Nunca te Rindas [Lynncoln]

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Hola que tal amigos, en esta obra, publicare pequeñas historias de Loudcest y otras historias, espero que les guste y nos vemos al final de este Microrrelato.

Era una tarde cualquiera de las 4:00 pm en la ciudad de Royal Woods y cerca al porche una niña de cabello castaño venia llorando, pues esta vez el entrenador de su equipo la descarto del equipo de béisbol luego de que volvieran a perder por cuarta vez consecutiva, la deportista, jamás se imaginó de que el entrenador le dijera tan duras palabras y sin pensarlo, la chica entro a su hogar y como no hallo a nadie en la casa, dejo tirando a un lado su bat y subió corriendo a su habitación y se encerró a llorar, ella era muy consciente de que su rendimiento y nivel que se le exigía, cada vez bajaba más y más.

Pero la deportista, realmente era consciente de que algo le pasaba y era porque durante tanto tiempo entrenando a lado de su único hermano varón de pelo blanco, la deportista comenzó a sentir un amor que poco a poco dejo de ser un simple amor fraternal y dejarlo pasar a ser un amor hacia un hombre, ella ahora se sentía atraída por su hermano y a la hora de los días que se ponía a entrenar no dejaba de pensar en su hermano, pues ahora se desconcentraba en su entrenamiento

Lynn Loud sabía muy bien que ahora mismo tenía su mente puesta en su hermano y por más que pudo no lo dejo ir, la niña se lamentó por haber comenzado a sentir esa clase de amor por su propio hermano. Era muy evidente es que todo ese dilema estaba afectándola y no podía hacer nada para lidiarlo.

-Soy una perdedora, ahora estoy sola, me descuide demasiado de mi entrenamiento y ahora me sacaron del equipo – Decía la castaña con mucha tristeza y soltando lágrimas.

Pero ante todo esto, un chico de pelo blanco estuvo siempre estuvo presente en la casa y hogar de los Loud, pues él no la pudo escucharla debido a que estaba leyendo uno de sus comics esta vez vestido con su ropa habitual, ya que en ese mes presente sentía frío como para leerlos en su habitual costumbre que era en ropa interior. El peliblanco no la llego a escuchar a su hermana debido a que también escuchaba canciones de SMOOCH.

Luego de un cierto tiempo el albino termino de leer su nueva historieta de edición limitada de su super héroe Ace Savvy, decidió guardarla en su envoltura y procedió a bajar por un vaso de jugo, pero cuando se dirigía, escucho unos sollozos que provenían de la habitación de su hermana deportista y su hermana emo. El albino sin pensarlo decidió ir a ver qué le sucedía.

-Lynn, que te pasa, abre la puerta por favor, me estoy preocupando mucho por ti, por favor déjame entrar- Decía tocando la puerta.

-Vete por favor, quiero estar sola, soy una total perdedora – La castaña lloraba estando boca abajo y su cabeza recostada en su almohada.

El peliblanco no nunca se rindió, así que salió al patio de la casa y tuvo que escalar por el techo de su hogar para así poder entrar a la habitación de su hermana que por fortuna esta estaba abierta y cuando el peliblanco entro, la tomo de los hombros y le limpio las lágrimas.

-Hermanita dime que es lo que te pasa, porque estas llorando, que fue lo que te paso.

-Me sacaron, me sacaron del equipo, me excluyeron y ahora siento de que ya no sirvo para el beisbol - La castaña continúo soltando lágrimas, pero luego el albino le hablo.

-Lynn, tú no eres una perdedora, también te he notado que has estado muy alejada en la concentración de tu entrenamiento, pero aun así, no llego a comprender del por qué y la causa de la que te está afectando.

-Es algo muy complicado, pero si te lo llegara a decir, sé que quizás tú me llegaras a odiar o ver de manera muy rara, pero es que no lo niego.

-Entonces dime que te tiene muy distraída y te ayudare, vamos Lynn, debes de confiar en mí, porque soy tu hermano y me tienes aquí para ti.

-Lincoln, si te lo digo estas seguro de que no te enfadaras conmigo? Necesito saberlo por favor - Dijo la deportista con una cara de tristeza.

-Lynn, no te prometo que no me enojare, aquí estoy para escucharte hermanita - Decía el peliblanco con una suave sonrisa

La chica no pudo contenerse y ahora dejo salir contándole todos sus sentimientos.

-Lincoln, te amo, estoy enamorada de ti, no logro concentrarme en mis prácticas ya que tú me tienes muy distraída, ya no me concentro como antes al ponerme a entrenar, es por eso que baje por completo mi rendimiento, pero lo cierto es que te amo hermanito, te amo mucho.

El peliblanco no se quedó sorprendido, pues para él fue una total sinfonía haber escuchado todo eso de parte de su hermana deportista.

-Sabes Lynn? Ya lo suponía - Decía mientras la abrazaba.

-Enserio? Lincoln, de verdad.... Acaso tú ya lo sabias? – Decía un gran asombro.

-Claro que lo se Lynn, que chica siempre estaría tan distraída al saber que alguien está ocupando las 24 horas en su mente, lo sé desde hace mucho tiempo Por algunos momentos pensaba que era otra cosa, pero yo me equivoque – Le decía una cálida sonrisa.

-Entonces si ya lo sabes, sé que habrás estado pensando lo peor de mí, debo de ser muy repugnante para ti verdad, pero no lo niego, si me gustas Lincoln, te dije que te amaba - Dijo tapándose la cara con las manos.

El albino la tomo por el mentón y la atrajo hacia él y una vez la trajo, le dio un suave y tierno beso en los labios que la dejo totalmente perpleja. Luego de unos segundos se separó de ella.

-...AaaaHH......... Lincoln, tu...... Me..... Besaste.

-También siento lo mismo por ti Lynn, eres mi deportista prefería, te amo.

-Gracias, gracias hermanito - Dijo eso y luego lo abrazo fuertemente y el albino le correspondió el abrazo.

-Hermanita, no importa que te hayan excluido de tu equipo, yo estaré siempre contigo y estoy muy seguro de que tendrás otro equipo mucho mejor, recuerda que no solo eres buena con el beisbol, sino que tienes una gran variedad de deportes que te gustan y yo siempre te estaré apoyando.

-Gracias hermanito, te quiero mucho.

-Aun no muy es tarde, quieres salir a correr?

-Me encantaría mucho correr con mi hermanito.

-Me pondré mi buzo, aseguraremos la casa y saldremos juntos.

El peliblanco se vistió con su buzo deportivo y salió de casa junto con su hermana deportista y ambos salieron a correr y corrieron con dirección a una colina a descansar e hidratarse. Luego el albino le dijo que ella siempre era la mejor deportista.

-Nunca te rindas Lynn, eres una gran deportista.

-No me rendiré porque sé que tú siempre me estarás apoyando, gracias – Decía abrazándolo.

En aquella colina ambos se besaron apasionadamente, ya que ahora la castaña por fin dejo su mente muy tranquila, pero a la vez ambos estaban decididos a continuar con su nueva relación, a pesar de todas las dificultades que se les vendrían, pero juntos los afrontarían y se prometieron estar siempre juntos.

FIN DEL MICRORRELATO

Espero que les haya gustado, no dejen de comentar y dejar su voto y nos vemos en el siguiente Microrrelato.

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