Capitulo 37

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Día de Valentina

— señora Valdés, señora Valdés ¿me oye?

Le costó abandonar el hermoso sueño que estaba teniendo y salir de un profundo letargo para atender al hombre que había osado llamarla. Tenía mal cuerpo, esa sensación de malestar después de haber estado demasiadas horas durmiendo en una misma posición, hasta el punto de dolerle un poco los ojos por la luz del día que entraba por la ventana, poco fue saliendo de su aturdimiento, situándose al escuchar el ir y venir del personal sanitario por los pasillos, sobre todo cuando vio a un hombre con bata blanca junto a la cama donde estaba tumbada, frunció el ceño cuando vio a Lupe justo al otro lado, iba a responder cuando en su cerebro escuchó un clic que le oprimió el pecho, abriendo los ojos de par en par se miró y donde debía verse una barriga de una mujer embarazada de siete meses y medio, ya no estaba:

— Mi hija

Llegó a decir e intentó incorporarse, pero el medico que estaba a su lado no se lo permitió:

— Señora Valdés— dijo posando su mano en el hombro de la rubia— Señora Valdés, soy el Dr. Brown

—¿qué ha pasado? — quiso saber mientras se intentaba incorporar de nuevo— y mi hija

— Por favor— insistió el médico mientras trataba de impedir que moviera tan bruscamente— tranquilícese es contraproducente para su salud

— Valentina— intervino por fin Lupe— haz caso al doctor.

La rubia paró y miró fijamente al hombre, ésta tenía la respiración agitada y sus pulsaciones se aceleraron:

— Tuvo un ataque, la tratamos de urgencia

— ¿un ataque?

Preguntó aún más desconcertada, lo último que recordaba era que le dolía la tripa y después nada:

— Sufrió preeclamcia — esa palabra le sonó a chino— que derivó a eclampsia— otra palabra que también le sonó a chino— hipertensión arterial que mayormente suele afectar a algunas mujeres después la semana 20 del embarazo ¿días atrás ha tenido algún tipo de molestia?

— Dolor de cabeza, van a operar a mi esposa lo achaqué al estrés— nuevamente se percató de ese detalle y miró rápidamente a Lupe— Juliana...

— Está en la habitación durmiendo— le aclaró la mujer— cree que fuiste a descansar al hotel porque te sentías cansada

Valentina miró al doctor:

— Mi hija

— la preeclampsia afecta a la placenta lo que hace que tú vida y la de la bebé corriese peligro nos vimos en la tesitura de hacerle una cesárea de urgencia ya que empezaba a mostrar daños cerebrales

Valentina gruñó y ya desesperada:

— ¿Y MI HIJA?

— debido que su crecimiento de gestación es inferior al adecuado deberá estar hospitalizada en una incubadora hasta que los pulmones terminen de desarrollarse— Valentina se quedó sin aire emitiendo un sonido— está estable, pesó 1 kilo y 800 gramos, hasta más adelante no podremos saber más, está en buenas manos haremos todo lo que está en nuestras manos para que siga por el buen camino

Valentina miró a Lupe:

— y Juliana la operación ¿puede?

Comenzó a hablar algo aturdida, como si aún no hubiera sido capaz de procesar la información que le dio el médico:

— La operación fue bien— le respondió Lupe— aunque aún no sabemos si ha dado resultado— acto seguido miró al médico— ¿sabe por qué le dio pre...pre... eso?

— puede ser por varios factores, haber tenido varios embarazos y más si fueron gemelares es uno de ellos— miró a la rubia— el riesgo de que puedas sufrirlo en un siguiente embarazo son altos

Valentina cogió aire profundamente:

— dudo que vuelva a quedar embarazada

— eso dijeron hace años y mira si habéis tenido atino

Dijo Lupe entre dientes, Valentina ignoró a la mujer y preguntó al médico:

— ¿puedo ver a mi hija?

— ahora mismo le aconsejo que se mantenga en reposo— y dijo algo que a cualquier madre angustiaría— voy a tener que pedir paciencia hasta que llegue el momento en que pueda ver a su hija y, sobre todo, debe de mantener la tranquilidad­— Valentina se dejó caer abatida, tampoco tenía fuerzas para seguir debatiendo ni intentando nada— ¿tienen alguna duda? ¿puedo ayudarles en algo?

— No

Respondió cortante la rubia. Lupe rodeó la cama para acercarse al doctor:

— ¿Cuánto tiempo debe estar ingresada?

El médico miró a la rubia:

— La mantendremos ingresada para hacer todas las pruebas necesarias y ver que no ha sufrido más daños orgánicos, estamos esperando los resultados de nefrología

Al contrario de Valentina que estaba sin moverse de la cama, Lupe no podía tener las manos quietas y para no moverse con demasía o gesticular demasiado, procedía a restregarse las manos nerviosamente y balancearse levemente de un lado para el otro:

— ¿Cree que más adelante pueden trasladarla a la habitación con mi hija?— esta pregunta si que pilló por sorpresa a la ojiazul— o al contrario, trasladar a mi hija aquí cuando se entere, de momento no la queremos alterar

— Preguntaré

Dijo el doctor Brown antes de marcharse. Lupe se mantuvo en su sitio mirando dirección donde se había marchado el médico. Valentina esperó a que dijese que se marchaba al lado de Juliana, sin embargo, regresó hasta la silla donde había estado a la espera de que la rubia despertase:

— ¿no va con Juliana?

Preguntó la rubia ceñuda:

— Macario y yo nos vamos turnando— respondió la mujer mientras sacaba una revista de su bolso— Avisamos a tus padres están de camino y vuestra amiga se coló en la habitación de juegos que tiene el hospital, se ha puesto a jugar con los niños que están ingresados

Frunció el ceño e intentó concentrarse en su lectura llena de salseo:

— No tiene por qué quedarse si no quiere

— Por favor— Dijo quejumbrosa Lupe— Cerró la revista marcando la página con un dedo para no perder la lectura— que tengamos nuestros más y nuestros menos, eso no implica que te odie

Valentina alzó las cejas:

— En ocasiones no lo parece

— Te diré lo que le dije a Juliana la otra noche, cuando vuestros hijos sean mayores me entenderéis— Se cruzó de brazos— si no te quisiera, si no quisiera a Amy ¿crees que hubiera permitido que siguieseis con mis hijos? Somos mujeres con mucho carácter— volvió abrir la revista— y con diferente visión del mundo estamos condenadas a chocar constantemente

Valentina curvó levemente las comisuras de los labios y se miró, pasando sus manos por el vientre, justo donde debería estar su niña terminando de gestar, la misma hija que no permiten ver y al terminar de darse cuenta de la situación, sintió pánico, mucho temor porque no estaba preparada de recibir otra mala noticia. Lupe al ver el rostro de Valentina, lleno de miedo y conteniendo la humedad de sus ojos azulados, se levantó y posó su mano en el brazo de la rubia, como madre podría sentir la angustia de la rubia:

— Saldrá adelante, ha sido concebida y gestada en el seno de una madre fuerte, de dos madres fuertes— Valentina miró a la mujer, en su gesto pudo ver la compasión que muchas veces Juliana solía mostrar— con los avances médicos y la misericordia de Dios, esa pequeña saldrá adelante y fuerte como un roble.

— No estoy preparada para perder a otro hijo

Se sinceró la ojiazul dejando caer una lágrima, pues siempre, este tipo de circunstancias acababan de abrir un poco las viejas heridas. Valentina podía seguir con su vida, podría haberse casado de nuevo y haber tenido más hijos, eso no implicaba que se olvidase de Barry o Nate, porque también fueron gestados en su vientre, siempre los querrá:

— y no lo perderás, ahora haz caso al doctor y descansa un poco, yo estaré aquí para lo que necesites.

—¿cómo conciliar el sueño? O ¿estar tranquila en un momento así? Sin ver a mi hija, sin ver a Juliana

La mujer agarró el asiento y lo acercó más a la cama, se sentó y siguió charlando:

— hay que hacer de tripas corazón y recuperar fuerzas para el momento en que puedas reunirte con ellas— se quedó pensativa uno segundos antes de proseguir hablando— una vez creí que había perdido a Juliana, por unas horas y literalmente se perdió

— ¿cómo así?

Preguntó Valentina curvando levemente los labios:

— ya conoces su carácter, siempre que se molesta sale por patas para desahogarse en soledad ¿crees que eso de irse a un bar cuando discute es de ahora? — negó con la cabeza— nunca ha sido mala muchacha ni Diego, pero al igual que tus hijos habían sido muy inquietos y un día en su adolescencia— puso cara de pánico— terrible adolescencia, tuvimos una discusión— agachó la cabeza— recientemente estaba aceptando su condición sexual, para que encima tener que aceptar que era homosexual, imagínate, para esa época eso para mí era caer en el pecado del vicio, mi hijo ya no era mi hijo, era mí hija y para colmo lesbiana, fue una época difícil, discutimos y se marchó, nunca se había saltado la hora de queda, anocheció y no regresaba. Me aterra a la idea de que un grupo de desarmados la hubieran hecho algo.

— ¿dónde había ido?

— robó el whisky de su abuelo y se coló en una casa abandonada, apareció en la madrugada justo cuando ya había llamado por lo menos 7 veces a las autoridades

Valentina recordó la noche en que encontró a Juliana borracha y contando su vida a una prostituta, había discutido con Liah y aunque la dejará en mal lugar como persona, en su fuero interno se alegró de que así fuese:

— El castigo que le debió de caer sería chico

Dijo con ironía:

— uy no, nosotros nunca hemos sido de mano dura— Valentina alzó las cejas— pero si hice que fuese a varias reuniones de alcohólicos anónimos, no porque la considerase una alcohólica ni mucho menos, pero si concienciar la de los peligros que corría si bebía tan a la ligera— se encogió de hombros y admitió—de mayor tiene sus momentos en los que abusa de la bebida Macario también y ambos han demostrado tener sus límites y que pueden estar sin beber mucho tiempo— le confesó— en nuestro noviazgo también le hice acudir a varias reuniones para que se concienciase y tuviera claro que yo quería un esposo con el que poder disfrutar de la vida y la vejez, en esos planes no entraban un marido borrachuzo— dejó escapar un suspiro y dijo mucho más suave y llena de amor— otra gente dirá que mi fe en dios no es pura por permitir que mi hija haya tomado el mal camino, pero Valentina, son mis hijos y no concibo la idea de que otros padres abandonen a un hijo por el mero hecho de amar, sentiría vergüenza de que uno de los dos me saliese ladrón, violador o asesino, no puedo predicar que dios es amor y luego querer imponer mi propia felicidad a la suya— agarró la mano de la ojiazul— tu eres su felicidad y aunque parezca que te odio no es así porque nunca he conocido a una mujer que mire con tanto amor a Juliana como tu lo haces— esto último si que terminó de dejar sin palabras a la rubia— Liah habría sido la perfecta nuera, pero no la perfecta esposa para mi hija como lo eres tú, así que será mejor que descanses y estés lista para reunirte con tu familia, nuestra familia

—gracias

Musitó Valentina atónita y gratitud. Lupe curvó la comisura de los labios:

— sí bueno, no te acostumbres, cuando salgamos del hospital volverá a sacar los cuernos de suegra endemoniada

— sería preocupante si no lo hiciese

Horas después Macario hizo el relevo de Lupe, Juliana parecía que empezaba a salir de su adormecimiento y empezaba a insistir en querer hablar con Valentina, así que el hombre propuso llamar por teléfono y seguir con la historia de que Valentina debía guardar reposo por el bien del embarazo:

— eh bella durmiente

Dijo con ternura Valentina:

— eh satanás— dijo Juliana con voz adormilada— ¿cómo estás? Ojalá pudiera estar ahí para cuidarte

Valentina tragó saliva, fue escucha la voz de Juliana y aflorar los sentimientos, llenando sus ojos de humedad:

— estoy bien no te preocupes, dime cómo estás tú

— con ganas de que me quiten el vendaje, no sé para que me han vendado también los ojos si me han abierto solo una parte de la cabeza—intento sonar divertida— pero casi lo prefiero así, porque la primera persona que quiero ver cuando me quiten el vendaje es a ti

— ojalá pudiera estar ahí para poder cuidarte— Repitió la frase que le dijo Juliana minutos antes— no me habrás olvidado parcialmente, lo último que quiero es pelear contra el fantasma de tu ex prometida otra vez

Recordó la vez que salió del coma, creyendo que estaba casada con Liah y que aún seguían siendo amantes, aunque tan sólo fuera temporalmente y poco a poco fue recordándolo todo:

— Eres mi caballito de mar ¿recuerdas? Es imposible soñar con otra mujer que no seas tú

Se quedaron con las ganas de seguir hablando, pero una enfermera irrumpió en la habitación de Juliana para hacer las pruebas rutinarias, como tomar la tensión y la temperatura, las mismas que le hicieron a Valentina al poco tiempo. Sobre todo, tener controlada la tensión de ésta.

Lucia y Jacobo llegaron en la tarde, compraron los primeros vuelos que había disponibles, por lo tanto, el matrimonio tuvo que volar en asientos separados. Ni fueron al hotel, fueron al hospital directamente, por suerte iban con equipaje ligero, pues en cuanto recibieron la llamada de Macario agarraron cuatro cosas y se fueron con lo puesto. La primera en entrar en la habitación fue Lucia, pues es la que más angustiada estaba. Serían hijos adoptados, pero ya sintió la pérdida de dos hijos como si los hubiera parido ella:

— Valentina mi vida

Dijo la mujer corriendo hasta la rubia y cuán madre protectora abrazó a Valentina. Seguida de Jacobo, que no se contuvo en abrazar a la niña de sus ojos.

Por la casa de acogida habían pasado temporalmente un montón de niños, a todos los habían cogido cariño y trataron de hacer lo mejor que estaban en sus manos, pero con Valentina fue diferente, llegó tan inocente y pequeña a sus vidas, que Jacobo vio en ella la hija que siempre había anhelado, a Tom y Oliver los quiso claro, pero no era lo mismo, Oliver llegó más mayor y demasiado herido por la experiencia de vivir con unos padres conflictivos:

— ¿cómo te encuentras?

Valentina forzó una sonrisa, el típico gesto que se suele hacer para no querer preocupar a los seres que más se ama:

— estoy bien

Y un padre siempre intuye cuando un hijo miente, como lo supieron Lucia y Jacobo, sin embargo, no insistieron ya que conociendo a Valentina sería contraproducente. De todas formas tanto Lupe como Macario les habían informado y preguntarian al médico cuando lo viesen.

Día de Juliana

Odiaba la anestesia, incluso despertar podía ser tedioso, porque el cuerpo le tardaba en responder a las órdenes del cerebro, algo así como la parálisis del sueño. Sólo pronunció un nombre cuando al fin pudo hablar:

— ¿Valentina?

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Esta historia NO me pertenece, es una adaptación realizada con la autorización de su autor @Elio_kin

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