PROLOGO

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PROLOGO



Creía estar tan feliz que notaba el dolor de su sonrisa por tanto tiempo que estuvo en su rostro.

Su garganta estaba seca, le picaba un poco, aunque tomara mucha agua de a pequeños ratos.

Su corazón latía muy fuerte, podía sentirlo en su pecho golpear ansioso... porque, aunque nadie pudiera notarlo en ese lugar, él también estaba nervioso, se sentía muy nervioso.

Trataba de concentrar su mente en una sola cosa:

En escuchar a todas las personas que le hablaban al mismo tiempo. Esa tarea había sido difícil en sus últimos días porque de verdad siempre le costó, escuchar a la gente.

Siempre fue el chico diferente para todos, nunca llamo la atención, nunca a nadie le apeteció hablar con él, nunca nadie le preguntaba nada y ahora estaba viviendo todo lo contrario.

Una oleada de calor le inundo el rostro e hizo que su delineador negro se le corriera un poco debajo de sus ojos. La sombra negra ya estaba media desprolija.

Corrió su mechón lacio oscuro hacia un lado que por cierto ya estaba un poco más largo de lo habitual y siguió con lo suyo.

Estaba entre tanta gente y entre tantos flashes no sabía que rostro poner para salir bien en una foto porque tenía miedo de poner una cara rara y luego que ande circulando por las redes sociales con gente burlándose o riéndose.

Tomó un marcador negro y firmo una foto gigante de su rostro, para que la chica de cabello color rojo y que era admirador de su figura, se vaya de ahí contenta por haber recibido una firma de alguien.

Sentía gritos... su nombre por todos lados...

Y su adrenalina por todo su cuerpo estaba activada, podía sentir como sus manos temblaban, nunca en su vida se había sentido tan bien.

"No quiero parecer nervioso"

Una chica de su misma edad se acercó y le entrego una carpeta llena de fotos de él, porque quería que se la firmara para al menos quedarse con algo de él, su firma, algo que no se borrara como ese día que iba a quedar en su mente, pero no iba a poder vivirlo más.

La chica tenía el maquillaje corrido debajo los ojos de tanto llorar... cuando estuvo a centímetros de él, de la estrella que tanto admiraba, su corazón empezó a latir rápidamente y lanzo un grito mientras se tapaba la boca para no hacer tanto ruido y no asustarlo.

El chico adorado le sonrió con su mejor sonrisa, mientras tomaba el álbum para firmarlo.

—Te amo... Te amo... —Dijo la chica.

—Yo también.

Ella se emocionó y grito.

El chico no pensaba que iba a llegar a tener tanta gente que lo admirara por sus canciones, por cantar y por su aspecto físico.

Cuando firmaba el autógrafo las chicas les tomaban fotografías diciendo que "era un ángel".

La fama se volvió en algo grande en poco tiempo y el recién lo estaba descubriendo. Apenas saco su álbum debut, todo había sido una locura e incluso los días habían sido demasiados cortos para que él se pusiera a pensar en que se había transformado.

Estaba en una firma de autógrafos, sentado en una mesa larga, con unas botas negras, unos jeans rotos justo donde estaban las rodillas, su cabello se veía demasiado oscuro como siempre, su piel lucia demasiada blanca, sus ojos celestes brillaban más de lo habitual, su pequeño piercing en su labio se notaba, ya que eso era uno nuevo porque se lo había hecho hace unos días y su chaqueta de cuero negra siempre estaba con él. Como si en estos últimos días se hubiera transformado en su compañera de por vida.

Las fans estaban acumuladas en el lugar, con su CD en manos, con fotos que había recordado sacárselas, ellas estaban ahí entusiasmadas por verlo.

Cámaras digitales y celulares aparecían justo cuando estaba el firmando banderas con su nombre, entonces cuando miraba donde firmaba sentía el flash, cuando miraba hacia adelante sentía el flash, cuando miraba hacia una parte sentía el flash.

No dejaban de tomar fotos y de gritar, de hablar, de saltar, de empujarse, de piropearlo, de estar tan eufóricos.

Su cabeza ya había empezado a dolerle, pero el solo quería que todo saliera bien, realmente quería que todo esto salga bien, porque de verdad admiraba lo que estaban haciendo esas personas con él en esos momentos, valoraba como esas personas se estaban comportando.

Sonreía para parecer simpático, con una leve mueca, aunque su cuerpo estaba devastado por días bastantes saturados. Hacer shows en vivo había resultado realmente cansador y pensaba que por fin se iba a acostumbrar a su nuevo trabajo.

Una chica rubia se acercó a él, con una goma de mascar y un escote bastante llamativo.

Aunque trato de que el chico mirara su escote en esos minutos no logro que eso pasara y se fue un poco desilusionada.

Otra chica más pequeña que la anterior, se acercó con su Cd en las manos y con una sonrisa increíblemente encantadora.

—Eres mi amor platónico...— Susurro entregándole lo que quería que le firme...

—Gracias...

—Te quiero...

—Y yo a ti... —Ella levanto una ceja, pero luego asintió... nada de agresiones.

—Yo me voy a sentir triste luego de esto...

—¿Por qué?

—Porque no voy a poder verte más...

—No, no de eso nada... tú tienes que seguir adelante y ser feliz, piensa que si tú te vas triste de aquí yo voy a sentirme triste...

—¿En serio?

—Claro.

Entonces ella sonrió mostrándole sus dientes y le agradeció tanto que a temió que su corazón se rompiera en mil pedazos.

Lo que nunca esperaba era el sujeto que venía detrás; principalmente lo que iba a decirle.

Nunca tuvo que enfrentarse a una situación de esas... nunca. Pero algún día iba a tocarle.

Era un joven chico, teñido de rubio, con una foto pequeña del cantante en las manos... solo había venido para molestar, para decirle cosas que tenía pensado antes de venir a la firma.

El reloj marcaba las 22:00 HS de la noche y ya la firma de autógrafos terminaba... este chico rubio era el último.

Cuando le toco su turno, se arrimó a la mesa con una leve sonrisa y vio al cantante que tenía en frente.

— Yannick Walker...

—Hola... —Dijo este mirando sus manos a ver si tenía algo que le firmara.

—Me alegro que estés pasando... por tu gran momento.

El cantante asintió con una ceja levantada y fui ahí cuando le dio la foto simple que llevaba para que le firmara.

Yannick destapo el marcador por última vez y empezó a firmar la foto.

—Deberías hablar más con la gente que viene a que le firmes unos papeles... de todas maneras tu eres una persona como todos...

El cantante levanto la cabeza para mirarlo.

—Lo siento...

Se dio cuenta que el chico tenía toda la pinta de ser uno de esos chicos rebeldes que contestan cualquier cosa cuando les hablas.

—De todas maneras, deberías agradecer que millones de chicas amen a una persona que no conocen, que tiene defectos y que se va a arruinar como todos ellos lo hacen... de hecho me parece que ya te estas arruinando demasiado, pequeño.

Yannick le entrego la foto firmada con el rostro serio.

— ¿Eres mi fan o qué?

—Solo venía a decirte que no eres perfecto como todas creen, tienes tus malditos defectos, así que se más inteligente y sale a confesarlos, así dejas de engañar a todas esas personas estúpidas... personas ilusionadas... eso es lo único que son, se mas hombre y di lo que eres a mí no me vas a engañar.

Al principio Yannick iba a llamar a seguridad e iba a hacer que lo echen porque lo había molestado, pero ahora se lo quedo mirando impresionado... realmente impresionado.

Nunca nadie le había dicho algo parecido y bueno ahora era la primera vez que se lo decían.

—No seas tan mentiroso, una persona que está en un mundo como en el que estas tu... no da ningún ejemplo, al contrario, solo es una persona con más defectos que una persona normal porque tienen exceso de todo.

Detrás de los posters de la firma de autógrafos, salió Larry con unas gafas de sol negras, tomo del brazo a Yannick con rapidez, ignorando al chico rebelde y se lo llevo lejos de ese tipo...la última vez que pudo hacer contacto visual con aquel chico pudo ver que él tenía los ojos fríos como su padrastro.

—Se terminó todo... —Le dijo mientras se iban.

Y que bueno, porque no quería verlo nunca más.

Caminaron rápido hasta la salida del shopping en donde fue la firma de autógrafos y afuera estaba lleno de gente con cámaras gritando cosas que Yannick no alcanzaba a escuchar.

— ¡Black Rose!

— ¡Mira aquí!

— ¡Te amo!

Recibió muchos empujones, pero lo único que tenía en mente era llegar al auto negro que lo esperaba para conducir lejos de todo este desorden y lo llevara al hotel donde ahí estaría un poco tranquilo.

No tanto, porque tenía a todo el equipo de The Sun dirigiéndole lo que tenía que hacer, y decir para el día siguiente, quizás como se tenía que vestir y peinar y quera lo que debería cenar.

Sabía que sería así, el día que firmo los contratos. Pero nada podía cambiar porque estaba de gira.

Yannick ya había pasado por muchas cosas de la vida y esta era nueva y tenía que empezar a aprender a respetarla.

Llego al auto negro, se metió dentro de él, saludo a un par de fans que seguían llorando y gritando por él y cuando el auto se alejó de ellos...

Apoyo su espalda en su asiento y suspiro.

— ¿Qué te pasa? — Le pregunto Larry, mientras le ofrecía una botella de agua.

—Tengo una migraña...

—Ya va a pasar...

—Lo sé.

—Cuando lleguemos al hotel... tomate algo.

—Si.

Yannick miro la ventana seriamente y observo la luna de esa noche que estaba realmente completa y bella.

Recordaba haberla visto tan hermosa en una ventana de un hospital abandonado con una chica que logro amar.

Ya esos tiempos estaban olvidados...

Bueno, tendrían que estar olvidados, aunque siempre aparecían como flashes y lo hacían sentirse como una basura.

Cuando llegaron al hotel, se dio cuenta de lo lejos que estaba de su casa... estaba en Inglaterra a un continente totalmente diferente del que acostumbro a estar siempre.

—Mañana tienes una presentación en el programa "Stars" y una entrevista con una revista que todavía no me pasaron el nombre, pero exijo que lo hagan...—Larry hablaba rápido y lo sostenía tan fuerte el brazo que Yannick tenía miedo que se lo arrancara de su lugar. Había sido un día agotador para todos.

Su productor no estaba a salvo, más que se encargaba de prepararle todas las cosas para que se puedan llevar a cabo como querían.

—Pero tienes que levantarte temprano para que te maquillen y...

Yannick ya no lo escucho estaba tratando de asimilar todas las cosas que le decía, pero ahora solo quería dormir y estar tranquilo.

—Mañana... me lo dices— Le dijo acomodándose otra vez el mechón para que no le tape el ojo izquierdo. Su productor se quedó mirándolo por unos segundos...

—Bueno.

—Gracias.

Saco la mano de Larry de su brazo y se fue a su habitación.

Era enorme.

Tenía muchas luces, muchas cosas como espejos enormes... pero ahora a él solo le importaba tirarse a la cama, pero antes de hacerlo...

Iba a mirarse al espejo.

Era Yannick Walker, el chico que antes en la escuela le arrojaban papeles, lo insultaban, lo molestaban, lo golpeaban, ahora todo eso había cambiado...

Ahora era un cantante conocido internacionalmente, que salía por la televisión, por la radio y por revistas.

Estaba confundido porque todo eso había llegado tan rápido que no dejo que pensara.

Entonces un recuerdo vino rápidamente a su mente.

El chico que le hablo en la firma de autógrafos, realmente había sido grosero... o ¿Le dijo la verdad?

Tenía que mostrarse como era...

Dejar de ser falso...

Estaba engaño a muchas chicas en muchas cosas y entonces fue ahí cuando miro una botella de vodka vacía.

Recordó que se le había tomado toda ayer y no había pensado en otra cosa más, que sentir ese líquido en su garganta.

Mordió su labio inferior y llevo su mano a su frente.

—Yo no bebo, no me drogo... esas son sustancias que dañan al organismo...

Recordó diciendo en una entrevista y luego recordó todos los mensajes buenos que recibió en su cuenta de "Twitter" por decir esas cosas.

No importa lo famoso que sea, el dinero que haya ganado últimamente, todos los halagos que haya tenido últimamente.

Importaba lo mentiroso que era.

Agarro una toallita desmaquillante, y se sacó por completo todo el delineador negro y todo el revoque que tenía en la cara.

Miro una vez más el reflejo del espejo, y vio a un niño pálido, cansado y realmente confundido... realmente con un desorden en la cabeza.

Algo no lo dejaban en paz.

¿Sus demonios?

Ese había sido un paso que tuvo que aceptar, pero ahora... ¿Cuál era el siguiente? ¿Cuál era el cambio que estaba por atravesar, Yannick?

—Falso.

Murmuro en el espejo con los ojos vidriosos. 

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