Rizos dorados por doquier y labios rubí que acaparaban por completo su atención, eso era lo único que podía ver.
Su silueta era digna de ser dibujada, pintada, escrita, esculpida y simplemente admirada. Sus ojos eran dos trozos de esmeralda, sus dientes eran perlas y su cabello era oro.

Perfecta.

Jamás, en todos sus años como artista había visto al arte representado en persona; bueno, ahora ve que hay una primera vez para todo.

Sin ninguna clase de vergüenza se hacerca al "querubí", con solo una intención:
Convertirlo en su musa.

Tal vez pensará que es un loco, pero no le puede importar menos cuando esta oportunidad se le presenta solo una vez en su vida.

-Buenos días, jóven- dice a sus espaldas
El rizado gira confundido, mirando al ojiazul.
-Oh, buongiorno- responde sonriéndole.

Mierda, era jodidamente perfecto.

-¿Me permite hablar con usted un minuto?- pregunta educado.
-Claro, claro- accede, siguiendo al ojiazul a una mesa para sentarse y hablar mejor.
-¿Lo conozco?- pregunta muy perdido el ojiverde una vez sentados
- Oh, no, claro que no- dice rápido.
-Tal vez esto le parezca raro, pero soy un artista, un pintor y escultor más específicamente.- Explica- Oh, que modales los míos; mi nombre es Louis Tomlinson- recuerda la formalidad al fin.
-Soy Harry, Harry Styles-
-Un gusto, Harry- dice agarrando su mano y besando los nudillos de este.
El rizado se sonroja salvajemente ante su atrevida acción, más no dice nada.
-Como te explicaba, soy un pintor, y te he visto desde lejos, así que por favor permíteme decirte que tu belleza es incomparable Harry. Es digna de admirar, digna de ser documentada.- alaga, causando, de nuevo, el enrojecimiento de sus mejillas -Así que vengo a ofrecerle ser mi musa durante mi estadía aquí en Italia.- suelta sin más -Me quedaré dos semanas aquí, y sólo tendríamos que juntarnos como amigos,podríamos salir a merendar y luego ir al estudio que estoy alquilando aquí para retratarlo Harry, ¿Qué opina?

Harry abre en grande sus dos ojos y separa ambos labios torpemente, sorprendido.
- Yo no sé que decir Señor Louis... Yo- vaya estoy halagado, pero no sabría que responderle.- suelta en balbuceos .
- Es sencillo ser musa, tú solo posas y yo te retrato, si quieres o necesitas un pago adicional te lo daré...-
- Oh no, no necesito que me pague, muchas gracias...- rechaza de inmediato- Yo...¿me podría dar su número? Así lo puedo pensar y le llamo.-
-Perfecto Harry, pienselo, no tiene nada que perder- dice paranluego darle su número y marcharse.

Harry se queda pensativo viendo la tarjeta con el número de ese misterioso hombre.
No tiene nada que perder... tiene todos los días libres y lo único que va a tener que hacer es verse bonito y convivir con un hombre que francamente, es muy apuesto.

Lo único que tiene que tiene que solucionar es como convencer a su padre de dejarlo ir todos los días con un completo desconocido extranjero a un estudio en Dios sabe donde queda para que lo pinte.

¡Por Dios! Es un adulto y puede ir donde le plazca, no dejará que su padre se interponga más en su vida ni por más que quiera.

Lo hará. Será la musa de Louis Tomlinson.