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El comienzo de algo sin nombre

Vivienne era conocida en la casa de Slytherin por ser una persona bastante tranquila y cerrada. No tenía muchos amigos realmente y casi nunca se presentaba en las reuniones o fiestas. Le daba gran parte de su tiempo a los estudios y cosas que garantizaran su futuro, olvidándose de vivir su adolescencia.

La verdad era que a Vivienne no le gustaba su vida. Su infancia había sido bastante solitaria, por lo que creció como alguien independiente, o al menos intentaba aparentar que lo era. Siempre andaba pensando en el futuro antes que en el presente, desarrollando así malos episodios de ansiedad y bajones emocionales. Si, una completa mierda.

Sin embargo, Vivienne se tomaba unos descansos cada cierto tiempo y se permitía disfrutar una noche, como hizo aquél hermoso día de mayo.

─ ¿En dónde será?─ le preguntó a Blaise Zabini una vez que se sentó en la mesa a la hora del desayuno.

─ ¿Irás?─ los ojos de su amigo demostraban sorpresa.

─ Si─ contestó Vivienne sin darle importancia.

─ Será en la Sala Común de Ravenclaw.

Vivienne movió su cabeza en forma de asentimiento y comenzó a elegir lo que iba a desayunar. Optó por unas simples tostadas con mermelada y una taza de café. Mientras comía, pensaba en qué usaría para la fiesta, teniendo en cuenta la ropa que tenía en su armario.

─ ¿Cómo piensan vestirse ustedes?─ les preguntó Vivienne a Daphne Greengrass y a Pansy Parkinson.

─ Yo con mi vestido negro─ contestó Daphne─. El que tiene la espalda abierta.

─ Yo creo que con uno violeta oscuro que es de terciopelo─ dijo Pansy.

Cuando el sol comenzó a ocultarse, Vivienne decidió que era el momento de darse una ducha. Al salir, secó su cabello con su varita y lo alisó. Con la toalla envuelta alrededor de su cuerpo, abrió su armario y se puso a buscar lo que se pondría. Al no encontrar lo que quería, apuntó su ropa con su varita.

Accio vestidos─ dijo.

Todos sus vestidos volaron a sus brazos. Vivienne fue tirando uno por uno sobre su cama hasta que encontró el indicado. Era de color bordó, le llegaba un poco por arriba de las rodillas y traía consigo un par de guantes negros de una tela transparente. Acompañó el atuendo con unas plataformas bajas negras y un saco largo también negro. Ató su cabello marrón en una media cola y le colocó un broche plateado. Adornó su cuello con un collar de perlas y sus orejas con caravanas a juego. Para su maquillaje se pasó un brillo labial bordó, sombreó sus ojos con un suave tono rojo y delineó sus ojos.

Vivienne se sentía linda y confiada. Había hecho un buen trabajo y aquello la ponía feliz. 

Por último, guardó su varita en su guante derecho y salió de su habitación. Afuera ya la esperaban Daphne y Pansy, quienes halagaron a Vivienne al verla.

─ Que hermosa amiga tengo─ fingió llorar Daph.

─ Hay que sacarnos una foto─ dijo Pansy─. ¡Accio cámara!

La cámara mágica de Pansy apareció flotando desde el sector de las chicas. En la foto que se tomaron salieron sonriendo y abrazándose las tres; Daphne en medio, Vivienne a la derecha y Pansy a la izquierda. Daph en la foto comenzaba a moverse de lado a lado, haciendo que las otras dos se rieran y se movieran con ella.

Vivienne, Pansy y Daphne se conocieron a los siete años en una escuela inicial para magos, lugar al cual asistían no obligatoriamente algunos magos. Allí comenzó su amistad, la cual al principio fue una enemistad porque habían comenzado con el pie izquierdo. A medida que los años pasaron, esa discordia comenzó a desvanecerse y se hicieron mejores amigas.

Finalmente estaban dirigiéndose a la fiesta en la Sala Común de Ravenclaw. Afuera, en la entrada, había un alumno de séptimo, el cual se encargaba de responder los acertijos del águila para quienes no fueran de Ravenclaw. Así fue como las chicas pronto estuvieron dentro de la fiesta. El estilo de música que había variaba entre el rock y el hip-hop. Habían conseguido meter alcohol a la fiesta, lo cual había sido prohibido por los Jefes de las Casas cuando se pidió el permiso de realizarla.

─ ¡Vivienne, prueba esta combinación de Whiskey de Fuego con Vodka!─ gritó Blaise cuando vio a su amiga entre la multitud.

Vivienne se preguntó si aquella combinación de bebidas era una buena idea. No solía tomar y se emborrachaba muy rápido. Todo eso sumado a que estaba con el estómago vacío empeoraría las cosas.

─ ¡Prefiero esperar un poco!─ le dijo ella alzando la voz cerca del oído de Blaise.

Él hizo un ademán de aceptación y se volvió en busca de alguien más que probara su mortal mezcla. Vivienne, por su parte, comenzó a buscar a sus amigas, las cuales habían desaparecido de su vista. Logró divisar a Luna Lovegood sentada en los sillones de terciopelo azul marino con detalles de bronce, conversando con una chica de Hufflepuff y otra de Gryffindor. A dos metros a la izquierda de ellas estaban Daphne y Pansy junto a Theodore Nott y Draco Malfoy. Éste último y Vivienne eran conocidos, pero no estaban ni cerca de tener una amistad, pues jamás habían intercambiado palabras y tampoco tenían interés en hacerlo. Aunque aquello no le había impedido a Vivienne colarse en el cumpleaños del año anterior de Draco.

Debía admitir que el rubio no se veía mal aquella noche, de hecho era atrayente para ella, pero no quería ser obvia, no le gustaba llamar la atención y prefería guardarse ese repentino interés. Decidió acercarse a sus amigas y saludó a los otros dos chicos. Los cinco se movían al ritmo de la música, Vivienne tratando de no mirar mucho a Draco para que no la captara, pero lo que no sabía era que él se había dado cuenta y que también se le había despertado cierto interés hacia ella.

─ ¿Whiskey?─ le ofreció Theo a Vivienne.

Ella aceptó el vaso y le dio un par de tragos. Tal y como se lo esperó, el líquido quemó cada parte de su garganta y su esófago, dándole su sentido al nombre de la bebida: Whiskey de Fuego, un tipo de whiskey más fuerte que el de los muggles y que hacía que al eructar salieran pequeñas bolas de fuego inofensivas.

Vivienne le ofreció el vaso a Draco, quien lo aceptó y tomó. Luego se lo devolvió nuevamente a ella para que se lo diera a Theo.

Más tarde, Draco fue por su propio vaso con alcohol y cada tanto se lo ofrecía a Vivienne. Ella aceptaba y así se pasaron un gran rato compartiendo aquel vaso. ¿Era aquello una especie de coqueteo silencioso? Era sabido que ambos chicos eran muy reservados, pero se sabía que, comparado con Vivienne, Draco tenía a muchas personas detrás de él y había tenido varios ligues.

Vivienne ya se había separado de su grupo cuando se encontró con Morag MacDougal, la última novia de su ex novio Owen Anthony. Morag y Vivienne no eran del todo consideradas amigas, pero se llevaban bien. En cuanto a Vivienne y Owen, habían tenido una relación que duró dos años y al haber terminado de una forma pacífica y amistosa todavía compartían charlas de vez en cuando como si fueran viejos amigos. Esa era una característica de Vivienne, no sentía remordimiento por nadie, no odiaba a nadie y luego de acabar una relación con alguien, los respetaba, les daba su espacio y les concedía la oportunidad de una amistad sin rencores.

─ Creo que ya estoy un poco borracha─ rió Morag.

─ ¿Quieres agua?─ le preguntó Vivienne─. Justo venía por algo de comer y otro vaso de Whiskey.

─ No, gracias, me sentaré aquí─ contestó Morag dejándose caer en uno de los sillones.

Vivienne siguió su camino hasta la mesa en donde estaba la comida y la bebida. Agarró unas masas dulces y se sirvió la bebida en un vaso limpio. Luego miró a su alrededor en busca de alguien a quien unirse. Vio a lo lejos a Blaise hablando con Theo, Draco y otro alumno de Slytherin. Decidió acercarse a ellos al no ver rastro de Daphne y Pansy.

─ La mejor marca de escobas de todos los tiempos son las Nimbus─ decía Blaise arrastrando sus palabras, pues el alcohol ya recorría en gran cantidad por sus venas.

─ Pero hay que aceptar que las Saetas de Fuego en su momento superaron a las Nimbus─ dijo el otro chico de Slytherin.

─ Mi padre tiene una Barredora clásica del 1880─ contó Theo─, pertenecía a mi abuelo. Anda como rayo.

─ Creo que no soy lo suficientemente rico para entender de escobas─ dijo Draco por lo bajo.

Aquello en parte sorprendió a Vivienne, pero aun así rió y dijo:

─ Yo no entiendo nada.

Él le regaló una media sonrisa. Vivienne inconscientemente le ofreció su vaso y él aceptó al instante. Se quedaron en silencio oyendo a los otros, mirándose disimuladamente cada vez que creían que el otro estaba distraído y pensando en qué decir para iniciar una conversación.

Más adelante, lograron entrar en confianza, pues Vivienne había comenzado a hablar con un chico de Ravenclaw llamado Samuel y Draco había aprovechado para entrar en la charla. Ella les contaba, ya borracha, lo que la llevó a irse a vivir con su padre años atrás. Comentaba que se debió a los problemas mentales de su madre, que afectaba a Vivienne con sus palabras, llegando al abuso verbal.

─ ... Por eso llamé a mi padre para que fuera a buscarme─ finalizó.

─ El problema mío es con mi padre─ dijo Draco, también ya algo borracho─. Es muy duro conmigo, nunca está y una vez casi me corre de casa en una pelea. En este momento las cosas están más tranquilas entre nosotros porque...─ hizo una pausa al darse cuenta que casi hablaba de más─, bueno, porque si no la convivencia sería pésima, ¿no?

─ Claro, lo entiendo─ asintió Vivienne─. Igual, no deberías permitir que te trate así.

─ Ya no lo hago, tranquila.

Ella movió su cabeza en forma de asentimiento y le sonrió. Ambos estaban sentados junto a Samuel en unas sillas, apartados de todos.

─ Voy al baño─ notificó Vivienne.

Se levantó un poco mareada y caminó como pudo hacia el baño en el sector de las chicas. Allí encontró a sus amigas bastante tomadas.

─ Ahí estas, Viv, no te encontrábamos─ dijo Daphne al verla─. Mi hermosa amiga.

Abrazó a Vivienne con fuerza y la acercó a Pansy.

─ Voy vomitando dos veces─ dijo Pansy.

─ Cuatro, para ser exactas─ dijo Daph.

Vivienne soltó una risa y les pidió que entraran con ella al baño. Las dos aceptaron al instante y entraron. Mientras Vivienne orinaba, las tres charlaban de lo sucedido.

─ Besé a uno de Ravenclaw─ dijo Daphne─. Pero no sé, me gustó más el de la fiesta pasada─ hizo una pausa para pensar─. Si me disculpan, iré a buscarlo.

Y salió del baño. Pansy y Vivienne se miraron con ganas de reír mientras la última se acercaba al lavabo.

─ Me  olvidé, como siempre, de contarte lo sucedido en vacaciones de Pascua─ habló Pansy, captando completamente la atención de Vivienne─. Me besé con Draco el día que nos invitó a mí, a Blaise y a otros más a su casa.

─ Ah, ¿sí?─ dijo Vivienne tratando de no darle importancia.

─ Si, fue en su cuarto, pero no sé, no me causó nada y la verdad que solo lo veo como un amigo─ dijo Pansy con seguridad.

Al salir del baño, Vivienne y Pansy se fueron hacia uno de los balcones de la Torre de Ravenclaw. La música se oía un poco lejana afuera, como si se perdiera en la inmensidad del castillo. Pansy sacó de su bolsillo un cigarrillo y lo prendió con su varita.

─ Eso es muggle─ rió Vivienne sabiendo que Pansy detestaba a las personas no mágicas sin razón.

─ No importa, ¿quieres?

Vivienne lo pensó un momento. Se suponía que iba a dejar aquello luego de la última vez. Aun así aceptó y se juró a sí misma que fumaría uno solo. Colocó el cigarrillo entre sus labios y le dio una calada. El humo quemó su garganta y lo soltó al instante. Quiso toser, pero aguantó las ganas.

─ Si aprietas la bolita que tiene en el filtro, sale sabor a menta─ comentó Pansy.

Vivienne apretó en el lugar en donde le dijo su amiga, sintiendo efectivamente la bolita, la cual al apretarla reventó. Vivienne le dio otra calada al cigarrillo y sintió el humo con sabor a menta.

A lo lejos notó a Draco tomando junto a Theo. El rubio sintió la mirada de Vivienne y puso sus ojos grises en los marrones de ella, haciéndola palidecer y avergonzarse.

Ya, a la hora de irse de la fiesta, Draco se acercó a Vivienne antes de salir de la Sala Común de Ravenclaw.

─ Me has caído bien─ le dijo Vivienne sin pensar. Estaba bastante mareada─. ¿Amigos?

─ También me caíste bien─ dijo Draco con una media sonrisa─. Amigos. ¿Me mandas una carta cuando llegues a tu habitación?

Vivienne asintió y eso hizo al estar ya acostada.

Llegué a salvo, ¿y tú?

V.H

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