Segunda Parte

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El lunes por la mañana fue muy difícil para Bella, había pasado el mejor fin de semana después de la muerte de sus padres. Sin embargo, los mensajes de su mejor amigo la tenían preocupada.

" Te espero para almorzar juntos. Te quiere, Bella"

No obtuvo respuesta, paso toda la mañana enfrascada en su trabajo, a las once de la mañana el señor Jensen la llamó a su oficina, extrañada por aquella solicitud asistió sin objeción.

Cuando llegó a aquella oficina ya la estaba esperando con la puerta abierta.

-Cierra la puerta cuando entres por favor -Le dijo sin mirarla y así lo hizo. Caminó hasta la silla frente al escritorio.

-Señor Jensen usted dirá -Dijo nerviosa.

-Sabes no me gusta meterme en la vida de mis colaboradores. Cuando vi tu hoja de vida algo me llamo mucho la atención, vi en tu foto una mirada de seguridad. La carta del decano de literatura, remendándote fue impresionante, eso fue parte de las razones por que te elegí para el puesto y todos estos meses me has demostrado que ha valido la pena. Eres joven e inexperta y me preocupa que alguien pueda aprovecharse de ti -Bella no entendía las palabras del señor Jensen.

-No lo entiendo, señor -Dijo desconcertada la joven.

-Solo quiero decirte que, si algún día alguien te rompe el corazón, te sientes sola y necesitas un escape, cuenta conmigo para lo que sea -Al fin pudo mirarla. Bella tenía la misma edad que su hija mayor y Dios era testigo de cuanto él amaba a sus hijos y sabía que Bella no tendría a quien acudir si Alexander Blackwood le rompía el corazón.

-Gracias señor Jensen. Lo tomaré en cuenta. ¿Deseaba decirme algo más? -Preguntó con el corazón estrujado. No entendía porque tanto Michael y su jefe pensaban que Alex le haría daño, hasta el momento había sido el hombre más amoroso que había conocido después de su padre y su mejor amigo.

-Es todo Bella. Es mejor que vallas a almorzar -Y con eso volvió la atención a sus documentos. Salió de la oficina de su jefe, con el corazón acelerado porque debía enfrentar a su mejor amigo.

Lo que Isabella no sabía que los problemas llegarían dos meses después.

֎֎֎

-Lo siento Michael, sé que estás molesto. Tu hermano solo quería pasar tiempo de pareja. Han sido los mejores días que he pasado después de la muerte de mis padres -Es tan dulce y el puchero que le hizo a su amigo lo hizo menguar su enojo.

-Al menos te pidió ser su novia -Preguntó queriendo saber. Si Bella no le daba la respuesta que el ansiaba escuchar, iría a golpear a su hermano por follarse a su mejor amiga.

-Si, me lo ha pedido -Le respondió con el rostro sonrojado, recordando lo que sucedió después de eso, tanto que su sexo se humedeció.

-Me niego a imaginar que sucedió después de eso -Comentó el joven tapándose la cara don las dos manos.

Antes de que Bella pudiera decir algo más, la voz de Alex se escuchó a su lado.

-No me invitaron -Dijo serio.

-Alex, cariño -Bella se levantó nerviosa acercándose a su novio.

-Lo siento, hermano. Mi cuñada y yo nos poníamos al día. Toma asiento -Así lo hizo para segundos después prenderse de su boca.

-Así, ¿Puedo saber si estaba dentro de la conversación? -Alex tenía un poquito de celos de su hermano.

-Le contaba lo hermoso del lugar, el espectáculo de bioluminiscencia, las puestas de sol y el amanecer -Bella no dejaba de hablar.

Los siguientes días fueron de adaptación para ambos; Alex debió de acostumbrarse a que tenía una novia por lo que tenía deberes hacia con ella y Bella tenía que entender que todo mujeriego es celoso. El sexo entre ellos estaba a la orden del día, si Alex no iba al departamento de Bella, él la llevaba al suyo.

Lo que ambos no sabían es que a pesar de las restricciones Natasha estaba pendiente de sus movimientos. El hecho de haber perdido a su única hija la había vuelto una mujer fría y calculadora, culpaba a todos de sus desgracias.

Ahora que Bella es casi miembro de la familia Blackwood, le dio carta blanca a Antonella para arrastrarla de compras por las tiendas, claro está todo a nombre de su hijo.

Un sábado por la tarde Isabella y Antonella estaban visitando una cafetería, mientras llegaban los chicos, Isabella reía de las anécdotas que le contaba su suegra de sus adorados hijos, recibieron una llamada de Alex diciéndoles que se retrasarían un poco, por lo que las instó a seguir de compras, salieron de la cafetería cuando fueron interceptadas por un extraño.

-Caminen o le disparo -Le dijo a Antonella apuntándole a Isabella.

-¿Qué quiere? -Dijo la señora.

-Todo lo de valor -Dijo el hombre guiándolas a un callejón.

-Tranquilo tome mi bolso -Le dijo Bella. El hombre le dedico una mirada sucia.

-Quiero divertirme un poco. Quítate la ropa -Dijo sonriéndole a Bella.

-Mire, le hemos entregado nuestros bolso -Deje a mi nuera en paz.

-El dinero no me importa, me han pagado para que me divierta con ella -Señaló a Bella.

-¡Estás loco! -Gritó Antonella. Bella por su lado tembló de miedo.

-¡CÁLLATE! -La Bofetada fue tan fuerte que la mando a sentarse de culo en el suelo. Por otro lado, el grito llamó la atención de alguien, quien llamó a la policía.

De un momento a otro el hombre se desespero comenzando a tratar de quitarle la ropa a Bella, le apuntó con un cuchillo eso no amedrentó a la joven, manoteaba tratando de quitarse las manos del hombre de encima; recibía cortes al tratar de defenderse, eso no le importaba, jamás permitiría que ese hombre la tocara.

Antonella se puso de pie, ella también forcejeo con el hombre y en ese intento de protección el hombre la apuñaló, Bella se asustó, miró a un lado encontrándose que su suegra se sostenía un costado, lugar dónde le había herido.

El hombre se asustó tratando de huir y en ese momento llegó la policía y lo arrestaron, minutos después Antonella fue subida en una ambulancia en compañía de su nuera, en el camino pese al miedo Isabella llamó a su novio, el cual salió como un cohete en compañía de su hermano para ir directo al hospital.

Los chicos Blackwood volaron de camino al hospital mientras su madre era llevada a cirugía y Bella era revisada por una doctora, estaba muy asustada, no por ella sino por su suegra no dejaba de llorar, esa mujer en corto tiempo se había convertido en una madre para ella, no podía perderla a ella.

Alexander preguntó en la recepción de emergencia por ambas mujeres, les dieron la información que necesitaban, primero fueron donde estaba Bella, donde los vio se lanzó a los brazos de su novio, llorando desconsoladamente.

-Nena tranquilízate, respira -Por suerte en ese momento Alexander la abrazo ya que se desmayó en ese momento.

-Ponla en la camilla, Alex -Le pidió Michael.

-Llamaré a un doctor -Dijo la enfermera al salir.

Isabella estaba muy fría y sudaba demasiado, lo que provocó que los jóvenes se preocuparan más.

-Iré a ver como va mamá -Digo el menor de los hermanos.

Tardo en llegar a la recepción de emergencia, donde le indicaron cual era la sala de operaciones en la que se encontraba su madre. Antonella todavía estaba en cirugía por lo que iría a acompañar a su amiga y hermano.

-Ella está en shock, el susto fue grande. Si no fuese por la señora Blackwood el sujeto habría abusado sexualmente de la señorita Montgomery -Le dijo el médico a Alexander, mientras Michael regresaba.

-¡Maldición! Sino nos hubiésemos tardado esto no habría ocurrido -Se quejó el joven.

-Tranquilo joven. Ahora lo que importa es la salud de la señora Blackwood y que apoyen a la joven -Los tranquilizó el médico.

Horas después Antonella salió de cirugía para ser trasladada a una habitación privada. Los investigadores a cargo del caso le tomaron la declaración a Isabella. Ella les contó todo lo sucedido.

-En efecto el acusado confesó que una mujer le había pagado para que dañara a la señorita Montgomery. Llevaba varios días siguiéndola y ese fue el momento adecuado -Los hermanos se miraron mutuamente.

-¡Natasha! -Exclamaron ambos al mismo tiempo.

-¿Y esa quien es? -Preguntó el detective.

-Natasha Smith, ella es mi exsuegra...-Alexander le explico si entrar en detalles muy íntimos quien es la mujer, también le hablo de la orden de restricción.

-Esta es la mujer, muéstrele esta foto al desgraciado ese -Intercambiaron números y por el WhatsApp le transfirió la fotografía. En eso el teléfono del detective sonó en el bolsillo de su saco.

-¡¿Cómo?!... ¡Eso No puede ser!... ¡¿Cómo lo han dejado solo?! -La conversación que tenía el detective no le gustó para nada a los hermanos.

-¿Qué está pasando detective? -Preguntó secamente Alex.

-Al parecer el sospechoso se ha envenenado. Pidió algo de comida, se le dejo solo unos momentos mientras su custodio iba al sanitario al regresar unos minutos después el hombre estaba en el suelo son espuma en la boca -El hombre arrugó fuertemente su libreta.

-¡Qué bien! Ahora todo quedará ahí y la agresión hacia mi novia y mi madre quedará impune -Se exasperó Alex.

-No, le prometo que este caso no quedará así -El detective se marchó para seguir con su investigación.

Cabe destacar que habían pasado un poco más de dos meses del ataque a las damas Blackwood y la policía no había encontrado la forma en que habían envenenado al sospechoso. Natasha estaba prácticamente desaparecida, no había registros de ella desde hacía tres meses, ni uso de tarjetas, ni salidas, nada y eso tenía a Alexander Blackwood con los ánimos exasperados.

Tanto así que con cualquier estupidez se exaltaba y sin meditar a quien le gritaba.

-¡Maldición, Bella! Llevas días enferma y no has querido ir al médico -Alex estaba tenso, una preocupación más se le suma.

-No me hables de esa manera, no soy uno de tus empleados. Y si, no voy a ir al médico; estoy muy ocupada, la edición de las propuestas de la campaña para tu empresa me tienen muy ocupada y si te molesta que esté aquí me marcho -Decir que Alex estaba sorprendido por aquellos ataque de altanería de su novia lo tenían sorprendido era poco. Lo que él no sabía era que cuando ella estaba sola en su oficina aquella altanería se convertía en llanto.

Isabella, sabía que algo en ella no estaba bien, aun así, lo dejó pasar. En su interior sabía que su novio tenía toda la razón, sus piró calmando su llanto, se limpió las lágrimas continuando con su trabajo.

Al viernes por la tarde noche Alex fue por Isabella. Alex podría ser cualquier cosa menos tonto, vio a Sabella, su malestar incremento por la irresponsabilidad de su novia de no saber el orden de sus prioridades.

-¿Dónde iremos hoy? -Preguntó ella.

-Nosotros a casa. Bella necesitas descansar, mira tus ojeras. Puedes maquillarlas, pero no ocultarlas -El silencio predominó durante el viaje. La sorpresa para Bella fue que no irían al departamento de Alex sino al suyo. No tenía ánimos para discutir, así que decidió guardar silencio y aguantarse aquellas lágrimas.

-Hoy cuidaré de ti -Le dio un suabe apretón en su pierna, luego aparcaron, para subir al apartamento.

Al ingresar al apartamento un olor le revolvió el estómago a Bella, haciéndola salir disparada a su cuarto de baño. Alex salió tras ella preocupado. La vio devolver todo el contenido de su estómago.

-Ese, ese... olor no lo soporto -Dijo entre arcadas.

-Esa es tu comida favorita -Dijo preocupado, para llevarla al lavamanos y ayudarla al lavarse.

-No la quiero, llévatela por favor -Alex arrugó el entrecejo.

-Lo que haré es ir por el médico. No estás nada bien. Has bajado de peso y bastante. No es normal lo que te está pasando -Se dio la vuelta par hacer lo que había dicho.

-No quiero ir. Prometo que cuando la campaña esté lista. Yo iré al médico -Alex se dio la vuelta con la ira corriéndole por las venas.

-¿Eso es lo que quieres? -Preguntó entre dientes.

-Si -Respondió Bella.

-Bien, me largo -Salió del apartamento, cerrando la puerta de un portazo.

Isabella se quedó pasmada al ver lo que había hecho, corrió tomó su móvil y comenzó a llamar a Alex quien ignoraba sus llamadas olímpicamente.

Luego llamó a su único amigo.

-Michael -Dijo entre sollozos.

-Bella, ¿qué pasa? -Preguntó preocupado su cuñado.

-Alex...Alex y...y yo hemos discutido. Se ha ido y no responde a mis llamadas -Lloró más fuerte.

-Dale su espacio, Bella. Ha estado preocupado por ti y tú eres terca. Dale su espacio, ya se le pasará. Mi hermano te ama. Solo quiere cuidarte y tu no le dejas. Hablaré con él por la mañana ahora ve a descansar que de verdad lo necesitas y come que estas muy delgada. Mamá está preocupada por ti -Con esas últimas palabras el aguijón se hundió más. No era justo para Antonella que se preocupará por ella. Ella había expuesto su vida para salvarla. Así que decidió ir al médico por la mañana.

A primera hora, Bella llamó al señor Jensen para decirle que no se había sentido nada bien, por lo que iría al médico y luego a la oficina a trabajar.

-Tomate el día Bella. Has trabajado por muchas horas extras y por ahí oí que no estas comiendo bien. Así que quédate en tu apartamento, descansa y come bien -Colgaron la llamada.

Bella decidió marcarle a su novio, cinco veces y cada llamada iba al buzón de voz. -Me lo merezco, debe estar molesto y tiene razón. Iré al médico y con los resultados en mano iré a su oficina -Se marchó al hospital más cercano. Isabella es una joven muy sana nunca iba al médico por nada siempre había sido así toda su vida.

Llegó al hospital dónde la habían atendido tiempo atrás, buscó el área de consulta externa y solicitó consulta con un médico, luego de describir sus malestares.

Mientras esperaba ser atendida volvió a tratar de comunicarse con Alex y nada, por lo que decidió, llamar a Michael, pero nada también su llamada se iba a buzón.

No quiso insistir por lo que decidió escribirle a su suegra.

"He tratado de comunicarme con Alex y Michael y mis llamadas se van al buzón. Solo dile a Alex que fui al médico. Que estaré en mi apartamento. Gracias

Isabella"

Y obtuvo una escueta respuesta.

" Le daré tu mensaje

Antonella"

Esa fue la respuesta que tuvo, no pudo seguir dándole la vuelta al tema cuando fue llamada a la consulta.

-Señorita Montgomery. Soy el doctor Sadler- Se presentó el médico. -¿En que le puedo ayudar? -Indagó el médico, obteniendo una amplia explicación de parte de la joven.

-Bien señorita, si el exceso de trabajo puede influir en algunos de los síntomas que me describe, no obstante, podrían ser otras condiciones médicas. Así que le haré varios análisis -Asintió en silencio, se sentía culpable, deseaba que en ese momento Alex la estuviera acompañando.

-Tengo que resolver está situación -Dijo en voz alta para darse ánimo.

Le hicieron los exámenes, mientras revisaba su móvil. Su corazón se rompía un poquito. Solo un mensaje le llegó.

"¿Cómo va todo?

Jensen"

"Aún estoy en el hospital

Isabella"

"Recuerda que estoy para ayudarte. Cuenta conmigo para lo que necesites

Jensen"

"Gracias

Isabella"

-Señorita Montgomery, los resultados están listos -Isabella lo siguió de vuelta al consultorio, para tomar asiento frente al escritorio del médico, quien establa leyendo los resultados de los análisis.

-Bueno, en efecto los resultados confirman mis sospechas -Dijo el médico mirándola.

-Así -Solo eso pudo expresar estaba sumamente nerviosa.

-Su novio, el señor Blackwood, ¿va a venir? -El médico la había reconocido de los medios de comunicación.

-Está en una junta muy importante y no podrá venir y ahora podría decirme ¿qué está pasando conmigo? -Bella se encogió de hombros para ignorar la punzada que le causo esa pregunta.

-Los felicito señorita Montgomery; usted y el señor Blackwood serán padres. Lo que ha estado experimentando es normal en mujeres en su estado. La remitiré a ginecología para que le realicen una ecografía, así sabrá de cuanto está -Isabella estaba en shock, tomó los documentos y en automático siguió al doctor Sandler.

-Este es el consultorio del doctor Salomón, de aquí en adelante será el quien le atienda -Se despidió de ella y se marchó. Entró al consultorio con las piernas como gelatina.

-Señorita Montgomery. Buenos días. Ya tengo su expediente médico. Según veo aquí está embarazada. Felicidades. ¿Está preparada para conocerlo? -El doctor que pasaba los cincuenta años, le preguntó dándole en poco de emoción a su pregunta; viendo el estado silencioso de su paciente.

-Está bien -Asintió todavía en shock.

Se cambió en automático, su mente estaba revuelta, los Blackwood aún no respondían a sus llamadas y en especial Alex. ¿Dónde estás, Alex? Preguntaba mentalmente.

-Señorita Montgomery. ¿Me está escuchando? -Le preguntó preocupado.

-Lo siento, ¿qué decía? -Miró al doctor.

-Mire aquí la pantalla -Le pidió el doctor.

-¿Qué...qué es eso? –

-Bueno, déjeme felicitarla va ha ser madre de mellizos -Su dolor se duplicó y las lágrimas comenzaron a salir ya no podía detenerlas.

Estaba de más decir que estaba sumamente asustada, Alex estaba molesto con ella. ¿Cómo se lo tomarían él y su familia? Podrían pensar que lo había planeado para atrapar a Alex. "Debo calmarme esto no les hará bien a los niños". Dio un respingo cuando comenzó a escuchar carios sonidos.

-Eso, son los latidos de los corazones de los mellizos. Son fuertes y están sanos. Según las medidas están de diez a doce semanas -El recuerdo del finde semana con Alex le llego de golpe, había quedado embarazada en su primera noche con el padre de sus hijos.

Después de todas las recomendaciones que le dio el doctor Salomón, de recoger la cita para el próximo mes y las respectiva vitaminas salió del hospital, con mucho en la cabeza y sin saber que hacer, los Blackwood no aparecían por ningún lado.

Iba caminando distraídamente cuando fue interrumpida por un niño.

-Usted es Isabella Montgomery, ¿Verdad? -Le sonrió el niño.

-Si esa soy yo -Le sonrió amablemente al niño.

-Me dijeron que le entregara esto -El chico le entrego el sobre y salió corriendo sin decir nada más. Isabella se quedó extrañada al ver la actitud del niño, al tiempo que le dio curiosidad el contenido del sobre. Lo abrió y lo que encontró la dejo más fría que un trozo de hilo, al ver aquello; sus lágrimas corrían como cascada.

-Ahora entiendo porque no me ha contestado -Dijo un sollozo.

Del shock no se había dado cuenta donde estaba. A lo lejos un auto venía a alta velocidad. En el último segundo una brazos la salvaron de ser arrollada, el auto ni siquiera se detuvo.

-¡Por Dios Isabella! ¿Qué demonios te pasa? -La abrazó Alton. Al reconocer la voz, Isabella reacciono y lloró como nunca.

-Tranquila, te llevaré a mi casa. No estás en condiciones de estar sola, al parecer Blackwood está en una racha de las suyas -Y así lo hizo de camino Alton llamó a su esposa para que lo esperara en su casa, obviamente necesitaría la ayuda de una mujer.

Horas después de que se quedara dormida en la habitación de invitados de los Jensen; Isabella despertó con un fuerte dolor de cabeza y muy mareada.

-Al fin despiertas. Nos tenías preocupada. Toma, es mejor que estes cómoda. Disculpa el atrevimiento fuimos a tu departamento a por algunas cosas para ti. A como están las cosas Alton considera que no estas segura en ese lugar -Le sonrió y le dio privacidad.

Isabella no sabía de lo que hablaba Anja la esposa de su jefe, así que se dio una corta ducha, se vistió para salir al salón principal ce la mansión.

-Me tenías preocupado -La estrechó con cuidado entre sus brazos.

-MMM...¿Puedo saber que está pasando? -Miro a la cara de ambos y se dio cuenta que estaban preocupados.

-E... estamos bien -Supuso que ya se habían enterado.

-No, no lo están -Dijo con enojo Dalton. Le mostró el sobre.

-Primero que nada, las fotos son reales, más no recientes. La mujer de la foto es la difunta hija de Natasha Smith, por lo que sé esta foto tiene más de cinco años. Lo que me preocupa es la nota que venía con las fotos -Se la mostró Dalton.

"Te lo advertí. Te dije que te alejaras de los Blackwood en especial de Alexander. Solo una ultima vez si no desapareces, tu y tu bastardo le harán compañía a mi hija y mi nieto. Alexander Blackwood no es el caballero que todos imaginan. Mira lo que hacía mientras tu hacías el papel de novia fiel

XXXX"

-¿Cómo lo supo? -Decía mientras le temblaban las manos.

-Lo más seguro es que alguien te ha estado siguiendo, lo del embarazo solo fue una casualidad -Dijo Dalton con desprecio.

-Isabella, niña. Felicidades. Nos hemos centrado en todo esto. Lo sentimos, ¿Verdad, Dalton? -Anja miro con ojos fríos a su esposo.

-Lo siento, me he preocupado. Felicidades. Isabella tienes que esconderte mientras atrapan a esa mujer, el auto que casi te atropella juraría que era ella. He llamado a la policía, el detective que lleva el caso de tu primer ataque es un conocido. Le he hablado de todo esto. Siguen sin dar con esa nefasta mujer. ¿Por cierto has hablado con Blackwood? -Las lágrimas de Isabella corrieron de nuevo mientras negaba.

-Con ninguno -Respondió sorbiendo su nariz.

-¡Es un imbécil! -Exclamó Dalton.

-Tiene que saberlo Isabella -Dijo con contundencia Anja. Isabella negó.

-Ella llegará a nosotros. Ella está decidida a dañar la vida de Alex a como de lugar y yo no lo voy a permitir, si no nos mata a nosotros lo hará con los Blackwood. Puedo estar enojada con Alex por darme la espalda en este momento, eso no quiere decir que quiera que les hagan daño. Si Natasha no logra separarme de Alex irá tras Michael y Antonella, la familia de mis hijos. No quiero llevar eso en mi conciencia -Sentenció finalmente.

-No entiendo a lo que te refieres -Expreso Dalton.

-Yo si lo entiendo. Lo que Isabella sugiere es desaparecer, al menos mientras la atrapan. ¿No es así? –

-Así es. Michael me contó que Natasha volvió a aparecer cuando yo llegué a sus vidas -Confirmó la joven.

-Le negaras el derecho a tus hijos de vivir con su familia -La acuso Dalton. Alex no era su persona favorita, pero, eso no significaba que estuviera de acuerdo con que los niños tuvieran una vida sin una familia.

-No, solo me estoy asegurando de tener un futuro con mis hijos -Fue sincera, amaba a Alex, si, pero a veinticuatro horas de haber discutido, Alex no ninguno de ellos se habían comunicado con ella.

-Solo es el dolor el que está hablando, Isabella- La acuso Alton.

-Le agradezco que me haya ayudado..., si esto es mucho para usted me iré. Tampoco quiero que Natasha los vea como objetivo, por el hecho de ayudarme -Manifestó la joven.

-Yo tengo una solución o sugerencia. Isabella en cierto punto tiene razón. Esa Mujer no se detendrá. Tenemos una casa en Berlín, solo se ocupa cuando vamos a visitar a mi familia y a nuestro hijo –Sugirió Anja.

-Bien, bien de acuerdo le ayudaré. Lo primero que tienes que hacer mañana es renunciar. Podemos ir por más de tus cosas y luego veremos como sacarte del país sin que nadie se entere -Suspiro el hombre.

En cuestión de menos de cuarenta y ocho horas los Jensen se habían encargado de todo y precisamente cuando Isabella estaba por abordar aquel avión privado hacia Berlín que la pondría a medio mundo de distancia de los Blackwood y de Natasha; la llamada de Alexander Blackwood sonó en el silencio del auto mientras ingresaban al aeropuerto.

-Creo que deberías responderle, Bella -Le sugirió Anja, adivinando de quién se trataba.

-No creo que sea prudente hacer eso -Replicó Alton.

-Tiene derecho a saberlo -Volvió a replicar Anja.

-No, no lo haré. Natasha buscará la manera de saberlo -Y con eso bajó del auto que había llegado al pie de la escalerilla del avión, luego fue seguida por el matrimonio.

Cuando la limusina empezó a rodar, Isabella lanzó su móvil en un ágil movimiento cayendo este frente al auto, para segundos después ser aplastado por dos de las llantas.

-Nos vamos. Quiero irme de aquí ya -Inmediatamente sus manos fueron a su vientre, donde ya se notaba un poco su embarazo.

Media hora después el avión partía a su nuevo destino.

֎֎֎֎

La noche en que Isabella y Alexander discutieron, el joven fue a despejarse un poco el enojo. No entendía aquella terquedad de la mujer que amaba, últimamente estaba muy sensible y enferma. Tomaba trago tras trago, tratando de disipar la ira, pero el alcohol es mal consejero y al contrario la ira crecía más, no obstante, un dejavu recorrió su memoria; como si fuese una película. Estaba ocurriendo otra vez.

-¡MIERDA! Que idiota soy -Se gritó a sí mismo.

-No muñeco, no eres idiota. Eres sexi y tienes un cuerpo de infarto -Le dijo una mujer a su lado.

Era muy tarde en la noche y en el local había unos pocos clientes, mismos que estaban más ebrios que ni cuenta se daban de lo que ocurría en la barra, donde solo había dos personas.

-Vamos a divertirnos un rato -Propuso la desconocida poniendo un trago frente a Alex.

-Lo siento, tengo una mujer que me satisface -Alex trató de irse, sin embargo, la mujer insistió.

-Si tu mujercita cumpliera como tu mujer, no estarías aquí buscando compañía -Lo agarro fuerte del brazo.

-Suelta, mujer. De verdad no quiero ser grosero -Se soltó de un manotazo.

-Será por las malas -De un momento a otro la mujer le lanzó algo a Alex, provocando que a este se le nublara la vista y se sintiera más mareado.

-Me dijeron que eras un poco difícil de convencer. No te preocupes cariño que de verdad nos vamos a divertir. La diversión será algo larga -La mujer le hizo señas a alguien, quien cargo a Alex, casi inconsciente.

Las siguiente setenta y dos horas Alex la paso entre despierto y drogado. La mujer estaba frustrada, porque no había tenido la colaboración de aquel guapo hombre para tener sexo, la mujer que le había pagado casi una fortuna le había dicho que el hombre era muy vigoroso en la cama.

-Oye guapo, vamos colabora -Le decía a un denudo Alex mientras masajeaba su miembro.

-Te has pasado, está muy drogado -Le dijo el hombre que la había ayudado con Alex.

-Está muy guapo -Dijo mordiéndose el labio.

-Déjalo, no quiero que me acusen de homicidio, si muere por una sobredosis. Ya es bastante malo que lo haya secuestrado por solo cumplir el deseo de una vieja platuda que nos pago -Hombre tomo la cámara para irse, no obstante, al abrir la puerta de aquel cuartucho, los policías se lanzaron sobre él y la mujer para luego arrestarlos.

Michael Blackwood entró como bólido, quería ver en que estado estaba su hermano, llevaba tres días buscándolo, ya era malo que su cuñada le estuviera llamando y no podía contestarle, no al menos hasta no encontrar a su hermano y saber que había sucedido, igualmente Natasha, sentía que le estaba fallando a Isabella, todas aquellas veces que le había dicho que la quería como una hija se habían convertido en palabras al viento al no contestar a sus mensajes y llamadas. Más se preocupó cuando las llamadas cesaron.

-¡MIERDA, MAMÁ! ¡Qué hermano más idiota me has dado! No aprende de los errores- Renegaba Michael mientras su hermano era atendido en el hospital.

-Si, si hijo. Igual lo amamos y tienes que calmarte porque lo que le espera no es nada bueno y necesitará de nuestra ayuda. ¿Has ido a buscar a Bella? -Preguntó al final Antonella, haciéndose una idea a su respuesta.

-Ha renunciado, mamá, al día siguiente que Alexander desapareció, nadie de la empresa la vio, ni siquiera cuando entregó la renuncia. También fui a su a su apartamento. Lo ha dejado, ni siquiera se llevó todas sus cosas, solo lo indispensable. En la mesa del comedor encontré este sobre -Le contó el joven a su madre y procedió a sacar el contenido del sobre, donde estaban aquellas fotos y la maldita nota.

Decir que Antonella Blackwood perdió la compostura fue poco, maldijo a Natasha Smith hasta el primero de sus ancestros y más dolida estaba cuando en el final de la nota hablaba de un bebe. El cuchillo se hundió más profundo cuando del sobre y entre aquellas fotografías salió una copia de una ecografía, en ella decía el nombre de la paciente, el tiempo de gestación, la posible fecha de nacimiento y la cantidad de fetos en el vientre.

A la matriarca Blackwood no le importaba aquellas fotos, solo la ecografía que sostenía con todo el cariño del mundo. Por segunda vez se dibujaba la posibilidad de ser abuela y esta vez sería por partida doble.

-Debemos encontrarla hijo. No es justo que tu hermano vuelva a vivir esto. Es cabezón, idiota y sobre todo sabemos cuanto ama tu hermano a Isabella. No lo soportará -Le rogó Antonella a su hijo menor.

-Madre ya la he buscado. Sabemos que Bella no tiene familia, solo nos tenía a nosotros. No tengo la más mínima idea donde está -Michael se tapo la cara con sus dos manos.

No entendía la estupidez de su hermano, sabía que el idiota cuando se enojaba no razonaba, entonces ¿qué provocó que discutieran? –

Miró el móvil ya cargado de su hermano y se encontró con muchas llamadas de Isabella y otro tanto de mensajes, no obstante, uno le dio claridad del porque habían discutido.

Su hubiera atendido la primera llamada de Bella, en este momento todos estarían celebrando la concepción de sus sobrinos.

En la noche de ese día Alexander al fin despertó, con una ansiedad que era dolorosa.

-¡BELLA! ¡BELLA! -Gritaba en la oscuridad, aduras penas pudo ponerse de pie, todo le daba vueltas.

-Cálmate, Alex -Le pidió su hermano.

-¿Dónde está Bella? Necesito hablar con ella. Debo disculparme -Manoteaba a su hermano para que lo dejara ir.

-Tienes que calmarte. Ten han drogado y te tuvieron secuestrado por orden de Natasha -Los médicos entraron en ese momento para revisarlo.

-Deja que te atiendan hermano, iré a llamar a mamá -Con eso salió a hacer aquella llamada.

Media hora después Antonella llegaba más tranquila para ver a su hijo.

-Alexander Blackwood, ¡te calmas! O le pido a los doctores que te pongan a dormir hasta que estes más tranquilo -Dijo la señora Antonella, provocando que su hijo se calmara.

Después que los médicos se fueran y con un Alex más calmado su hermano procedió a ponerlo al corriente, antes le dio un golpe.

-¡Ay! Eso dolió -Se quejó Alex.

-No aprendes, no viste todas las señales, debiste haberlo visto venir -Suspiró.

-¿Qué me ha pasado? ¿De qué estás hablando hermano? -Su hermano puso los ojos en blanco.

-Discutiste con Bella por estar enferma y no ir al médico. Por eso debiste acudir a mamá. Entre mujeres se entienden y más porque Bella quería hasta hace unas horas a mamá. Te secuestraron por sexo y para chantajearte. Todo orquestado por...-Michael fue interrumpido por su hermano.

-Natasha -Se tapo la cara.

-Si esta vez no pudo evitar que los secuestradores la reconociera. Se le han imputado más cargos -Le informo su hermano.

-Me imagino que todo eso tiene que ver con el porque Bella no esté aquí conmigo -S tapó la cara con las manos.

-El cincuenta por ciento es tu culpa el resto de tu exsuegra -Le respondió su hermano.

-Ve por ella, hermano. Quiero pedirle perdón -Sollozó Alex sabiendo que la había cagado.

-Creo que eso no va ha ser posible, Alex. Bella lleva desaparecida el mismo tiempo que tu y no sabemos ¿dónde buscarla? -Michael negaba mientras hablaba.

-Pásame el móvil conozco alguien que si puede –

-Señor Welch disculpe la hora, necesito que me rastree un número de móvil, por favor y me dé un reporte de su ubicación. Lo más pronto posible –

-Si, señor Blackwood. Trataré de tenerlo en la mañana -Y con esa respuesta el hombre colgó.

Pensar que los Blackwood descansarán esa noche era mentir, no pudieron hacerlo. Mucho menos Alexander que sostenía aquella ecografía de sus bebes. En aquel edificio y bajo el disfraz de cuerpo médico, Natasha sonreía, al ver aquella tristeza en los Blackwood, la misma que ella había vivido años atrás con la muerte de su única hija y su nieto, lo único la haría más feliz, era que tanto Isabella como su hijo murieran, porque la única esperanza que tenía Alexander Blackwood es que ellos estaban vivos y por más dinero que había pagado para encontrar a aquella mujer, no aparecía.

Por la mañana y tras darse de alta por si mismo, Alexander Blackwood abandono el hospital seguido por su familia, le escribió a Welch para informarle que iría a la casa de su madre. Se reunirían ahí.

No habían terminado de desayunar cuando la ama de llaves anuncio la visita del señor Welch.

-¿Qué ha sabido? -Preguntó Alex sin saludar, sin que nadie se quejara por ello, entendía por lo que estaba pasando.

El hombre tomo asiento sin que se le fuera ofrecido, saco aquella carpeta, donde estaba el informe completo de los lugares dónde había estado Isabella, claro está mientras estuvo encendido. Porque pese a la tecnología no se podía rastrear un móvil apagado.

-Sin embargo, señor Blackwood hace unos minutos el móvil de la señorita Montgomery fue encendido, va sobre la ruta uno. Lo que me dice es que ella va directo al aeropuerto -Dijo el hombre.

Por reflejo Alex tomó su móvil y comenzó a marcarle. Las llamadas ingresaban, pero, no respondían.

-Vamos nena, respóndeme. Dame la oportunidad de explicarte -Se decía así mismo, porque Bella no respondía a ninguna de sus llamadas.

-Señor Welch muchas gracias, le haré llegar su pago a su cuenta, porque ahora debo ir tras mi mujer y mis hijos -Se subió a su auto sin esperar a nadie.

De camino al aeropuerto, Alex no dejó de llamarla y seguir la ruta de aquel auto, la señal se detuvo exactamente honde dijo Welch. Para su desgracia la señal desapareció nuevamente. Por el retrovisor Alexander vio el auto de su hermano. Lo que no sabía nadie es que a lo lejos eran seguidos por otro auto.

Al llegar la puerta de los ingresos VIP estaba abierta lo que les permitió ingresar, Alex corrió donde se marcaba la última ubicación de aquel móvil, lo que encontró lo hizo caer de rodillas y juntar aquel móvil hecho un rompecabezas. Negaba insistentemente, tratando de que aquello no fuera real.

Como los Blackwood son personas con ciertas conexiones, fue a hablar con el gente del aeropuerto, sin embargo, la única respuesta que obtuvo fue que el vuelo era privado y no podían brindar información de los ocupantes de aquel vuelo, ni su destino.

Los días siguientes fue un estira y encoge con la administración del aeropuerto pro el destino de aquel avión y sus pasajeros.

-Señor Blackwood, no hay ley que obligue al aeropuerto a brindar información sensible como la que usted solicita. Si su novia iba o no en ese avión no lo posemos saber, no tiene derecho sobre la señorita Montgomery -Le dijo el juez de familia a un muy desesperado Alexander Blackwood.

-¿Y mis hijos? ¿Qué hay de ellos? Tengo derecho a estar en sus vidas y ellos en la mía, su señoría -Le hablaba con desesperación.

-Lo siento señor Blackwood, eso no podemos corroborarlo. Puede que la señorita se haya marchado con un amante que posiblemente sea el padre de los niños y quiso ahorrarse la vergüenza de decírselo -Alexander se paro de aquel asiento para golpear aquel hombre. Ciertamente él no la conocía, nada sobre la tierra lo haría dudar de aquella paternidad.

-No te atrevas, Alex. Lo empeorarías todo -Le dijo su abogado.

-Usted no la conoce, señor juez. Yo si -Y con esas palabras salió del despacho del juez.

Lo que no sabía es que ese juez era amigo muy cercano a la familia Smith y como amigo de la familia, creía en la culpabilidad de Alex en la muerte de Janine Smith la hija de la mejor amiga de su esposa, por ello no colaboró en aquella orden de liberación de información confidencial.

Decir que el tiempo es cruel se quedaba corto, los meses pasaban con rapidez, se había sumergido en el trabajo, no salía a beber ni con su hermano; cada vez que lo hacía siempre sucedía situaciones que los sumergían en una pena sin fin. En su tiempo libre leía sobre el desarrollo de los bebes, sabía como se deberían de ver sus hijos por la imágenes en los libros.

-Estamos en el quinto mes ya pueden escuchar y sobre todo se podría saber el genero de ellos. ¿Serán niñas, niños o una mezcla de ambos? -S preguntaba en voz alta.

Su hermano lo vía hablar consigo mismo, le partía el corazón verlo de esa manera, muchas veces él y su madre debían consolarlo porque se hundía en aquella depresión.

Lo único que mantenía a Alexander Blackwood en pie era la esperanza de encontrarlos, sabía muy en el fondo que tras la huida de Isabella estaba Natasha Smith, quien seguía como un fantasma sin ser encontrada, pero que estaba muy cerca de ellos regodeándose se su miseria.

-Mi querida Bella, vuelve -Suspiró.

Apagó su computara, salió de su oficina muy tarde en la noche para dirigirse a la casa familiar la cual se había vuelto su casa, en su apartamento había muchos recuerdos que le que le eran dolorosos.

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