Capítulo 13

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Gadot regresó de su viaje, así pues, retomó sus consultas, después lo vivido en las vegas, consideró beneficioso.

Después de estar haciéndose el relevo con Julia, Lucia se quedó con la pequeña ese día, para que tanto Juliana como Valentina descansaran. Los padres de Juliana fueron a visitar a Diego y se llevaron a los mellizos y a Valeria para que estuviesen con sus primos, tenían todo un enorme campo donde podían correr y desgastar energías.

Así pues, por la mañana Juliana estuvo con Gadot y después tendría clase de braille. No le dijo nada referente a lo ocurrido con Valentina, es más, no le dijo que su vida sexual parecía normalizarse, bueno antes de "el notición" que le dio Valentina, más bien desviaba el tema y preguntaba por las batallitas de Gadot con Carol y las locas de Catalina y Lizzie. Antes de que Juliana saliese, se tomó la libertad de darle una pastilla para "mejorar" sus ánimos.

Sin embargo, Valentina si se desahogó. Apoyada junto a la ventana y con la mirada perdida en la calle, la zona era residencial, así que en un fin de semana era más común ver niños por la calle. Gadot apuntaba en una libreta o más bien fingía escribir, se entretenía dibujando, flores, snoopis y penes con ojos y una sonrisa traviesa:

— Parece que todos los avances que hemos tenido se han estancado— decía la rubia con el ceño fruncido— es decir, no me ha retirado la palabra, ni tampoco me aparta, tampoco muestra enfado, pero ha dejado de ser cariñosa, es decir, en el sentido de que ya no coquetea, no me mete mano, ni me abraza como antes, no digo nada de hacer el amor porque llevamos noches sin coincidir— se dio media vuelta para mirar a Gadot— por lo menos me dio la oportunidad de explicarme.

Lo recordaba muy bien, aquella noche en cuanto Valentina le soltó el bombazo se levantó de la cama, encendió la lámpara para ver el gesto que ponía Juliana, hasta el momento no había hablado ni estallado en colera, en eso tenía razón Lucia, esa clase de reacción dramática era más estilo de Valentina:

— Sé que tendría que haber hablado de esto antes de tomar la decisión de manera independiente— comenzó a explicar la rubia sentándose al lado de Juliana— sé que hice mal, pero debes entender que me pudo la desesperación porque no aparecía ningún donante compatible, lo hice porque nuestra pequeña— Valentina dejó caer una lágrima, tenía la sensación de estar decepcionando a Juliana otra vez más, que seguía sin decir nada— eres madre como yo, tú más que nadie debes saber que una madre es capaz de todo— Valentina comenzó a sollozar— tú apenas estabas receptiva y yo no podría soportar perder otro hijo.

Juliana en ese instante si pareció reaccionar, relajando un poco la tensión de sus músculos faciales, alzó un poco u rostro y movió su mano hasta hallar a la mujer que estaba sollozando a su lado y la atrajo para abrazarla, Valentina devolvió el gesto a Juliana y ocultó su cara en su cálido pecho, sus senos se movían al son de su respiración:

— Y no vamos a perder a ningún hijo— dijo apoyando su mejilla en el pelo alborotado de Valentina— han nacido tan fuertes como tú.

Valentina alzó la mirada, hasta que sus rostros quedaron cerca y mirando a sus labios sintió un poco de alivio y se reprochó así misma de haber dudado de su amada vaquera, que hasta en ls peores momentos tenía un abrazo para ella:

— ¿no me odias?

Juliana seguía parpadeando:

— ¿debería odiarte? Valentina— la rubia negó con la cabeza como si la morena de ojos verdes pudiese ver ese gesto—solo necesito saber que tomas algo para no quedar en estado

— Tomo las píldoras anticonceptivas que me recetó la ginecóloga

Juliana asintió y solo por unos segundos pudo divisar expresión de alivio:

— Tenemos que prepararnos para comenzar el día con tres pequeños Valdés inquietos y con las pilas recargadas.

Valentina cerró los ojos y dejó escapar un suspiro de alivio. Antes de besar los labios de Juliana, un beso que le devolvió, aunque sintió que tuviese la misma intensidad que minutos antes.

Ahora, que Valentina pensaba en frío contándoselo a Gadot:

— Sí, la noté muy distante de lo normal— Gadot dejó de garabatear y miró a Valentina— tengo miedo de que vuelva a beber como antes, que no afecta en su comportamiento, pero...

— ¿Has visto que haya bebido estos días?

Preguntó Gadot. La doctora se había alisado y llevaba un traje de chaqueta pantalón negro y unos Jimmy Choo que conjuntaba a la perfección como siempre un pintalabios que resaltaban sus finos labios y el rímel que hacían resaltar el color de sus ojos:

— No

Admitió Valentina, la rubia era consciente de que Juliana tendía a salir a un bar sus cervezas mientras acababa hablando con una desconocida, al menos antes del accidente, ahora todo se había reducido con Gadot, sus padres, con Michelle y de vez en cuando con Carol vía Skype. Gadot dejó escapar una ritista:

— Menos mal— Añadió aliviada y cerraba la libreta— me tomé la libertad de darle algo para que mejorase sus "ánimos"— dijo la palabra animos haciendo las comillas con los dedos— y no se puede, o mejor dicho— se corrigió— no se debe mezclar con alcohol.

Valentina achicó los ojos:

— ¿qué le has dado exactamente?

Gadot se fue levantando, ya que Valentina tenía esa mirada tan poco peculiar que solía poner cuando estaba a punto de volar todo lo que estuviese a su alcance. La doctora puso las manos en señal de paz:

— Se lo di antes de saber que ya habíais follado— explicaba mientras agarraba su bolso y comenzaba a recular hacía la puerta del escritorio mientras era seguida por la mirada fija de la rubia— vale, es algo que no se encuentra en cualquier farmacia— admitió— pero está en fase de experimentación, es algo que tiene entre efecto viagra con un poquitito efecto droga del amor— se adelantó a decir cuando Valentina iba a hablar— yo misma lo probé, lo malo es que mezcle con alcohol y los efectos aumentan un poco y acabamos como en el final de la película del perfume.

Valentina apretó la mandíbula, después de las ultimas experiencias vividas con "Las drogas" y de manera inconsciente, sentía toda clase de aversión y más si eran ilegales:

— ¿Le has dado una droga parecido al extasis?

— No, no, no— mientras movía las manos y sé que se os a pasado por la cabeza el "bueno, sí" pero en realidad fue— no tan exageradamente y son inofensivas si no hay alcohol, el alcohol solo intensifica los efectos.

Valentina comenzó a ponerse roja como un tomate por la ira, provocando que Gadot levantara el bolso como si tuviese que utilizarlo como escudo:

— Sabes la mala experiencia que hemos tenido con las "drogas"— achicó los ojos— y lo primero que se te ocurre nada más volver ¿es drogar a Juliana?

— Mujer no te lo tomes tan a la tremenda, además que es un medicamento que está en periodo de pruebas, a lo mejor en un tiempo está en el mercado como la nueva viagra...

Justo en ese mismo instante Valentina reparó en un detalle, cambiando su expresión de enfado a uno de "mierda":

— ¿Has dicho efecto viagra?

Gadot dibujó una sonrisa traviesa:

— sexo asegurado durante horas— Valentina sintió que se quedaba sin aire, no por emoción o la excitación— y teniendo en cuenta de que los niños no están, solo necesitáis mínimo dos cajas de condones.

Valentina caminó a pasó acelerado hasta la puerta, apartó a Gadot y salió del despacho, no por iniciar un ritual de apareamiento como felinas en celo:

— Joder, que está con la profesora de Braille

La escuchó decir mientras se alejaba.

Valentina bajó las escaleras, no hizo falta terminar el tramo cuando se tapó la boca, Gadot que la siguió quedó detrás de Valentina, aun sabiendo que estaba mal reírse de las "desgracias" ajenas, no pudo evitar escapar una risita que acabó silenciando con una mano:

— Ojalá pueda grabar esto

Valentina se giró para mirar a Gadot:

— Sal de mi casa antes de que te arranque los mechones de pelo

Gadot alzó las manos en señal de paz nuevamente, antes de proceder a marcharse contempló la escena una vez más. Michelle había escuchado los murmullos de Valentina y Gadot, aun así, las ignoraba ya que la chica seguía explicando a Juliana las primeras oraciones más simples, aunque si se percató de que Juliana estaba rara en los últimos momentos.

Como para no estarlo, pues la vaquera estaba totalmente roja, enfrente de Michelle, gotas de sudor caían por su frente y sus pantalones vaqueros habían comenzado a apretar por cierta parte de su anatomía. Desconcertada por que empezó a sentirse tan caliente, era como si de un momento a otro su lívido se hubiese disparado a niveles desorbitantes. Avergonzada, trataba de fingir, la chica no se enteraba de la situación física de Juliana, pero la vaquera sí e igualmente se sentía expuesta, el problema era cierto cuadrúpedo guía, sí, el perro se percató y parecía tener cierta fijación hacía esa parte de esa anatomía, intentando lamer su entre pierna obligando a Juliana a apartarlo constantemente. Incluso hubo un momento en que la oleada de calor fue tan grande que inconscientemente acabó gruñendo:

— ¿eso ha sido un gruñido?

Preguntó la pobre Michelle. La vaquera salió de su trance salvaje y negó con la cabeza, no podía creerlo, pero si, se le había escapado un pequeño gruñido, como si hubiese salido de la era de las cavernas:

— He carraspeado— fingió carraspear de nuevo— no me encuentro bien

Gadot miró a Valentina con cara divertida tras evaluar su gran... potencial:

— Ahora entiendo porque te tiene tan loquita, Valentina

Dijo cerrando el puño y doblando el brazo como si estuviese sacando musculo:

— Largo

Le volvió a echar la rubia con enfado. Michelle cerró el libro:

— En ese caso, podemos seguir en otro momento.

Juliana se levantó tapando su entrepierna para que el perro o perra, en ese momento no se acordaba, dejase de lamer. Juliana puso voz ronca cuando se acarició así misma el bulto que había dentro de sus pantalones, estaba demasiado excitada, hasta el punto de bajarse la cremallera de un momento a otro y comportarse como el cerdo pervertido que empieza a pajearse cuando ve a una mujer pasar por la calle:

— Juliana— intervino Valentina— no te veo bien...— arqueó las cejas al ver su erección y a pesar de esa extraña situación con la vaquera, no pudo evitar mojar la ropa interior— cara— miró de reojo a Michelle y quizás la rubia dejándose llevar por su "yo" morboso, se atrevió a romper las distancias con Juliana y descarada, mejor dicho, comportándose como una grosera pervertida, posó su mano justo donde apretaba su miembro erecto— sería mejor que te lleve a la habitación, a ver si se te pasa— se mordió el labio inferior— te noto la temperatura más alta de lo normal— Michelle se terminó de guardar las cosas en el bolso y se lo colgó en el hombro, acto seguido agarró la correa del perro guía— ¿Te acompaño a la puerta señorita Moza?

Preguntó sin dejar de acariciar a Juliana. Juraría que en otro momento de sus vidas la vaquera le hubiera apartado, pero en vez de alejarse movida por la moralidad, se dejó llevar por el morbo e instintos más primitivos y las ganas que tenía de sentir la boca de Valentina saboreando su sexo. No era capaz de comprender como su cerebro de un momento a otro decidió inundarla de recuerdos de Valentina totalmente desnuda, follandosela de todas las maneras posibles, con su boca, cabalgándola en plan amazona, incluso recordó a Valentina una de las tantas veces que se puso un dildo y la embistió. Imágenes que hicieron que su cuerpo reaccionase:

— No hace falta— dijo sin borrar su amable sonrisa— ya se el camino de salida.

Valentina se pegó más a Juliana y ladeó la cabeza para dar más acceso a los besos de la vaquera:

— Hasta más ver señorita Moza

Dijo La rubia totalmente distraída, hasta que se dio cuenta de la expresión que usó. Michelle curvó la comisura de los labios, no se lo tomó como una ofensa, esas cosas solían pasar:

— Hasta la siguiente ocasión señora Valdés.

Juliana siguió llenando de besos a la rubia mientras que sus manos llenas de vida acariciaban sus glúteos, en un principio, Valentina se dejó llevar por su lado morboso y lujurioso, pero empezó a sentir eso que llaman "culpabilidad" es decir, Juliana estaba comportándose de esa manera porque estaba "drogada" en otro momento de su vida Valentina hubiera dicho "a la mierda, vamos ha hacerlo" pero ahora no dejaba de pensar "Hasta que punto es consensuado y hasta que punto es la droga la que actúa" Valentina regresó en sí cuando la puerta de la entrada de la casa se cerró. Apartando a Juliana de golpe. La vaquera tenía la respiración agitada y esa expresión de bestia hambrienta de sexo, como la noche en que se conocieron:

— Juliana, espera....

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Esta historia NO me pertenece, es una adaptación con la autorización de su autor Elio_kin


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