castaño asintió, y claro que tomó su teléfono para mandarle un mensaje a Nam, aclarando que mañana iría a la universidad a cierta hora por si quería verlo para explicarme mejor todo, pues Seokjin sabía que Joon debió quedarse muy preocupado por la forma rápida en la que solo le avisó en el motel que debía irse a casa en ese momento.

Yoongi siguió dándoles indicaciones de como debían pasar desapercibido si harían trabajo desde casa.

Y mientras ellos escuchaban, había un mayordomo que escuchaba todo por obligación. Escondido detrás de un muro.

Youngjae estaba tan aterrado, que cuando Jaebeom le ordenó decirle todos los movimientos de la familia Kim para ocultarse de ellos, no tuvo más remedio que obedecer, porque entre ellos y su familia, prefería su familia por mera cuestión de supervivencia.

No era en contra de los hermanos, pero, no tenía otra opción sino quería que le hicieran daño a los suyos. Así era el ser humano, entre la desgracia ajena y la desgracia familiar, todos elegían ver la desgracia ajena.

Un milagro necesitarían los hermanos para no ser encontrados.

✦━━━━━━━━━━━━━━━✦

Todos en la mansión Kim estaban tensos, los hermanos más que todos.

Había anochecido, pasaron toda la tarde pensando en que solo hoy tendrían la oportunidad de usar sus teléfonos con tal de no ser monitoreados. Para muchos parecía absurdo todo esto solo porque les llegaron fotos. Pero en su mundo de negocios y familias, estas amenazas no eran para menos.

Jin se hallaba en su sala de juegos, Jungkook en el gimnasio, y Hoseok en su dormitorio, escuchando música e intentando pensar en otra cosa.

Pese a que Seokjin siempre perdía un granito más de la esperanza de recuperar a sus hermanos, aún quedaba algo de esta.

Namjoon había hablado con él mucho, había intentado entender su punto de vista y quizá ponerse en el lugar de Jungkook y Hoseok, para poder decirle a Jin, que pese a ser hijo único y no entender muy bien las relaciones entre hermanos; se notaba que ellos adoraban a Jin, y que la vida adulta y el trabajo estaban siendo un consumidor de tiempo para ellos.

Por lo mismo, Jin no se aguantó las ganas de ir con quien quizá podría aceptar su propuesta.

Abrió la puerta del dormitorio de Hoseok, encontrándose con aquel chico tendido en su cama.

—Ah... quería preguntarte si quieres jugar videojuegos conmigo, me frustra no poder pasar un nivel solo —el menor jugó con sus deditos por detrás de él.

Hoseok lo miró, Jin se veía como cuando tenía diez años y les pedía a él y a Jungkook jugar con él, pese a que Hoseok estaba entrando en la adolescencia y Jungkook al mundo adulto.

Y de pronto, recordó como lo rechazaban de maneras crueles.

—Está bien si no quieres, es que, me aburriré aquí sol...

—Vamos —el mayor se levantó ágilmente. Ya no quería hacer sentir peor a Seokjin, a su hermanito ya no.

—¿En serio? —fue ese instante, en el que los ojitos de Jin brillaron—, sí, puedes subir mientras veo si tengo algo de cenar en mi cocina.

—Bien, te alcanzo allá.

Seokjin cerró la puerta, no podía creerlo.

¿Hoseok iba a jugar un videojuego con él? ¿Hace cuánto no lo estuvo esperando?

Bueno, no debía emocionarse, tal vez se iría pronto.

Sin esperar más, Jin subió a su piso y corrió a su cocina para buscar algo de cenar.

Al tanto, Hoseok aceleró sus pasos fuera de su habitación hasta el dormitorio de Jungkook, pues ya no lo veía en el gimnasio del piso, seguramente ya había terminado.

Tocó la puerta de Jungkook, este lo dejó entrar a los pocos segundos, Kook estaba muy cómodo al parecer, una gran televisión plana de último año, colgada en su pared, le daba la mejor experiencia para un maratón de una serie.

—Jin y yo vamos a pasar la noche con videojuegos, ¿quieres venir?

Kook rió amargamente. —¿Me invitas tú o él? Jin no me quiere ver en su piso.

—Jungkook... —el menor cambió su tono de voz a uno en el que pudiera simpatizar con su hermano—, ya lo hablamos, Jin quiere pasar tiempo con nosotros sin pelear. Además, vamos a estar aquí encerrados por días, lo menos que podemos hacer es recuperar a nuestro hermano que en estos instantes sería capaz de cambiarnos por una rebanada de jamón.

—Dime la última vez que hicimos algo juntos y no discutimos... jamón —Kook se empezó a reír después de repetir la palabra.

—Es en serio, ¿no preferirías venir con tus hermanos a quedarte viendo una serie? Dicha serie, te aseguro no va a ayudarte en tu carrera de médico.

—¡De Grey's Anatomy no vas a decir nada! —el mayor se quejó, dio un suspiro, pero no evitó pensar en que, bueno... hace mucho tiempo Jin no se reía de verlo morir y viceversa.

De hecho, hace mucho que Jin no se ríe por alguna de sus bromas.

—A la primer discusión, me regreso a mi habitación a convertirme en médico titular con un capítulo.

En cuanto Seokjin ya había terminado de hacer aperitivos pequeños (ya que jugar con Hoseok le emocionaba), regresó a la sala de juegos, después de minutos en la cocina.

Abrió la puerta, todo para encontrarse con un Hoseok en pijama, sentado cómodamente en un sofá individual con un control de consola en mano.
Y a su lado, había un Jungkook con otra pijama, qué prefirió sentarse en el suelo pues había una cómoda alfombra.

—¡Al fin! Me muero de hambre —fue la animación de Hoseok—, nos turnaremos para elegir el juego.

Jin sintió su manos temblar y su garganta irritarse con un nudo interior.

—Ah, sí, aquí está, uno de ustedes elija el juego... voy a hacer algo primero.

Dejó la bandeja por un lado, Jungkook aún se esperanzó en qué Jin no iba a irse solo porque estaba él.

Por su parte, Jinnie salió, corrió a su dormitorio, pasó a su balcón, y le agradeció infinitamente al astro brillante que iluminaba la noche. Pues todo pensaba que se lo debía a la luna.

Jin quería soltar un par de lágrimas, pero de felicidad.

¿En verdad iba a suceder esto?

¿Iban a tener una noche de hermanos?

Carajo... esto era lo único por lo que Jin había estado esperando por tanto tiempo.

Todo fue tan repentino, que no le dio tiempo de llorar, pero ganas no le faltaron. Finalmente iba a reír con ellos, a bromear y a hablar de algo que no fuese trabajo o problemas.

Dio saltitos en su lugar, esto debía contárselo a Namjoon cuando lo viera.

Volvió a correr de regreso a la sala de juegos, cerró la puerta y se lanzó a uno de los sofás restantes. No iba a perder esta noche por nada del mundo. No importaba en qué situación se encuentren. Esta era la primera ocasión en la que los tres estaban en casa e iban a pasar días juntos.

En lugar de ser un encierro para Jin, iban a ser de los mejores días de su vida.

Se centraron en jugar, las risas no tardaron mucho en llegar entre los tres cuando alguno de ellos no lograba algo o pasaba algo gracioso.

Jungkook también estaba alegre de ver que Seokjin no lo odiaba como él creía.

Y cuando un Yoongi subió para buscar a los hermanos (ya que no los encontraba en sus dormitorios), escuchó esas risas viniendo de esa habitación, habían pasado meses desde que no escuchaba esas risas en conjunto.

Sin poderse resistir, Yoongi sonrió. Ver a los hermanos felices, lo ponían feliz a él. Ojalá pudiera estar con ellos, pero prefirió dejarlos en su mundo de bromas y burlas.

No importaba que hayan tenido que esperar amenazas para estar juntos de nuevo. A Min le enorgullecía haber escuchado que por primera vez en tanto tiempo, no estaban unidos para discutir.

Nota:

Pasaron muchas cosas, q loco jajs.

Espero les guste el capítulo, realmente no creo que el final tarde mucho en llegar :O.

▃▅▆█ 웃 agata 웃 █▆▅▃

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro