꒰◌; capítulo nueve

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Pov. Jennie:

Miré por última vez el reloj colgado al lado de mi escritorio y respiré hondo. Bien, eran casi la ocho de la noche, creo que ya era hora de ir a casa de Juwoon y poder terminar de una vez por todas esto que me mantiene inquieta, tengo que hacer las cosas bien.

Bajé rápidamente de las escaleras y saludé a mi papá que estaba sentado en el sofá, apenas llegó hace media hora y estaba esperando a que mamá calentara la comida. Les expliqué que saldría a conversar con mi novio por un corto tiempo y luego de dar una gran sonrisa me dieron el permiso.

Cerré la puerta detrás de mí, di unas cuantas palmadas a mi chaqueta roja y miré al frente.

Deseé no haberlo hecho.

Pude notar que Lisa venía caminando junto a esa Bae, quien le sonreía como estúpida. ¿Qué acaso no puede dejar de verla? Bufé con fastidio cuando observé que la tenía entre sus brazos. ¿No se daban cuenta que estaban cerca de mí?

Caminé apresuradamente y me detuve al frente de ellas con una sonrisa que era dirigida obviamente para mi pequeña dongseang.

—Hola Lili —le hablé con toda la dulzura que solo ella puede provocarme y al ver que se alejaba de Bae, fui yo quien la abracé.

—Hola, Jennie, ¿pasó algo? —pude notar en su voz que estaba desconcertada.

Claro que debía de estarlo, ella nunca me dejaba acercarme, siempre se la pasa evitándome.

—No, nada. Es que solo te vi y quise saludarte —sonreí—. Tengo algo que resolver.

—Oh, está bien. No te quito más de tu tiempo —me sonrió levemente. Ah, ¿por qué no lo hace plenamente? Extraño ver sus brillantes dientes sobresalir en su radiante sonrisa.

—No, Lisa, tú sabes que eso no es así. Ya verás que estaremos más cercanas —le sonreí una vez más—. Bueno, tengo algo de prisa, te veo mañana —le di un beso corto en la mejilla y fui corriendo rápidamente hacia el paradero de bus.

Ojalá Bae haya visto todo eso. Sonreí airosa y seguí mi camino.

—¿Y bien? ¿Qué es lo que tienes que decirme? —Juwoon habló con una seriedad que no había conocido antes de él, pero tampoco me iba a doblegar, claro que no, tenía una decisión y estaba segura de ello.

—Antes que nada, lamento mi comportamiento en la tarde, sabes que suelo comportarme como una estúpida y no supe hablarte de la mejor manera...

—¿Entonces? —preguntó para que siguiera hablando. Ok, espero que no se lo tomé a mal conmigo.

—Al parecer tienes razón, Juwoon. Lo nuestro no funciona ni creo que vaya a funcionar.

—¿Qué? —dijo sorprendido.

—De que es momento de concluir esto, es lo mejor para ambos.

—¿Para ambos? ¿O solo para ti? ¿Es por lo que te dije sobre Manoban?

—Espera-

—Es eso, ¿verdad? —preguntó bajando de a poco el tono de su voz, sonaba tan triste.

—Sí —dije segura y suavicé mi mirada al ver sus ojos rojos—. Lo lamento mucho, Juwoon —suspiré—, pero no puedo seguir mintiéndome a mí misma y mucho menos a ti, no te lo mereces. Esto sería más tóxico y dañino si seguimos.

—Entonces —se detuvo un momento—, ¿en verdad te gusta Manoban?

Tengo que ser sincera.

Tengo que ser sincera.

—Más que eso —respondí bajando la mirada algo apenada—. Yo, en verdad lo sien-

—No te preocupes —me interrumpió—. Yo debía ser consciente de eso —habló con nostalgia—. Desde que te conocí lo supe, Jennie, cuando me hablabas de ella, cuando la mirabas... —sonrió con desgana—, una voz en mi cabeza me decía que tal vez te gustaba Manoban, pero a pesar de eso yo quise intentarlo, no es tan malo después de todo —suspiró—. Eres una gran chica y espero puedas estar con ella.

—¿Lo dices en serio?

—Creo que —suspiró—, todos merecemos estar con la persona indicada, ¿cierto?

Alcé la mirada y sonreí.

Mi corazón se estrujó un poco al ver una lágrima recorrer su mejilla, sabía que a él no le gustaba llorar frente a mí porque decía que era poco masculino -algo medio idiota, pero bueno-.

Me acerqué y le limpié con delicadeza.

—En verdad gracias, gracias por entenderlo. Esto es algo realmente nuevo para mí y tengo mucho miedo. No quiero ser una estúpida al estar contigo e ilusionarte cuando me estoy enamorando de alguien que no eres tú —dije con suavidad, pero a la vez con toda la sinceridad que pude.

—¿Te puedo dar un abrazo? —preguntó muy avergonzado y con la voz algo quebrada.

Sin dudarlo me acerqué y fui yo quien lo rodeó con mis brazos.

Un abrazo cálido, lleno de sentimientos que tal vez alguna vez existieron de manera sincera.

Admiraba a Juwoon por tomar bien las cosas entre ambos y le agradecía por entenderme. Creo que la de la culpa fui yo al intentar algo con él sabiendo que no estaba deseándolo del todo.

Nos separamos lentamente, dejando unos centímetros de distancia.

—Nuevamente gracias y lamento todo esto, no debí ser tan tonta al pensar solo en mí. Eres un gran chico también, muy inteligente y divertido —posé mi mano en uno de sus hombros—. Y estoy segura que encontrarás a la persona indicada para ti —terminé para luego sonreírle.

—Gracias, estos tres meses juntos fueron lindos. Espero lo mismo para ti. Ambos empezamos con muchas dudas e inseguridades y ese ya era un gran error. Uno de nosotros tenía que detenerlo para no salir lastimados —sonrió levemente—. Y en verdad te deseo lo mejor con Lisa. Déjame decirte que eres muy valiente al decirme todo esto, siendo sincera y segura a la vez.

—¿De verdad? —pregunté curiosa—. ¿No me odiarás o insultarás en la universidad?

—¿Por qué lo haría?

—Tú... Ya sabes, el hecho de que me gusta.. me gus-

—¿Del que te gusta otra chica? —asentí aliviada al saber que me entendió rápidamente.

—Estamos en el siglo veintiuno, Jennie, eso es más que suficiente para entender que el amor no viene en un solo concepto, además mi madre me enseñó a respetar a quien sea, independiente sus gustos. Lo malo aquí es aquellas personas sin cerebro que las juzgan por algo estúpido, la sociedad no debe ser divididas por etiquetas, es amor y ya —habló con calma y suavidad.

Siempre supe que su madre hizo un increíble trabajo con Juwoon. Voy a extrañar a mi suegra.

—Entonces, tú, ¿podrías aceptarme como una amiga? Aún sabiendo a quien quiero.

—Sí, Jennie —me sonrió levemente—. Creo que así debemos serlo.

—Eres un ángel —dije para abrazarlo rápidamente.

Después de todo, no era tan malo como pensé. Fue todo lo contrario, ahora me sentía más tranquila y aliviada.

Pude cerrar una etapa que pude haber hecho tiempo atrás, pero del que tampoco me arrepiento porque ahora mismo lo estoy haciendo, sin dudas de por medio y con consejos que son de gran ayuda para seguir y poder ganarme el corazón de mi mejor amiga.

¡Gracias por leer!
🌻

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