4- quatre

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✧         「 M̶O̶N̶ ̶B̶E̶A̶U̶-F̶R̶ÉR̶E̶ 」         ✧


TaeHyung estaba siguiendo a SeokJin al interior de su "pocilga". Habían paredes rotas. Cascotes, polvo, tierra. Materiales de construcción, se veía horrible, pero era interesante para él saber que quedaría totalmente diferente luego del trabajo. Esas transformaciones eran tan entretenidas, no en vano se sentaba largas horas algunas tardes solitarias para mirar en "Home and Health" las reconstrucciones de las viviendas.

—Te juro que se verá muy genial luego —afirmaba SeokJin a su lado, mientras le mantenía la puerta abierta—. Es pequeña, pero planeo un concepto abierto

— ¿Te has decidido por los colores y sus combinaciones? —preguntaba entusiasmado el azabache—, me encantan los programas donde derriban las casas y las reconstruyen. O les hacen un extreme make over —mencionaba con sus ojos grandes, viendo el lugar sucio y desornedado—. Leí que hay combinaciones de colores que siempre te dan una energía positiva. No sólo pintar paredes por pintar —mencionaba mirando a su alrededor y girando sobre sus talones—. Puede o no ser cierto, pero puedo buscar las combinaciones para tí y... —TaeHyung miraba a SeokJin y quedaba en silencio de repente.

Era adorable ver cómo hablaba con sus manos y al parecer, se veía más entusiasmado ahora, planeando el revestimiento de las paredes de SeokJin que, antes de salir de la casa de los padres del castaño y mencionar que Jisoo iría por su vestido. El castaño lo miraba de brazos cruzados y una sonrisa dulce, apenas notoria.

—Lo siento —soltaba TaeHyung con timidez—, me dejé llevar un poquito —exclamaba entrecerrando sus ojos y juntando su dedo índice y pulgar.

—Me encantas —susurraba SeokJin embelesado.

— ¿Huh? —el azabache abría sus ojos grandemente y su corazón latía tan fuerte que estaba seguro que se escuchaba en la maldita casa/pocilga de SeokJin.

— ¡Me encanta! —gritaba este, dando una palmada y tomando a TaeHyung de sus hombros—, eres entusiasta. Eso servirá para este trabajo. Me gusta la idea de los colores, me encanta.

TaeHyung sentía que sus hombros ardían por las palmas de SeokJin que le sostenían de esa forma y lo miraba fijamente. TaeHyung no era estúpido, él lo había oído a la perfección. Había escuchado un "me encantas" con una S al final de la frase, refiriéndose a él. Y no podía evitar pensar que, SeokJin ahora quería arreglarlo y fingir.

¿Lo creía estúpido?

—Tú no dijiste eso —susurraba TaeHyung.

SeokJin relajaba sus rasgos y seguía enfocado en él—. ¿Ah, no?

—No —afirmaba.

SeokJin entrecerraba sus ojos, se erguía soltando a TaeHyung y se acercaba unos pasos más, quedando cara a cara, cerca. Pero sin tocarle.

— ¿Y que dije entonces? —refutaba en un susurro que, TaeHyung no estaba seguro si era sensual, amenazante o ambos—. Te vi muy entusiasmado con pintar mis paredes, pero no te veías así hablando sobre tu boda con mi hermanita.

— ¡Kim Seokjin! —gritaba una voz que venía de... ¿La cocina? No podría decirse con seguridad si eso era la cocina, una habitación o qué mierda.

TaeHyung saltaba y se alejaba de SeokJin, mirando en dirección al gritón que entraba en escena. Su pulso estaba acelerado, no sabía porque se sentía como si hubiera sido descubierto en pleno robo o algo más. Cuando enfocaba a la otra persona venir en dirección a ellos, veía a un tipo de piel acaramelada, cabello ceniza y poco más alto que ambos. Luego miraba a SeokJin y como este rodaba los ojos, poniéndolos en blanco por unos segundos.

—Llegué a tiempo —respondía su cuñado.

TaeHyung volvía a mirar al otro tipo que, ahora lo veía con un andar más lento y sus ojos paseaban por él de arriba a abajo. Lo veía acercase a SeokJin y le susurraba algo al oído que TaeHyung no podía oír.

"~¿Estás de broma?", era lo que Namjoon había soltado. SeokJin le miraba y sonreía con una sonrisa peculiar que TaeHyung no había visto y no sabía cómo tomarla. Parecía ser íntima entre ellos.

— ¡Namjoon-ie! —exclamaba fuertemente, y palmeando el hombro del susodicho—. Te presento a TaeHyung-ah

—TaeHyung —corregía con dulzura.

Sólo su madre y padre le seguían llamando de esa forma.

—TaeHyung-ah, él es Namjoon, mi mejor amigo... Bueno, uno de los dos mejores amigos. El otro es Jimin, pero el chiquito no pudo venir hoy —Seokjin le daba un leve golpe a Namjoon, justo en el centro de la espalda y lo empujaba hacia TaeHyung—, sé amable con él.

Namjoon hacía una mueca hacia el castaño y luego forzaba una sonrisa amable a TaeHyung.

—Un gusto, TaeHyung —exclamaba, extendiendo su mano—. Me han hablado mucho de ti —mencionaba, entrecerrando sus ojos y viendo directo a SeokJin.

— ¿En serio? —cuestionaba el azabache, viendo a SeokJin con sus ojos... Muy grandes ojos, con una mirada peculiar que, hacía a Namjoon cuestionarse cosas.

El castaño lo veía unos segundos, se perdía en esos ojos negros brillosos de los que su cuñado, prometido de su hermanita y posible objeto de su deseo que—no admitiría en voz alta—era dueño. Namjoon le daba un codazo notorio para sacarlo de su letargo y Seokjin carraspeaba su garganta, cortando todo contacto visual.

—Le hablé de ti porque Namjoon conocé a Chi Choo desde niña —mencionaba.

Namjoon tosía y lo miraba con unos ojos de pura advertencia.

—Crecí con los Kim. Eso es todo, son como mis hermanos —añadía el peliceniza.

—Si, claro —susurraba SeokJin tras él.

El peliceniza le daba otra mirada de advertencia.

—Entonces, en ese caso —exclamaba TaeHyung—, es un gusto conocerte. Jisoo te mencionó en algún que otra conversación.

"¿En serio?", soltaban los amigos al mismo tiempo y TaeHyung no entendía por qué les sorprendía tanto.

—Eh, si —asentía confundido—, cuando mencionó que rompes y arreglas cosas —añadía en dirección a Jin—, también dijo sobre el arreglo de la casa y que lo hacías con un tal Namjoon al que confundí con algo romántico —su voz se había apagado ante la última frase.

—Oh, no, no. SeokJin y yo no somos eso —soltaba Joon—, y entiendo que fui mencionado al azar —soltaba casi desganado, hasta que la mano de Jin pasaba por su hombro, como un abrazo y le palmeaba esta vez, cariñosamente.

—Joonie ¿zapatos? —preguntaba SeokJin, cambiando de tema.

Namjoon asentía—. En la cocina hay dos pares

—Genial, la cocina sería hacia allá —mencionaba SeokJin al azabache.

Este entendía que el dúo peculiar deseaba privacidad y él se las daría. Asentía, sonriendo con delicadeza e iba en dirección a donde los dedos de Jin habían apuntado y veía una botas, más de tipo leñador. Pesadas y perfectas para el trabajo duro.

En lo que sería la sala, Namjoon tomaba a SeokJin bruscamente del cuello de su remera negra/gris gastada y le susurraba:

— ¿Tenías que traerlo a él? —cuestionaba entre dientes.

—Ya, superalo —soltaba Jin—. ¿Y a quién más querías que encontrará antes de las diez de la mañana?

—Oh, yo lo supere —mencionaba Namjoon y añadía—, ¿pero tú a qué mierda estás jugando? —preguntaba con ojos abiertos.

SeokJin se quitaba sus manos de encima y acomodaba su remera.

—No sé de qué hablas —respondía, acomodando su remera—, Jisoo y mi madre irían a ver el ves-...

—No lo digas —pedía Namjoon—, no me digas lo que Jisoo está haciendo —murmuraba. Luego suspiraba—, y sabes muy bien a qué me refiero ¿crees que olvide la charla donde estabamos ebrios y dijiste que si no fuera el prometido de tu hermana, te lo follarías totalmente?

— ¡Ya baja la maldita voz! —pedía el castaño—. ¡No tengo esas intenciones con el prometido de tu ex! —exclamaba SeokJin—. Mi hermanita —decía luego.

Namjoon suspiraba—. ¡No te creo una maldita palabra! —susurraba Namjoon—. ¿Y qué son esos ojos con los que te mira?

— ¿Te diste cuenta? ¡espera, no! —exclamaba SeokJin negando.

Unos pasos pesados resonaban tras ellos. Ambos se erguían tensos y disimulaban frente a un TaeHyung que, llegaba muy contento con las botas sobre sus pies y el otro par en sus manos.

— ¿Te quedan bien? —preguntaba Namjoon con amabilidad.

No le resultaba fácil ver al tipo que compartía la cama con Jisoo y el que se casaría pronto con ella. Creía que esto no era justo y quería, totalmente, golpear a SeokJin, pero sabía de antemano que haber traído a TaeHyung como ayuda, no era realmente, una mala intención de su amigo.

Pero aún así, era difícil. Namjoon no superaba aún a Jisoo y probablemente, nunca lo haría.

— ¿Y qué hizo este hombre para convencerte de hacer el trabajo sucio? —cuestionaba a cambio, optando por la paz ya que, claramente no sabía quien era Namjoon en la vida de Jisoo.

TaeHyung se detenía en seco y lo miraba sorprendido.

— ¿Trabajo sucio? —repetía.

SeokJin comenzaba a reír seductoramente, mientras se colocaba al lado de su cuñado.

—Namjoon, no digas palabras claves que puedan marear a TaeHyung —se mofaba. Ahora sus ojos iban al azabache mientras tomaba las botas, poniéndose frente a él completamente y rozando con sus dedos toda la mano de TaeHyung en el proceso—. Suele repetir palabras peculiares... Como ahora y el trabajo su-cio —mencionaba lentamente.

TaeHyung sentía un calor en su cuello. En su rostro y sus ojos se iban a los labios curvados de SeokJin, inconscientemente. Veía esa sonrisa ladina porque sabía a qué hacía alusión SeokJin y él simplemente no podía refutarle, solo se perdía en la textura de sus labios carnosos y rojos y... TaeHyung volvía a lamer los suyos propios.

—Chicos, llegaron unos materiales que pedí —anunciaba Namjoon. SeokJin no se movía de enfrente de TaeHyung, había oído la puerta abrirse y cerrarse luego a sabiendas de que estaban solos otra vez.

— ¿Estás bien, TaeHyung-ssi? —cuestionaba.

—Mmhm... ¿Por qué lo preguntas? —cuestionaba TaeHyung hipnotizado. Hasta que él mismo, relamía sus labios frente al castaño.

Si una cámara de alta resolución estuviera frente a las orbes  amarronadas de TaeHyung, se vería con exactitud como sus pupilas se dilataban luego de haber visto la lengua de SeokJin barrer sobre sus propios labios carnosos y rojos. No podía despegar la vista, se sentía prisionero de esa boca y estaba tan cerca de ella que ni siquiera quería dejar de mirar para salvar su propio pellejo.

Hasta que, los dedos de SeokJin tomaban con sutileza su mentón bien pronunciado y alzaba su rostro, para que ese chico dejará de verle con tanta hambre y curiosidad.

— ¿Hay algo que necesites de mi, Tae? —susurraba.

SeokJin quería ignorar como ese chico lo veía, pero diablos, TaeHyung le tenía tantas ganas de las que seguro, ni siquiera estaba al jodido tanto. Ese chico era gay, de adentro hacia afuera y viceversa. Él lo sabía y no estaba seguro que pensar al respecto de su próxima boda con su hermana.

TaeHyung no lo sabía, tampoco era consciente al respecto, pero él realmente se comía con los ojos al hermano mayor de su prometida. TaeHyung no se daba cuenta, pero SeokJin, si.

—Hola —susurraba el castaño, al ver que TaeHyung no decía palabra alguna.

La mirada era fija, causaba calor en todo el cuerpo de TaeHyung. Un calor que jamás había experimentado cerca de alguien, quería dejar de verlo, pero a la vez no podía, ni quería, muy en el fondo. Él sabía que aquella escena no era normal, un chico heterosexual no debería ver los labios de otro hombre como si agua fresca emanara de estos, listos para saciar la sed que lleva desde hace años, pero que se negaba a ver.

Él sabía que debería empujar a SeokJin o decir un chiste que los hiciera volver a la realidad, pero justo ahora, justo en ese momento, su sangre corría tan rápido por sus venas con dirección a la zona sur de su cuerpo y los dedos de SeokJin podrían guiar su boca a la suya y ocasionar una explosión del tipo bomba nuclear y a la mierda lo que TaeHyung había construido todos estos años alrededor de él.

A la mierda las apariencias, el miedo. El pánico del qué dirán... A la mierda la boda, a la mierda el parentesco de Jisoo y Seokjin.

—Dios. Piensas demasiado —Seokjin lo soltaba y se alejaba.

TaeHyung pasaba saliva y mierda, el momento había pasado. Veía a su cuñado echar su cabello negro hacia atrás y suspirar, para luego reír cansino y caminar en dirección a una escalera que se veía poco confiable.

—Por favor —susurraba TaeHyung apenas audible, aún petrificado en su lugar.

SeokJin se detenía, todo su mundo se detenía ante una simple frase. Un simple "por favor" que ni siquiera sabía qué diablos encerraba.

Alzaba sus cejas y miraba a TaeHyung, completamente colorado y sus ojos lo barrían de arriba abajo, lo notaba tenso, pero la inmensa remera no le dejaba notar si había algo más "tenso" o "duro" en sus pantalones.

La puerta se abría y Namjoon entraba, SeokJin se apresuraba a sentarse sobre la escalera dudosa de aguante a peso ajeno y TaeHyung corría tras él, mientras dejaba que el peliceniza guiará a otros tipos que traían más bolsas de cemento.

TaeHyung se agachaba frente a SeokJin y él castaño quedaba paralizado de la simple acción de desatar sus zapatillas. Suspiraba y alzaba la vista. Los ojos de SeokJin eran duros y TaeHyung sentía su boca seca.

— ¿Qué? —preguntaba al azabache.

TaeHyung pasaba saliva—. ¿Me dejas ponerte las botas? —preguntaba con lentitud.

El castaño alzaba sus cejas—. Puedo solo

—Por favor —soltaba TaeHyung nuevamente.

SeokJin suspiraba y lo veía mientras entrecerraba sus ojos. Estaba estudiándolo como si lo conociera cuando en realidad, no conocía nada de Kim TaeHyung y probablemente, como era totalmente su tipo, él estaba alucinando algunas cosas. Debía de ubicarse en su lugar y no jugar con ese chico como lo había hecho en el pasado con otros. Jugar hasta sacarles la mierda de falso tipo heterosexual y tirarles sus fachadas de macho al suelo, junto con la ropa a la hora de desnudarlos y volarles la cabeza.

Tenía que dejar de alucinar con el novio de su hermana. Al inicio era divertido. Ver las historias que Jisoo subía, creyendo que solo era una follada de estación, pero luego la cara bonita del tipo era constante en las historias y posts de su hermana. Y Seokjin tenía ojos, carajo... Como ahora.

No es que SeokJin gozaba de analizar a los novios de Jisoo o ponerles los ojos encima. Usualmente nunca tenían el mismo "tipo de hombre", pero TaeHyung entraba en esa coincidencia.

—De acuerdo —añadía—. Pero no es a mi a quien tienes que agradarle. Es a mi padre —sentenciaba Jin.

TaeHyung relamía sus labios y comenzaba a quitarle las zapatillas con lentitud. Este tenía el pulso acelerado y no entendía porque el hermano de su prometida tenía ese jodido efecto en él. ¿Qué había en Kim SeokJin que TaeHyung quería agradarle? o más que eso. SeokJin relamia sus labios y mordía el inferior, TaeHyung se veía bien de rodillas frente a él, con ese puchero que sobresalía de sus bonitos labios y los rizos negros despeinados, más las largas pestañas en sus bonitos ojos largos.

SeokJin suspiraba.

Namjoon despedía a los tipos y volvía, cerraba la puerta y levantaba sus brazos en dirección a SeokJin, articulando un claro: "¿Qué diablos estás haciendo?"

SeokJin abría su boca y la cerraba. Apretaba sus dientes y hacía una notoria mueca de "no sé qué mierda estoy haciendo" y eso, llamaba la atención de TaeHyung. Este había terminado de colocarle las botas.

—Listo —exclamaba—. Sé que aquí se tiene muy en cuenta lo de respetar a sus mayores —mencionaba, poniéndose de pie y acomodando su ropa.

La sonrisa incómoda parecía no querer dejar su rostro. SeokJin se ponía de pie y chistaba con su lengua.

—Tampoco tengo veinte años más que tú, pero la próxima vez dejaré que me quites los pantalones —mencionaba el castaño.

TaeHyung lo miraba y ¡Hola, mejillas de tomate!.

— ¡Kim Seokjin! al menos tenle piedad por ser el pro-...! —Nop, Namjoon no podía decir el sustantivo que demandaba dicha frase.

Y Seokjin lo sabía.

—Ya, tomaré la habitación de arriba y TaeHyung irá con-...

—Romperan la cocina, ambos. Ven, te diré que harán, yo iré arriba —mencionaba Namjoon, antes de que SeokJin lo mandara de niñero del  prometido de su ex.

— ¿Le caigo mal? —cuestionaba TaeHyung, no sabiendo de donde había encontrado la fuerza suficiente para hablar.

SeokJin suspiraba—. No eres tú, es él

—Suena a que soy yo —afirmaba, con una mirada de cachorro—. ¿Lo incomode por algo?

—Namjoon es... —«el ex de Jisoo, pero tú no tienes que saber eso ¿creo?» —. Le caes bien, solo no te pases de listo —añadía.

— ¿Es mayor que yo? ¿Debería hacer algo por él también? —preguntaba confundido, aunque no quería hacerlo.

La excusa de ponerle las botas a SeokJin, solo era la necesidad de tenerlo cerca un poco más. No sabía que como rematar el "por favor" que había susurrado. No quería pensarlo mucho, pero ese ruego no tenía nada que ver con ponerle los zapatos a SeokJin. Era otro tipo de ruego, era otra cosa lo que le estaba pidiendo a gritos y sabía que no era correcto en muchas formas posibles, bajo todos los malditos conceptos. Simplemente, estaba mal.

SeokJin fruncía el ceño—. ¿Cuánto tiempo hace que estás fuera de Corea?

—No tanto —soltaba incómodo acomodando su remera.

—Entonces bien sabes, Monamu que, no debiste ponerme los zapatos. Eso fue exagerado —añadía SeokJin cruzado de brazos frente a su cuñado.

TaeHyung mordía su labio inferior y miraba sus manos. Suspiraba y respiraba de forma temblorosa junto con su pulso acelerado y el nudo en su garganta.

—Hay mucho que no debería contigo —susurraba con un puchero.

SeokJin se quedaba callado. ¿Había oído bien? ¿Estaba nuevamente mal interpretando?. De acuerdo, si estaba alucinando, era el segundo día de su cuñado allí y él ya estaba soñando con un romance prohibido.

¡Momento! ¿Cuál romance?, carajo. Su boca estaba semi abierta, pero podría decirse que por primera vez, habían dejado al gran Kim Seokjin sin palabras y con un calor que se esparcía por todo su cuerpo.

TaeHyung se animaba a alzar la vista, aún en contra de todo los pensamientos negativos que le gritaban que dejara de hacer cosas equivocadas. Su cabeza pesaba, como si la gravedad fuera demasiado y le costará hacer algo tan simple como levantarla. Tenía las pupilas dilatadas y sus labios brillaban debido a su propia saliva, al morderlos y relamerlos.

—Dios... —susurraba mirando a SeokJin con una mirada cómplice y repetía las mismas palabras que este otro había dicho minutos atrás—, piensas demasiado.

El castaño sentía una punzada en su bajo vientre y~... "¡Jin!" soltaba Namjoon desde la cocina. El susodicho se recomponía y tragaba duro.

—Espera aquí, ya vuelvo —mencionaba, dejando a TaeHyung respirar libremente y yendo en dirección al grito de su mejor amigo.

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Namjoon rascaba su frente y caminaba de un lado a otro, cuando SeokJin entraba a lo que parecía la cocina.

— ¿Qué sucede contigo y por qué te levantaste tan gritón esta mañana?

— ¿Por qué lo trajiste? —susurraba Namjoon.

SeokJin dejaba caer su cabeza y suspiraba, mientras presionaba el puente de su nariz.

—Iba a quedar solo en casa mientras... —el castaño apretaba sus dientes—, mira, me llamaste gritón y me pediste a alguien, era el único a mano ¿de acuerdo? —soltaba susurrando alterado—, no lo hice a propósito y él no sabe quien eres, Jisoo no se lo dijo

— ¿Por qué no se lo dijo? —cuestionaba el peliceniza angustiado.

— ¡Ay, mierda! —soltaba SeokJin estresado—, ya tuvimos esta conversación. Olvídala o no sé, diablos... Deja tu maldito miedo de lado y dale lo que quiere.

Namjoon negaba—. No tiene sentido, él ya le está dando lo que busca.

SeokJin fruncía el ceño, moviendo su cabeza a un lado—casi—seguro de que en esa relación ninguno estaba verdaderamente conforme o hubiesen encontrando lo que buscaban.

—Si, bueno... No lo sé —mencionaba el castaño, mirando al suelo.

Namjoon fruncía su ceño y lo tomaba, por segunda vez del cuello de su remera—. Te gusta

—No estaría entendiendo tu pregunta —fingía SeokJin.

—Oh, pervertido —soltaba Namjoon—, no fue una pregunta.

SeokJin lo miraba con ojos pícaros—. Puede que sea un poquito mi tipo, pero hablo en serio. Ese chico esta confundido con él mismo y toda su vida. Conociendo lo distraída que Jisoo es, no creo que lo sepa. Y tú sigues jodidamente enamorado de ella y ella... Bueno, no estoy seguro como se sienta ella respecto a tí, ahora.

Namjoon lo soltaba—. No me interesa, Jisoo y yo somos pasado, pero ese chico es... —Namjoon susurraba—, es jodidamente gay y no lo digo como el ex colgado de su antigua novia. Hablo en serio y tú estás jugando con su cabeza ¿cuánto lleva aquí?

SeokJin inflaba sus cachetes y luego soltaba el aire—. ¿Cuarenta y ocho horas?

— ¿Y ya lo antojaste? —soltaba Namjoon—. Es tu cuñado, pervertido

—No pensabas eso de ti, cuando te comías a Jisoo a mis escondidas, pervertido mayor —acusaba SeokJin. Luego apretaba sus labios para no reír—. Para un momento —alzaba sus manos—, no digas eso, yo-...

Un ruido de algo cayendo resonaba tras ellos y ambos miraban en dirección al sonido. Namjoon tapaba su boca y sentía la culpa recorrerle al ver el rostro desencajado de TaeHyung y Seokjin, joder, se sentía mal, TaeHyung parecía ofendido, sorprendido y a la vez, indefenso.

—Monamu...

—No digas nada —pedía el azabache, apretando sus dientes—. Me voy.

TaeHyung arrancaba en dirección a la salida y se iba sin saber donde estaba y mucho menos hacia donde debía de ir. SeokJin giraba y miraba a Namjoon.

—Es tu culpa —setenciaba.

Namjoon abría la boca y la cerraba—. Ve por él —le propiciaba un empujón en dirección a la salida—, y ten en cuenta que no te haré todo esto gratis

— ¡Oh, vamos! —gritaba SeokJin abriendo la puerta para salir—, ¡Te estoy pagando el cincuenta por ciento de lo que sale!. No me lo estás regalando

— ¿El cincuenta? —replicaba Namjoon—, entonces será el setenta y cinco ¡Ve por tu cuñado!

—Hijo de-... —Seokjin lo señalaba amenazante una última vez y luego salía—. Arreglaremos cuentas.

Cuando yacía fuera, no veía a TaeHyung por ningún lado, así que tomaba el auto de inmediato, se subía y se echaba a andar. Recorría el camino que había hecho y agradecía que fueran calles estrechas y tranquilas, para poder andar con lentitud y ver si encontraba a TaeHyung.

Miraba su teléfono y luego recordaba que, no tenía el número del chico y no podía llamar a Jisoo y decirle: "Hey, perdí a tu prometido".

Suspiraba cansino y a la distancia veía la imagen de TaeHyung caminar sin rumbo. A paso lento y tranquilo. Aceleraba y cuando estaba a su lado, bajaba el vidrio para andar a la par de un TaeHyung que lo veía y carraspeaba su garganta incómodo.

—Monamu...

—No me llames así —pedía.

—TaeHyung-ssi —replicaba.

TaeHyung suspiraba y lo miraba con unos ojos llenos de algo que SeokJin no podía leer.

—Mejor vuelve a Monamu —pedía aburrido.

—Mejor vuelve al auto —remataba el castaño.

TaeHyung se detenía y Seokjin lo hacía también.

— ¿Por qué no me dijiste que Namjoon es el ex de mi nov~... Jisoo? —cuestionaba incómodo.

SeokJin alzaba sus cejas por la peculiaridad de no mencionar la frase "mi novia", estaba como Namjoon tragándose la palabra "prometido". Eso era demasiado, joder.

—Puedes entrar —pedía SeokJin.

—Solo si prometes contarme que pasó con ellos porque ahora no me cierra que Jisoo no me hablara de él y cuando lo mencionó jamás hizo alusión de que fuera su ex —setenciaba.

SeokJin se dejaba caer contra su asiento, un poco su cabeza hacia atrás y un suspiro cansino. ¿Cómo mierda había terminado en el medio?. Un aliento ajeno golpeaba en su oreja izquierda y abría los ojos sorprendido.

—Por favor, solo dime todo —susurraba TaeHyung a su lado, inclinado sobre la puerta y logrando que una descarga eléctrica saliera de su voz grave y golpeara los sentidos de SeokJin.

El castaño giraba su rostro y el chico seguía cerca. Sus ojos eran del tipo cachorro herido y eso... Eso revolvía las entrañas de SeokJin.

—Sube al auto —ordenaba.

TaeHyung relamia sus labios y se erguía, estirando su remera más, para que esta cubriera su entrepierna y se movía en dirección al asiento del copiloto. Cuando se hallaba dentro pasaba saliva y tiraba del cinturón de seguridad, pero este se atoraba. Nuevamente tiraba incómodo y toda la figura de SeokJin estaba encima de él para destrabar el maldito cinturón de seguridad.

—Debí haberte mencionado que no lo soltaras tan fuerte al bajar porque luego-... —Jin apretaba sus dedos mientras tironeaba de la cinta elástica.

TaeHyung, había dejado de respirar y se sentía encandilado por lo atractivo que este tipo era. Jodido destino ¿qué estaba pasando con él? ¿Con la sensaciones de su cuerpo? ¿con su cabeza?. Un ante último tirón y notaba lo tensa que estaba la mandíbula afilada de su cuñado, lo veía en detalle y sus ojos decían tanto. SeokJin sentía que le estaba quemando.

—Deja de verme —pedía el castaño con un último tirón y procedía a abrocharlo.

—Lo siento, no me di cuenta —mencionaba TaeHyung, viendo cómo esas manos se alejaban de su cintura y Seokjin tomaba distancia.

—No lo sientas. Y bien... —el castaño fregaba su rostro—. Iremos a alguna cafetería

—No —soltaba TaeHyung de repente, haciendo puchero otra vez—. Llévame a algún lugar donde siga corriendo aire. Siento que me lo arrebatas en ocasiones.

SeokJin abría sus ojos—. ¿Yo?

—Solo-... —TaeHyung fregaba su rostro y Seokjin decidía tener piedad de él o de sí mismo, no estaba seguro.

—De acuerdo, iremos por un café para mí. Necesito más cafeína, estás haciendo mi mañana más larga de lo habitual.

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SeokJin había aparcado cerca de un parque, TaeHyung no estaba seguro donde diablos estaban y había aceptado un té helado para él, disfrutando de la vista que tenía en frente.

Tomaba coraje y veía a Jin nuevamente.

— ¿Tu hermana y tu mejor amigo? —preguntaba el azabache, directo.

—Cada que lo escucho de esa forma me dan ganas de revivir la paliza que le di a Namjoon cuando éramos adolescentes.

TaeHyung escupía su café ¿adolescentes?. SeokJin lo veía con ceño fruncido y agarraba una servilleta de encima de la guantera y se tomaba el atrevimiento de tomar el mentón de un TaeHyung sorprendido, por segunda vez y este se dejaba limpiar porque eso implicaba tener los ojos de Jin sobre sus labios.

SeokJin tenía sus cejas tupidas muy juntas, pero se relajaban cuando notaba que TaeHyung tenía un lunar en su nariz y en su labio inferior.

«Adorable» su mano no pedía permiso y ahora limpiaba el labio inferior de TaeHyung, mirándolo hipnotizado y embelesado. TaeHyung se veía en la obligación de tomar su muñeca para que cesará la limpieza o más bien, la suave caricia sobre sus labios.

SeokJin se despertaba de su encanto—. Lo siento, eres como un jodido bebé gigante —exclamaba, volviendo a su lugar y fregando sus ojos a ver si con eso se iban las ideas turbias que estaba teniendo últimamente.

— ¿Adolescentes? —cuestionaba TaeHyung.

Jin suspiraba—. Eh, sip —añadía, intentando sonar relajado—. Namjoon era nuestro vecino, nos hicimos amigos luego Jisoo se desarrollo y ellos simplemente se gustaron —mencionaba.

— ¿Cuántos años tenía Jisoo? —Preguntaba.

—Dieciseis y Namjoon también. Son del mismo año —mencionaba.

—O sea que... —TaeHyung pasaba saliva—. ¿Él fue el primero en todo con ella?

—Básicamente —respondía bebiendo su café—. Si Jisoo no te lo contó es porque terminaron mal. No deberías preocuparte

—Lo hago —afirmaba TaeHyung—. Claramente a él le importa

—Si, bueno, Namjoon no hará nada al respecto, puedes dormir en paz —respondía, mirando hacia fuera de su auto. El parque, la gente... Todo menos al chico con ojos triste a su lado, pero una mano se asentaba en su rodilla y no tenía más opción que mirarlo.

—Si Jisoo no me lo dijo es porque claramente siente cosas por él ¿qué se supone que daba hacer al respecto? —preguntaba a SeokJin.

—No me lo preguntes a mi, no lo sé —mencionaba—. Y para ser honestos, realmente no creo que pueda llegar a suceder algo

— ¿Lo dices en serio? —cuestionaba—. Tú aseguras que Namjoon no hará nada, pero el tono de voz que Jisoo usó para mencionarlo en su momento... Claramente tiene cierto efecto en ella ¿por qué se separaron?

SeokJin suspiraba y soltaba un gemido frustrado que obligaba a TaeHyung a soltarle de su rodilla.

—Hablalo con Jisoo... Mira, es mi hermana, la amo, pero la conozco como a la palma de mi mano y créeme —mencionaba—, no te gustará saber lo que realmente pienso de su boda —exclamaba—. Pero si quieres saber la historia de Namjoon y Jisoo háblalo con ella. Namjoon siempre fue un excelente tipo, no fue fácil ver a mi mejor amigo y mi hermanita, pero él la ama-amaba —se corregía—. Es bueno, no te preocupes por él.

SeokJin se enderezaba y volvía a encender su auto. TaeHyung lo veía apretar su mandíbula y lo notaba estresado, posiblemente de mal humor. Aunque no estaba cien por ciento seguro porque no lo conocía. Pero parecía cabreado.

— ¿Qué piensas de mí? —preguntaba apenas audible.

SeokJin giraba la llave y apagaba el encendido, suspiraba y dejaba caer su frente encima del volante.

—Le caes bien a mí padre —respondía con su voz amortiguada por la pose, luego giraba su cabeza y aún apoyando su sien sobre el volante cuestionaba—: ¿Qué importa lo que yo piense de ti?

TaeHyung relamia sus labios y se sentaba derecho—. Tu amigo cree que soy gay... Y tú dijiste que soy tu tipo —soltaba, dejando su té helado sobre la guantera.

SeokJin abría sus ojos de forma inmensa ¡Mierda!. Mierda, mierda, mierda, era muy directo cuando quería al parecer. Por primera vez alguien lograba que Kim Seokjin se sonrojara. El castaño se enderezaba y rascaba su nuca, oigan, de nuevo dejaban a Kim Seokjin sin palabras.

—Lo que oíste fue solo una charla entre dos imbéciles que están solteros y dicen muchas imbeciladas

—Imbeciladas no es una palabra —susurraba TaeHyung—. ¿Tú crees lo que él dijo? ¿Vas a golpearme?

— ¿Qué? —soltaba SeokJin horrorizado—. No soy del tipo que se va a los golpes, excepto con Namjoon, pero no voy a golpearte si eres-...

— ¡No lo soy! —afirmaba TaeHyung con sus ojos abiertos, muy brillosos.

SeokJin alzaba sus cejas—. Sólo digo que no habría motivo alguno para golpearte, pero si no estás seguro de querer seguir adelante, deberías decirlo.

TaeHyung suspiraba sonoramente, casi había gemido mientras cerraba sus ojos y dejaba caer su cabeza en el asiento.

—Jisoo es todo lo que mis padres quieren para mí —sollozaba, luego alzaba sus manos y miraba con desesperación a SeokJin—, no me mal entiendas ella es preciosa, tu hermana es una de las mujeres más bellas que he visto-...

—Dije que no voy a golpearte, TaeHyung —repetía SeokJin—. Hagamos una cosa —mencionaba rascando su frente—. Sólo haz de cuenta que, no soy tu cuñado. Jisoo no es mi hermana y yo soy... No sé qué diablos soy, solo ábrete

— ¿Que me abra? —repetía TaeHyung.

—Dios, lo haces de nuevo —soltaba SeokJin, luego reía cansado—. De acuerdo ¿sabés qué? te está costando dejar de lado que soy hermano de tu prometida, pero yo soy bastante caradura y lengua floja —relamía sus labios y lo decía—. Creo que te gustan los hombres y no quieres aceptarlo. Creo que tu incomodidad conmigo se debe a que me encuentras atractivo y no lo digo por ser un poco narcisista. Y creo que no es la primera vez que te pasa algo así.

TaeHyung sentía su corazón palpitando fuertemente, era verdad que SeokJin no lo golpearía y que alguien le dijera tan fácilmente algo que ni siquiera era simple de reconocer para él mismo, se sentía tan~... Se sentía tan aliviado. No lo notaba, pero volvía a suspirar y tapaba su rostro porque sentía que sus ojos se llenaban de lágrimas. Carajo, estaba hecho una masita suave.

Sin darse cuenta sorbía su nariz y Seokjin estaba petrificado sin saber que hacer con exactitud. Era malo para consolar a la gente y mucho peor para consolar a alguien que, al parecer no podía salir del clóset y eso para él había sido tan fácil que no sabía con exactitud como podía sentirse TaeHyung. Apretando sus ojos miraba al techo del auto y estiraba su mano en dirección al hombro del chico, pero este se alejaba con un apenas audible "No~..."

Y eso, hacía que el estómago de SeokJin volviera a retorcerse.

—Hey, Tae... —susurraba más cerca, intentando bajar las manos del rostro del chico—, mírame, oye...

—No... Soy un imbécil. Ni siquiera me conoces y estoy llorando en tu jodido auto —sollozaba.

SeokJin suspiraba—. Ya ¿lo ves? eres un bebé —musitaba el castaño. Podía oír apenas una risa grave amortiguada por las manos de TaeHyung y su corazón se sobresaltaba por eso.

«Joder, que intenso estás, Jinnie» pensaba para sí mismo.

—No soy un bebé —replicaba como podía—. Soy un imbécil que la está cagando en grande.

SeokJin no podía evitar que su amor por Jisoo, le hiciera querer golpear a TaeHyung por las ilusiones que había plantado en la chica, pero a la vez algo le decía que Jisoo tampoco estaba siendo honesta y luego, estaban sus padres que estaban entusiasmados con la boda, aunque sus padres también sabían cómo era Jisoo. Era todo un enredo y no estaba seguro quien era del todo la víctima.

—Tae, mírame —pedía con dulzura.

"Mmm-mm" negaba con su cabeza.

—Dios, eres un bebé. Mírame —pedía otra vez, pero esta vez se encargaba de quitar las manos. TaeHyung forcejeaba una vez, dos y a la tercera se dejaba.

SeokJin sentía una punzada en su pecho. El chico tenía los ojos colorados, a la par de su nariz y sus labios brillosos e hinchados por morderlos y relamerlos constantemente. Su rostro húmedo por las lágrimas derramadas, como si hubiera explotado lo que venía conteniendo hacía ya mucho tiempo. El castaño era del tipo que creía que ningún ser humano se veía bien mientras lloraba y se sentía de la mierda, pero TaeHyung.... TaeHyung se veía hermoso.

— ¿Vas a golpearme? —preguntaba el científico forense que parecía un niño asustado, acurrucado en el asiento del copiloto de su cuñado.

SeokJin sonreía con dulzura y entrecerraba sus ojos, a TaeHyung le parecía precioso.

—No voy a golpearte, pero me gustaría saber ¿por qué llegaste tan lejos?

— ¡No lo sé! —sollozaba otra vez, con la intención de cubrirse el rostro, pero SeokJin no se lo permitía—. Deberías golpearme. Deberías hacerlo y ver si así se me acomodan las ideas porque no estoy seguro si me gustan los hombres, mujeres, ambos. O si soy un bicho raro que no sabe lo que quiere porque nunca sintió nada tan fuerte e intenso, pero si me besó un chico en el pasado que me dió vuelta mi mundo y eso sería tan humillante para mis padres. Para Jisoo y yo no siquiera sé que diablos hacer y tú eres... Tú eres tan-...

SeokJin alzaba sus cejas sorprendido porque TaeHyung había hablado sin parar, sin dejar de hacer un mohín con sus labios y estaba acelerado a más no poder, sin dejar de derramar muchas lágrimas.

— ¿Soy tan...? —cuestionaba con lentitud, a centímetros del rostro ajeno. TaeHyung podía notar que tenía una mirada que lograba ser comprensiva y no estaba seguro si lo merecía.

Quizás en el fondo quería ser golpeado por SeokJin para que sus ideas se acomodarán como había mencionado.

—Por favor... —volvía a sollozar TaeHyung. No se recordaba tan vulnerable, no se recordaba perder los estribos de esta forma y no se reconocía al sentirse tan a flor de piel con alguien más, en este caso con Kim Seokjin.

Este suspiraba—. ¿"Por favor" qué? —replicaba el castaño con un susurro grave.

Y TaeHyung se liberaba.

Los ojos de SeokJin estaban abiertos de par en par cuando los suaves labios de su cuñado se habían posado sobre los suyos. Fuerte, algo torpe, pero ahí estaba. TaeHyung tenía apretado sus ojos y no había intentado abrir sus labios, solo era un beso superficial que había dado de repente y golpeado su nariz a la de SeokJin, pero extrañamente soltaba el aire contenido por sus fosas nasales cuando sentía como sus labios eran amortiguados por los carnosos del otro tipo.

Su cuñado.

«Mierda» TaeHyung abría sus ojos y veía la mirada sorprendida de SeokJin. No podía estar seguro que el simple beso había sido correspondido porque había sido del tipo "pico". Por lo que él solo estaba presionando sus labios a los ajenos y sentía un calor. Calor de todo tipo... Vergüenza, frustración y claro, del bueno. Ese simple beso tenía más efecto en su cuerpo que cualquier otro tipo de beso compartido.

Se sentía sofocado, como cuando Hoseok lo había besado de adolescente, pero esta vez, él había dado el beso. Él había avanzado desesperado. Él lo necesitaba. Él lo deseaba.

Se alejaba de a poco, sintiendo como pedazos por pedazos sus labios se despegaban de los de SeokJin y tragaba el nudo en su garganta cuando estaba poco más lejos del rostro ajeno.

—Por favor, haz de cuenta que no hice lo que hice —rogaba, luego se quitaba el cinturón de seguridad y salía del auto.

SeokJin hacía lo mismo—. Espera, espera... —Pedía, tomándolo del brazo y girándolo—. Sube al auto —ordenaba.

Y TaeHyung quería hacerlo, quería subir, pero no. Así que negaba y se soltaba para empezar a caminar otra vez.

—No sabés donde vivimos para volver a casa —soltaba SeokJin y se detenía cuando TaeHyung giraba.

—Volveré luego, solo... No te preocupes

— ¿Qué le diré a Jisoo si te pierdo? —cuestionaba.

TaeHyung suspiraba—. Tú no me perdiste, yo me aleje y yo la llamaré, ya cuidaste de mi lo suficiente —exclamaba, mirando sus pies y corriendo a quien sabe dónde, él solo necesitaba salir de la vista de SeokJin.

Y Seokjin se lo permitía. El castaño apretaba su cabeza con sus manos y fregaba su rostro, para luego dejar sus dedos unos momentos sobre sus labios. Sabía que tendría que haberlo empujado y horrorizarse, pero contrario a eso, SeokJin quería tomar fuertemente a TaeHyung y consumirlo a través de un beso que le dejara en claro todas las ideas revueltas que tenía.

SeokJin quería, pero no podía.

✧         「 M̶O̶N̶ ̶B̶E̶A̶U̶-F̶R̶ÉR̶E̶ 」         ✧

Si ven errores perdón, los caps son largos y xnsndkskak ¿Qué piensan?

Ya anuncie que la voy a terminar antes de agarrar los otros fics y ciertamente no es largo, es un mini fic por lo que estamos pronto a ver qué va a suceder con estos dos y que tanto más seguirá rogando TaeHyung cada vez que susurra un "por favor" sin aire.

Uffff

Por cierto, escuchen la playlist, buenos temas y vainas de clóset UwU

Con amor Niñita Nany 💜

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