Capítulo 23 -La paciencia de la tortuga.

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Freya POV

Me desperté aterrada, me habían drogado y no sabía ¿dónde están mis bebes? Agudicé mi oído tratando de encontrar su llanto, no escuché nada similar, olfateé tratando de recoger su olor, nada. El miedo recorrió mi cuerpo imaginando que les habían asesinado.

-No los encontrarás. Jakob se ha deshecho de ellos. Ya no habrá nadie que reclame su manada, solo quedas tu. Lo hará en público para que nadie guarde esperanzas. Ya no habrá nadie que se interponga entre su mandato como alfa- La risa Helga me dio escalofríos. Me negué a llorarlos ya habrá momento para eso. Sé que Ragnar los exterminará a todos por matar a sus hijos. Me quedé mirándola a los ojos. Juro que la mataré.

-Estás muy callada. ¿Dónde está ese orgullo que vi en ti en la reunión de alfas? -Seguí callando no era el momento de hablar; me tragaría el dolor que siento en este momento. Jalé fuerte la cadena que me tenía sujetada a la pared.

-Nunca podrás romperla. Eres débil, tu madre humana te heredó su debilidad -Sonrío, no le dijeron que puedo cambiar, la dejaré que crea eso. Su ignorancia juega a mi favor.

-Te dejaré sola en tu luto, mientras yo iré a disfrutar de la compañía de mi alfa y mis hijos -Sonrío con suficiencia.

-¿Qué se siente ser la segunda? Juegas a ser luna, pues sé que no lo eres. Solo eres una concubina que le dio hijo a su alfa. Tu nunca fuiste su pareja. Cuando mueras, él no sentirá nada por ti. Irá tras otra loba y tu recuerdo se desvanecerá con el viento -Mis palabras le deben haber dolido. Trató de golpearme, se sorprendió cuando esquivé su golpe, trató de volverme a golpear, sin embargo, lo detuve en el aire con mi mano libre. Le enterré las uñas en la muñeca a tal punto que la hice sangrar, con la otra manos trato de golpearme y la volví a esquivar.

La puerta se abrió dejando ver a una mujer joven de pelo negro como la noche y de tes muy pálida.

-Luna, el alfa reclama su presencia. Me pidió hacerme cargo de la prisionera -La mujer sonrió, pero su sonrisa no me dio miedo. Olfateé y no olía a lycan, eso me extrañó. Sabía que Jakob no toleraba a los mestizos y eso me hizo tener esperanzas.

-Hazla sufrir mucho -Helga sonrió malévolamente.

-Así lo haré, luna -Ella me miró con un guiño de ojo. No vi venir el golpe, sus uñas me hicieron sangrar. Pero no me quejé, no le daría el gusto a la perra.

-Quiero verla sangrar y sobre todo suplicar por su muerte -Con eso se retiró del calabazo donde me tenían. La mujer se asomó por la puerta, espero unos segundos, cerró la puerta de hierro, para luego hablar.

-No hagas preguntas, solo escucha -Me quedé dudando de la extraña.

-Lo entiendo. No me conoces, yo a ti sí. Conocí a tu madre, fuimos amigas, hasta que conoció a tu padre. Ella nunca fue bien recibida aquí por la familia de tu padre. Ellos creyeron que tu madre era humana; ella nunca reveló su herencia no humana. Siempre hizo creer a los demás que era débil. Tienes un gran poder corriendo entre tus venas. Tendrás que soportar todo lo que venga de ellos... -Se detuvo unos segundos para asegurarse que no viniera nadie y la escuchara.

-Mis hijos. ¿Qué han hecho con ellos? -Luche contra las lágrimas.

-No sé. Ellos solo te trajeron a ti. Solo vino uno de ellos -Volvió a parar cuando escuchó unos pasos. Me sorprendió cuando me golpeo repetidamente. No pude bloquear sus golpes ella es raída como el viento.

Me golpeo sin parar hasta que la puerta se abrió dejando ver a un lobo, que sonreía con alegría.

-Déjame con ella quiero divertirme un rato con ella. Nunca he estado con una luna, luego me burlaré del alfa, le diré lo duro que la folle y como lo disfrutó. Aunque solo disfrute yo -Rio el hijo de puta desabotonando y bajando la bragueta de su pantalón.

-¡NO! Le dije a nuestra luna que lo haría yo. ¡VETE! O llamaré a luna Helga -El hombre se detuvo. Vio mi rostro y sonrió de nuevo.

-Hablaré con el alfa, de todos modos, la ejecutará. No es como que le importé a él si la uso un poco -Acomodó sus pantalones y se marchó, no sin antes amenazarme.

-No te acomodes luna, pronto tú y yo tendremos una conversación -El hijo de puta se rio.

-Si vuelves a tocarme te juro que te mato -Le advertí, mis garras salieron de mis dedos, pero esta vez eran diferentes.

-Veo que predomina, la sangre de tu madre, eso es bueno. No dejes que nadie lo sepa, que sigan creyendo que eres mitad humana y que predomina esa característica, yo te diré cuándo. Lo siento te sanas muy rápido. Debo golpearte para hacerlo creíble -Ella me golpea y en el último golpe me dio tan fuerte que perdí la conciencia.

***

Los días habían pasado, la primera chica que había venido a golpearme estuvo golpeándome, hasta que fue sustituida por mi primo, quien me azotó con un látigo, con estos mi cuerpo no pudo resistir mucho, parece que el chico me odia demasiado, lo más trágico de todo esto es que no sé ¿por qué? Yo debería de odiarlos, ni siquiera sabía de su existencia, hasta que Ragnar me encontró. Yo debería de ser la que les odio, cosa que ya estoy comenzando a hacer.

-¿Quiere mi manada? Te mataré antes que eso suceda -Me grito el chico. Me reí de él porque, es fácil golpear a alguien que no puede defenderse.

-Porque no lo hace de una vez. Así dejas de preocuparte de que lo haga -Le dije y parece que lo enfureció más.

-He querido hacerlo, más mi padre no me lo permite. Quiere a tus bastados, sin embargo, parece que tu pareja los ama más que a ti. Se niega a entregarlos. No puedo salir a divertirme, mi padre tiene miedo de que Ragnar me tomé como prisionero -Me carcajeé por eso.

-¿Qué se te hace tan gracioso? -Pregunta el idiota.

-Ragnar no te tomaría como prisionero. Él te mataría. Pero ustedes han provocado una guerra, mátame y Ragnar no dejará nada en pie en esta manada. A mí nunca me interesó nada de esto. No supe de la existencia de los lycan hasta que conocí a Ragnar -Me burlé de él. Es un niñato que solo cree lo que su padre dice. No me importa. Solo tenía que sobrevivir.

Así pasé tres días más, parece que mi querida prima se negó a golpearme con el látigo y se ganó una golpiza de su propio padre, por lo que tuvo que hacerlo sí o sí. La perdoné por ello, es una joven de escasos quince años.

Helga apareció de nuevo, dándose gusto en golpearme con el látigo, cada vez que me desmallaba, me despertaban para volver a golpearme. Con cada golpe se me estaba haciendo difícil sanar. Recordaba las palabras de la chica pálida. Mi loba quería salir, pero me habían advertido que si la hacía salir sería mi muerte, además el acónito en el agua tampoco me ayudaba, sin embargo, cada vez sentía menos los efectos del veneno, eso era bueno, ya que el día que tuviera la oportunidad dejaría que mi lobo o mi otra parte tomaran el control y los haría pagar. No había podido hacer el enlace mental con Ragnar, debía estar muy lejos de él para no poder hacerlo.

****

El día que había temido había llegado, el lycan que me había amenazado llego una noche para cumplir su promesa.

-Nos volvemos a ver luna y hoy no habrá nadie que te libre de mí. Jakob me ha premiado por ser un buen ejecutor, eliminé a unos espías que mando tu pareja y le envié sus cabezas. Me hubiese gustado ver la cara de tu alfa y la de los familiares

de los caídos. Vez esta cámara, haremos un video de lo que voy a hacer contigo y luego se lo enviaremos a Ragnar -Dejó de hablar para dirigirse a mí.

Me termino de rasgar lo que quedaba de mi ropa, me encadenó los pies dejando mis piernas demasiado separadas. Sabía lo que pretendía hacer, sin embargo, no esperaba lo que hizo.

-Te he inyectado una droga que te excitará, por más que resistas no podrás con la necesidad, eso le causará un dolor a tu pareja y lo debilitará. Él creerá que lo engañas y para cerrar con broche de oro le enviaremos el video, espero realmente que lo disfrutes pues yo sí lo haré -Mientras hablaba sentía como la droga hacía efecto, luego sentí el otro pinchazo, ese era acónito. Lo que hacía que no me permitía luchar contra la droga.

Lo sentía acomodarse a mi espalda, estaba mareada y muy caliente. Ansiaba ser follada. Sin embargo, debía de luchar para no sucumbir. Aparté mi rostro en el sentido contrario a la cámara, no quería que Reganar me viera.

-¡MÁTAME! Por favor hazlo –Él se rio mientras se introducía en mí por la fuerza, el vínculo hacia mi pareja se negaba a aceptarlo, causándome dolor.

Mi irá fue creciendo a niveles nunca imaginados, pese a su agarre en mis muñecas logré reventar una de las cadenas de las muñecas, su fuerza luchando en contra. No sé cómo lo hice, pero logré soltarme de su agarre y le arañé en la nuca, sentí como le calvé mis garras es su nuca le di tan fuerte que casi lo decapito. El cayó al suelo sin vida.

-Quien iba a imaginarlo, la huérfana se convirtió en asesina -Se río Jakob.

-Esto es en defensa. Tu eres el asesino, nos has traicionado con los humanos y eso ninguna manada lo va a perdonar –

-¡Llévensela! Es hora de que Ragnar y las demás manadas sepan que no estoy jugando –

Solo esperaba la señal para defenderme. Solo que Ragnar tendría que responder a mis preguntas de no venir por mí en algún momento y ser paciente como una tortuga.

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