FINAL (PARTE 1)

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UNA VOLUNTAD TAN FRÁGIL (56)

Nuestro querido Preston Northwest no tuvo más remedio que acatar las órdenes de su amante, aunque él ya había dicho, incluso hasta jurado, que jamás, JAMÁS, volvería a estar con aquella mujer con la que durante un par de años a engañado a su esposa, y mentido a su hija.

Por la mañana, Priscila le preguntó por qué se marchaba, y Preston supo decirle una mentira que si bien a leguas se nota que era muy forzada, como ella lo amaba inmensamente y confiaba en él a ciegas, le creyó.

La excusa fué que surgió un inconveniente financiero crítico con algunos compañeros de Norman, y eso podría afectarle también a ellos. Algo no tan lógico viniendo de un hombre de negocios, astuto e inteligente, pero bueno, Priscila aceptó las palabras de su esposo y lo dejó marcharse. Preston dijo que regresaría en un par de días, hasta que ese inconveniente financiero desaparezca.

No sabemos si Priscila era muy inocente y noble, o una completa ingenua de primera.

Por su lado, Pacífica no estuvo de acuerdo con su padre se marche, puesto que, ya les había prometido que pasaría el resto del verano con ellas, y que no se iría de nuevo. Preston dibujando una sonrisa paterna se disculpó y volvió a prometerle —siendo la vez número ¿Qué?, ¿Cien?, ¿Doscientas?— que regresaría lo más pronto posible y que pasaría ahora sí, el resto del verano con ella. Incluso le prometió que la llevaría a comprar ropa, la ropa más cara que pueda existir en los centros comerciales más lujosos de Estados Unidos. Una promesa que jamás llegaría a cumplirse.

Sin más, Preston se marchó esa mañana. Dipper por su parte se podía imaginar lo que estaba pasando en realidad, y es que era de imaginarse, un repentino viaje para resolver un extraño problema financiero, y de paso, se tardará unos días, eso era muy extraño; pero se abstuvo de hacer comentarios al respecto sobre el hombre millonario. Preston se marchó despidiéndose de su esposa e hija. Fué llevado por su mayordomo hasta la ciudad de Portland, cinco largas horas de viaje, no fueron las mejores para Preston.

Durante el trayecto se prometió a sí mismo que cortaría absolutamente todo con su amante, todo, y que nunca en la vida la volvería a ver, se lo repetía en su cabeza, incluso preparó unas palabras que se las diría en cuanto le abra la puerta. Mientras subía aquellas escaleras hasta el tercer piso de aquel complejo de apartamentos ensayaba lo que iba a decirle. Sin embargo, su voluntad era tan frágil como un trozo de cristal. Cuando tocó el timbre, poco más de tres minutos pasaron para que la puerta se abra ante sus ojos.

"Escúchame bien yo"... Fueron las tres únicas y firmes palabras que salieron de su boca, pero quedaría sin habla al ver cómo un buen par de razones lo recibieron, y un escultural cuerpo lo sedujo inmediatamente llevando unas pequeñas prendas encima.

Su largo y suelto cabello que llegaba hasta más abajo de su cintura, un perfume que inundaba sus fosas nasales y lo hipnotizaban y una sonrisita pícara adornaba su rostro. Valery sabía muy bien como dejarlo "idiotizado"

"Te estaba esperando"... le dijo antes de tomarlo de su corbata color rojo carmesí y adentrarlo en el departamento. Preston sonreía como todo un hombre hipnotizado por la belleza femenina; pero, por un ínfimo momento se detuvo.

"No eh venido a eso, eh venido a hablar muy seriamente contigo"... se paró firme ante aquella mujer jóven. Valery le sonrió y llevó su mano a su escote cuidadosamente preparado para aquella ocasión y dejó ver algo más de piel. Preston cayó de nuevo, más aún viendo cómo su amante le tomaba del cinturón y lo invitaba a pasar adelante.

Su voluntad se quebró, y aceptó, y sus palabras por el retrete las desechó. En el interior de ese apartamento Preston de nuevo volvió a cometer su terrible infidelidad.

UNA BODA SENCILLA (57)

Transcurrieron un par de días, y los preparativos para la boda de Soos y Melody se llevaron a cabo lo más pronto posible. Gracias a que la pareja quería algo sencillo fué que en cuestión de días pudieron dejar todo listo. Todos estaban felices menos el bolsillo de Stan, ah y también el propio Stan. Dipper le pidió permiso a Pacífica de poder asistir a la boda de Soos, y ella aceptó, con una pequeña condición, que ella también asista.

No hubo muchos problemas, solo que iría vestida de forma discreta, no quería llamar tanto la atención. Esa misma tarde buscó la ropa adecuada para poder asistir sin que su madre sospeche de que iría a meterse a una boda de unos "pueblerinos".

Mabel fué la que más ayudó considerablemente en la boda, haciendo la lista de invitados, misma lista que tuvo que ser corregida por su hermano gemelo, ¿Qué carajos iban a hacer el presidente de América y el senador en esa boda?, Que absurdo, pero la castaña dijo, si una pareja de esposos fué llevada en el auto del presidente y la primera dama y en el auto dió a luz a un bebé, no veo por qué no pueden asistir a una boda. Mabel también ayudó con los adornos, incluso rogó ser la encargada de tomar las fotos. Los padres de Melody obviamente fueron invitados también, y por su lado, Soos llevaría a su abuela, la única persona de su familia en velar por él cuando era un niño, porque su padre bien gracias y que se lo lleve el diablo.

El día de la boda llegó, y se llevó a cabo en la pequeña iglesia de Gravity falls. Soos ya estaba esperando a su novia en el altar, y se notaba nervioso, muy nervioso, tanto que Dipper tuvo que ir y secarle el sudor varias veces. Mabel sonreía de oreja a oreja, y tomaba muchas fotos, ni había comenzado la boda y ya se había gastado dos rollos.

Pacífica también hizo su acto de presencia, vestida de forma tal que no llamaba mucho la atención, aunque ciertamente esos grandes lentes de sol eran algo llamativos. Mabel se acercó a Pacífica y la saludó de forma muy alegre y poco normal, la felicidad de Mabel era exageradamente enorme. Cuando saludó a Pacífica lo hizo de tal forma que casi le arruina el manicure, y esta última, por el amor que le sentía a su novio, no la mandó a volar, todo para estar en paz y en armonía en un día importante para el amigo de su novio. Pacífica se preguntó si tendría que acostumbrarse a las tonterías de Mabel ahora que prácticamente serían familia. Por su parte, Ford estaba sentado a lado de su hermano gemelo; sin embargo, aún seguía trabajando en esa pistola borra memoria, faltaba poco para perfeccionarla.

Stan sentado a lado de Ford, estaba amargado pero sobre todo, muy dolido por su bolsillo por todo lo que había tenido que gastar. Seguramente se vengaría de todo esto después.

Melody llegó, acompañada de su padre, el cual la llevó hasta el altar, y se acercó a Soos en plan: "Te entrego a mi hija, cuidala y respetala, y si la haces llorar, tengo todo un batallón listo para tí". Peor para Soos, tan nervioso estaba que no podía ni pronunciar correctamente las palabras. Tartamudeaba de forma desesperante y horrenda.

Por cosas de la vida —o el guión, quién sabe— el castaño ya tenía pensado en algo. ¿Recuerdan la corbata controla personas?, La trajo consigo, y se acercó a Soos antes de que llegue el cura y comience todo. Soos susurrandole le pidió ayuda a su amigo, sentía que no podía hacerlo, porque nunca imaginó que este día llegaría, y menos con las palabras que le dijo su futuro suegro; pero ahí estaba Dipper para ayudar a su gran amigo. Le cambió la corbata que cargaba y le colocó la que controlaba las acciones, usando de excusa que se veía sucia la que usaba y que usaría otra. Se alejó dejando solo a Soos diciéndole que no se preocupe, que solo respire profundo.

El cura llegó en el acto, y Dipper se alejó y regresó a su asiento. No obstante, cuando dió inicio a la boda Soos aún seguía tartamudeando y no podía hablar bien. El cura terminó de decir sus palabras y procedió a bendecir a los novios, pronto pidió una oración por ellos antes de hacer las respectivas preguntas. Cuando llegaron los anillos, Soos a duras penas logró tomar uno.

—Tu amigo no va a poder hacerlo, Dipper —le susurró Pacífica a su novio.

—Ya lo sé, ya estoy listo para eso de todos modos —tomó la mano de su novia y le dijo mirándole a los ojos—. Acompáñame.

—¿A dónde vamos?, No puedes irte.

—Vamos, sígueme —dijo Dipper. Su novia le siguió y fueron hasta donde no podían verlos ni escucharlos el resto de los invitados. Dipper esperó hasta poder entrar en acción.

El cura finalmente comenzó a decir sus ya conocidas palabras. Después le dijo a Soos que le coloque el anillo a su novia. Dipper entró en acción girando la perilla de su corbata y controlando completamente las acciones de su amigo.

Pacífica no entendió bien que estaba pasando, pero se sonrojó ligeramente al ver cómo Dipper se acercaba a ella y con mucha delicadeza fingió colocarle un anillo en el dedo anular, mientras le miraba a los ojos y le decía: Yo, Soos, (Dipper) te tomo por esposa, Melody, (Pacífica) prometo cuidarte, amarte, respetarte, ser honesto contigo y serte fiel, hasta que la muerte nos separe.

Pacífica algo extraña pero casi tan roja como un tomate logró comprender que estaba sucediendo, ya que lo mismo que decía Dipper lo decía Soos, y lo decía con tanta naturalidad que era como si se lo estaba diciendo realmente a ella. Por su parte, Melody le colocó el anillo en el dedo a Soos y le repitió casi las mismas palabras. Dipper giró la perilla y volvió a dejar a su amigo libre del control.

El cura prosiguió con lo suyo y dió lectura a su biblia y hablar sobre el matrimonio. Tras esto, se dirigió a los novios, y primero le preguntó a Soos si aceptaba a Melody como su esposa. Dipper de nuevo giró la perilla y dijo un firme y muy seguro ¡Si! Dejando claro que sí aceptaba. Después volvió a girarla y dejar libre a su amigo. Melody también dijo que sí, y una vez habiendo dicho el sí por ambas partes, el cura los declaró esposo y esposa, y que podía besar a la novia. Dipper se retiró la corbata y acto seguido sonidos de aplausos se escucharon en la iglesia.

Pacífica tomó la mano de su novio y le dijo que era un tonto, pero que también era alguien tierno por ayudar de esa forma a su amigo. Dipper bromeando un poco le dijo que era su amigo y debía ayudarle, y que también eso servía de práctica para cuando ellos dos se casen.
Pacífica se rió un poco y estaba ligeramente sonrojada, bien sabía ella en el fondo que también añoraba eso con el castaño más adelante en sus vidas.

Sí, este capítulo iba a hacer más largo, más fumado y constaba de dos partes, como pudieron leer, esto solo es un resumen.

EL REGALO QUE MÁS BRILLA (58)

Luego de la boda de Soos y Melody, un ambiente bastante alegre se sintió en la cabaña del misterio, bueno mejor dicho Mabel era la que hacía sentirlo de esa forma —no sean mal pensados, cochinos— porque Soos y Melody fueron a pasar su luna de miel fuera de Gravity falls dejando sola la cabaña del misterio a cargo enteramente de la familia Pines y de Wendy, quién dicho sea de paso comentó que estaba conociendo a un chico nuevo, y el castaño se alegró por ella, ya la había superado y ahora estaba enamorado de Pacífica.

Una mañana mientras Dipper se alistaba para ir a la mansión Northwest, se quedó observando el reloj que su novia le había comprado y regalado; y pensó que él no tenía ni el dinero ni los medios necesarios para comprarle algo caro y lujoso a su novia. Eso lo puso un tanto triste porque él también quería regalarle algo. Mabel ingresó en la habitación y observó a su hermano con ese semblante triste, cosa rara porque hace solo unos días fué la boda de su amigo y debería sentirse feliz por él. Dipper le explicó lo que le sucedía, y Mabel entendió rápido, cosa rara pero bueno.

—¿Sucede algo, Dipper?, ¿Por qué estás triste? —preguntó su hermana—. Deberías estar contento, Soos y Melody se casaron hace poco.

—No, por nada, Mabel.

—Vamos hermano, te conozco como si fueras mi hermano, y efectivamente eres mi hermano, y sé cuándo algo te pasa, puedes contarle todo a Mabel, la mejor casementera y consejera de todo Oregon —dijo Mabel mientras se sentaba a lado de su germano y le colocaba su mano encima de su hombro.

Dipper suspiró y procedió a contarle lo que sucedía.

—Como sabrás, Pacífica me compró este reloj cuado fuimos de compras a Portland, y esto me parece demasiado costoso, y eso me hace sentir mal porque yo no tengo el dinero suficiente para regalarle algo así de costoso a Pacífica, no puedo comprarle nada brillante o algo que los millonarios les guste, y aunque tuviera, ¿Qué se le puede regalar a una chica que literalmente puede comprarse cualquier cosa costosa?, Creo, que a lado de ella, no soy alguien, vivimos en mundos completamente diferentes.

Mabel con una sombra en su rostro, y una expresión seria después de escuchar las palabras de su hermano, procede a apretar sutilmente su hombro y a preguntarle

—¿Te crees inferior a ella, Dipper?.

Dipper le observó a los ojos y le contestó...

—No, o mejor dicho no lo sé, yo la amo pero, ella es Pacífica Northwest, y aunque en el pasado hayan perdido prestigio y su fortuna, lo volvieron a recuperar y de nuevo son gente millonaria, de otro mundo, y no quiero que ella se sienta mal por estar enamorada de un jóven... común y corriente, como yo, que ni siquiera... tiene dinero para regalarle algo costoso o lujoso.

Mabel suspiró y le comentó...

—Hermano, ¿Qué es el amor para ti?.

—Bueno, el amor es eso, es un sentimiento que todos nosotros sentimos. Cuando nos enamoramos queremos ser lo mejor para esa persona especial, ¿No es así?.

—¿Y entonces eso significa que debes ser alguien mejor para esa persona?.

—Pues, sí.

—¿Y por ser mejor debes cambiar tú mundo y tú forma de actuar o ser?.

—Supongo que sí, uno siempre quiere demostrar lo mejor para esa persona que amamos.

Mabel se rió un poco de la respuesta de su hermano...

—Dipper, no, te equivocas, no necesariamente tienes que comprarle algo costoso a tú novia. Una relación mo se basa en el dinero ni en lo material. Así que no te preocupes en comprarle algo sumamente lujoso.

—¿Qué?, ¿Cómo que no?, Claro que tengo que comprarle algo costoso a Pacífica, si ella gastó en este reloj que cargo ahora, me lo regaló con una gran sonrisa, y es por eso que debo devolverle el favor con algo igual de caro, no quiero que se sienta mal.

—Estás muy equivocado, Dipper. En primer lugar, tengo entendido que si tú pareja te regala algo es porque así lo desea, no necesariamente tienes que devolverselo con algo igual o más caro, y si Pacífica te regaló ese reloj fué porque a ella quiso hacerlo, porque te ama y todo eso.

—¿Entonces no debo regalarle nada?.

—Si quieres hacerlo hazlo, pero no te mates buscando algo más costoso para ella, una relación no se basa en el dinero que puedas gastar sino en el afecto que puedas brindar —dijo Mabel—. Hermano, las personas por lo general suelen creer que el mejor regalo es aquel que es más costoso, el que más brilla o el que es más lujoso, ¿Y sabes algo?, Son puras tonterías, todos están equivocados. El regalo más hermoso, el que más brilla, es aquel que se da con el corazón, hermano.

Palabras sencillas y hasta clichés y muy obvias, pero que ayudaron al castaño a pensar en algo que pueda regalarle a su novia. Recordó que tenía ciertas conchas pequeñas —almejas, caracolas, o como las conozcas— que guardó un día que estaba en el río con su hermana. Eran conchas pequeñas, lo suficientemente pequeñas como para ser usadas en alguna manualidad. No era alguien muy bueno haciendo manualidades como su hermana gemela, pero lo intentó.

El día transcurrió con normalidad y cuando regresó a la cabaña del misterio, por la noche, se puso manos a la obra, se puso a fabricarle algo que sea lo suficientemente hermoso para regalarselo a su novia, incluso pensando en algún momento especial para hacerlo.

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