six. the lab

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

𝄒 𖥻 ִ ۫ ּ🚬 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐒𝐈𝐗
𓏲ּ 𓂂 the lab 🔦 +

Estábamos de nuevo caminando por el bosque en completa oscuridad, excepto por las linternas que Dustin, Steve y Lucas llevaban. La tensión se palpaba en el aire tras todo lo sucedido.

— ¿Estás seguro de que era Dart? — preguntó Lucas.

— Sí, tenía el mismo dibujo amarillo en el culo — respondió Dustin.

— Pero hace dos días era diminuto — se quejó Max a mi lado.

— Ha mudado de piel tres veces ya — explicó Dustin.

— ¿Mudado? — inquirió Steve, mostrando interés.

— Se deshace de la piel para crecer, como las orugas — contó Dustin.

— ¿Entonces eso es lo que había en tu sótano? — pregunté, buscando claridad, y Dustin asintió.

— ¿Cuándo volverá a mudar la piel? — preguntó Max, curiosa.

— Seguramente pronto. Entonces habrá crecido del todo, o casi, igual que sus amigos.

— Ya, y van a comer algo más que gatos... — murmuró Steve con una media sonrisa. Le di un codazo suave para evitar que los niños se asustaran más de lo necesario.

— Espera, ¿un gato? ¿Dart se ha comido un gato? — preguntó Lucas, levantando la voz y poniendo una mano en el hombro de Dustin, haciendo que todos nos detuviéramos.

— No. ¿Qué? No — respondió Dustin nervioso.

— ¿Qué dices, tío? Se comió a Mews — replicó Steve, mirando a Dustin con seriedad.

— ¿Mews? ¿Quién es Mews? — preguntó la pelirroja.

— El gato de Dustin — suspiré, sintiéndome agotada por la discusión.

— ¡Amy! — me reprochó Dustin.

— ¡Lo sabía! ¡Lo tenías tú! — exclamó Lucas, acusando a Dustin.

— No, no, no... Me echaba de menos, quería volver a casa — intentó explicarse Dustin, con más calma.

— ¡Y una mierda! — recriminó Lucas.

— No sabía que era un Demogorgon, ¿vale? — se defendió Dustin.

— Ah, ¿y ahora lo admites? — replicó Lucas incrédulo.

— Tíos, basta, tenemos que irnos — intervino Max, tratando de poner fin a la discusión.

— ¡A mí me importa! ¡Has puesto en peligro al grupo! ¡Has roto las reglas! — se quejó Lucas, enfadado.

— ¡Igual que tú! — contraatacó Dustin.

— ¿Qué?

— Le has contado la verdad a un extraño — señaló Dustin con la linterna hacia Max, quien se sintió ofendida.

— ¿Soy una extraña? — dijo Max con una sonrisa sarcástica, acercándose y uniéndose a la discusión.

Rodé los ojos y saqué un cigarrillo del bolsillo. Estaba a punto de encenderlo cuando Steve me lo quitó de la mano y lo tiró lejos.

— ¡Eh! ¡Era el último! — me quejé, mirándolo con una mezcla de exasperación y sorpresa.

— No es el momento — ambos escuchamos unos ruidos, como chillidos — ¿Lo has escuchado?

Asentí y Steve se adelantó hacia la izquierda del camino.

— Eh, chicos — llamó a los niños, pero estos seguían discutiendo entre ellos — ¡Chicos!

Esta vez todos se giraron hacia Steve, y los chillidos resonaron con más claridad. Steve empezó a caminar hacia el sonido, y el resto de nosotros lo seguimos de cerca.

Nos acercamos a una especie de acantilado, pero gracias a la niebla no podíamos ver nada.

— No veo una mierda — declaró Dustin, y Lucas usó sus prismáticos para mirar.

— Es el laboratorio. Estaban volviendo a casa — explicó.

Al pasar unos minutos caminando, al fin llegamos al laboratorio pero ya había alguien.

— ¿Hola? ¿Quién anda ahí? — gritó una voz, y todos nos acercamos más, Steve usó su linterna y por fin pudimos ver de quienes se trataba. Nancy y Jonathan.

— ¿Amy? ¿Steve? — preguntó Nancy extrañada.

— ¿Nancy? — contestó Steve.

— Jonathan — llamó Dustin.

— ¿Podemos dejar de decir nombres? — bufó Max.

— ¿Qué hacéis vosotros aquí? — cuestionó Nancy, alarmada.

— ¿Qué hacéis vosotros aquí? — repetí.

— Buscamos a Mike y a Will — aclaró la chica.

— No están ahí dentro, ¿no? — se inquietó Dustin, mirando al tenebroso laboratorio.

— No estamos seguros — musitó Nancy.

— ¿Por qué? — se preocupó Dustin.

Y justo en ese momento, casi a un modo de respuesta, se oyeron unos gruñidos y aullidos, que venían del laboratorio.

Inmediatamente todos nos pusimos a discutir sobre si deberíamos entrar o no. Yo razoné en que no deberíamos hacerlo, Hopper estaba dentro, él no dejaría que les pasara nada a los niños.

Mientras discutimos, me di cuenta de cómo todas las luces del laboratorio se encendían a la vez.

— Ha vuelto la luz — anuncié.

Todos fuimos corriendo a la cabina donde se encontraban los botones para abrir la reja de la puerta principal.

Jonathan se metió dentro y empezó a apretar el botón, pero no pasaba nada. Dustin se metió con él.

— Déjame a mí — ordenó Dustin, pero el mayor le empujó negando, impidiéndoselo — ¡Déjame intentarlo, Jonathan!

Dustin pulsó el botón una y otra vez, no pasaba nada, hasta después de unos minutos. La puerta se abrió.

— ¡Eh! ¡Ya está! ¡De nada! — rió Dustin.


















Una hora después, Jonathan y Nancy se habían ido con su coche a la puerta, para recoger a todos cuando salieran. Steve jugueteaba con la linterna mientras yo descansaba cerca de la cabina de los botones. Los tres chicos estaban charlando un poco más alejados. Después de un momento de silencio tenso, Steve rompió el hielo.

— Oye, Amy, ¿sabes qué? — dijo, moviendo la linterna de un lado a otro.

Levanté la mirada hacia él con una mezcla de expectativa y ligera molestia.

— ¿Qué pasa ahora, Steve? — pregunté, frunciendo el ceño.

— Que te he salvado de un enfado peor. Si hubieras encendido ese cigarrillo, Max y Dustin se hubieran vuelto locos — explicó, disculpándose rápidamente.

Fruncí el ceño, guardando silencio por un momento antes de responder.

— Sí, pero era mi último cigarrillo. No te da derecho a quitármelo.

Steve asintió, consciente de su error.

— Lo siento, de verdad. Solo pensé que...

Suspiré, mostrando comprensión aunque aún un poco enfadada.

— Lo sé. Estás preocupado por los chicos — dije, dejando claro que entendía su preocupación y Steve asintió, dejando de jugar con la linterna y sentándose a mi lado.

— Estoy seguro de que Hopper los mantendrá a salvo dentro del laboratorio, pero no puedo evitar pensar en lo que podrían encontrar ahí dentro — comentó, mirando hacia la entrada del laboratorio con gesto pensativo.

Miré hacia la entrada del laboratorio, mis pensamientos centrados en la seguridad de todos.

— Ojalá estén bien — musité, con la esperanza de que todo saliera bien.

El tono de Steve se volvió más reconfortante mientras apagaba la linterna y se acercaba a mí.

— Lo estarán. Tienen a Hopper con ellos, ¿no? — dijo, tratando de infundirme confianza.

Asentí, reconociendo la fuerza del sheriff.

— Sí, tienes razón. Ese hombre es increíble, por lo que me han contado — afirmé.

Steve sonrió, tratando de aligerar el ambiente.

— Y tú también, ¿sabes? Aunque te pongas así por un cigarrillo — bromeó, buscando hacerme sonreír y yo le golpeé suavemente el hombro, aunque con una pequeña sonrisa juguetona.

— Idiota — respondí, en un tono entre divertido y reprobatorio.

Él rió, sabiendo que había acertado en su intento de distraerme.

— Pero soy tu idiota favorito — añadió, con una sonrisa sincera.

Sonreí levemente, reconociendo la verdad en sus palabras.

— Te mataré algún día, Harrington.

— Con esa sonrisa seguro, Hargrove — aseguró, y no pude evitar sonrojarme un poco, menos mal que no se notaba en la oscuridad.

Después de unos minutos, escuchamos el claxon de un coche.

— ¡Cuidado! ¡Apartaos! — gritó Steve, viendo que dos coches se dirigía hacia nosotros.

Vimos pasar el coche de Nancy y Jonathan y detrás se paró un coche de policía, pude distinguir al sheriff Hopper dentro.

— Subid — nos dijo, Steve se subió al asiento de copiloto y los niños y yo detrás.

holaholaaa

que tal están? yo ya empecé las vacaciones <33

les gustó el capítulo?

le dijo que es su idiota 😭 #stamy en su máximo esplendor

os quierooo, voten y comenten!!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro