Todo se mira aparentemente normal.
Las hojas caen de los árboles, el viento se nota frió y esté las hace arrastrar. El cielo se muestra nublado, aún así las aves eurítmicas vuelan.
Alumnos transitan en el patio, quizá caminando a su siguiente clase, tal vez solo buscando algún lugar o compañía para alimentarse.
Y desde el techó ellos pueden verlo todo, muerde su labio inferior mientras mueve su pierna inquieta, pero no se siente nerviosa, solo está pensando, su ceño no puede evitar fruncirse, y luego un suspiró pesado la abandona.

—¿Qué harás entonces?—cuestionó el rubio a su lado admirando.

—Sabes...¿Cuándo fue la última vez que hice algo por mi?—se cuestiona y el chico no logra entenderla completamente—Últimamente mi mundo gira en torno a Kim Taehyung.

—Eso es verdad—responde una vez analiza y piensa con detenimiento lo que la chica acaba de decirle.

—Se lo que voy a hacer—suelta poniéndose de pie.

Taehyung:

Sé que cuando nos conocimos no teníamos planeado todo lo que está pasando en este momento. Y ahora mismo es todo lo que quiero.

Pero debo ser sincera conmigo.

No podemos estar juntos.
Y no toleraré la idea de aventar nuestra amistad por mis absurdos sentimientos hacia ti.

Una relación, se trata de dos personas que están juntas, dos personas que se quieren, se aman, se atesoran y desean. Cuatro personas, son demasiadas, una relación así, jamás podría llegar a funcionar, en lo mínimo.

A veces eres áspero, otras demasiado amable.
Eres difícil de entender, pero lo hago, trato de entenderte, después de todo, posiblemente eso es lo que me atrae de ti, pero he atado mis propias manos y solo te seguí a ti.

Debo cambiar, quiero vivir.
Necesito ser feliz de cualquier manera, no ser sometida o doblegada a nadie.
Ya sea en el amor o en la vida como tal. Debo tomar decisiones, creo que debo comenzar por amarme un poco más a mi misma, y quizá deberías hacer lo mismo, por tu bien, por el de Chae, por el mío.

Cuando lo haga, quizá pueda volver a enfrentarte, sin cargas emocionales.

Puedo seguir admitiendo que me gustas.
Realmente me gustas, y por eso debo dejar de sentir esto.

Pues, supongo que jamás podría hacerle frente a tú primer amor, yo solo soy un segundo.

—¿Nos vamos?—cuestionó el peli azul tomando su mano—Los demás están esperándonos ya.

La chica observó al chico que se encontraba a su lado, lo admira, lo mira todo lo que puede en tan solo unos cuantos segundos.
Aquel que de a poco comenzaba a ganar su corazón, aquel con quien se sentía libre, ella misma, aquel que podría corresponder su sentir.

De pronto levanta la mirada topándose con aquel castaño sonriéndole serenamente al lado de su bella novia, y su amigo rubio algo ya fastidiado.

Y se siente bien, se siente bien consigo misma, la sensación de auto-eficacia está presente, con pequeños  aciertos y pequeños logros cotidianos.
Comienza a sentirse consecuente con lo que decide, con lo que desea, con lo que lleva a cabo.
Comienza a ser dueña de lo que siente.

—Vamos—responde sonriente.

Animarse, de eso se trata el segundo amor.