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18° Libro: Coraline

No quiero tener todo lo que deseo. Nadie lo quiere, no de verdad. ¿Dónde estaría la gracia si tuviese todo lo que quiero? 

— ¡Vamos Jin, no te detengas! ¡Sigue corriendo! — alentó Jimin trotando en su lugar.

Jin se encontraba agarrando sus rodillas mientras respiraba irregularmente. Su amigo lo había invitado a correr, bueno eso no era del todo cierto, el mayor estaba ilusionado porque Jimin le había dicho que le compraría un pastelillo y comerían algunas golosinas, pero supo que le había engañado en cuanto vio que tenía puesto un short y una camisa blanca, no se imaginó que lo sacaría de su cómodo departamento para salir a correr.

— ¿Cuánto tiempo llevamos c-corriendo? — preguntó cansado. Jimin sin dejar de trotar en su lugar miro el reloj que tenía puesto en su muñeca izquierda.

—Tan solo han pasado quince minutos—

— ¡¿Qué!? — suspiró exaltado. —Pensé que llevábamos más de media hora corriendo, esto es... muy agotador—

—Vamos, deja esa flojera de lado y sígueme, que los kilómetros no se completarán solos—

Jimin ya tenía la costumbre de salir a correr en las mañanas, sobre todo le gustaba correr por los parques, pero al mayor no le gustaba, no es que le desagrade hacer ejercicio, pero la verdad era que no se sentía de un buen humor para correr, más bien, nunca estaba de buen humor para salir a correr.

—Prefiero quedarme aquí— se incorporó. — ¿Te parece si me dejas aquí y cuando acabes nos regresamos? —

—Nada de eso, vendrás conmigo y no se diga más, vamos Jinnie mueve esas piernas y sígueme—

Seokjin estaba agotado, no quería seguir corriendo, tan solo quería irse al hospital, tenía que leer el nuevo libro, además le había prometido ir temprano. —Eso no es una gran motivación—

—Está bien, ¿quieres motivación? Te daré motivación— dejo de trotar. —Si terminas tres kilómetros corriendo conmigo, dejaré que vayas con Namjoon y no volveré a engañarte para que salgamos a correr, ¿trato? —

—Está bien, me parece buen plan. ¿Tres kilómetros? — su amigo asintió. —No es mucho, sí lo lograré. ¡Vamos! —

Jimin sonrío ante esa respuesta, sabía que Jin no se rendía tan fácilmente, y menos si se trataba de algo con Namjoon

Un adolorido Seokjin entraba a la habitación ciento veintisiete, le dolían horriblemente las piernas, ¿por qué? Bueno, Jimin le había hecho correr un poco más de los tres kilómetros de lo que quedaron.

—Namjoon, seguramente te estás burlando de mí por cómo me veo— se sentía rígido, pero la verdad era que no se notaba mucho, claro que cuando se sentaba cambiaba la cosa, pues no podía porque al doblar las rodillas sentía dolor en sus piernas.

Jin a pasos algo lentos se aproximó en dónde se encontraba el moreno acostado. — ¿Sabes? Jimin sí que es todo un deportista, creía que moriría de tanto correr. Pero bueno sigo vivo para contarlo, seguro estarás pensando que estoy siendo un exagerado, ¡pero es que Jimin ni siquiera me dejo prepararme con la ropa adecuada! —

Acaricio la portada del nuevo libro en sus manos, tenía a una niña que llevaba una vela encendida mientras la sostenía con ambas manos y al parecer caminaba por un lugar oscuro.

—Sigo contando las semanas, ya quiero que despiertes, sé que sueno como un desesperado, pero creo que la verdad es como estoy, quiero que abras los ojos y me digas las locuras que seguro estás soñando en estos momentos, quiero que me digas si acaso estás escuchándome leer, el doctor dice que es posible que lo estés haciendo—

Seokjin abrió el libro y observo la nota escrita que Nam le había dejado en la primera página en blanco.

"¿Cuál es tu mundo perfecto, Jin? El mío es uno en dónde pueda dedicar mi tiempo a las personas que quiero, y creo que tú tomarías todo mi tiempo Kim. Considérate afortunado"

Por supuesto que Jin se consideraría afortunado si ese mundo existiese. Comenzó a leer: Coraline de Neil Gaiman, para Kim Namjoon.

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