XLII

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Bon se dejó caer sentado sobre la cama, impulsado por un nervioso pelivioláceo que temblaba haciendo soniditos con la boca, apretando los labios y bajando las cejas en lo que se le iba acercando hasta quedar sentado sobre el regazo del mayor. Bonnie lo agarró de la camisa y lo atrajo para poder darle uno de esos besos que aprendió gracias a Bon, uno algo necesitado y torpe a su vez.

- Ah que... ¿qué estás haciendo? Tontito, no te aproveches tanto. Dijiste que tu mamá iba a llegar a las nueve... -Bon solo lo abrazó y besó, con tranquilidad. Aunque dolía tenerlo encima, eso aumentaba su inestabilidad.

- Apenas van a ser las siete y media... -le hizo un puchero- s-se que dije que iba a... a cambiar, pero no puedo... digo, que si puedo, pero ahorita... yo... no lo sé.

- Bonnie, quedamos en que...

- ¡Oh vamos! ¿Desde cuándo tomas tan en cuenta lo que yo digo? -le reprochó molesto, dando un leve movimiento de cadera- siempre que querías te dejaba sin duda, sobre todo si estabas tan necesitado, porque soy muy bueno contigo y te amo. Si, poquitas veces lo hicimos porque yo quice, y... ahora quiero, un poquito.

- ¿Por qué tan de repente? ¿Justo ahorita? Bonnie... -se negó, más que para hacer bien a si mismo, era porque no podría abusar de este Bonnie que de pronto y sin ni una razón se le estaba lanzando después de unos cuantos besos. Talvez el masturbarlo no fue lo mejor, ya veía que el oji-rojo se ponía raro a pesar de habersele bajado el problemita- te parece si solo... nos besamos?

- ¿No quieres hacerlo conmigo ahora? -lo pensó un poco y, cuando Bon parecía que le diría otra tontería, suspiró-, bueno, entonces dame unos besitos, Bon.

- Mmmh bien.

Se besaron un rato, Bon sentía que podría morirse allí mismo, teniendo a un mal intencionado novio que ahora retrocedía tres pasos de todo lo que había logrado avanzar con su "cambio de actitud" al intentar ser el Bonnie de siempre, respetuoso consigo mismo y que trataba de ir lento siendo él mismo.

- ¿Al menos puedo ayudarte con eso? -Bonnie bajaba sus besos por el cuello del moreno, tocando tímidamente el miembro del moreno- pero, no... nada. El baño está donde siempre, Bon.

Se bajó de encima no sin antes dejar otro de esos largos y desesperados besos en la boca del más alto, mirandolo a esos ojos verdosos hipnotizantes para sonreírle. Se echó para atrás sentando en la cama, pegando su espalda a la pared, Bon lo miró unos segundos y ladeó una pequeña sonrisa, dejando un besito en su frente para salir del cuarto.

Bonnie se mordió el labio inferior, moviendo ansiosamente uno de sus pies mientras echaba leve su cabeza hacia arriba, mirando el techo. "Bien, Bonnie, bien" se dijo a si mismo, ligera y minusculamente orgulloso de no haberlo detenido para...

- Ay no... -se estremeció de pronto cuando ahora ya se hallaba en la puerta del baño, a unos pasos de esta, con la mano estirada con claras intenciones de ver si es que Bon la había dejado abierta o algo.

Talvez debía volver a su habitación y fingir que no tenía un depravado y tonto impulso de haberlo detenido o de entrar al baño fingiendo talvez que fue un accidente... si, que de pronto se tropieza y... ¡no, no! Eso sonaba muy raro y lo hacía parecer como un completo degenerado irrespetuoso por si mismo, la verdad.

- Bonnie, sé un buen chico... por fi~ -se palpó las mejillas ya de regreso en su habitación, apoyando su espalda en la puerta cerrada de esta.

Hizo un puchero luego de eso y a los minutos después, escuchó, por el silencio que tenía, la puerta siendo abierta. Bon entraba con una sonrisa algo rara, pero ya no se veía un poquito incómodo como cuando estaba con ese problema. Bonnie sonrió al verlo y le hizo una seña para que viniera a colocarse a su lado en la cama.

- Vaya, te ves algo contento de repente, Bonnie. -el peli-cian se acostaba a un lado de su novio, a lo largo de la cama, mirando lo que hacía o lo que sea que miraba tan atento en su celular.

- Si, es que soy un buen chico... -mencionó de pronto, con una extraña pero tierna sonrisa en la cara- además mi mamá me dijo hace poco que cuando llegué va a traerme algo rico para comer, ahh las cosas que venden cerca del trabajo de mi mamá son super ricas, deberías probarlas...

- Ah, así que es por eso... pues que bien. -le besó en el pelo, dejando pequeñitos besos en este- me gusta que estés contento, como siempre. No es muy agradable que te pongas así de nervioso... tengo que disculparme por algunas de esas cosas, si si.

- Lo sé, lo sé. Yo me pongo nervioso solo... pero ya no lo haré. Como te dije, soy un chico bueno y no me voy a poner así de caliente solo porque besas bien jodidamente rico... -dijo poniendo una mano en su pecho, completementando con una sonrisita divertida. Miró a su novio y le guiñó un ojo.

- Haha, ok, très bien*.

Bonnie apretó los labios y ocultó su mirada en la pantalla del móvil, ah cielos, que le derretía oír el acento de Bon, ese tono atractivo de voz, ronco y algo nasal. Suspiró como estúpido con la cara roja y se contentó solo en mirar algunas novedades en su celular o de ver vídeos junto a Bon.

Que lindo era estar calmados los dos, aunque le quitaba lo divertido el que todo esté pacífico con su reciente relación con Bon, pues si bien era muy idiota de su parte arrastrarse por él, también era cincuenta y cincuenta; doloroso y emocionante perseguir al moreno por e instituto pudiendo ser un chico sinvergüenza que no temía a decir lo que pensaba.

Ah, que tontos pero buenos tiempos, pensó Bonnie.

...

Eran ya más de las nueve, Bon miraba tele junto a su pequeño noviecito que masticaba con animos las golosinas que le había traído su mamá. Como era obvio, no comía de más y su mami solo le mimaba cuando le iba muy bien en su trabajo o tenía un buen día.

- Ya hijito, cálmate un poco que te vas a atragantar...

- Rico, rico... ahh podría comer esto siempre~

- Te vas a poner gordo, hijo. -le dijo desde el pasillo, tomando unas cuantas cosas para ordenarlas.

- Si nunca me he puesto gordo... no creo que pase ahora hehe. -le sonrió, mirando la tele mientras abarcaba en su boca un montón de pequeñas golosinas.

De vez en cuanto regalaba unas a Bon para mostrarle que si estaban muy buenas; las pequeñas gomitas, los pansillos y los cremosos postrecitos envasados. Bueno, una vez al mes que comiese cosas como éstas no le iban a hacer dando en absoluto, su cuerpo delgado era así desde siempre, y eso que ha comido chatarra peor, de esa que solo dos mordiscos te sube cinco kilos de una.

- Al menos moderate al comer... me da cosa que te mueras ahogado, conejito. -Bon le mencionó pasando su brazo por los hombros del pelimorado, tratando de mostrarse amable ante esa mirada desafiante del más bajito a su lado- ¿qué?

- Podría morirme de cualquier otra forma, da igual, Bon. Aunque de todos modos algún día me voy a morir... -dijo enseñando una mueca divertida, relamiendo su boca en lo que chupaba los restos de crema de sus dedos y empezaba ya por abrir un paquetito de gomitas de banana- ahh que rico~

- Bonnie, eres extraño. -rió Bon simplemente dejando un beso en la cabeza ajena, mirando la tele con tranquilidad. Miró su celular unos segundos para segurarse de que su papá no le haya enviado algún mensaje o algo y lo volvió a dejar encima de la mesita de centro.

- Lo sé, lo sé... ¿quieres? -le ofreció con una sonrisa en los labios, enseñando el paquete de gomitas amarillas al moreno- éstas sí que son gomitas buenas... y saben a banana enserio, no como esas cosas chiclosas y desabridas de la tienda de la esquina haha.

- Ah, claro... -tomaba una y la llevaba a su boca, degustando la buena textura y el sabor a plátano de éstas.

Poco después de que terminase de comerse otras cuantas, sintió como la mirada rojiza del contrario estaba pegada a él, haciendo que el neeviosismo lo ataque. Bonnie solía ser así de impredecible y extraño, mucho más en cuando a las distintas maneras que tenía de mirarlo; esta era una de esas que a simple vista eran adorables, su sonsirita pequeña y su mirada cálida le hacían bajar la guardia hasta que de pronto y de sorpresa, Bonnie se estiraba a su lado dejando el paquete a un lado para besarlo con rapidez.

- Dame un beso, otro... -decía entre el contacto entre sus bocas, poniéndose a gatas sobre el sofá para tener cuerpo con que intimidar al de piel morena, besándolo con necesidad- otro, otro... -pidió poniendo sus manos en el pecho del moreno, poco a poco tratando de posarse sobre el cuerpo de este que iba cediendo.

- Te estás pasando un poco... -suspiró Bon, pero como era un idiota también solo puso sus manos en los costados del de cabello a melena para seguirle esos pequeños, inesperados e "inocentes" besitos. Mas que nada ahora los labios del menor en altura tenían un sabor delicioso y dulce.

Pero justo cuando Bonnie pensaba en avanzar un poco ahora que estaba más contento, la voz de su mamá lo hizo saltar de su sitio levantando la mirada.

- A ver, a ver, que estoy yo aquí, por Dios... -comentaba la mujer pelilila poniendo una mano en su rostro y dedicando una mirada en desaprobación a su hijo- Están en mi sala y mi sofá no es lugar para esas cosas. Hijito, ¿de qué hablamos? No puedes andar haciendo esas cosas. Si se van a besar, bien, pero no de esa manera ¿entendido?

- Ay, si mamá, lo siento... -Bonnie hizo un puchero y se sentó a un lado poniendo sus manos entre sus piernas, en la superficie del sofá mientras miraba de reojo al oji-verde- es que Bon tiene la culpa... me anda poniendo esas caras super lindas y no me aguanto.

- ¿Qué? ¡Bonnie!

- Por favor, cariño, esa no es excusa. Pero... -ella se acercó, encarando de pronto al joven de cabello celeste para apuntarlo con el dedo- si me entero que otra vez andas aprovechandote de mi hijo, no voy a ser suave contigo, jovencito. Ya suficiente tengo con lo impulsivo y delicado que es mi Bonnie como para que vengas de nuevo a faltarle el respeto ¿de acuerdo?

- Ah si.. eh... l-lo que usted diga señora. -Bon rodó los ojos, aunque también estaba algo nervioso por eso. La madre de Bonnie si que era de temer tratándose de Bonnie y aquellas actitudes entre los dos, aun más si ya eran novios... aunque más bien quien debiera de tratar de calmarse un poco era el pelimora.

- Hehehe si Bon, debieras de tenerme más respeto~ -le susurró el oji-rubí enseñándole su lengua al menor.

- Bonnie...

- Ya, ya, no pongan esas caras... voy a preparar algo para comer, que mañana ya entrar a clases... -dijo la señora Jessica, suspirando tras colocar sus manos en su cintura, para ir la cocina a ver que podía preparar-. Bon, te quedarás a cenar con nosotros ¿cierto?

- Bueno, si usted qui---

- ¡Claro que se queda, mami! -interrumpia el de piel pálida agarrando del brazo a su novio, con una sonrisa.

Su madre rodó los ojos y asintió con la cabeza, mostrando una pequeña sonrisa antes de ir a preparar las cosas para hacer la cena...

- Bonnie. -Bon le llamó mirándolo a la cara, con una sonrisa calmada en el rostro y una mueca cariñosa- Pequeño...

- ¡Ah si! Lo siento, tu espacio y tus tonterías... -le respondió este soltando su agarre y sentándose como es debido en el sofá, para soltar una risita débil- es que me emociono un poco, Boncito~

- Uhm... -Bon igualmente torció los ojos, solo que manteniendo su sonrisa y se acercó al rostro del menor con intenciones de besarlo, aunque luego se detuvo esperando ver la reacción del oji-carmesí- lindo...

- Si, si, tú también eres lindo... ¡no! Eres increíble y guapo y... atractivo y eres... -se paró allí y lo miró a los ojos. Vaya que Bon sabía ponerlo nervioso y eso que solo lo estaba mirando como de costumbre; pareciendo un completo idiota, pero calmado y atrayente a la vez- Ahm... ¿vas a besarme o no?

- Claro... -Bon se acercó y depositó un besito en los labios anchos y delicosos del contrario, tomándolo de la cintura con intenciones de acercarlo a él- te quiero.

- Ah claro, ahora que mi mami no está mirando si me quieres...

- Por supuesto, me da algo de cosa hacerlo en frente de... ¡digo no! No, para nada, es solo que... que... -cuando no halló que más decir solo le atinó a volver a besar a Bonnie que, claramente no se le negó en ningún momento a pesar de que ponía esa mueca que de lejos le decía "eres un idiota" en forma de broma.

- Si, no importa. Te amo.

- También... te amo, Bonnie. -le sonrió.

De la nada se le encaramó nuevamente encima el pelilila, sentando en sus piernas trataba de robarle varios besitos pequeños, en la boca, en la mejilla o hasta en el cuello. Ni idea de cuanto rato pasaron dándose pequeños mimos inofensivos, que de la nada la mujer de cabellera morada clara llegaba a ponerse en medio de los dos.

- Ya cálmense y vayan a lavarse las manos, la cena está lista.

- Si... ya vamos... -Bonnie inflaba las mejillas, agarrando de la muñeca a su novio para caminar al cuarto de baño.

......

¡Capítulo de relleno para suavizar la "trama"! ¡oh si!

(Aunque ni buena trama tiene esta cosa :b)

;)))

Bueno espero que les haya gustado de todas maneras y eso, uwu...

       -NiaKu.

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