Tres

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“Demasiado buena”










—Lo siento, ¿si?. No fue mi intención lastimarte —se disculpó a su singular manera Marvelous a su querido mejor amigo Joe, el primero y más fiel del equipo.

Estos dos se encontraban arriba en el barco junto a la gran bandera pirata admirando aquellas estrellas lejanas mientras los demás dormían por allá abajo.

—No importa. No te culpo por pensar con el trasero en ves de con el cerebro —contestó relajado mirando el lejano horizonte pensativo ante todo, la duda y el extraño sentimiento que empezaba a sentir en aquel momento era extraño. Algo raro e irregular, no quería admitirlo, simplemente quería negarlo.

—Oye, no me subestimes —rió el líder sonando obvio mientras colocaba un dedo apuntando su cabeza. Aunque a veces este sea imprudente su habilidad no se basaba en las palabras sino en la táctica en batalla.

Joe soltó una pequeña risa sarcástica. —Está bien, está bien...

—¡Oye! ¡Estoy hablando en serio! —exclamó sintiéndose un poco ofendido. —¿Qué es esa risa?.

Y así se basaba aquella extraña amistad de ellos pero como dicen, sin Bullying no hay amistad.




••••




Las horas habían pasado volando y era hora de que nuestros piratas despertarán. Navi, el extraño pájaro robótico fue el primero en abrir los ojos.

—¡Despierten, despierten! ¡Es hora, es hora! —exclamaba volando entre los rangers quienes dormían con calma por su propio lado. Marvelous dormía en su asiento rojo, Ahim y Luka dormían en el sofá juntas con una manta, Dog y Gai dormían cada uno en un saco junto al otro y por último Joe dormía en una extraña posición incómoda.

—¡Cállate, pájaro! —exclamó Marvelous con fastidio tomando el jarrón a su lado y aventándolo a Navi, quien con rapidez lo esquivó asustadizo.

—¡Marvelous! —reclamó Luka con estrés.

—¡Noooo! —gritó exagerando Gai acercándose al jarrón con lágrimas. —¡Mi jarrón, mi pobre jarrón despedazado y tirado al duro y frío suelo! ¡Mi amor, estarás bien, se que lo harás! —decía tomando un pedazo abrazándolo contra su pecho dándole palmadas.

—Creo que tendrás que despedirte de esa pobre cosa —asumió Joe levantándose apretando sus ojos por segundos acostumbrándose a la luz.

—¡Y todo por tu culpa! —apuntó amenazante el Gokai Silver a su líder.

—Exagerado —soltó poniendo los ojos en blanco el líder sin importarle nada.

—Vamos, Gai. Te ayudaré a repararlo —habló una suave y voz femenina haciendo que inmediatamente el líder le prestará atención.

El ve como la chica de gran vestido blanco se acerca al castaño ayudándolo a recoger los restos.

—Mi pobre ala estuvo a punto de ser estropeada... —se quejó Navi acercándose a Ahim queriendo recibir cariñitos de parte de ella, la cual respondió.



«¿Por qué tiene que ser tan buena?» Se quejó entre dientes viendo como la chica ayudaba a todo aquel que se interpuciera, siempre era así y nunca dejaría de ser lo. Después de todo una princesa nunca debía ignorar a una persona.

Ver como abrazaba a Navi y lo acariciaba sintió algo extraño, un raro pensamiento pasó por su mente ¿como se sentiría tener sus caricias?. Algo que en el mismo  instante pensó y desecho en conjunto.





••••




—¡Ahim! ¡Hice un pastel y necesito tu aprobación! —se escuchaba como gritaba Doc desde la cocina hacía la rosada, quien se encontraba sentada en la mesa tomando tranquilamente su taza de té.

—¡Voy! —se levantó y se encaminó a la cocina probando aquel invento del rubio. —Mm... Esta muy rico, Doc.

Los ojos de Green Ranger se iluminaron sintiendose emocionado. —¡Gracias!.

—¡Ahim, ¿Dónde esta el Shampoo?! —se escuchó como gritaba Luka desde el baño. Quería bañarse pero por más que buscará no encontraba aquel producto.

Ahim salió rapidamente de la cocina dirigiéndose al baño. Entró con rapidez viendo a la amarilla con una toalla enredada en su cuerpo, ya ellas se conocían de hace años así que no les importaba estar así enfrente de la otra. La azabache se acercó a una gaveta y de ahí sacó el Shampoo.

—Gracias, no se que haría sin ti —le agradeció. —Ahora vete que tengo que bañarme —sin más la empujó echándola del baño.

Al regresar a la sala Marvelous estaba espectante viendo como ella corría de ahí para allá pensativo «Es demasiado buena»

Justó en aquel momento llegó Joe después de un largo entrenamiento arriba del barco al aire libre entre las estrellas. Cuando este ve a Ahim yendo a sentarse se acercó.

—¿Cuándo quieres empezar con la práctica? —preguntó con su típica voz neutral.

—Ahora —asintió levantándose nuevamente pero al ver como las dos espadas que cargaba su amigo estaban realmente sucias y polvorientas las tomó. —¿Por qué están tan sucias? ¿Qué tanto hiciste?.

—Entrenar —contestó obvio y seco.

—Déjame y las limpio un poco —sin esperar un “sí” de parte del azul ella tomó las dos espadas y fue a limpiarlas con un trapo.

—¿Y por qué no hace eso por mi? —susurró entre dientes Marvelous en su silla viendo aquello en su espalda, técnicamente espiándolos.

—¿Hacer qué? —preguntó confundido Joe acercándose al líder, quien se encontraba distraído.

—¡N-Nada! —exclamó al instante sentándose bien su silla mientras arreglaba el cuello de su camisa incómodo.

—¡El capitán estaba espiando! ¡Repito, espiando! —exclamó Navi agitando sus alas robóticas de arriba a abajo diciendo lo sucedido.

—¡Cállate, maldito pájaro! —se quejó Marvelous tomando al ave del cuello agitándolo bruscamente. —¡No mientas!.

—Joe, vamos. He terminado —llegó Ahim con las dos espadas limpias para interrumpir aquella escena.

—Está bien —asintió el blue Ranger yéndose detrás de ella no sin antes enviarle una mirada de incógnita a su líder, su comportamiento había sido un tanto extraño ¿espiando? ¿A quién?

No le hizo caso a eso y se dispuso a enseñarle unos cuantos trucos a la chica.

—Creo que lo haces bien —asintió pareciendo satisfecho.

Los dos se transformaron y empezaron a luchar contra el otro. Aunque Joe de por sí era mucho más fuerte que ella se bajo a su nivel pero aún así notaba la diferencia de hacía años. Ahim había mejorado notoriamente sorprendiendolo un poco, ya no era la misma princesa delicada que había conocido una ves. Era una gran princesa valiente y luchadora, desde siempre lo supo y lo volvía a recalcar orgulloso.

Pasadas unas dos horas ya habían terminado de entrenar estando cansados los dos, aunque más Ahim porque se esforzó mucho.

—Listo, ya puedes ir a descansar —asumió este. Ahim con emoción dio saltitos de emoción destransformandose orgullosa de sí misma.

—¡Si! —asintió como niña acercándose a Joe pero de un despiste suyo sus pies se enredaron cayendo directamente a los brazos del pelinegro, quien la tomó inmediatamente, una mano en su cintura y la otra rodeando sus hombros.

Sus frentes muy cercanas al punto de sus narices rozar, estaban cerca, muy cerca diría yo...

Bajo las grandes estrellas del espacio, el silencio absoluto sin que nadie los interrumpiera, el aura relajada y romántica, simplemente el perfecto lugar para besarse hasta que...

—¿¡Pero qué esta pasando aquí!? —y así el grito sorpresivo del capitán los dejo helados.




















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