Capítulo 3

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—¡Ahora sí! 

Mi alfa bufó mientras que yo, por quinta vez, me miraba en el espejo diciendo que era mi día. 

Aunque ya pasó otra semana...

¡Bueno! ¿Qué más daba si había pasado una semana? Tenía que darle su espacio. De ser lo contrario, creería que de verdad era un acosador. Y bueno, Konan no es que me haya permitido acercarme mucho. Y ni qué hablar de Rin, quien me mandaba sus feromonas amenazantes cada que me miraba. Mi alfa quería retarla y enviar las suyas, pero yo lo contenía para que no se armara un escándalo y quedar en ridículo.

Solté un suspiro y observé el reloj de mi mesa de noche. Eran las siete de la mañana. Mis clases iniciaban a las ocho, pero la verdad es que el nerviosismo me hizo levantarme antes. Eso y las discusiones que mi cuñado y sobrino tienen casi a diario. 

Sí, como toda familia adinerada y de renombre cliché, todos vivíamos en la misma mansión horrenda. Mis padres, hermanos y sobrinos. Aunque claro que cada quien tenía su privacidad, puesto que la mansión era enorme. De todas formas, compartir la mesa con todos ellos podía llegar a ser tedioso. En especial cuando mi madre se levantaba de mal humor y se ponía a pelear con todos.

Me pasé los dedos por el cabello mientras salía de mi habitación. La servidumbre ya estaba trabajando y me encontré con una beta limpiando las ventanas. En la casa solo permitían trabajar a betas. Los alfas estaban prohibidos, puesto que casi toda la familia estaba compuesta por omegas. Había uno que otro omega, pero eran muy escasos, puesto que los omegas de la familia eran muy celosos; al punto en que no permitían que ni la propia familia se acercara a su pareja. Por suerte, a mi no me alejaban. Era como una excepción rara entre todos. Itachi no me alejaba de Kisame y, de hecho, yo era un gran amigo de Sakutaro, quien le lleva dos años a Sasuke.

—¿¡Qué haces tan temprano aquí, idiota colorido!? ¡Vete y come con tu familia!

—¡Pero ustedes son mi querida familia ahora!

Ante esa discusión, una sonrisa se instaló en mis labios. Entré al comedor y vi claramente como Fugaku le gritaba fuertemente a Sakutaro Haruno, el alfa colorido de Sasuke, quien estaba tranquilo bebiendo café en la mesa mientras miraba su teléfono.

—Suegrito, no sea así. Debemos llevarnos bien, después de todo somos familia, ¿no?

—NO somos familia. ¿Quién demonios te dejó entrar, de todas formas?— Preguntó de brazos cruzados.

—TODAVIA, no somos familia, querrá decir. Y pues nadie me dejó entrar, dormí aquí.

La gran sonrisa de Sakutaro y el semblante pálido de Fugaku me alegraron la mañana. Sin mencionar el ahogamiento de café que tuvo Sasuke luego de eso.

—¿¡QUÉ!?

—Se supone que tenías que decir que Itachi te dejó entrar. ¡Eres un idiota!— Exclamó Sasuke con el ceño fruncido y un ligero sonrojo.

—Oh, es cierto...

Fugaku estaba a punto de matarlo, y sus feromonas lo confirmaban. Fue hasta que Mikoto apareció que se calmó un poco. Fue entonces que notaron mi presencia, o más bien, Sakutaro la notó.

—¡Obito! Ha pasado un tiempo desde que no nos vemos. Has estado muy perdido en la universidad, eh.

Sakutaro era otro genio prodigio que entró a la universidad. Ya llevaba un año ahí, puesto que entró a los 16. El verlo a él y a Itachi en la universidad tan jóvenes me hacía sentir tonto con mis 18 de entrada. 

—Oh, ¿no lo sabes? Aparentemente ofendió de forma horrible a un omega y, desde entonces, lo anda acosando.— Dijo Itachi mientras se sentaba al lado de Sasuke.

Mi cara se puso roja, ya sea de la vergüenza o del enojo. Creo que ambas.

—¿Y tú como sabes eso?

—Konan puede ser alguien muy habladora cuando se lo propone y está triste.  

—¿Andas acosando a un omega? Eso es nuevo.

—¡Largo de aquí!— Gritó Fugaku al ver que el pelirrosa se sentaba al lado de Sasuke con una sonrisa. 

—¡Cierra la boca, Fugaku! Tan de mañana y ya me ponen de mal humor.

Mi madre entró con el ceño fruncido junto con mi padre, quien iba detrás de él con una sonrisa. A veces no comprendía como es que mis padres terminaron juntos. Mi madre era alguien muy orgulloso, estricto y serio, en cambio, mi padre, Hashirama Senju—ahora Uchiha—, era alguien muy feliz, despreocupado y fresco. Ambos eran polos opuesto y, aún así, terminaron juntos. 

Cuando ya toda la familia se reunió empezamos a comer. Todos estábamos presentes menos Shisui, quien era mi sobrino por parte de mi hermano Kagami. Un chico un año menor que Itachi. 

—Y, ¿Quién es el omega que andas acosando?— Preguntó Sakutaro con claro interés.

Solté un bufido. Sakutaro era alguien muy... chismoso. Aunque no contaba lo que se le decía, exigía siempre estar informado.

—De seguro lo conoces. Estudia lo mismo que tú.— Habló Itachi.

—¡Espera! ¿Hablas de Kakashi Hatake? ¡Es mi compañero en Biología I!

Yo solo pude maldecir mi suerte. ¿Por qué justo Kakashi tenía que matricular la clase que Sakutaro nunca llevó en todo el año pasado? 

—Entiendo el por qué tu obsesión. Es alguien muy lindo e inteligente.

Mi enojo se vio apaciguado luego del pisotón que Sasuke le propició, seguido de una mirada de muerte. Sakutaro siempre decía cosas de forma inconsciente o poco serias, e incluso hace bromas. Y por cada broma que me hace y me enoja, siempre hay un Sasuke como castigo. A veces creía que los celos Uchiha eran una bendición.

—O-Obviamente no es más lindo que tú, cariño.

—¿Pero sí más inteligente?

—¡N-No!

A mi cuñado también le gustaban estas "peleas", puesto que sabía que Sakutaro sufría. Y el sufrir de un yerno es lo mejor para un suegro.

O eso es lo que me dijo mi madre. 

Me quedé viendo la escena que Sakutaro y Sasuke estaban armando. Si Sakutaro es compañero de Kakashi... a lo mejor y no tengo que verlo como algo malo. Él...

¡Él puede ayudarme!

—¡Sakutaro!

Todos se quedaron callados y me voltearon a ver.

—Uh... ¿mande?

—Acompáñame. Ahora. 

Ni siquiera había terminado el desayuno que los sirvientes trajeron, y Sakutaro mucho menos, pero no me importaba. Me levanté de mi asiento y me lo llevé a rastras. Toda la familia se quedó callada, el único que habló fue Sasuke, el cual estaba claramente enojado.

—¿¡A dónde crees que te llevas a mi alfa, Obito!? ¡No hemos terminado!

—¡Te lo traigo luego!

—No me traigas luego...— Murmuró Sakutaro al ver el aura maligna de Sasuke.

Reprimí una carcajada mientras salía de la mansión. Me dirigí a mi auto ya con Sakutaro siguiéndome por su cuenta.

—¿Qué necesitas?

—Dijiste que eres compañero de Kakashi, ¿verdad?

—Sí. ¿Quieres que te ayude en algo?

—Sí. Verás, no es que yo lo acose por gusto, es que simplemente lo observo para ver el momento perfecto en el cual se quede solo y poder disculparme con él.

—¿Disculparte con él? ¿Te quieres disculpar con él por ofenderlo?— Obito asintió.— ¿Tú, Obito Uchiha, te quieres disculpar con alguien por ofenderlo? ¿Tú, el mismo que me dijo en la cara que mi cabello parecía el de una niña y mi frente una pizarra para cálculo II?— Se cruzó de brazos con el ceño fruncido.

Oh, había olvidado eso.

—Es que... E-Es difícil de explicar, ¿sí? Solo... ¿puedes ayudarme?

—Mira, como soy un buen familiar, claro que te ayudaré. De hecho, me llevo bien con él. Aunque es alguien tímido, es alguien muy respetuoso y amable. De hecho, hemos salido a comer varias veces con los de la facultad.

Mi ceño se frunció de inmediato y un sentimiento extraño me recorrió por el cuerpo. Mi alfa despertó y comenzó a gruñir fuertemente.

—Oh, ¿Y Sasuke sabe eso?

Al verlo pálido, solo pude sonreír. Ya para este punto, los dos estábamos en el auto y con rumbo a la universidad.

—No... Es decir, no puedo decirle. Sabes lo celoso que es y pues me prohibirá verlo, y de verdad que no quiero dejar de ser amigo de Kakashi. Él es alguien... solitario. Si no está con Konan y Rin, está solo en una esquina del aula escribiendo en un libro. Me da lástima verlo así, tan decaído y con un aura deprimente. Mi alfa insiste en protegerlo, pero lo ve más como un cachorro para proteger, ¿sabes?

Yo no dije nada. Se me era extraño que Sakutaro fuera de esa manera con alguien. Es decir, él es alguien amable por naturaleza, pero su instinto protector solo lo tenía activado con Sasuke. Solo me pregunto ¿Qué habrá visto Sakutaro en Kakashi para que le de lástima? Y no solo él, sino también Konan y Rin. ¿Qué tiene Kakashi que hace que lo quieran proteger? No he convivido con él lo suficiente como para notarlo, por lo que no sabría decir la razón. 

Ahora quería convivir con él. Ver su aura e intentar indagar sobre su vida. Algo que claramente no debería de hacer, puesto que eso no lo hacía ni con mis amigos. Pero tal vez y estamos destinados a ser amigos. Es decir, si no fuera de esa manera, ¿por qué justo habría escuchado lo que dije? ¡Es solo cosa del idiota del destino! De seguro y quiere que seamos amigos.

Sí. Puedo hacerlo mi amigo, pero solo eso.

Bufé con molestia sin darme cuenta. 

—Si quieres puedo escribirle ahorita y le digo que nos veamos en el árbol de cerezo blanco de la universidad. Nadie pasa por ahí, por lo que no habrá problema con los indeseados. 

El hecho de que estaríamos solos y sin nadie que nos interrumpa tal vez no sea la mejor idea. Podía actuar por impulso y hacer cosas... indeseadas. Pero también era lo mejor, puesto que con solo estar parado cerca de él es suficiente para que las personas hablen sobre mi. Acepté de inmediato su oferta y, casi al segundo, me sentí sumamente nervioso. Todo lo que estuve practicando pareció ser una pérdida de tiempo. Las palabras que con tanto esmero me aprendí desaparecieron como los dientes de león en el viento. 

Kakashi me traía mal. Y ciertamente no quería ponerme a pensar en la razón de eso. 

Al llegar a la universidad, Sakutaro me dijo que le había contestado y le dio el afirmativo. Ahora lo vería y finalmente podría disculparme con él para que mi alma ya este en paz. Y aunque mi decisión sobre alejarlo haya cambiado un poco, no significa que vayamos a ser otra cosa. 

No podíamos.

—Bueno, te deseo suerte con Kakashi. Ah, por cierto, no quiero que le digas a Sasuke que soy amigo de Kakashi. Se lo quiero decir yo.

—¿Y cuando?

—Cuando no este de mal humor.

—Uff, buena suerte con eso.

Los dos nos despedimos con un abrazo y, posteriormente, me dirigí al punto de encuentro con Kakashi. No sé si no tenía clase o si se la estaba saltando, por lo que tengo planeado ser lo más breve posible. 

Y ahora, ¿con qué brevedad puedo disculparme si improviso?

Para mi mala suerte, el árbol cenizo—nombre que absolutamente todos le dan a ese árbol por su color—estaba cerca del estacionamiento, por lo que en cuestión de unos diez minutos ya estaba en el área. Era uno de los jardines más grandes de la universidad; rodeado de vegetación verdosa y flores de diversos colores fuertes. Esto hacía que el árbol resaltara como si de una luz se tratara. Y bueno, también estaba el hecho de que el árbol estaba adentro de una estructura de cristal; haciendo que las hojas del árbol sobresalgan por la parte abierta de la estructura. No sé cuantos años tiene el árbol, pero es lo suficientemente viejo como para medir unos 20 metros. 

Desde la lejanía, me vi sorprendido al ver que Kakashi ya estaba ahí; sentado en la madera oscura que rodeaba el gran tronco del árbol. Estaba con la mirada en el suelo y, aparentemente, pensativo, por lo que no me vio llegar. No fue hasta que me coloqué en frente de él que reaccionó a mi. Al verme, su cara claramente se transformó en una de espanto y horror. Mi corazón dolió un poco al ver su reacción ante mi.

—Obito-sama... N-No sabía que venía, lo lamento. M-Me retiraré de inmediato para no molestarlo.

Se levantó de inmediato y estaba a punto de irse. Actué casi por instinto y le tomé el brazo para detenerlo. El pareció tensarse y me volteó a ver desde su hombro. Aunque fuese su ojo ciego el que me estuviera "observando", me quedé paralizado al notar de cerca sus pestañas y lo lindo que era ese ojo en específico. Aunque no tuviera brillo, aunque no fuese puro, aunque fuese opaco.

Me encantó.

Y me intrigó. 

La curiosidad con respecto a su cicatriz se clavó profundamente en mi. ¿Cómo se hizo la cicatriz? ¿Habrá sido algo o un alguien? ¿Cuál era la situación y el contexto?

—¿Obito-sama?

Una corriente eléctrica me recorrió por toda la espina dorsal. Como amaba que dijera mi nombre, sea con el maldito honorífico o no. 

—Por favor no te vayas. Quiero... quiero hablar contigo.

—¿Conmigo?— Preguntó sorprendido mientras lo volteaba a ver por completo.

Yo solo asentí. Él no dijo nada, pero intuí que estaba esperando a que dijera el propósito.

—Yo... quiero disculparme contigo.

—¿Disculparse conmigo?

—Sí. Por lo que dije antes sobre ti. Ya sabes, cuando estaba hablando con Konan.

—Oh, eso...

—Yo... ¡yo te aseguro que no es lo que pienso sobre ti! Ese día yo... ¡yo solo intentaba quitarme a Konan de encima! Es que estaba insistiendo en que tú me gustabas y pues le dije todo eso para que dejara de molestarme. En realidad me caes bien, aunque no hayamos convivido mucho y pues-...

Me quedé callado de inmediato al ver su cara de tristeza. Una expresión que solo duró un segundo; el tiempo suficiente para que mis ojos observadores la captaran. Me confundí y me sentí mal al mismo tiempo. Mi pecho se sintió pesado mientras sentía como retiraba su brazo de mi agarre, el cual no me había dado cuenta que seguía teniendo. 

—No debe preocuparse, Obito-sama. No... no dijo ninguna mentira. Estoy acostumbrado a ese tipo de comentarios. 

El dolor se incrementó al punto en que incluso él lo notó.

—Pero si le tranquiliza saber, usted es el primero en disculparse. 

Ni siquiera su encantadora sonrisa de ojos me pudo aliviar el dolor. Sus palabras salieron con naturalidad; como si fuese normal lo que le pasa. Mi alfa se vio protector y le entraron ganas de mandarle feromonas para reconfortarlo. Pude detenerlo a tiempo, pero la verdad es que deseaba abrazarlo. Y aquí mi alfa no tenía nada de influencia. Era mi parte humana queriendo consolarlo de lo que sea que haya sufrido en el pasado.

—No debe de preocuparse, Obito-sama. Lo perdono también por lo de hace una semana, aunque soy yo el que debería de disculparse por lo de esa vez...

Me sobresalté de inmediato ante lo que dijo. ¿Cómo es que... ?

—¿Cómo te enteraste que era yo?

—Itachi-san me lo dijo hace unos días.

Maldito sobrino bocón.

—Lamento eso. Intentaba disculparme contigo pero simplemente no encontraba el momento adecuado. Perdón si te asusté, de verdad que el golpe que me diste lo tenía merecido.

—¡N-No! Es mi culpa por no mirarlo. Yo simplemente entré en pánico y ataqué sin pensar. Lo lamento, Obito-sama.

¿Por qué se sigue disculpando?

¿Por qué parece que va a llorar?

—No, no. No es tu culpa. Y ya te dije antes que me llamaras Obito a secas. No es necesario que me pongas un honorífico.

—Lo lamento...

—Oye, no tienes que seguir disculpándote. 

No me respondió. Solo bajó su mirada con las manos juntas en frente suyo. Nos quedamos callados por un par de segundos que, ciertamente, los sentí como una eternidad. Era mi momento de retirarme. Ese silencio debía de ser roto con mi "bueno, nos vemos pronto".

—¿Y cómo has estado?

Aunque mi lengua siempre se mueve cuando no debe.

—Uh, he estado bien... ¿Y usted como ha estado?

—Bien... 

Ya, es hora de irme.

—Uh, ¿no quieres sentarte?

¡Mierda!

—Uh, sí...

Los dos nos dirigimos a los acolchados asientos del lugar. Nos sentamos un poco apartados de la entrada y nos quedamos callados. Yo ni siquiera debería seguir con él aquí. Yo ya debería de estar paseando por el campus en espera de mi primera clase. 

Los dos estábamos sumidos en un silencio incómodo, tenso

—Yo... yo iba a ver a Sakutaro-san así que...— Habló Kakashi en un intento de romper el hielo.

—Oh, yo lamento informarte que él solo me ayudó a que te viera. En realidad no vendrá...

Me avergoncé un poco ante su expresión sorprendida. Después de todo, sonaba raro el que yo dijera que lo engañé para poder verlo.

O más que raro, sonaba muy mal.

—Oh, ya veo. Pero, ¿Qué hago entonces con lo que me pidió?

—¿Lo que te pidió?

—Sí. Me dijo si podía prestarle mi libreta de apuntes de Biología y-y pues yo lo traje.— Dijo mientras sacaba un pequeño libro del bolsillo de su abrigo.

—Uh, ¿esa pequeña libreta es de apuntes... de Biología?— Preguntó con sorpresa.

—Sí, yo no apunto muchas cosas, prefiero poner atención al maestro y... y aprender más. O bueno, yo aprendo más de esa manera. Mis apuntes se basan más que nada en cosas complicadas que verdaderamente me cuesta entender. Se me hizo raro que Sakutaro-san me los pidiera, pero... uh, ahora sé por qué me los pidió, no los necesita en realidad...

Observé la pequeña libreta que meneaba de un lado a otro entre sus manos. Parecía sumamente nervioso. De tanto que movió la libreta se le calló al suelo. El pareció tensarse y sonrojarse de inmediato ante eso. Yo, por otro lado, actué casi de inmediato y me agaché a recogerlo. 

Y como por obra del maldito destino, él había hecho lo mismo y nuestras manos se tocaron. 

Ambos nos sobresaltamos y nos miramos a los ojos. Mi alfa, el cual había estado tranquilamente dormido, despertó de golpe y comenzó a jadear y gruñir. Mi sangre se calentó al sentir el calor que Kakashi emanaba y su dulce aroma. Un olor extra llegó a mis fosas nasales; uno que me hizo afilar mi mirada y encenderme más. 

Kakashi estaba claramente excitado. 

Y yo también.

No debí de haberme quedado. Debí de haber salido corriendo de aquí. No debí de haber confiado en mi. 

Mi respiración se volvió pesada y lenta mientras que la de Kakashi errática. 

Debo separarme.

Aunque mi cuerpo se siente como el de un ladrillo. Pesado y duro. Bueno, sé que me costará moverme, pero por lo menos tengo que contenerme de no decir nada. De no hacer la más mínima mención de lo que tengo en la punta de la lengua y en lo que menos debo pensar. 

—¿Quieres tener sexo conmigo?

Me mordí la lengua casi de inmediato ante esas palabras. Mi alfa, por el contrario, pareció encantado con aquella propuesta.

Yo, claramente, quería pegarme un tiro.

El color rojo subió por toda mi cara debido a la vergüenza. No solo era lo que había dicho, sino también la carita con la que Kakashi me miraba; esa carita llena de sorpresa y confusión, pero con un toque de excitación. 

Nos quedamos callados por unos segundos—nuevamente en un silencio por completo incómodo—. Y, nuevamente, él volvió a romper el hielo.

—Que... que propuesta tan indecente me ha hecho...

Yo solo desvié mi mirada; negándome a hablar, puesto que sabía que solo diría estupideces. 

—Yo... c-ciertamente no sé que decir...

Mis ojos se posaron en su rostro y mi corazón tuvo un pinchazo de ternura al verlo sonrojado. Noté como se había acercado más a mi y, haya sido a propósito o no, mi cuerpo reaccionó como si de un imán se tratara. Nuestros cuerpos se acercaron de forma inconsciente y quedamos cara a cara; nuestros labios estando a escasos centímetros. Aunque su mascarilla se interponía entre nosotros.

Sí. Esa mascarilla me podía hacer retroceder. Me podía hacer recapacitar de la situación.

—No tienes que decir nada...

Pero como siempre, mi cuerpo no responde a mi cerebro. 

Mi mano fue rápidamente a su mascarilla, la bajó, y, al instante, estampé mis labios con los suyos. Sus labios eran suaves, aunque sentía una clara sequedad en ellos, solo fue necesaria mi saliva para que fuesen tan resbaladizos como una pista de hielo.

Ya mencioné que mi lengua se mueve cuando no debe, ¿verdad? 

Nos habíamos quedado hincados en el suelo por la libreta, pero el beso se volvió tan intenso que lo acorralé contra los asientos. Mi lengua se introdujo en su cavidad bucal mientras sus brazos me rodeaban el cuello con un tanto de timidez e inseguridad. Una inseguridad que yo le destruí al hacer que me agarrara con firmeza. Una de mis manos se dirigió a su cintura mientras que la otra se aferraba a su nuca y lo presionaba más a mi. Nuestros cuerpos se encontraban tan pegados que, finalmente, logré darme una idea de como era su cuerpo debajo de la ropa.

Konan tenía razón. Kakashi era alguien muy delgado. Puedo decirlo solo con el agarre de mi mano, la cual quedaba demasiado grande para su cintura. Pero no me desagradó, en lo absoluto. Su cuerpo se sentía bien contra el mío. Se sentía jodidamente bien

La mano que tenía en su nuca descendió hasta el inicio de la cintura del abrigo y la introduje lentamente. El nudo se deshizo y me dejó un pase libre para explorar debajo de su camiseta. Mi mano se arrastró por su piel en forma de caricia hasta que llegué a su pezón, el cual apreté levemente; causando un gemido en él que se vio ahogado en mi boca. Mi pene comenzó a ponerse duro ante los preciosos sonidos que desprendía de su boca. 

Mis feromonas salieron solas; envolviendo a Kakashi en ellas. Eso fue lo que me hizo detenerme de forma abrupta. Me separé de inmediato y su cara de confusión me causó una sensación extraña, pero el miedo era mayor. 

Le había dejado mi olor. Nunca en mi vida le había dado mi olor a alguna de mis parejas. Ahora todos harán conjeturas y esparcirán rumores. Rumores que tarde o temprano llegarán a la prensa y, por consecuente, a mi madre. No podía permitir que Kakashi anduviera por la universidad con mi olor.

Ni siquiera me detuve a apreciar su rostro al descubierto, de inmediato me puse a revisar los alrededores a ver si alguien nos había visto. Puede que no estuviéramos en la entrada, pero el vidrio de la estructura era muy transparente. Perfectamente pudieron haberme visto con Kakashi. De ser así, estaría arruinado.

—¿Tienes perfume?— Preguntó Obito, quien lo volteó a ver con alteración.

Su mascara ya estaba en su lugar. Vi como asintió despacio mientras su vista se encontraba en el suelo. Pareció comprender lo que quería que hiciera. No era necesario que se lo dijera.

—Aquí no sucedió nada.

Posteriormente, salí con cuidado del lugar; observando mis alrededores y aliviándome al saber que si que estábamos solos. Corrí sin parar y sin detenerme ante los llamados de mis conocidos. Ni siquiera sé a donde vine a parar. Solo me detuve en el primer muro que vi.

—¡Hey! ¿Cómo te fue? ¿Kakashi-san te perdonó?

Ni siquiera le presté atención a Sakutaro, quien al parecer era de los que me había llamado y, al no contestarle, me siguió. Lo que sea que fuese a decirme o a preguntarme, no me importaba. La crisis, post-cosa-que-no-debí-hacer-nunca, me llegó de golpe.

Jodida existencia.

Continuará...

¿Soy la única que cree que si Sakura fuera hombre sería dominante en la relación? Like, ya de por sí siento que es dominante como mujer. Imagínense de hombre.

Y perdón para los que esperaban Sasunaru, pero por alguna razón no me gusta ese shipp 😔

No sé por qué no me gusta. Simplemente es así. Lit tengo varios shipps yaoi en Naruto e incluso me gustan los random que veo por Internet (Danzo x Kagami, cof, cof), pero no puedo con el Sasunaru 😭

Creo que es porque soy muy team Sasusaku, que hasta hice a Sakura vato para que esto fuese lo más bl posible. Y es que Sasuke será importante a futuro, y debía ponerle pareja sí o sí.

Ahora, una representación gráfica de Obito en su crisis post-cosa-que-no-debí-hacer-nunca. (Advertencia: está medio chafa.)

No sé cuando volveré a actualizar, pero lo haré algún día ;)

Los quiero 💖

Me piro vampiro~

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