Capítulo 068

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Pasense por la FF de MAX MAYFIELD. luv ya

Narra Esmeralda

Se comporta extraño.
Un mes. Un mes sin poder vernos. Todo porque tuvo que viajar a Australia para un Meet & Greet. En cambio yo, viajé a la otra punta del planeta respecto a ella; Ontario, Canadá. nos llevábamos casi catorce horas de diferencia y días completamente ocupados por nuestros trabajos. Yo estaba en Canadá para lo mismo que ella, sin embargo, lo mío era más largo. El Meet & Greet era por todas las ciudades de Ontario. No tenía ni idea de porqué era tan largo. Jamás había hecho algo así y menos con solo Sadie a mi lado.
Restando todo aquello, Millie se comportaba rara conmigo. A pesar de hacer llamada una vez o dos a la semana, se notaba. No sabía que le ocurría. Podría jurar que estaba celosa de algo. No podía ser de Sadie. Claro que no.

- Esme.-

La voz dulce de la pelirroja inunda la gran y lujosa habitación de hotel. Me giré hacia ella y le sonreí sincera. Era increíble tener experiencias así y aún más con mi mejor amiga.

- ¿Qué ocurre?- Pregunta sentándose a mi lado.
La miré y suspiré con tristeza.  Quizás sí deba contarle a ella.
- Puedes contarme lo que quieras. Igualmente no te fuerzo a hacerlo, Es.- Su brazo su colocó en mi espalda y empezó ha acariciarme con delicadeza. Pero seguí sin decirle nada.- Ven.- Sadie se separó unos centímetros de mí y palmeó sus muslos. Me estaba proponiendo que me recostase sobre ella. Sin poder aguantarlo más, cedí ante su petición.

- Mills.- Susurro posando una de mis manos cerca de mi cabeza.

- Está rara, ¿no?-

- Exactamente.-

- Sinceramente no sé qué decir ni hace en este caso, porque no me ha contado nada y parece que lo está dispuesta a decirme algo a mí. Pero sé lo que notas; está muy distante, responde muy seca y a veces incluso impertinente. La alegría con la que saludaba ya no está y parece que todo en ella está apagado. Lo entiendo. Lo he visto.- Dice la pelirroja acariciando mi cabello.- ¿Qué crees que ocurre?- Suspiré y negué con mi cabeza.

- No tengo idea. Pensé en los celos, pero no puede ser, ¿de quién iba a tener celos? Solo estamos tú y yo.-

De repente dejó de acariciarme el cabello. Confundida decidí mirar hacia arriba para observar su rostro. Estaba pensativa. A veces cambiaba su gesto a uno fruncido. O también entreabría sus labios como si estuviese averiguando algo. La moví un poco para que me mirase y me dijese que pasaba. Pero simplemente me ignoró y siguió en la misma posición. De pronto ella jadeó sorprendida. Volví a tocarla y esta vez sí me miró, pero parecía no ponerme atención. Me miraba pero a la vez no, es decir, sus ojos estaban en algún punto de mi rostro, no obstante, no le ponía asunto. Solo había fijado su vista ahí.
Me levanté y quedé sentada al lado de ella sin dejar de mirarla. Su silencio tan sepulcral me ponía muy nerviosa. En cualquier momento va a tener que dignarse a hablarme.

- ¿Sads?-

- El beso.- Mostré un gesto de completa confusión.

- ¿Qué beso? No entiendo.-

- El beso. Eso es lo que pasa.- Dice ella cerrando los ojos frustrada.

- ¿Hablas de los siete minutos de hace meses?- La pelirroja asiente y me vuelve.- Se supone que está solucionado. ¿Qué tiene que ver?-

- Está celosa de mí. Eso es lo que pasa.- Fruncí el ceño, reacia a su teoría.

- Bueno, basta. Sea lo que sea, hablaré con ella cuando podamos vernos. No puede estar celosa de ti, ¿qué locura es esa?- Hablo algo molesta.

- Es.-

- No, Es nada. ¿Qué te pasa?- La pelirroja suspiró y le agarró la mano con fuerza y luego la miró a los ojos,autoritaria. A veces, a Esme le intimidaba un poco ver a Sadie molesta.

- Sé que piensas lo mismo que yo, pero que no quieras admitirlo es otra cosa totalmente diferente es que no quieras ver la realidad.- Habla manteniendo la mirada. Unos segundos más tarde fui yo quien la apartó debido a la vergüenza que sentí. Sonrió con burla y luego comenzó a reír.

- No es gracioso.-

- Debiste haber visto tu cara hace un segundo.- Ríe.- Cualquiera diría que estás enamorada de mí.-

- Fuiste tú quien me tomó la mano.-

- Porque me gustas.- Rodé los ojos y aparté su rostro con mi mano libre.- Ven, dame un beso.- Puso los labios en morritos y trató de acercarse a mí. 
Comencé a reírme descontroladamente mientras que me caía en la cama de espaldas tratando de apartarla. 

- Quítate, puta.- Digo entre risas.

- ¡Lenguaje!- Grita tratando de hacer llegar sus manos a mis mejillas para pellizcarlas.

- La gente va a pensar cosas raras, Sadie.- 

- ¿Qué más da?- Y por fin puso sus manos a los lados de mi cabeza, encerrándome. Me sentí extraña. Desvié mi mirada de Sadie y miré hacia la puerta, donde por alguna razón estaba viendo a Millie con el ceño fruncido y cruzada de brazos y con un pelo corto precioso castaño claro con algunas mechas mucho más claras. 

- ¿Mills?- Hablé entrecerrando los ojos.

Sadie confundida se giró. 
Sacudí mi cabeza y volví a mirar. Esta vez no había nadie. ¿Una alucinación? ¿Es en serio?
Me senté en la cama quedando a unos centímetros del torso de la pelirroja. Ella me volvió a mirar preocupada y una de sus manos se posó en mi mejilla para obligarme a mirarla. Eso hice. Su otra mano me agarró la otra mejilla. Pero yo ya no pude ver su rostro por las lágrimas acumuladas en mis ojos, y simplemente me derrumbé delante de Sadie.

- Ven.- Susurra rodeándome delicadamente con sus brazos.

La abracé fuerte y seguí llorando. Con tan solo imaginarme que Millie se estaba cansando de mí, o que probablemente había encontrado a alguien mejor que yo me destrozaba el corazón en pedazos, y claro que mi alma también se rompía. Lo último que quería era que eso ocurriese, porque, Millie lo es todo para mí. No quiero que por un malentendido me deje para siempre.

- No quiero que me deje...- Digo entre ahogados sollozos. Sadie había decidido recostarse de nuevo en la cama, aún conmigo en su pecho.

- No lo hará, Es.- Susurra dulcemente acariciándome el cuello con la yema de sus dedos.

- La amo de verdad.- Musité.

- Estoy segura de que ella también te ama de verdad. ¿Por qué no lo haría?-

- N-no lo sé.-

- Lo arreglarán todo, ya verás.-

- ¿De verdad lo piensas?-

- Sí, cielo. Créeme.-

- Te amo, Sads.- Me aferré con fuerza a ella. Dios, amaba sus abrazos, porque eran los más puros y protectores. Y no hablar de cómo olía...

- Yo también, Es. No llores, todo estará bien.-

[...]

Narradora

La pareja favorita de todos ya estaban al fin en el mismo país de nuevo. Ninguna de las dos aún se había visto a pesar de saber que ya estaban en el mismo lugar. Millie parecía seguir molesta, mientras que Esmeralda intentaba pensar en qué decirle cuando esté frente a ella dispuesta a hablar y ser sincera al cien por cien. Porque, ¿qué es de una pareja que no es sincera en una relación?

Esmeralda se vistió con unos simples jeans rotos y una camiseta blanca con algunas frases feministas. Pero, a pesar de ir vestida casual y cómodamente, se negó a ponerse un perfume barato y de un olor muy fuerte o desagradable. Optó por uno de Dior, por su puesto. Recordó lo mucho que a Millie le gustaba ese perfume.
Agarró las llaves de su casa y salió, no sin antes avisar a sus padres y hermana de que probablemente no venga tarde. Por todo el camino no pudo evitar estar nerviosa. Pensar en la conversación que tendrá con ella, en que a lo mejor Brown prefiere no comprenderla y acto seguido juzgarla, le ponía los pelos de punta. Ni si quiera su propia novia sabía cómo se pondrá cuando trate de explicarle.
Y cuando quiso darse cuenta, estaba a unos escasos pasos de la puerta de la morena. Respiró muy hondo con sus ojos verdes cerrados, de dijo unas palabras de ánimo y finalmente, se atrevió a tocar la puerta como si está estuviese en llamas. Unos segundos después, Kelly Brown había abierto la puerta con un rostro amigable. Le sonrió y ni siquiera hizo falta decirle que pasase, pues ella ya sabía perfectamente a por quien iba. Lo único que le dijo era que Millie estaba en la habitación de su hermana mayor.

La ojiverde subió dudosa. No le gustaba para nada sentirse así, Millie es su novia y tienen la mayor confianza que se puede tener, se supone que debería sentirse feliz de verla, no a punto de tener un ataque al corazón.

- Hey...-

Brown se giró y al verla la sonrisa que fue causada por su hermana mayor disminuyó un poco y luego había bajado la mirada.
Paige le dio un leve golpe en el brazo y le susurró que hablase con ella a solas.

- Las dejo solas. No hagan nada extraño.-

- Paige.- Gruñó Millie avergonzada.

La mayor tan solo carcajeó mientras se levantaba. Con un paso ligero pasó por al lado de Claytone para darle una leve palmada en el hombro.
Las chicas se quedaron al fin solas en aquella acogedora habitación. Millie no quería mirarla y Esmeralda la buscaba desesperadamente.

- Te eché mucho de menos.- Dice la ojiverde tras una lucha consigo mismo por hablar.

- Sí, yo también.-

Y hasta ahí. Esmeralda notaba la incomodidad de Millie. De hecho, podría notarla a kilómetros de ella, y vaya que le dolía profundamente que ella lo causaba. Suspiró algo cansada y se atrevió a sentarse a unos largos centímetros de su novia. Millie subió tímida la mirada justo como una pequeña niña haría.

- Sé lo que sientes al verla.-
James la miró desconcertada. Si ceja se alzó y la observó a los ojos, pues Millie parecía haber salido de su escondite luego de tantos minutos en silencio.
Pero Esme supo de quién hablaba unos instantes después.

- Mills.-

- La verdad es que lo entiendo. Ella tiene lo que yo no tengo. Es preciosa y es extremadamente compasiva con los demás, y que decir de lo mucho que nos cuida a todos y de cuánto de preocupa por nosotros sobre todo.- Hizo una pausa. Su voz había comenzado a temblar, pero se negó rotundamente a derrumbarse frente a ella.- Y a puesto a que besa increíble.-

- No es justo. Estás malinterpretando las cosas.- Dice cerrando sus ojos con fuerza.

- No. Se les nota por todos lados, dios.-

- Te digo que no, Mills. Solo déjame hablar.-

- No quiero excusas, Esmeralda.-

Con la frustración a flor de piel, la nombrada se levantó de la cama tapándose el rostro.

- ¿Por qué no confías en mí? ¿Alguna vez hice algo para desconfiáras de mí?-

- ¡La besaste!- Exclama levantándose de la cama y colocándose frente a ella.

- Fue hace meses, ¡súperalo! Ni si quiera éramos novias.-

- Pero sabías perfectamente lo que sentía, y sin embargo lo hiciste y, ¿adivina qué? Me hiciste daño.-

- ¿Estás celosa de que Sadie y yo nos hayamos besado en un estúpido juego hace casi un año y siendo solo amigas?-

- ¡No estoy celosa!-

- Ah, ¿no?- Reclama ella sintiendo el calor del enfado en su cuerpo.- He estado preocupada un mes entero por ti, sin apenas poder hablar, solamente porque la chica, ¡estaba celosa de una amiga!-

- Lo siento, no puedo. Me estás mintiendo a la cara.-

Esmeralda se giró sobre sus talones, con una mirada repleta de asombro que al momento se había transformado en decepción. Su corazón de encogió de dolor y no pudo evitar sentir como sus ojos picaban. Ni siquiera su novia confiaba en ella. ¿En los ocho meses de relación Millie jamás tuvo la mínima de creerla?
Esmeralda sabía perfectamente que la discusión desde un primer momento no tenía ningún sentido, pero, dios, como dolía.

- Antes confiabas en mí.-

- Confío en ti.- Dice Brown rapidámente

- ¿Eres consciente de que te estás contradiciendo, Millie?- Grita sintiendo como su cuerpo ardía en rabia. Ahora, luchaba por no dejar salir todo lo que pensaba, por su boca.- Será mejor que me vaya. Y creo que... es mejor que no hablemos en un breve tiempo.- Dijo sintiendo como esas palabras le pesaban en su corazón.

Millie cambió su expresión al instante y unas lágrimas traicioneras amenazaban con salir en cualquier momento.

- ¿M-me estás...?-

- No, Mills, claro que no.- Esmeralda se acercó a ella para agarrar su rostro con sus manos delicadamente. Se atrevió a juntar su frente con la de la ojimiel para evitar que esta le esquivase la mirada.- No puedo hacerte eso. No me atrevería, jamás. Solo... te pido unos días de margen para que puedas ver que no tengo nada con Sadie, más que una mejor amistad y ya.- Al ver que su novia no respondía suspiró con ojos de cordero.- ¿Por favor?- Susurra acariciando los labios de Millie. Quería besarla al sentir el pegajoso brillo de labios en sus dedos.

Millie se quedó mirandla y finalmente, asintió derrotada.

- Hasta dentro de unos días, ¿si?-

- Espera.- Habla Brown agarrando sus manos antes de que se fuesen de sus mejillas.- ¿Puedes besarme?-

- No tienes que preguntarme eso.-

- Solo hazlo.- Interrumpe cerrando sus ojos fuertemente.

Era la primera discusión que habían tenido. Una discusión formada por la inseguridad y los celos de Millie, porque teme que Esmeralda le haga lo mismo que le hizo Jacob, aún sabiendo como era su novia, estaba asustada. Ella solo quería que la mayor la entendiese y la ayudase.

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hola no me peguen las quiero JAJA
estoy eN VERANO AHORA SI QUE SI

-deli

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