13- NO ES LO MISMO

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Hoseok se despertó despeinado y asustado con los gritos de Jungkook. De un salto, salió de su dormitorio, encontrándose a su hermano saltando encima del sofá, pataleando contra los cojines entre carcajadas. Apoyándose contra el marco de la puerta, observó la escena: El chico asustado que había llegado un año antes había desaparecido, y había sido sustituido por el hombre loco de alegría que estaba frente a él. Viéndole así, le pareció impensable que en los ojos de su hermano hubiese habido en algún momento angustia y dolor.

- JK, ¿te ha tocado la lotería o qué? – Preguntó Hoseok, haciendo que su hermano se girase hacia él mientras dejaba de saltar.

- Casi. Esta noche tengo una cita con Taehyung – Respondió con cara de ilusión, haciendo un bailecito ridículo, aún subido sobre el sofá.

Contagiado por el entusiasmo de su hermano, Hoseok salió corriendo hacia él, y abrió los brazos para que Jungkook pudiese saltarle encima y agarrarle en brazos, empezando a dar vueltas por el salón.

- ¿Pero cómo ha sido? ¡Cuéntamelo todo, todo, todo! – Gritó Hoseok, dejando a su hermano en el suelo.

- Pues anoche fuimos a una fiesta. Y le besé – Respondió atropelladamente Jungkook por la adrenalina.

- ¡Pero bueno! ¡Mírale, el tímido!

- El alcohol. Bueno, y que por la mañana me pidió una cita y me di cuenta demasiado tarde. Y qué cojones, que no aguantaba más.

- ¿Y qué pasó?

- Se rayó y se fue. ¡Pero esta mañana me ha escrito! Por lo visto pensaba que me iba a arrepentir por estar un poco bebido. Y le he echado huevos y le he dicho que no, que no me arrepentía de nada.

- ¿Y?

- Y se ha presentado aquí en pijama, sin peinar y con una zapatilla distinta en cada pie. Más gracioso... Claro, le he vuelto a besar. Y le he dicho de tener una cita esta noche para hacerlo oficial un poco más seriamente y no de cualquier manera. Se acaba de ir. Y se ha comido tu gofre.

- Le perdono solo por haberme regalado verte así de contento, hermanito.

Mientras tanto Taehyung iba caminando lentamente hacia su casa, atrayendo las miradas de todas las personas que se cruzaba, tan absorto en sus pensamientos que ni siquiera era consciente de lo mucho que estaba llamando la atención. Jungkook le había besado, pero no porque sí, sino porque tenía sentimientos por él. Iban a tener una cita en unas horas. A las 6 de la tarde le pasaría a recoger por su casa. ¿Era posible que su sueño se estuviese cumpliendo? ¿Que después de tantos meses tratando de olvidarle ahora toda su energía podía ser reconducida a, simplemente, amarle con locura? Cuando entró en casa, dejó caer las llaves sobre el cuenco de la entrada, y se sentó en el sofá junto a Namjoon, que se le quedó mirando a la espera de que su hermano dijese algo. Pero simplemente se quedó ahí, muy quieto, con una media sonrisa de incredulidad en la cara y los ojos llenos de ilusión.

- ¿Me vas a explicar ahora de dónde vienes?

- De casa de Jungkook.

- ¿Y no podías vestirte para eso?

- No. Anoche me besó borracho y pensé que por la mañana se arrepentiría. Y no lo ha hecho. Esta noche vamos a tener una cita.

- ¡Tae, pero eso es genial! ¿Por qué no estás más contento?

- Es que todavía no me lo creo. Yo también le gusto a él. Voy a tener una cita con él. ¡¡VOY A TENER UNA CITA CON ÉL!!

Nunca las horas de un sábado habían pasado tan despacio como aquel día. Tras reservar en el restaurante que habían acordado y sacar unas entradas de cine para una película de miedo, Jungkook se tumbó a ver las horas pasar en su cuarto. Trató de estudiar un rato, pero lo único en lo que podía pensar era en lo absurdamente adorable que había sido Taehyung unas horas antes, en lo sexy que estaba en la fiesta, y en lo caliente que se puso al sentir su pantalón del traje a punto de estallar tras besarse por primera vez en meses. Por su parte, Taehyung necesitó hacerse una maratón de películas para poder mantenerse ocupado en algo que no fuese recordar el tacto de los labios de Jungkook en su lengua aquella mañana al retirarle los restos del sirope de ellos mientras ambos soltaban una risa juguetona sin quitarse los ojos de encima. Al principio del desayuno, habían empezado cada uno sentado en una silla, pero al final, hasta la más mínima distancia se les hizo insoportable, y Tae terminó sentado sobre sus rodillas, y ambos tonteando entre ellos y besándose con mimo.

A las 6 menos cuarto, Jungkook llegó a la puerta del edificio de Taehyung y se quedó esperando a que llegase la hora acordada para avisar a su cita, pero apenas había tenido tiempo de sacar el móvil de su cazadora, cuando Taehyung apareció frente a él, vestido con una chaqueta vaquera, unos pantalones negros rectos y unas zapatillas.

- ¿Cómo sabías que estaba aquí ya? – Preguntó Jungkook sorprendido.

- Llevo una hora listo, y me he puesto a mirar por la ventana del cuarto de baño para bajar en cuanto llegases – Reconoció Taehyung, mirando las punteras de sus pies.

Jungkook le miró con infinita ternura viendo la timidez de Taehyung, y enredó sus dedos en su pelo para girar su cabeza hacia él con dulzura.

- Podrías haberme avisado y hubiese venido antes – Dijo Jungkook, mirándole a los ojos con una tímida sonrisa.

- No quería parecer un ansioso, o agobiarte, o...

- Sigo siendo yo, ¿sabes? – Dijo Jungkook – Yo también estaba deseando verte. Y hubiese llegado antes si no fuese porque no sabía si traerte esto.

Del bolsillo de atrás de sus vaqueros, sacó una rosa roja con una cinta atada en el tallo, y se la dio mientras sus mejillas se ponían del mismo color que la flor. Al recibirla, el corazón de Taehyung se paró un instante por la emoción, dibujándose una sonrisa en su rostro.

- No sabía si sería muy cursi, o si te iba a parecer demasiado... no tengo experiencia con estas cosas y no sé muy bien cómo comportarme, ¿vale?

- ¿Por qué eres tan mono? No seas tan mono – Respondió Taehyung agarrando la flor con las dos manos, lleno de ilusión. Ese pequeño gesto le enterneció, viendo cómo Jungkook bajaba la mirada con una sonrisa.

Durante todo el camino al cine, Taehyung intentó reunir ánimos para atreverse a agarrarle de la mano, tratando de rozar el dorso de su mano al caminar para tener una excusa, pero finalmente no logró su objetivo. Así que, al comenzar la película, agradeció que Jungkook hubiese escogido una película de terror, ya que, en el primer susto, fue él quien dio el paso mientras chillaba por el susto, y se reía un momento después, compartiendo una mirada de ilusión sin soltarle mientras ambos dejaban escapar una risita nerviosa. ¿Llevaría también él un rato deseando hacerlo y sin atreverse tampoco?

A medida que la película fue avanzando, la distancia entre ellos se fue haciendo más y más estrecha, y para cuando las luces se encendieron, estaban ambos prácticamente abrazados al otro, sin querer moverse del sitio para poder alargar unos instantes sentir el calor del otro sobre su piel.

- ¡Qué mala era la película! – Dijo Jungkook un rato más tarde, ya sentados en el restaurante.

- A mí me ha gustado mucho verla – Dijo Taehyung con doble sentido.

- He dicho que la película era mala, no que arrepienta de haberla visto contigo – Respondió Jungkook – ¿Estás pasándolo bien?

- Mucho, pero... Creo que estamos los dos un poco tensos, ¿no crees?

- Sí, estamos los dos bastante nerviosos, creo que hemos puesto demasiada presión en este momento– Dijo Jungkook, poniendo los ojos en blanco mientras negaba con la cabeza sonriendo.

- Vamos a hacer una cosa, comportémonos como siempre y si nos apetece hacer algo, pues en lugar de evitarlo, lo hacemos y punto. Pero antes... tenemos una conversación pendiente desde esta mañana, y creo que...

- Déjame que empiece yo a hablar, por favor – Dijo Jungkook, agarrando sus manos a través de la mesa. Taehyung sintió cómo temblaban levemente sobre el mantel por los nervios, así que las apretó suavemente con cariño para infundirle ánimos - Cuando te conocí, estaba absolutamente fascinado contigo, te admiraba como a mi ídolo, y es cierto que me dejé arrastrar por tu forma de ver la vida. Sé que piensas que hiciste algo malo por ello, pero quiero que sepas que no me arrepiento, porque aprendí mucho y me ayudó a salir de mi cascarón. Pero independientemente de eso, el solo hecho de que decidieses ser mi amigo y ayudarme fue como un regalo, porque si hubieses querido aprovecharte de mí, lo hubieses conseguido por lo fascinado que me tenías.

- Pero Jungkook, yo siento que no actué bien. No fui claro contigo, te hice pensar algo que no era y te herí en el camino.

- Taehyung, eso es lo que quiero que entiendas. Me di cuenta de que, si me dolió tanto verte besándote con ese chico era porque yo había roto la primera norma que habíamos puesto, y había empezado a sentir algo por ti. Y he estado todo el verano intentando olvidarlo para poder volver a verte solo como mi amigo. Por esto tardé tanto en volver a hablar contigo. Pero cuando pensaba que lo había conseguido, te volví a ver, y te vi tan cambiado, tan centrado que... no pude evitar enamorarme como un loco de ti de nuevo, Tae.

Mientras le escuchaba, Taehyung estaba totalmente maravillado con el chico que tenía delante: Sus manos, entrelazadas con las suyas. Su voz suave y melodiosa, hablando sobre sus sentimientos por él, y haciéndole sentir el hombre más afortunado sobre la faz de la Tierra. Sus ojos, brillantes, atravesando su alma y recomponiéndola pieza a pieza.

- Pues... Este verano cuando estuvimos sin hablarnos, empecé a echarte de menos tantísimo que me dolía, no podía parar de pensar en ti y en lo mucho que te necesitaba cerca... y me di cuenta de que... bueno, de que me estaba doliendo tanto la distancia contigo porque... porque estaba enamorado de ti. – Dijo titubeante Taehyung, poco acostumbrado a hablar de sentimientos - Así que, ¿me estás diciendo que podríamos haber pasado el verano de nuestras vidas juntos y en lugar de eso estuvimos pasándolo mal los dos?

- No creo que la relación entre el Taehyung y el Jungkoook de hace unos meses hubiese funcionado, porque no fue hasta que conseguí ser yo mismo, y no solo seguir tu ejemplo, que pude enamorarme de verdad de ti. Porque son mis virtudes y mis defectos los que complementan los tuyos.

- Creo que tienes razón... Yo necesitaba el choque de realidad para aprender a valorar lo que tenía y lo que tengo, para dejar de ser tan impulsivo, y para pararme a pensar en qué quería realmente en la vida.

- Y ahora, voy a hacer una pregunta que puede que sea una obviedad como la tuya de esta mañana, pero necesito escucharlo con mis propios oídos. Kim Taehyung, ¿quieres...?

- Quiero ser tu novio, sí, claro, por favor y gracias – Respondió aceleradamente, levantándose de la mesa y sentándose sobre sus rodillas para besarle.

- ¡Ni siquiera me has dejado terminar! – Exclamó Jungkook riéndose, aún con su labio inferior atrapado entre los de Taehyung.

- No aguantaba ni un segundo más sin decirlo.

Después de aclarar las cosas para poder marcar oficialmente el día en el calendario, ambos estuvieron charlando como era habitual en ellos, pero con la liberación de dejar de callar lo que su corazón quería gritar a los cuatro vientos. Al salir, el camino hasta la estación de tren fue más largo que de costumbre, parándose en cada rincón para darse todos los besos que se debían el uno al otro. Al llegar a su parada, Jungkook agarró la mano de Taehyung, de pronto nervioso.

- Esto... Tae... me preguntaba si... bueno, si... si te gustaría quedarte a dormir en mi casa – Titubeó Jungkook, apretando su mano.

- ¡Ok! – Respondió Taehyung con entusiasmo.

- Es que...Hoseok se ha ido a dormir donde Agus para dejarnos solos.

Aquella frase provocó que se hiciese el silencio entre ellos al calar el mensaje en la mente de Taehyung, haciendo que su corazón se acelerase. Pero en contra de lo que solía hacer cuando hablaban sobre tener intimidad entre ellos unos meses atrás, no hizo ninguna broma al respecto y, visiblemente nervioso, asintió con la cabeza mientras respondía un "me encantaría" con voz ahogada. Aún sin hablar, siguieron caminando algo tensos, pero con una sonrisa en la cara, hasta que Jungkook decidió parar en seco a Taehyung para abrazarle. Lleno de emoción, Jungkook susurró en su oido "estoy deseando llegar a casa para tenerte entre mis brazos, pero esta vez de verdad", provocando que Taehyung se sonrojase arrastrado por la vergüenza. No se le ocurría nada que pudiese hacerle más feliz que precisamente eso, encontrarse envuelto en el amor de Jungkook. Durante el resto del camino, ambos fueron en silencio, pero compartiendo miradas cómplices por el rabillo del ojo, provocando que en sus labios apareciesen risas nerviosas por la anticipación de lo que estaba por venir. Inconscientemente, empezaron a caminar más rápido de lo normal, ansiosos por llegar por fin.

Con la luz del pasillo todavía apagada, Jungkook se quitó sus zapatillas casi arrancándoselas de un tirón, mientras que Taehyung se agachó a desabrochar sus cordones para dejar las suyas bien colocadas en la entrada. Pero apenas se había terminado de poner de pie de nuevo para mirar a Jungkook, que este le rodeó con sus brazos para besarle con una mezcla de pasión y ternura en la que Taehyung no pudo sino embarcarse. Con una risa, saltó sobre Jungkook y enroscó sus piernas alrededor de su cintura, quien le agarró al vuelo para seguir besándole entre risas de complicidad mientras se dirigía a su dormitorio. Sin soltarle, Jungkook encendió la luz con la cadera antes de dejarse caer sobre la cama, aún con él rodeándole con sus piernas, quedándose tumbado sobre él.

- ¿Para qué enciendes la luz? – Preguntó Taehyung entre los besos ansiosos de su amado.

- Quiero disfrutar de ti con mis cinco sentidos – Respondió Jungkook en un susurro, dejando un mordisco en su cuello – Ya no somos dos amigos nerviosos metiéndose mano furtivamente entre la noche, sino novios y amantes, y no quiero perderme absolutamente nada de nuestra primera vez juntos.

La palabra autocontrol perdió el sentido entre ellos, queriendo tener más y más el uno del otro. Pero es que a diferencia de cuando exploraban el cuerpo del otro casi por curiosidad, Jungkook tenía un objetivo muy claro esta vez, que era ver deshacerse a Taehyung entre sus brazos. Quería escuchar su nombre entre jadeos de su boca, quería hacerle disfrutar y tener una noche inolvidable. Por primera vez, lo que le movía era el amor que sentía por él, y no el egoísmo de liberar su excitación adolescente.

- Para, para un momento Jungkook – Susurró Taehyung, separándose de él y sentándose en la cama de pronto.

- ¿Estás bien? – Preguntó el otro en un susurro sentándose a su lado, mirándole con amor infinito.

- Yo... estoy muy nervioso. No sé cómo hacer nada, y tengo miedo de decepcionarte, y...

- Adorable – Susurró Jungkook con una sonrisa de ternura negando con la cabeza, mientras le acariciaba lentamente con cariño.

- ¿El qué?

- Tu parte más vulnerable. Es adorable.

- Idiota.

- ¡Eh, que lo digo en serio! – Dijo Jungkook riéndose, mirándole amorosamente – Taehyung, no tenemos que hacer nada si tú no quieres. Yo solo quiero disfrutar de un momento especial e íntimo contigo, nada más. Podemos llegar lo lejos que queramos. Yo solo quiero estar contigo.

- ¡Pero es que sí que quiero! ¿No se notan las ganas que te tengo? Pero ¿y si lo hago mal? ¿Y si no te gusta?

- Tae... ¿Te das cuenta de que yo estoy tan perdido como tú? Yo tampoco sé nada, yo también tengo miedo a hacer algo mal, o a que no te guste. Lo único que sé es que quiero compartir ese momento contigo. Mi propuesta es simplemente dejarnos llevar, como hemos hecho hasta ahora. Querernos y ver a dónde nos lleva. A lo mejor es un desastre, pero no puede ser tan malo si estamos juntos ¿no?

- Tienes razón – Respondió Taehyung más tranquilo, sintiéndose aún más enamorado del chico que tenía a su lado, si es que eso era posible – Pero... ¿tenemos...todo lo que... podemos necesitar?

- Sí, lo tenemos. Mi hermano sabiendo que íbamos a tener una cita, no solo se ha ido para dejarnos intimidad. También me ha dado la conversación de hermano guay bisexual con experiencia y me ha comprado todo lo que necesitamos. No voy a poder mirarle en un mes a la cara, Tae, pero creo que me ha contado todo lo que necesitaba saber, y quizá un poco más – Dijo Jungkook con una risa nerviosa.

- Ay, madre– Susurró Taehyung, rojo de vergüenza – Espero que vaya a merecerte la pena.

- Lo hará, estoy seguro.

- Y ahora... ¿Por dónde íbamos? – Dijo Taehyung, mirándole a los ojos con dulzura.

Por toda respuesta, Jungkook levantó una ceja ligeramente con una sonrisa traviesa y se acercó a besarle lenta y pasionalmente, colando una de sus manos bajo su camisa, haciéndole estremecer. Taehyung, animado por sentir los dedos de Jungkook rozando la piel de su abdomen, coló también su mano por dentro del polo de él, abrazándole con fuerza para juntar su cuerpo al suyo. Pero pronto eso no fue suficiente para él, así que se atrevió a tirar hacia arriba de la prenda para quitársela del todo. Jungkook, levantó los brazos para ayudarle, no queriendo perder el contacto visual con él, hipnotizado por las pupilas dilatadas de Taehyung. En cuanto la prenda cayó al suelo, acercó sus manos temblorosas a la camisa de su amado, desabrochando los botones sin parar de mirarle, deslizando su camisa por sus hombros y sus brazos, acariciando suavemente todo el recorrido de la prenda con sus manos. Tímidamente, fueron quitándose la ropa entre caricias llenas de amor y delicadeza, como si sus pieles fuesen de papel crepé y cualquier movimiento en falso pudiese romper el momento en pedazos, hasta que no quedó entre ellos nada más que sus corazones ardiendo. Con la última prenda cayendo al suelo, ambos se quedaron quietos un instante, observándose el uno al otro con el deleite de quien está viendo una obra de arte ante sus ojos.

- Qué vergüenza...- Reconoció Taehyung, besando con dulzura la clavícula y el cuello de Jungkook, y ocultando su cara en el hueco de su hombro.

- Este momento es el más precioso que he vivido nunca – Respondió Jungkook, mirándole a los ojos – Poder acariciarte, besarte, respirar tu perfume, mirar tu cuerpo desnudo, escucharte suspirar...No sé qué te puede estar haciendo sentir inseguro, pero para mí eres absolutamente perfecto, Taehyung.

Lo cierto era que Taehyung se sentía conmovido ante el contacto de la piel de Jungkook sobre la suya, sintiendo mariposas en el estómago con cada roce de sus cuerpos. Necesitaba aquella calidez más que el aire para respirar. El tiempo perdió sentido para ellos, sin prisa por llegar al final del camino que tenían por delante, mientras sus miedos se derretían como mantequilla con el calor del momento. Taehyung fue el primero a atreverse a poner su pierna sobre la cadera de Jungkook en un intento de sentir más cerca sus cuerpos, a lo que el otro respondió colando su pierna entre las del otro para quedar entrelazados el uno al otro, con sus manos haciendo una travesía a paso lento por cada rincón inexplorado de sus cuerpos.

Los besos y caricias se sentían tan distintas a las que habían compartido unos meses antes, que no pudieron sino darse cuenta de que no solo no eran las mismas personas que entonces, sino que sus sentimientos y emociones por el otro tampoco lo eran. Sus manos, antes ansiosas, ahora se deslizaban sobre la piel ajena con parsimonia, como si quisieran memorizar cada rincón, cada curva y cada arista para hacer el mapa mental del cuerpo del otro y atesorar ese momento para siempre. Ni siquiera pareció importarles cómo sus incipientes erecciones crecían en el escaso espacio disponible entre ellos, mandando corrientes eléctricas de excitación por su espina dorsal. Porque de pronto, para ellos ya no era su prioridad. Su prioridad era hacer sentir al otro su amor, bebiendo de la boca ajena sus suspiros, notando cómo el vello del cuerpo del otro se erizaba por el suave roce de sus yemas, queriendo quedarse a vivir para siempre en ese momento, entre los brazos amorosos de la persona dueña de su corazón.

- Poder tenerte así es un sueño para mí – Susurró Taehyung, separándose unos instantes para mirarle.

- ¿Te cuento un secreto? Para mí también. Pero ahora quiero tener más de ti, si me lo permites– Susurró Jungkook en su oído, erizando sus pelos de la nuca.

- Esta noche de mi puedes tenerlo todo.

Al oírle, los ojos de Jungkook se llenaron de fogosidad mientras su sonrisa, normalmente llena de dulzura, delataba las intenciones pecaminosas que pasaron por su mente. Con suavidad, pero firmeza, tumbó a Taehyung sobre la cama y empezó a besar su mandíbula, bajando lentamente dejando besos por su cuello, luego sus clavículas, después su pecho... A medida que Taehyung iba sintiendo su aliento bajando más y más sobre su abdomen, entendió lo que estaba a punto de pasar, y su emoción fue en aumento, aún sin poder creerse la situación. Un suspiro se escapó de su boca al sentir la calidez húmeda de la boca de Jungkook al llegar a su destino, que empezó despacio a acariciarle mientras succionaba discretamente con los ojos cerrados, concentrado en la respuesta que obtenía por su parte.

No fue hasta que un suave gemido se escapó entre los labios de Taehyung, que Jungkook se atrevió a mirar hacia arriba y un nudo se formó en su pecho al ver el desastre que era el castaño en ese momento, mordiéndose el labio mientras agarraba las sábanas con los puños apretados, retorciéndose sobre la cama. Y en ese instante, sus ojos ardientes llenos de necesidad se encontraron. En contra de lo que hubiesen esperado, no se apartaron la mirada, mientras una sonrisa perversa se dibujaba en los labios de Jungkook antes de volver a hundir su cabeza entre las piernas del otro, haciéndole sentir que iba a enloquecer.

- Sube otra vez aquí – Pidió Taehyung con voz casi suplicante, a lo que el otro respondió obedeciendo la petición.

- Puedo seguir más tiempo.

- Ya, pero yo no. – Respondió el otro con seriedad, haciendo soltar una risa juguetona a Jungkook – Ahora es mi turno.

- No tienes que hacerlo si no quieres, yo lo he hecho porque he qu...

Antes de poder terminar la frase, sintió cómo Taehyung se metía su miembro en la boca, y de pronto le faltó el aire para seguir hablando, solo pudiendo exclamar un "Madre mía" ahogado, mientras se dejaba caer sobre la almohada, pensando en que ahora iba a ser él quien perdiese la cabeza. Sentía la lengua de Taehyung lamerle con avidez, haciendo que toda la musculatura de la zona se tensase por la excitación, y su respiración se volvió irregular y jadeante sin poder evitarlo. Tras unos pocos minutos, fue él quien tuvo que detener a Taehyung por miedo a que la noche terminase antes de tiempo.

- ¿Quieres...seguir? – Preguntó timidamente Taehyung – Yo sí, pero no hemos hablado de... bueno... de....

- De qué preferimos cada uno.

- Sí, exactamente. A mí me da igual, quiero probar ambas cosas.

- Pues vaya dos estamos hechos, a mí también me da igual, ni siquiera había pensado en ello.

- ¿Y cómo lo decidimos, a "piedra, papel o tijeras"? – Dijo Taehyung, provocando la risa de ambos.

- ¡Pero cómo vamos a decidir algo como esto así! – Dijo Jungkook entre risas, acariciando el torso de Taehyung.

- ¿Se te ocurre una opción mejor?

- Sí: Empiezo yo de pasivo. Si tiene que dolerle a alguien al principio, prefiero que sea a mí. Mi hermano me ha explicado cómo prepararnos para evitarlo, pero por si acaso – Dijo Jungkook con convencimiento.

- No me jodas que Hobi te ha explicado eso también – Preguntó Taehyung rompiendo a carcajadas mientras se tapaba la boca con incredulidad.

- Con todo lujo de detalles. ¿Pero no te digo que no voy a poder mirarle a la cara? No he pasado más vergüenza en mi vida. No te preocupes, yo te lo explico y...

- Tú sabes mejor que hacer, mejor sé hoy el activo, explicármelo iba a ser un corte de rollo. Confío en ti.

- Cómo quieras. Prometo hacerlo lo mejor que pueda para no hacértelo pasar mal. Es lo último que quiero.

Tímidamente, Jungkook sacó del cajón de su mesilla una botella de lubricante y la dejó sobre la mesilla, y volvió a besarle para relajarse ambos un poco. Entre caricias, la temperatura entre ellos volvió a subir, cuando Taehyung se acercó al oído de Jungkook.

- Mi amor, no esperes más – Dijo Taehyung en un jadeo - Estoy listo.

- ¿Estás seguro? No te siento tranquilo, no quiero que te sientas obligado a hacer nada.

- Estoy nervioso porque es un momento importante, no porque dude de que quiero hacerlo.

- Voy a ir muy despacio ¿vale? Si te hago daño dímelo, por favor.

Tímidamente, Jungkook, agarró el lubricante de la mesilla de noche y puso una cantidad generosa en sus dedos temblorosos, tumbándose nuevamente al lado de Taehyung. Con extremo cuidado, empezó a acariciar con timidez su entrada mientras volvía a besarle. La sensación fría inicial fue sustituida por una sensación nueva y extraña a medida que Jungkook introducía con cuidado un dedo en su interior sin dejar de besarle, y por un momento pensó que quizá no iba a ser para tanto la experiencia... hasta que, por accidente, Jungkook acarició algo en su interior que provocó que un gemido saliese inesperadamente de su boca, sobresaltando por un instante a Jungkook.

- Vuelve...vuelve a hacer eso – Pidió Taehyung sin aliento. Jungkook, confuso, volvió a repetirlo, provocando que otro gemido, este más fuerte, se escapase de entre sus labios – Madre mía, esto va a ser la hostia.

Al escuchar eso, Jungkook le miró a los ojos con las cejas levantadas por la sorpresa antes de empezar a reírse y volver a besarle, esta vez más relajado. Arrancándole gemidos cada vez más altos que no hacían sino excitarle aún más al saber que él era el causante, fue poco a poco introduciendo más dedos en su interior, hasta que sintió que estaba listo. Con los ojos llenos de lujuria, Taehyung arrebató el envoltorio del preservativo de las manos de Jungkook para ser él mismo quien se lo pusiese, y al lograrlo, se tumbó dándole la espalda. Jungkook se tumbó detrás de él, y le abrazó con fuerza.

- ¿Estás listo? – Preguntó Jungkook en su oído, pretendiendo adquirir su consentimiento, pero sonando terriblemente seductor a los oídos de su acompañante.

- No he estado más listo para algo en mi vida.

Lentamente, Jungkook apoyó la punta de su miembro en la entrada, deslizándose despacio dentro de Taehyung, quien se retorció unos instantes debido a la intrusión, buscando la manera de adaptarse al diámetro. Pero en cuanto el otro se empezó a mover con lentitud y sintió la estimulación de su zona más sensible, recordó por qué repetiría una y otra vez aquello. Cuando Taehyung se imaginó su primera vez, por su mente aparecían escenas sucias e impúdicas, las típicas que salen en las películas para adultos. No se imaginó que el acto más carnal y pasional pudiese excitarle a la vez que conmoverle. De forma inconsciente, Jungkook y él se agarraron de la mano, como una forma de dedicarse un "te quiero" sin palabras. Al ver el brazo fuertemente tatuado de su amado pegado al suyo y sus manos apretándose con suavidad, sintió ganas de gritar, ya no solo por la excitación, sino de la pura alegría de estar ahí, con él, compartiendo ese momento tan bello. El otro brazo de él rodeaba su delgado cuerpo, con el antebrazo y su otra mano pegados a su pecho, en un abrazo cariñoso, mientras sus labios besaban su cuello y su nuca con suavidad íntima. La clase de beso que solo alguien que te ama con locura te dedicaría en un momento como ese.

El tempo marcado fue haciéndose más rápido entre suspiros, jadeos y gemidos, ahora a dos voces al unirse Jungkook al torbellino de sensaciones, hasta que fue insostenible para ambos, transformándose sus exclamaciones y gruñidos de placer extremo paulatinamente en suspiros para recuperar el aire y risas de felicidad tras liberar toda la tensión acumulada.

- Vamos a tener que darnos una ducha y cambiar las sábanas, lo siento – Dijo Taehyung con voz de ligera culpabilidad.

- No me importa, Dios, no me importa nada – Respondió Jungkook, besuqueando el hombro y la clavícula de Taehyung, borracho de amor – Corre, ve a darte una ducha tú primero mientras yo recojo todo este maravilloso desastre.

- ¿Maravilloso?

- Para mí lo ha sido – Dijo Jungkook, acercándose para darle un suave beso en los labios antes de que se fuese a la ducha.

Al llegar al baño, Taehyung se vio reflejado en el espejo, aún desnudo, y le sonrió al chico al otro lado, despeinado, pero con un brillo especial en los ojos. El brillo de haber vivido algo inolvidable con la persona más especial de su vida, la misma que, hasta hacía 24 horas daba por un amor imposible, pero que resultó estar tan enamorado como él. Mientras se duchaba, un par de recuerdos a modo de flashback aparecieron en su mente, haciéndole soltar una risita nerviosa. Los gemidos de ambos rebotando contra las paredes. El rechinar del somier de la cama. Sus propias exclamaciones de placer...

Cuando volvió a la habitación envuelto en la toalla, la habitación ya estaba totalmente recogida, y una pequeña pila de ropa a los pies de la cama le estaba esperando. Jungkook al verle entrar le dedicó una sonrisa tan luminosa como él, y le dio un leve beso en los labios al pasar por su lado antes de entrar él mismo a ducharse, prometiéndole ser muy rápido. Taehyung estaba poniéndose la camiseta y el pantalón de basket que le había dejado, cuando empezó a oír la voz de Jungkook al otro lado de la puerta. No, más bien lo que se oía era el canto angelical de la persona metida dentro de la ducha, y entonces recordó algo.

Cuando Jungkook y él llevaban pocos meses siendo amigos, recordaba haber oído a Hobi hablando con Nam, y le había dicho como indicativo de lo mal que estaba la salud mental de su hermano que ya ni siquiera cantaba en la ducha. Y saber que ese hábito que tanto le preocupaba había vuelto, y que sonaba así de conmovedor, le provocó un nudo en la garganta, y pronto sus lágrimas empezaron a brotar de sus ojos. A pesar de que al oír cerrarse el grifo de la ducha trató de parar, fue inútil, y cuando su ángel de ojos negros apareció por la puerta, le encontró sollozando silenciosamente, tumbado en la cama mirando al techo.

- ¡Tae! ¿Qué te pasa? ¿Te he hecho mucho daño? – Preguntó Jungkook asustado, a lo que el otro respondió negando con la cabeza mientras sonreía, aun con las lágrimas cayendo por su cara - ¿Pero entonces por qué lloras?

- Porque has vuelto a cantar en la ducha– Respondió Taehyung, abrazándole con fuerza.

- ¿Cómo sabías que había dejado de hacerlo? – Preguntó intrigado Jungkook.

- Cuando empezamos a ser amigos, escuché a tu hermano decirle al mío que solías cantar en la ducha pero que ya no lo hacías porque estabas deprimido. Y es la primera vez que te escucho cantar, y eso significa que...que estás recuperado, o muy cerca de estarlo. Lloro porque estoy feliz.

- Qué vergüenza.

- De eso nada, es el sonido más bonito del mundo. No me extraña que tu hermano estuviese preocupado por no escucharte más. A partir de ahora te voy a pedir que me cantes.

- Solo canto en la ducha, siento informarte.

- Pues yo siento informarte que tendré que ducharme contigo a partir de ahora en ese caso – Respondió Taehyung, poniendo cara de pervertido de broma.

- Entonces lo que se va a escuchar va a ser otra cosa – Respondió Jungkook, dándole un azote juguetón en el culo a Taehyung – Aunque no me malinterpretes, va a sonar como música para mis oídos.

Riéndose a la vez que sintiéndose avergonzados por sus bromas picantes que ocultaban por primera vez sus deseos reales, volvieron a abrazarse tumbados en la cama, acariciándose con cariño. Se quedaron unos minutos en silencio, simplemente disfrutando del momento, hasta que Jungkook rompió nuevamente el silencio con un hilo de voz.

- ¿Sabes qué? Se me hace extraño que después de haber estado metiéndonos mano durante meses hoy haya sido la primera vez que nos veíamos desnudos el uno al otro, me he puesto muy nervioso.

- Yo también... Sé que es absurdo, nos hemos visto sin camiseta varias veces y hasta nos habíamos toqueteado, pero... No es lo mismo.

- No, no lo es – Dictaminó Jungkook.

- Oye y... - Titubeó Taehyung, hundiendo la cabeza en el hombro del otro para evitar el contacto visual - ¿Te ha merecido la pena pasar esa vergüenza con la masterclass de Hobi?

- Ya te lo he dicho antes, para mí ha sido maravilloso, en todos los sentidos. ¿Y tú? ¿Te he hecho mucho daño?

- Lo he disfrutado muchísimo, primero porque ha sido increíble, y segundo porque ha sido contigo. Me ha dolido un poquito en algunos momentos, pero ha merecido tantísimo la pena que lo ha compensado con creces. La mejor primera vez del mundo.

- Para mí también. Me alegro tantísimo de haberla compartido contigo... No podría imaginarme una mejor. Y por cierto...antes me has llamado "mi amor" y casi me estalla el corazón de la emoción.

- ¿Debería dejar de llamarte así?

- Al contrario, quiero que no dejes de hacerlo nunca... mi amor.

Y enredados el uno en el otro, se quedaron dormidos arrullados por el latir de sus corazones acompasados y sus respiraciones, que iban y venían como las olas del mar. 

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