Dolor y placer

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Mikasa salió de sus pensamientos para observar como una demonio de cabello castaño claro la levantaba en el cielo tomándola de las axilas.

— Descuida, ahora te llevaré denuevo al mundo del placer — Aseguro con voz seductora la pequeña demonio.

— ¡Mikasa! — Farlan grito apuntando con su mosquete al sucubus Louise, pero Mikasa en ese estado no evitaría una caída, necesitaba que la cazadora despierte.

Mikasa cerro los ojos, sintiendo como nuevamente sus músculos cedían por la influencia de aquellas criaturas, había dejado que aquellos demonios confundieran su mente, debió recordar las enseñanzas de Hanji, debió ser tan rápida como Levi, debió ser certera como Kenny, pero...

Mikasa apretó sus dientes y abrió sus ojos con frialdad, llevando sus manos a sus empuñaduras — ¡Soy fuerte! — Gritó mientras desenvainaba sus espadas y disparaba las cuerdas del dispositivo hacia las paredes algunas casas altas y se impulso hacia el lado de una casa para apuntar al cielo, buscando a la sucubus.

Pero no había nada, había desaparecido, hasta que sintió como unos brazos y piernas se apoyaban en su espalda y algo como una serpiente recorría su vientre y una pierna.

— Interesante — Mikasa escucho la voz risueña de la sucubus, recordándole la de la bruja, volteo hacia arriba encontrándose con la misma sonrisa pícara, pero en otro rostro — Yo también soy fuerte — La cazadora sintió como una patada la lanzaba hacia el suelo.

Mikasa se levantó con difícultad, su cuerpo estaba adolorido, pero era normal, recordaba que su tía Kuchel le dijo que siempre estaban en desventaja, debía ser lista.

Contrajo las cuerdas de su dispositivo y observó como la demonio bajaba al suelo para lanzar arañazos a la cazadora.

Mikasa soltó sus espadas, su primo Levi era rápido para usarlas, pero ella no, empezó a cubrirse con los brazaletes de protección en sus brazos.

Mikasa separo sus manos para abrir un hueco en la defensa de aquel demonio, la cual la miraba con sorpresa, le lanzó un puñetazo al rostro, pero no estaba enfrentando a un humano o a una bruja.

Antes de que el golpe llegué la sucubus Louise sonrió girando sobre si misma para lanzarle un coletazo a Mikasa, haciendo rodar a la Ackerman en el suelo, quedando tirada boca abajo intentando levantarse.

La sucubus Louise no lo pensó dos veces y salto al cielo para caer junto a Mikasa y pisar su cabeza contra el suelo, dejando caer su cola como un azote en las posaderas de la misma, sacándole un dulce quejido.

— Eres una mascota muy mala — Sin embargo levanto su vista cuando Farlan le apunto a la cabeza, ya no tenía a nadie que bloqueara el disparo, pero no estaba sola.

Antes de que Farlan apretada el gatillo, una sombra oculta en la oscuridad paso frente a él dejando solo un profundo corte en su brazo haciéndolo soltar el arma.

La sucubus Ymir se reveló en el cielo con su exuberante figura y relamiendo sus labios — Aquella tonta está derrotada, Louise, acabemos con la única amenaza de aquí.

— Muy bien, quiero vengarme por su insolencia al jugar con mi juguete — Comento la demonio para inclinarse apretando más el cráneo de Mikasa.

Ambas sucubus salieron volando había el cazador rubio, quien solo pudo sacar su cuchillo de plata para intentar protegerse de los ataques de las demonios.

Mikasa veía de forma borrosa como Farlan era abatido por las dos demonios no era rival para ambas, se arrastraba hacia él, hasta que su vista se detuvo en una carreta, tenía una idea.

El ancla izquierda del dispositivo tridimensional fue lanzado hacia aquella carreta, espadas y pistolas, aquel dispositivo solo maximizaba las capacidades de su tío y primo — ¡Farlan! — Pero ella podía sacarle un provecho único.

Farlan entendió la advertencia y dió un salto hacia atrás dejando a las sucubus confundidas, la Ackerman agarro con ambas manos la cuerda del dispositivo, clavando la ancla derecha al suelo y luego hizo un gran movimiento con sus brazos, ambas sucubus estaban confiadas observandola para cuando una carreta las atropello a ambas mandando las para atrás.

Las sucubus eran bajas en defensa, debido a los cuerpos que adoptaban.

Mikasa sonrió y contrajo las cuerdas para apuntar a las sucubus, Farlan sonrió y se preparó con su cuchillo, los dos juntos podrían vencer a aquellos demonios.

Ymir y Louise se levantaban con odio entre los escombros de la carreta pero la sucubus alta empezó a sonreír — Louise ¿y si cambiamos de parejas? solo por esta vez.

La otra demonio se mostró molesta pero luego asintió entendiendo la situación, ambas sucubus empezaron a correr hacia el área entre los cazadores, para luego tomarse de las manos y girar, con un salto chocaron sus pies y se impulsaron como balas, Ymir hacia Mikasa y Louise hacia Farlan, su velocidad y fuerza eran tales que las dos se llevaron consigo a sus objetivos hacia casas separadas.

Cuando Farlan se levantó de los escombros, se dió cuenta de que había entrado volando por la ventana de una taberna, estaba desorientado y no había señal de la sucubus infantil.

— Ambos tenemos interés en la joven cazadora — Se escucho la risita de la sucubus, mientras varios muebles se movían — Mikasa, un hermoso nombre, para un hermoso cuerpo — esta vez varias botellas de licor cayeron al suelo — Pero solo uno de los dos puede tenerla, no es nada personal, pero esa belleza me pone como loca.

Farlan se dió la vuelta para cubrirse de una silla que le lanzaron pero al apartarla vio a la pequeña demonio pasar a su lado provocando un gran corte en su hombro, era rápida, más rápida que la otra sucubus.

Mikasa se estrelló contra la pared de una casa común, pero antes de levantar la mirada fue golpeaba en el estómago, estaba entre el pie de la sucubus y la pared, cuando la demonio apartó su pie empezó a darle puñetazos con fuerza a la cazadora, sus garras eran las más afiladas pero para desgarrar la carne necesitaba de brazos y piernas fuertes, si Louise era rápida, ella era fuerte.

— Me decepcionas — De una patada destrozó la pared usando el propio cuerpo de la cazadora dejándola tirada en el suelo, Mikasa intento pararse pero la sucubus voló hacia ella y la tomo del rostro para arrastrarla en el suelo — Lo único útil en ti es tu cuerpo, mucho músculo y poca cabeza.

Ymir caminaba con elegancia a su lado y la tomo de su cabello negro para levantarla del suelo, volvió a golpearla a puñetazos, dejo que la cazadora le diera unos solo para darle esperanzas.

La cola de la sucubus empezó a ahorcar a la cazadora que llevo sus manos para quitársela, dejando su estómago indefenso, Ymir rasgo la ropa de la chica y arranco el peto de hierro de su cuerpo, para empezar a darle puñetazos en el abdomen.

Cuando se aburrió de golpearla solo le dió la espalda y de un movimiento de cola la lanzó suelo boca abajo, dejando a la cazadora escupiendo sangre.

— No tiene porqué ser así linda, aún puedes complacernos, luego de que no nos sirvas te haremos a un lado y serás libre, mejor que morir ¿No? — Preguntó seductoramente la sucubus mientras se sentaba en una mesa de madera y levantaba el rostro de la cazadora usando su pie — Déjate llevar y sirve a tus nuevas amas.

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