|Luz de vida

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🍁17 de octubre: HALO.
🍂Personajes: Aziraphale y Crowley.


Estando a pocos días de la fiesta de disfraces -a la que ambos fueron invitados-, Aziraphale y Crowley se regalaron el día para buscar el disfraz perfecto para la fecha.

Por eso, aunque la idea era visitar todas las tiendas cercanas, solo se quedaron en una y en ella, se probaron todos los disfraces que pudieron. Hasta que encontraron el adecuado.

—Sabes —dice Crowley—, se supone que los disfraces deben dar miedo.

—Bueno, estoy disfrazado como un demonio. Y los demonios dan miedo —comenta, luego hace una pausa y mira rápidamente a Crowley— Bueno, con su respectiva excepción.

—Puedo ser atemorizante. No hables como si no pudiera.

—No con ese traje de ángel.

—¡Claro!, porque los ángeles son todos unos rayitos de sol —responde con sarcasmo, luego y de igual manera calla y mira a Aziraphale—, también con su excepción.

—Oh, ¿quieres decir que los ángeles son atemorizantes? —Dice divertido, mientras se mira en el espejo con el disfraz puesto.

—¿Quieres que les pregunte a los habitantes de Sodoma?

—Admito que fue exagerado —dice aún distraído en su reflejo—, aunque Sandalphone diría que fue absolutamente necesario.

Aziraphale hace un gesto minúsculo de molestia, pero Crowley, que tan observador es siempre cuando de su ángel se trata, lo notó.

—Fuera de la creencia popular humana, los ángeles no son precisamente bondadosos.

—Solo revisa la biblia —le da la razón, pero en ella se detecta un poco de pesar— realmente los ángeles estamos destinados a ser los "soldados" de Dios. Si allá arriba dicen que incendiemos el mundo, eso se debe hacer.

Sin darse cuenta, terminó su oración en un tono más bajo. Aunque ahora su mirada estuviera distraída en los cuernos falsos que adornaban su cabeza.

—Tú eres diferente a eso —Aziraphale se gira y le mira a los ojos. Por un momento se nota angustiado, pues sabe que -una vez más- Crowley pudo ver a través de él.

—Crowley...

Su querido demonio sabe que, está apunto de refutar. Por eso se adelanta a las futuras palabras.

—Lo digo con honestidad. Aunque estés disfrazado de demonio, incluso aunque lo fueras de verdad, podría ver desde lejos tu halo.

Y siguió hablando: >>El halo es símbolo de la pureza, de lo bueno y la perfección. ¿Ves? No importa que "allá arriba" sean lo que sean, tú no eres como ellos. Tú siempre reluces tu halo de ángel, porque no hay día que dejes de ser puro, bueno y perfecto.

Después de decir aquello (sin parar siquiera a analizar sus propias palabras), calla de repente y mira avergonzado a Aziraphale.

Ahora ambos se miran. Los ojos del ángel (real) se tornan endulzados, como agradeciendo a su opuesto, enviándole en silencio amor. Los ojos del avergonzado demonio, se mantienen -por fortuna- lejos de la protección de las gafas oscuras, lejos de poder ocultar el nerviosismo ante la espera de la reacción de Aziraphale ante lo dicho.

—Disculpen —dice uno de los empleados de aquella tienda— ¿Van a llevarse lo que tienen puesto?

Aziraphale regresa a la realidad primero, y con sonrisa amable le asiente al empleado.

—Claro, sí.

—De este lado les cobro.

Esta vez es Crowley quién responde, adelantándose; mientras camina,Aziraphale observa las alitas falsas moverse con los pasos, y el halo falso y dorado adornando su cabellera.

Y sonríe ante la idea de que, Crowley nunca ha dejado de ser realmente un ángel.

Tú eres el del halo —susurra.

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