Extra.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Adore you
Santiago.

Una llamada no puede destruir tu vida, eso creía yo hasta que mi celular sonó mientras estaba luchando por defenderme ante mi novia... aunque probablemente ya no sea mi novia.
Pensar en Lillie como otra cosa que no fuera eso me causaba una punzada de dolor en el pecho o tal vez solo estaba dramático hoy.

—Adiós —fue su ultima palabras antes de continuar con su camino.

Yo me quedé rígido. La había regado, si claro que estoy al tanto de eso, pero es que... no quería perder a Lillie, aunque al final es eso lo único que he logrado. La he perdido.
Quería continuar llorando como una viuda en el velorio de su difunto esposo, pero ya no podía. No podía victimizarme cuando yo era el victimario... y Lillie mi víctima. Dios, esto estaba muy mal.

Quería darme un golpe, no, mejor que Dios mandara un rayo y me convirtiera en cenizas o tal vez estaría mejor si me ahogaba ya de una buena vez en el lago que tenía a lado.

No todo está perdido... no todo está perdido. Claro que no, había una solución y esa era nada más y nada menos que... redoble de tambores... explicarle todo con todos los detalles posibles a mi novia. Aún me merecía el beneficio de la duda... creo.

—Lillie, no, no te vayas —por fin hablé.

Aunque todo lo que tenía pensado hacer se esfumó al ver la llamada entrante en mi celular. Solo quería tirar el teléfono al lago y acabar con las interrupciones, pero era mi madre. Mi madre la que nunca llama a su hijo (yo soy el hijo). No podía saber cual era la razón de esta llamada, podría ser cualquier cosa, pero al final me veía obligado a responder permitiendo que Lillie se aleje de mi.

—Hola... puedes llamarme luego estoy ocu...—claro que no pude continuar porque mi madre me interrumpió abruptamente.

—Tú padre tuvo una aventura con Beth —soltó rápidamente. Tras unos momentos de silencio por ambas líneas, decidió continuar—. Tu padre tuvo que ver con algo de su muerte, hijo.

Mi madre suspiró con pesadez e intento seguir hablando, pero su voz se rompió.

—Debe ser una broma —murmuré rápidamente—. Es una broma, cierto? ¿Madre?

Esta vez sollozó y lloró desconsoladamente por el teléfono.

—Está hecho una furia —Mierda—. Lo enfrenté por primera vez en mucho tiempo y...

—¿Qué? ¿Que hizo mi padre?.

—Le he dicho que no trabajarás para la compañía... se ha vuelto un loco, lo ha destruido todo y...

—¿Qué? Dime ya por favor —supliqué.

—Se ha ido de la casa amenazando a todos. Me pidió el divorcio y también dijo que si continuabas perdiendo el tiempo con la nieta de Victoria, te dejaría completamente arruinado... Conoces bien a tu padre, Santiago.

—Tú estas bien? —pregunté rápidamente.

Ella respondió que si, aunque no era cierto. Yo iba a pedirle que no vuelva a quedar con mi padre hasta que yo llegara con ella, pero presté atención a lo que Lillie vociferó al mundo, ella de verdad estaba enojada por decir poco.

—Y sabes que, que se jodan tú y todos los mentirosos que existen en el mundo. También que se joda tu jodida novia perfecta. Seguramente tus padres la aceptaron gustosamente y que se joda toda tu maldita vida perfecta creada a bases de mentiras y engaños. Que te jodas, Santiago. Que te jodas.

¿Novia?
¿Mis padres?

—Madre —suspire sin saber qué demonios hacer primero— llegaré a casa en una hora. Quiero que me lo expliques todo.

Cerré la llamada para detener a Lillie, ella tenía que explicarme lo que estaba sucediendo o todo lo que estaba pensando sobre mi. Estaba muy confundido. Me limpié unas lágrimas que no sabía que tenía en mi rostro y guardé mi celular.

—Lillie, espera espera solo un momento, por favor —pedí mientras corría detrás de ella.

Ella me ignoraba, pero llegó a sus cosas y se despidió de todos con un gran "Adiós" lo que desató llantos por quien sabe quien. Ella estaba muy decidida con lo que estaba haciendo. No sabía que hacer, no sabía como proceder ante el odio que ella emanaba furiosa. Lillie me odiaba, seguro. Pero yo la seguía amando el triple.

—Lillie —grité.

Ya no me importaba parecer desesperado, no me importaba que ella viera lo dolido y confundido que estaba con toda esta situación. Es que, ni siquiera tenía idea de donde había empezado todo esto. Bueno, está bien, se que todo comenzó con Elizabeth, pero todo tenía una explicación... una explicación que no me atreví a dar.

La agarre de los hombros y la besé. Ni siquiera lo pensé, simplemente fue una acción involuntaria... ok, lo admito, la decisión fue totalmente aprobada y ejecutada por mi. No quería parecer necesitado o hacer el ridiculo al frente de desconocidos, claro que cuando se trataba de ella, estaba dispuesto a ser cualquier cosa. Lillie me traía a sus pies y podía hacer conmigo todo lo que se le antojara.

Agarre sus labios con los míos y mordí suavemente su labio inferior, esperanzado a que ella respondiera igual de necesitada que yo, con la misma necesidad, con la misma intensidad. Quería que correspondiera a mi beso, significaría mucho para mi, si que lo haría.
Ella al final correspondió a mi beso, pero la lagrima que todo por su mejilla me mostró una cosa. Ella ya me había soltado y este beso significaba un adiós.
Lillie ya no quería y no iba a escucharme. Lo que me vas había temido, ya estaba pasando justo en frente de mi y sin poder detenerlo.

Nos separamos, pero junte su frente con la mía. Solo quería sentirla por una vez. Quería abrazarla y llevármela de aquí, quería gritarle que todo esto era una maldita confusión que estaba acabando con lo más bonito que había en mi vida.

—¿Amaste mucho a Beth? —preguntó de la nada. Sus ojos estaban rojos y en ellos pude ver algo de esperanzas. Tenía una oportunidad y la tomaría —al menos respóndeme... por favor.

"Santiago, deja ya a esa chica y concéntrate en tus estudios. Es lo único que tendrás para siempre"

"Sigues perdiendo el tiempo con esa niña, eh? Hasta cuando te soportará, Santiago?"

"Es una chica problemática, pero curiosamente cuando estas con ella se vuelven como dinamita... peligrosos, hijo. Ya termina con ese juego tuyo por contradecirme antes de que yo lo haga por ti"

Las palabras de mi padre llegaron abruptamente a mis pensamientos.

"Tu padre está dispuesto a destruir a esa niña solo para que te veas obligado a dejarla. Santiago, no te metas con tu padre, mi niño, si continúas retándolo... Lillie y tú saldrán perdiendo"
Marion me advirtió.

Mis manos estaban temblando y mi corazón acelerado, yo solo quería pedirle perdón por actuar como un cobarde y no haber sido sincero del todo, pero lo que yo quería ya no importaba.

"Lillie es una chica demasiado libre... directa, para muchos eso será maravilloso, pero para tu padre no... lo tuyo y lo de ella terminará mas tarde que temprano, Santi y será de la peor manera, lo sabemos... se que esto suena horrible, terrible, pero soy tu amiga y debo evitar que salgas lastimado, Santi"
Fueron las palabras de Camila.

"¡Le has mentido sobre Beth, que crees que pensara de todo esto, eh? O le dices a mi prima lo de Beth o se lo digo yo, me conoces Santiago y sabes que lo haré si no lo haces tú"
Debí dejar que Pamela lo hiciera... o tal vez solo debí escuchar sus palabras.

Todo dentro de mi cambió. Yo amo a Lillie, solo mi pobre enamorado corazón lo sabe más que yo, más que nadie y es por esa razón que me obligue a soltar a Lillie... La dejé ir y mientras lo hacía me aseguraba que era lo mejor para ella.

—Mucho —contesté en contra de mi voluntad.

Se a lo que Lillie se refería con la pregunta, así que a ambos nos dolió por igual. Yo no amaba a Beth como la amo a ella.

—Te acostaste con Camila, cierto?

Esa pregunta ocasionó caos dentro de mi mente. ¿DE DONDE CARAJOS SALIÓ ESO?

—Si... me acosté con Camila —mentí profesionalmente.

Evite su mirada, porque me dolía verla así, me dolía que ella estuviera creyéndose mis mentiras.

—Y también estabas muy avergonzado de mi, por eso ibas a terminarme, cierto?

Abrí los ojos como un toro a punto de atacar a alguien. ¿De donde Lillie ha sacado tantas mierdas de mi? ¿De donde?
Levante la mirada y observe sus ojos.

—Lo estaba... estaba muy avergonzado de ti —afirmé— por eso no quería que conocieras a mis padres... no quería pasar más vergüenza contigo.

Me dolió. Me dolió ver lo herida que Lillie estaba, no pudo más y soltó un sollozo mientras se limpiaba las lágrimas. Lágrimas que yo quería limpiar. Se alejó de mi sin soltar mis manos y suspiró tratando de aceptar lo que estaba pasando aquí.

—Terminamos, Santiago —anunció esta vez si soltó mi mano y pude sentir lo vacío que me sentía sin ella— no quiero volver a verte nunca más en mi vida.

Sus palabras fueron como un bloque de ladrillo en mi cabeza. Quede rígido ante todo.
Ella me dio la espalda y se marchó sin mirar atrás. La vi desaparecer entre las demás personas y supe que ya no volvería a ver su precioso rostro, no volvería a tenerla en mis brazos o verla sonreír distraídamente por cualquier cosa que le pareciera chistosa, mucho menos la escucharía parlotear por horas sobre esas novelas que tanto le gustaban o sobre esos turcos que tanto alababa... ¡DIOS, ESTABA PERDIENDO AL AMOR DE MI VIDA Y LO ÚNICO QUE HACIA ERA MIRAR HACIA DONDE ELLA SE HABÍA MARCHADO!

Cubrí mi rostro con las manos, lo eché todo a perder, claro que sí y seguramente Lillie recordaría nuestra relación como un agrio momento de su vida.

—Santiago, Santiago —Nicolás llegó a mi. Sus brazos me zarandearon de un lado a otro— que has hecho imbecil? Que hiciste estupido?

Quite mis manos de mis ojos y pude ver a mi amigo enojado e impactado por todo.

—Perdí a Lillie.

Y Nicolás hizo lo que jamás creí que haría. Me abofeteó. Mi mejilla ardió, pero al menos el golpe sirvió para devolverme al mundo real.

—Nicolás, le has pegado. No a la agresión —Daniel me defendía.

Llegó a nuestro lado rápidamente para tratar de auxiliarme de las garras de Nicolás. Mientras yo procesaba todo lo que acababa de pasar.

—El idiota dejó que nuestra Estrellita se marchara.

Daniel negó tristemente.

—Mi prima está herida... Irse del país es su manera de lidiar con todo.

Nicolás nos miraba con odio a ambos.

—Es que no se como es que somos amigos —negó y abofeteó a Daniel—. Estúpido,  le ha dicho mentiras. Lo he oído todo. Le ha dicho que se acostó con Camila.

Daniel se quedó congelado. Yo también porque oir eso de la boca de Nicolás se escuchaba terrible.

¿Que mierda hice?

—¿ERES UN IMBECIL? ¿DESCEREBRADO ACASO?

Daniel me abofeteó como Nicolás lo hizo minutos antes.

—Basta... no merezco tantas bofetadas.

—No, si lo que mereces es un transplante de cerbero, descerebrado —respondieron ambos.

Posiblemente si.

—Volviendo al tema principal —Daniel interrumpió mi discusión— deberías decirle todo a Lillie.

—Toda la verdad —resaltó Nicolás.

Yo negué

—Ella ya no quiere saber más de mi.

—Imbecil, le has dicho que te acostaste con otra, que esperabas que hiciera? —Nicolás estaba más enojado que todos— ¿por qué lo has hecho? ¿Por qué le mentiste?

Me limpié las lagrimas y los observé a ambos.

—Mi padre...

No sabía como aclarar todo.

—Que jodan a tu padre. Tienes que levantar ese culo hermoso que tienes y detener a Lillie. APÚRATE O TE PATEO EL CULO.

—YO TAMBIÉN APOYARÉ LA CAUSA —Daniel aclaró.

Y recapacité.

—Lo haré —acepté finalmente.

Lillie no podía irse, no sin saber toda la verdad, desde el principio.

—Iré por ella, idiotas. Cuando los vuelva a ver hablamos de las bofetadas.

Me aleje de ellos y corrí por todo el aeropuerto, pero no la hallaba. No hallaba a Lillie.
Mi última opción era llamarla y esperar a que aún tuviera señal.

—Vamos, vamos Lillie, responde... hazlo... por favor.

Sonó varias veces hasta que la llamada se cortó.

Ella me cortó.

Insistí tres veces más mientras la buscaba por todas partes.
El mensaje de voz se activó cuando la llamada no se abrió y decidí utilizar esa opción, por que vamos, aunque Lillie fuera a donde sea que estuviera yendo escucharía ese mensaje, si o si. Y mientras existiera esa posibilidad yo tendría fe.

—Soy un imbécil —admití al teléfono— se que lo soy y se que también soy un idiota, estúpido y... Dios, Lillie soy todo lo que tú quieras, pero debes saber que no trataba de mentirte... yo solo fui cobarde... yo solo fui un idiota que prefirió callar antes de decir la verdad porque tenía miedo de perderte y ese miedo me hizo actuar como un cobarde, imbécil, mentiroso y todas esas porquerías, pero quiero que sepas que no me acoste con Camila, no lo haría ni hoy, ni mañana, ni en un año, simplemente no lo haría porque ella no es Lillie, ella no es esa chica rebelde de la que me enamore desde el primer día... dios, Lillie hasta un ciego puede ver lo estúpido que me pongo cuando estas conmigo, si hasta corrí a mi casa y busqué en Google quién demonios era Harry Styles y por qué la chica que me gusta le gustaba tanto ese tipo, escuché sus álbumes toda la semana incluso Marion estaba harta de mi y mi obsesión por las cosas que te gustan como Shrek y esa novela turca en la que todos sufren al mismo tiempo, que nivel de sincronización la de esas novelas, cierto?... El punto es que no me avergüenzo de ti y si no te presente a mis padres es por la sencilla razón de que no quiero que ellos digan cosas que puedan lastimarte y se que no te lastimaría porque las opiniones de desconocidos te importaría un pepino, pero solo tenía miedo de que mis padres dijeran cosas sobre mí para intimidarte, dirían cualquier cosa para tratar de lastimarte y aunque no funcionara contigo, si lo haría conmigo, porque te adoro y si tratan de lastimarte también saldré lastimado, porque no quiero que te lastimen y lo siento, se que es un poco hipócrita de mi parte decir eso cuando hoy te he lastimado, hoy hice eso de lo que tanto intenté protegerte y se sintió terriblemente mal, porque yo no quiero lastimarte, Lillie, es lo ultimo que quiero hacer, y perdón si estoy desvariando, pero tengo a lado una señora que me mira horrendo...

La señora no me quitó la mirada de encima, de hecho reubicó su cabellera castaña y me azoto la cara.

—Ve a terapia, si? —sugirió antes de alejarse— Galina, ven, niña.

La niña me observó con ternura.

—Solo dile que la amas sin la necesidad de enviarle un podcast completo.

Yo suspire divertido.

—Y ves lo estúpido que me pongo cuando se trata de ti? —continué y reí bajito—. Yo solo quiero que escuches este mensaje de audio y si te confundí con todo lo que dije... lo único que puedo decir es que I'd walk through fire for you, just let me adore you, like it's the only thing I'll ever do —suspire esta vez calmado y aliviado por haber dicho la verdad— Solo puedo decir que eres la persona más especial que he conocido en mi vida y... no quiero perderte, lo siento.

Y finalicé la grabación de voz.


Nota de la autora: Holiiss, cómo están muchachitas de Jesús? 😋

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro