Armin Arlert fue un habitante normal de Shiganzina alguna vez, hijo único de sus padres, Amelia y Arthur Arlert, siempre fue feliz leyendo los libros que había en la ciudad, pero todo cambio para él en un paseo familiar.

— Cuánto tiempo sin vernos hermana — Una voz llamo a los Arlert desde atrás de ellos, y un hombre de traje elegante caminaba hacia la familia de 3 — Nunca aprobé tu matrimonio con ese idiota, pero veo que el pequeño Armin tiene potencial.

— ¡Alejate de él Willy! — Grito Amelia abrazando a su pequeño hijo, mientras que Arthur se puso frente a ella para protegerla de su cuñado.

— ¿Alejarme de él? Tú decidiste alejarte de la familia, no arrastres al pobre niño contigo, debe seguir la tradición — El hombre de melena rubia caminaba con tranquilidad hacia el hombre frente a él.

— Mami, ¿Quien es ese señor? — Pregunta el pequeño rubio mirando con confusión y curiosidad al extraño.

— Nadie hijo, solo alguien a quien nunca le debes hacer caso — Contestó la señora Arlert.

— Niño, soy tu tío y tú madre te está tratando de convertir en algo que no eres, pero yo te mostrare la verdad — Dijo Will Tybur mientras con solo tocar la frente del señor Arlert lo hizo caer al suelo sin vida.

— ¡Querido! — Amelia empezó a llorar abrazando a su hijo — ¡Vete Will!, No lo metas en esto.

— Eres una decepción para nuestro linaje hermana, pero él no lo será, él será la llave para las puertas del infierno.

Lo último que Armin recuerda de aquella noche fue a su madre correr con odio hacia el hombre de traje elegante, al final el bosque y él quedaron cubiertos de sangre.

— Armin, mi sobrino — Comento Will Tybur arrodillandose frente al chico — Te enseñaré la verdad de este mundo, la verdad que te han negado.

Aquel hombre le puso una mano en la cabeza a Armin y luego, oscuridad.

Armin despertó a los pocos días con dolor de cabeza y una sed insaciable, trato de tomar agua para calmarse pero ni mil vasos lo llenaban, empezó a ver a las demás personas con otros ojos.

Debido a que sus padres desaparecieron misteriosamente, Armin quedó al cuidado de la iglesia, donde se sentía enfermo, y las oraciones del pastor no lo ayudaban.

Poco a poco se acostumbro a estar rodeado por aquel lugar bendecido por la diosa Ymir, y sus fuerzas volvieron, lo único que lo saciaba era cazar animales en el bosque beber su sangre, pero no era suficiente.

Armin pregunto sobre eso al pastor, le decía que eso era de vampiros, seres del infierno, repulsivos.

Armin observaba a las personas comer banquetes con mucha carne como algo normal, pero acaso eso no también era de monstruos, ¿Que diferencia había entre humanos, animales y monstruos? Ninguna.

Armin tomo el control de la iglesia cuando el padre murió por causas misteriosas, predicando la palabra de Ymir, buscaría la supervivencia de su estirpe y su nueva especie.

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La cazadora Ackerman grito mientras se acercaba al vampiro rubio, lanzándose ataques que el monstruo esquivaba con suma facilidad.

— Mikasa ¿Porque me odias? — Preguntó Armin a la ves que saltaba y desaparecía esquivando balas de Farlan — ¿Que hemos hecho?.

— ¿Que han hecho? — Preguntó enfurecida la pelinegra lanzando puñetazos a Armin — ¡Han matado a cientos de nosotros!

— Y ustedes a miles de nosotros, solo nos defendemos — Argumento Armin sin dejar de esquivar para dar un pequeño toque en el brazo de Mikasa, cosa que le dislocó un hueso.

Mikasa grito con mucho dolor retorciéndose mientras Armin detuvo con sus dedos una bala de oro de Farlan.

Farlan se lanzó hacia el rubio para atacarlo con espadas pero con un toque de la mano del pastor se rompió una costilla al cazador y cayó adolorido.

Mikasa volvió al ataque, y Armin continuo esquivando sus movimientos, en su cabeza estaban los recuerdos de Will Tybur, y con ello los movimientos de Kenny Ackerman, mismos movimientos que fueron heredados por los demás Ackerman.

— Solo quiero vida Mikasa — Pedía Armin intentando razonar, mientras esquivaba y daba pequeños golpes a la pelinegra rompiendo algunos huesos y a la vez hizo pedazos su dispositivo de maniobras tridimensionales — La supervivencia de mi especie.

— ¡Cállate! — Mikasa se movía con dolor y dificultad lanzando golpes hacia Armin, usando el invento que Hanji construyó para ella para ser más rápida, pero no lograba darle ningún golpe.

— Solo estamos sobreviviendo Mikasa — Decía Armin mientras la esquivaba intentando hacerla razonar — No bebemos más de lo necesario, ni menos que nuestra ración — Esquivo un puñetazo directo a su rostro — ¿Pueden decir lo mismo?.

Farlan volvió al ataque y trato de cortar las salidas de Armin pero cuando lo rodearon fueron mandados hacia atrás por una poderosa corriente de aire, mientras que el vampiro vestido con los ropajes de pastor caminaba hacia Mikasa mirándola con un rostro de ruego.

— ¿En verdad quieres esto, Mikasa? ¿Piensas acabar con toda una especie? — Preguntó Armin, mirando con suplica.

— ¡Por supuesto que sí! — Gritó la cazadora sacando sus pistolas para dispararle, el rubio se movía tan rápido que parecía que aparecía y desaparecía.

Cuando se le acabaron las balas Armin apareció frente a ella y rápidamente saco una cruz de oro, a lo que el vampiro reacciono con miedo.

— ¡Una cruz! ¡Alejate! — Grito horrorizado retrocediendo, pero cuando Mikasa se acercó fue golpeada y la cruz salió volando — ¡Vivo en un iglesia tonta!, Los métodos convencionales no funcionan conmigo.

El vampiro empezó a caminar hacia la Ackerman en el suelo.

— Veo que no quieres entender, pero puedo hacerte ver el mundo como yo.

"No, no, ¡No!" Pensaba asustada Mikasa cuando con su pierna Armin la dió vuelta quedando boca arriba.

— Espera... — dijo Mikasa llena de miedo, trataba de moverse pero sus músculos estaban muy adoloridos, sintió las frías manos del vampiro en sus brazos.

Armin disfruto un momento acariciando el cuerpo de la cazadora pasando por sus brazos hacia su cuello, donde lentamente fue desatando el nudo de su bufanda para retirarla lentamente — Rojo, un hermoso color, ¿no crees Mikasa?.

Mikasa temblaba de miedo mientras algunas lágrimas corrían por sus ojos, estaba indefensa mientras aquel demonio disfrazado de pastor olfateaba su pecho, luego su cuello y abría su boca dejando ver pequeños colmillos que crecían conforme se acercaba a su cuello.

"Ayuda, ayuda, alguien que porfavor me ayude" Suplicaba en su mente la cazadora, jadeando con temor a ser convertida en un vampiro bajo el yugo de aquel chico.

— Detente — Se escucho decir a una voz femenina, justo cuando Mikasa sentía las puntas de los colmillos del vampiro en su piel.

Armin se detuvo y observó a quien lo interrumpió — Que pena, quería una nueva novia.

Mikasa abrió los ojos sorprendida cuando sintió como aquel vampiro se levantaba y se alejaba de ella, mientras que una figura femenina, de cabello rubio, sudadera y pantalones blancos con chamarra y cinturones marrones se acercaba caminando hacia ella.

— Annie...

— Ell es mía, y tú también — Habló la rubia mientras pasaba junto al vampiro.

— Bien, eso es parte de tu encanto, no dejes ni una gota.

Annie se paró frente a la destrozada Mikasa — Levántate Ackerman.