CAPITULO UNO 

He estado en esta habitación durante cuarenta y cinco minutos.

Cuarenta y cinco minutos viendo una pared blanca

Cuarenta y cinco minutos tratando de saber cual es mi nombre, qué edad tengo y como mierda llegue a aquí.

He tratado de decir algo, de llamar a alguien, pero ningún ruido sale de mis labios. La garganta me duele al hablar.

Por el color de las paredes y la ropa que llevo puesta intuyo que estoy en un hospital.

¿Por qué estoy aquí?

La puerta de la habitación donde estoy se abre, una chica de pelo castaño me ve con los ojos abiertos de par en par antes de irse corriendo mientras llama al doctor.

Raro.

Mi vista vuelve a centrarse en la pared a mi lado. Trato de recordar qué pasó, qué fue lo que me llevó hasta un hospital.

Sin embargo nada aparece en mi cabeza, lo único que me gano es una migraña

Escucho la puerta volviendo abrirse y dos hombres se aparecen junto a la enfermera.

Uno de ellos puede estar cerca de sus treintas, tiene una bata puesta por lo que intuyo que es el doctor.

El otro no tiene una bata puesta. Él puede estar cerca de sus cincuenta, su cabello oscuro casi del mismo color que el mío y sus ojos rasgados me ven con sorpresa.

¿Por qué me es familiar?

-Señorita Sasaki ¿Cómo se siente?

¿Esa soy yo?

-Yo...

Trato de hablar, pero empiezo a toser. Pronto el hombre familiar me acerca un vaso de agua. No se de donde lo saco, pero es justo lo que necesito ahora.

-¿Cómo llegué aquí? -pregunto en cuanto tengo mi garganta hidratada.

Ambos hombres se ven el uno al otro, el doctor sacude la cabeza antes de volver a enfocarse en mi.

-¿Qué tanto recuerda, señorita Sasaki?

-Nada.

No quise decirlo así, solo lo pensé, pero las palabras salieron antes de poder controlarlas.

El señor que me es familiar se da vuelta, no puedo ver su cara ya que está mirando a la pared. El doctor se acerca a mí y me hace unas cuantas preguntas.

-¿Sabes en dónde estás?

-¿Un hospital?

-¿Sabes qué día es hoy?

-No.

-¿Sabes cuánto tiempo has estado aquí?

-No.

El señor familiar se acerca al doctor, una expresión sombría ocupa todo su rostro y no se que pensar de ello.

-Doctor ¿Qué tiene mi sobrina?

¿Sobrina?

Entonces es por eso que me es familiar.

-Necesito hacer unos cuantos exámenes para estar seguro, pero todo indica que Gwyneth tiene amnesia retrógrada.

¿Amnesia?

-¿Gwyneth? ¿Ese es mi nombre?

El señor familiar... mi tío, se acerca a mi antes de acariciar mi cabello.

-Mei, has pasado por tanto... perdón por no protegerte más, le juré a mi hermano que siempre iba a estar a tu lado.

-¿Tu hermano? ¿Mi papá? ¿Dónde esta? -le pregunto.

El se queda callado por unos minutos antes de mirar al doctor.

-Le recomiendo que evite emociones fuertes mientras ella está así -él le dice.

-¿Emociones fuertes? ¿Por qué tendría emociones fuertes? -mi mirada recae en el señor frente a mí -¿Tío?

-Gwyneth... tus padres... ellos... -él toma aire antes de tomar su mano sobre la mía -. Ellos murieron hace catorce años.

Un nudo aparece en mi garganta.

No recuerdo a mis padres.

No recuerdo cómo lucen ni lo que viví con ellos.

Pero eso no quita el vacío que mi estómago siente.

O las ganas de llorar que me atormentan.

Perdí a mis padres y ni siquiera puedo recordarlos.

-No... eso no es verdad -odio escuchar como mi voz se corta.

Siento lágrimas bajar por mis ojos... mi corazón late muy rápido y trato de salir de la cama, pero mi tío me lo impide.

-Mei.

No, no quiero escucharlo... quiero salir de aquí.

Por el rabillo del ojo veo al doctor agregar algo al suero que está conectado a mi brazo.

No tengo tiempo de detenerlo antes de sentirme algo débil.

Hasta que esa debilidad crece más.

Hasta que ya no estoy batallando con mi tío.

Lo último que recuerdo es el rostro de mi tío preocupado, y el resto es pura oscuridad.

***

Cuando vuelvo a abrir mis ojos me encuentro en el mismo lugar.

Veo la misma pared blanca y tengo puesta la misma bata.

Observo como el doctor entra a la habitación al poco tiempo, él me detalla antes de escribir algo en las hojas que tiene.

-¿Cómo te sientes, Gwyneth?

-Cansada.

-¿Aún no recuerdas cómo llegaste aquí?

-No... solo recuerdo a mi tío decir que mis padres murieron -le digo -. Y él me seguía diciendo mei...

-Es la terminación japonesa para sobrina, toda tu familia es de allá.

-¿De Japón?

-Kioto, para ser más exactos.

-¿Donde estoy?

Probablemente no en Kioto porque estamos hablando inglés.

-Estás en Londres, tus padres se conocieron aquí de hecho.

-¿Conoció a mis padres?

-No mucho, conozco más a tu tío y él me ha informado ciertas cosas para que te las pueda decir sin alterarte tanto.

-¿Como por ejemplo?

-Tienes que saber que te llamas Gwyneth Sasaki, tienes veinticinco años y, aunque tienes ascendencia japonesa, naciste y fuiste criada aquí en Londres.

-¿Eso es todo lo que puedes decirme?

-También debo informarte que por los últimos nueve meses has estado en un coma.

-¿¡Que!?

-Sin alterarse, Gwyneth, no quieres otra anestesia ¿verdad?

Niego con la cabeza, no quiero volver a perder la conciencia de esa manera nunca.

-¿Qué más debo saber?

-Eso es lo esencial por el momento, tienes que guardar reposo por las siguientes cuatro semanas y debemos hacerte una serie de análisis.

-¿Por mi amnesia?

-Si, necesitamos estar seguros del tipo de amnesia que tienes... aunque todo parece indicar que es retrógrada. No tienes problema con guardar nueva información, lo cual es positivo -me sonríe -. Tenemos que ver que tan grave fue el golpe, si los conocimientos básicos los tienes o no.

-¿Me dirán cuándo puedo recuperar mis recuerdos?

-Eso es algo que ni los más sabios han resuelto -me dice -. La amnesia es muy difícil de predecir, tu memoria puede volver esta noche, puede volver el próximo año, puede volver...

-Nunca -susurro.

El doctor no dice mucho, solo asiente con la cabeza.

Escucho el sonido de la puerta siendo abierta, alzo mi vista para ver si me encuentro con mi tío otra vez, pero él no aparece. Aparecen dos personas que no he visto nunca... aunque sea no en las últimas horas.

Un chico que puede ser de mi edad, su pelo rubio es casi castaño y se encuentra un poco rizado y sus ojos azules buscan al doctor.

-Doc., lo necesitamos urgente.

-Estoy algo ocupado, Jasper.

El chico, Jasper, enfoca sus ojos azules en mí antes de repararme por completo. Hay algo en su mirada que me es familiar, es el mismo tipo de familiaridad que sentí con mi tío, aunque no creo que él sea algún pariente mío ... ¿verdad?

A su lado una chica de pelo castaño vestida de enfermera aparece.

-Doctor, creo que puedo ocuparme de la señorita Sasaki -ella dice -. De todos modos, es hora de tomar un baño ¿no cree?

Él parece pensarlo por unos momentos antes de asentir con la cabeza.

-Gwyneth, te quedarás con la enfermera Bea. Ella te llevará en una silla de ruedas hasta el baño y...

-Puedo caminar ¿sabe?

El chico rubio parece entretenido por la respuesta que di.

-No se discute, tienes que guardar reposo -el doctor me dice -. Puedes estar de pie en el baño, pero no más de diez minutos -su vista cae en Bea -. Si no está afuera diez minutos después de que la dejes en el baño, entras y la pones en la silla de rueda. Así sea que tenga que venir a la habitación en una toalla.

-Como diga, doctor.

Él asiente antes de enfocarse en el chico rubio otra vez.

-Tienes solo diez minutos, Jasper.

-No necesito más, doc.

Ambos se van antes de que Bea me ayude a la silla de ruedas. Le digo que puedo sola, pero ella no acepta.

Al poco tiempo estoy con ella, en silencio, recorriendo el hospital hasta llegar al baño.

-¿No necesita ayuda con nada? -me pregunta luego de darme la toalla y una bata nueva.

-No, estoy bien.

-Vale, cualquier cosa no dudes en gritarme.

-Lo tendré en cuenta-le digo.

Cuando entro al baño, lo primero que me recibe es un espejo que se encuentra encima del lavado.

Y es allí cuando caigo en cuenta.

Es la primera vez que veo mi rostro.

Aunque sea es la primera vez que recuerdo ver mi rostro.

Mis ojos oscuros y rasgados como los de mi tío me ven de vuelta. Mi cabello negro llega hasta la parte inferior de mi espalda. Recorro mi mano por mi cara fina y clara.

Poco a poco me quito la bata que tenía puesta.

Desnuda frente al espejo veo mi cuerpo. Frunzo el ceño cuando llegó a la cintura.

Hay algo allí.

No es una marca de nacimiento o un lunar.

Es un tatuaje.

Un tatuaje, unas palabras en japonés.

No sé como... pero puedo identificar las palabras.

De las cenizas renaceremos.

Lo recorro con los dedos antes de darme cuenta que tengo otro debajo de mi seno izquierdo.

Alzo un poco para verlo mejor.

Es un sol.

¿Qué significan estos tatuajes?

No me doy mucho tiempo para pensarlo porque poco a poco noto una cicatriz que se desprende del tatuaje del sol hasta llegar al centro de mi espalda. Son varias líneas que no cicatrizaron bien, al igual encuentro una quemadura en la parte inferior de mi espalda.

Mi respiración se hace cada vez más fuerte.

Las cicatrices no pueden ser tan recientes, no siento dolor cuando las toco. Sin embargo, no puedo evitar sentir un frío recorrer mi cuerpo cuando mis dedos trazan la quemadura.

¿Cómo me hice estas cicatrices?

¿Mi tío sabe de esto?

La ducha no me ayuda a olvidar esas cicatrices.

Durante el camino de vuelta a la habitación solo hay una pregunta que necesito responder urgentemente

¿Quién mierda es Gwyneth Sasaki? 

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Buenassss.

Bueno, empezamos ya esta travesía. Cómo les dije van a ser los primeros cuatro capitulos aquí hoy, se van a ir publicando a lo largo del día, así que tengan esas notificaciones activadas. 

¿Qué les parece hasta ahora? Si están confundidos no se preocupen, van a confundirse más a lo largo de la historia jeje. 

No olviden dejar su estrella y un comentario <3

Nos vemos en el próximo capitulo.