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°☆ Un año después: [Mañana del 24 de diciembre]

El pequeño Jungkook tomó entre sus manos el papel frente a él y nuevamente leyó lo que en este estaba escrito con una mueca de indecisión, y con sus pequeñas piernas zapateando a ritmo acelerado el piso de madera desgastada, debido a los nervios que carcomían a su pequeño ser.

── ¡Jungkook, se te hace tarde, cielo! ──Gritó su madre desde la cocina.

── ¡Ya voy, mami! ──Respondió con voz dulce el pequeño.

De manera apresurada, Kook dobló el papel entre sus manos, tomó la pequeña caja de cartón que estaba rodeada con multiples dibujos navideños que él mismo había hecho con sus marcadores de colores; puso en el interior de está el papel junto a unas fotografías y caramelos, la cerró cuidadosamente y con una vieja agujeta que habia teñido de rojo con pintura, la amarró haciendo un pequeño moño.

Tomó su mochila y guardó cuidadosamente la pequeña caja junto a su ropa, cerciorandose de que esta no sufriera daños. Se puso rapidamente sus viejos y desgastados tennis y su chaqueta afelpada, para luego, con un suspiro nervioso, peinar su cabello y salir de su habitación para ir hasta dónde su madre se encontraba.

── Toma hijo, aquí está el postre para la familia Kim ──Dijo su madre entregandole un refractario de vidrio cubierto con papel aluminio.

Jungkook echó un vistazo por el costado y pudo percibir que su madre había preparado un delicioso Cheescake de fresa. Sonrió inmediatamente al imaginarse la felicidad de Taehyungie al ver aquella delicia que tanto le gustaba.

── Gracias, mami ──Le dio una de sus tiernas sonrisas a su adorada madre.

La mujer sonrió y acarició su mejilla con cariño. ── ¿Llevas todo?

El pequeño simplemente asintió en respuesta.

── Bien... ──Suspiró──. Hijo, ¿Seguro que no hay problema con que te quedes a dormir hoy allí? ── Preguntó su madre avergonzada.

── Mamá, los señores Kim dijeron que podía dormir allí, como todos los fines de semana. Tranquila, me portaré bien ──Prometió dulcemente.

La mujer suspiró y negó.

── No es eso cariño, sé que eres un gran niño ──Le hizo saber con una sonrisa orgullosa que poco a poco se fue desvaneciendo──. Lo que me preocupa eres tú, no quiero que te vayas a sentir mal viendo como Tae y Namjoon sí tienen regalos y tú no... ──Comentó la angustiada mujer con sus ojos llenos de lagrimas.

El pequeño suspiró y acarició la mano de su madre con cariño.

── Mamá, no te preocupes por eso. Ya te lo he dicho, no pasa nada, no necesito nada y no quiero regalo porque con el cariño tuyo y de papá es más que suficiente.

La mujer sonrió debilmente.

── Eres un gran niño, mi cielo ──Murmuró la fémina, orgullosa.

── Bueno, ya me debo ir ──Comentó apurado Kookie con la emoción resplandeciendo en sus dos preciosos y brillantes ojos.

── Estás muy feliz de pasar tu navidad con Taehyung, ¿verdad? ──Sonrió su madre al ver como las mejillas de su pequeño hijo se tornaban de un leve tono rojo y no precisamente por el frio.

Ella conocía muy bien lo que su hijo sentía e intuía lo que iba a hacer. Él nunca había hablado con ella sobre esto, pero bastaba con ver como miraba, hablaba y se comportaba con su mejor amigo, para darse cuenta que un sentimiento fuerte albergaba en su pecho. No se oponía a nada y por el contrario, estaba feliz de que su pequeño por primera vez sintiera algo tan bonito como el cariño, o el amor y estuviese queriendo a alguien que tambien lo hacía, porqué ella en el fondo sabía que el sentimiento era mutuo, pero ninguno se atrevía a decirlo por miedo a lo nuevo que era todo para ambos infantes.

Los padres de Jungkook estaban muy agradecidos con la familia Kim. Desde aquél dia en dónde su hijo había llegado a casa con curitas en sus brazos y piernas, con su pelota con un parche en ella y en compañia de los dos menores; supieron que aquellos ángeles habían llegado a su vida para bien.

Taehyung, cuidaba, apoyaba y trataba con mucho cariño a su pequeño hijo. Le regalaba juguetes, le ayudaba en sus estudios y lo invitaba todos los fines de semana a su casa. Además de siempre protegerlo y cuidarlo de que nada malo le ocurriera al menor, y eso acompañado de las miradas, el cariño y la atención que siempre le brindaba, para su madre era una prueba suficiente de amor.

Si, un amor inocente y a la vez nuevo e inusual, pero al fin y al cabo era amor y eso nadie lo podía negar... y ella tampoco lo juzgaría.

Kookie entre tarareos y pequeños saltitos, salió de su casa con el refractario en sus pequeñas manos cubiertas por unos viejos guantes de lana que su abuela había tejido para él, junto a un gorro de su padre sobre su cabeza para cubrirse del frio.

El viento soplaba fuerte helandole el cuerpo, la nieve caía del cielo sin pausa, además de que caminar sobre esta era incomodo y difícil con ese par de tennis viejos y desgastados, pero esto a el menor parecía no importarle en absoluto, para él nada era más importante que pasar su primera navidad con su adorado Hyung.

── ¿Ya te vas, hijo? ──Preguntó su friolento padre encontrandose con el menor a pocos metros de su casa.

El pequeño asintió con una pequeña sonrisa forzada, ya qué debido al frio, sus dientes comenzaban a rechinar.

── ¿I-Irás caminando? ──Murmuró el hombre con preocupación entre tartamudeos.

El menor negó. ── N-Namjoon-ah debe estar esperándome en la esquina ──Comentó, recordando las palabras de Taehyung y sonriendo levemente.

── Está bien, entonces ve antes de que te resfries ──Lo apuró el hombre, despeinando un poco la larga melena del pequeño por encima de su viejo gorro de lana, antes de abrazarse asimismo y caminar con paso apresurado hasta su casa.

El pequeño obediente, asintió y siguió su camino, pero unos pocos segundos después, el llamado de su padre lo hizo detenerse y girarse en respuesta.

── ¡Ten una linda navidad con tus amigos, y prometo que al regresar, Santa habrá dejado algo para ti! ──Prometió desde lejos hablando por encima de la fuerte ventisca que comenzaba a hacerse presente en la ciudad.

Jungkookie totalmente entusiasmado por las palabras de su padre, sonrió ampliamente en respuesta. No era algo demasiado anhelado para él tener un regalo en navidad, nunca lo era en realidad, pero sin embargo, no podía negar que escuchar que tal vez sí habia una posibilidad de tener uno este año, hizo saltar su pequeño corazón de emoción.

── ¡Ve con cuidado y... suerte con tu amigo! ──Dijo con un suspiro de resignación lo último el hombre, acompañado de una media sonrisa.

Para él era difícil aceptar que su hijo menor tuviera sentimientos por su amigo, un niño, alguien de su mismo género y a tan temprana edad, pero después de escuchar infinidades de veces las suplicas de su esposa para que no lo tomará a mal o hiriera al pequeño con comentarios machistas que no tenían validez o sentido alguno ──Al menos, no para ella──, se resignó al ver que aquello ya no tenía vuelta atrás y los sentimientos de su hijo eran cada vez más notorios y seguramente fuertes e irreversibles.

Se resignó a callar y a aceptarlo, porque para él, eso no era más que un amor pasajero de infancia...

El hombre sin decir nada más, siguió su camino hacía casa dejando al pequeño totalmente confundido y consternado ante sus palabras.

El azabache arrugó su entrecejo totalmente confundido, con sus pequeños ojos fijos en algún punto invisible en la nieve tratando de entender lo que su padre quería decirle, pero como su cuerpo comenzaba a congelarse y sus dientes a rechinar cada vez más fuerte, decidió comenzar a caminar hacia su lugar de encuentro con Namjoon, y con paso apresurado se puso en marcha antes de convertirse en un muñeco de nieve allí afuera.

Caminaba pensativo y nervioso, el miedo por que sus padres supieran sobre sus sentimientos y lo que pensarán sobre ellos era cada vez más presente. Había escuchado miles de veces como las personas mayores decían que dos niños no podían estar juntos o quererse, porqué eso estaba mal y no era correcto, pero por otro lado, habían quienes decían que amor era amor y no importaba por quién lo sintieras con tal de que fuera real; como su madre, su abuela o su maestra de clases.

Suspiró abatido y sacudió su pequeña cabeza tratando de aclarar su mente, ya que no quería pensar en ello, al menos no ahora. Dejaría aquellos pensamientos y esa charla con sus padres para después, cuando su plan se llevará a cabo y que con fortuna, todo saliera bien, ya que hablar sobre esto antes, no tendría sentido aún.

O al menos eso le decía su inteligente cabezita.

Caminó unos cuantos metros más, hasta que a lo lejos pudo visualizar la inconfundible camioneta gigantesca color negro ──que ahora estaba cubierta de nieve──, perteneciente a la familia Kim, dónde arrecostado a esta y acompañado de su chofer, se encontraba un muy abrigado y rechoncho Namjoon ──gracias a los casi 4 abrigos que llevaba puestos──, esperando por él.

── ¡Nam! ──Exclamó entusiasmado el pequeño Jungkook corriendo hacia dónde su amigo se encontraba.

── ¡H-Hola, Ko-ookie! ──Contestó tembloroso pero igual de entusiasmado Namjoon, con una sonrisa sincera──. ¡Santo cielo Jungkook, te vas a congelar tan poco abrigado! ──Lo riñò el mayor.

Jungkook tan solo observó su desgastada y fina chaqueta y se encogió de hombros restandole importancia.

── Subamos al auto y vamonos ya o nos convertiremos en esculturas de hielo ──Comentó burlesco el moreno subiendo al auto y haciendole un gesto para que el menor lo imitará.

Kookie entre pequeñas risitas, siguió su acto y tomó asiento junto al mayor en la parte trasera del auto. El callado y serio chofer de la familia Kim, se apresuró a adentrarse también en el, a encender los parabrisas para retirar la nieve que empañaba los cristales, además del radio donde sonaban algunos villancicos en volumen bajo, y poco después, se pusó en marcha hacía la mansión de los Kim.

Mientras tanto, los pequeños en la parte trasera charlaban alegres mientras se abrochaban sus cinturones de seguridad.

── Tia Han preparó un banquete gigantesco como para todo un batallón. Cuando lo vi casi me trago la lengua, ¡Es demasiado!, y sin embargo Taehyung dice que es muy poca comida ──Le contaba Nam a Jungkook, mientras este escuchaba atento y sonreía divertido por las ocurrencias de su adorado Hyung.

── ¡Yo lo apoyo!, nunca hay suficiente comida y menos en navidad ──Afirmó el pequeñito──. O bueno, al menos eso es lo que he escuchado ──Murmuró lo último con un tono melancólico.

── Pues, hoy sabrás lo que es comer hasta engordar, te lo aseguro.

El pequeño Kookie sonrió felíz en respuesta y dirigió su vista al frente mientras tarareaba los villancicos que sonaban en la radio, y balanceaba sus pequeñas piernas de atras a adelante con entusiasmo y alegría.

── ¿Traes todo? ──Preguntó de repente su amigo, en voz baja.

── Sip, mamá preparó un Cheesecake de fresa ──Le mostró el refractario con orgullo──. Espero no se derrita, aúnque con este clima, lo dudo ──Comentó divertido Jungkook, observando distraído el recipiente entre sus manos

── Oh, a Taehyung le va a hacer felíz ver eso. No importa epoca o clima, si hay fresas, él estará contento ──Afirmó con seguridad Namjoon con una sonrisa burlona, provocando una risita y un asentimiento por parte del menor──. Pero en realidad no me refería a eso ──Comentó por lo bajo, provocando que el pequeño frente a él frunciera el ceño confundido──. Me refería a si trajiste el regalo ──Susurró en modo de secreto.

El menor sorprendido por la pregunta del mayor, suspiró fuertemente y frunció sus pequeños labios en un puchero nervioso. Observó al moreno y luego asintió con sus mejillas tornadas de un leve color carmesi.

── S-Si, lo tengo en mi mochila ──Susurró el azabache con voz timida──. P-Pero... en verdad, ¿crees que sea buena idea, hyung? ──Preguntó angustiado.

── ¡Claro que lo es, es la ocacion perfecta para hacerlo! ──Asintió el mayor──. Si no lo haces hoy, estoy seguro que nunca lo harás ──Lo acusó y el pequeño avergonzado agachó su cabeza mientras sus pequeñas piernas zapateaban el suelo del auto con nerviosismo.

Namjoon sonrió enternecido al verlo nuevamente así de nervioso, pero lo entendía perfectamente asi qué sabía que tendría que tranquilizarlo, apoyarlo y animarlo a hacer las cosas, como siempre habia sido...

El moreno posó una de sus manos en el hombro del pequeño en modo de apoyo y le dio un pequeño apreton de aliento. ── No te preocupes. Confía en mí, todo saldrá bien, ya verás ──Lo alentó el mayor de cabello castaño, con una sonrisa sincera en la que resaltaban sus bonitos y adorables hoyuelos.

── ¿C-Como estás tan seguro? ──Susurró desilusionado Jungkook, con una tierna mueca en su rostro.

── Solo confía en mí y hazlo, yo sé porqué te lo digo Kook ──Comentó con total seguridad el mayor.

El pequeño de melena larga observó a su mayor sin entender el porqué de tanta seguridad y porqué el moreno sonreía cada que hablaba del tema, ¿Acaso para él era divertido?. Bufó al pensarlo. Ya suficiente nervioso y confundido estaba como para que Namjoon se tomará a burla sus sentimientos.

Él era el unico quién sabia, y era debido a que entre ambos había nacido una amistad muy linda y llena de confianza y apoyo mutuo, ambos eran como hermanos.

Jungkook siempre supó que Kim Namjoon era un niño demasiado inteligente, más de lo normal, lo supo desde el primer día en que se conocieron, esa era una de las razones por las que lo admiraba, pero nunca se esperó que lo fuera tanto como para darse cuenta de lo que sentía por su primo.

¿Es que acaso era muy evidente?... ──Se preguntó a si mismo aquel día ──Ya hace un año──, cuando el mayor sin rodeos le habia preguntado si le gustaba Taehyung.

Él siempre lo había negado, incluso se hizo el ofendido en una ocasión para ver si el mayor desistía de esa "Loca idea", pero su fachada se había venido abajo cuando Namjoon lo sorprendió llorando en uno de los baños de su escuela, mientras murmuraba y se preguntaba asimismo ¿Por qué se había tenido que enamorar de su mejor amigo?.

El mayor claramente se sorprendió al escuchar aquello, pero sin embargo, nunca lo juzgó y por el contrario, lo apoyó y animó desde aquel día; diciéndole que no se culpará o se sintiera mal, por que en el corazón no se mandaba y amar no tenía nada de malo, por el contrario, era hermoso.

Jungkook siempre se negaba a aceptar lo que sentia, por que para él estaba mal que le gustará un niño, aún peor, su ahora mejor amigo a quien no queria perder, pero nuevamente aquellas ideas fueron disipadas por su otro mejor amigo: Namjoon, quién lo convenció de que no hiciera caso a lo que los mayores decían, porqué estos no siempre tenían razón, como por ejemplo; cuando decían que estaba mal amar a alguien de tu mismo genero.

"Amor es amor, Kook, y sea niño o niña, si lo amas, está bien" ──había dicho sabiamente Namjoon, y Jungkook habia decidido escucharlo.

Desde entonces el pequeño Kook decidió aceptar que estaba enamorado de Taehyung, pero a pesar de haberlo aceptado para si mismo, decidió que lo mejor era seguir manteniendolo en secreto para los demás, y asi evitar problemas. Namjoon había respetado su decision, pero nunca dejaba de insistirle y animarlo para que le confesará sus sentimientos a Taehyung de una vez por todas, y finalmente, después de muchas negativas, el menor se habia decidido a hacerlo...

Cuando Nam le había sugerido declararse a Taehyung en navidad y por medio de una carta, a Jungkook le había parecido una idea totalmente descabellada, pero después de muchas noches meditandolo y pensando los pros y contras que esto tenía, había decidido hacerlo.

Escribió una carta confesandole su amor, y esto, junto a otros pequeños detalles más, serían el regalo de navidad para Taehyung.

Por esta razón se encontraba tan nervioso desde que había despertado. Hoy era el día y el peor temor del pequeño, era ser rechazado justamente en navidad. No lo soportaría, no soportaría ser rechazado y perder a su mejor amigo una navidad.

No quería ni imaginarlo, y por eso la idea de no hacerlo se le había pasado millones de veces por su cabeza, pero ya estaba decidido y Nam tenía razón: si no era hoy, no seria nunca. Así qué ya no habia vuelta atrás... pero los nervios no lo ayudaban para nada.

Solo esperaba que todo saliera bien, y que si sus sentimientos no eran correspondidos, su deseo más grande era que por lo menos su adorado Taehyung no terminará odiandolo...

°☆ [24 de Diciembre: 8:00 PM]

La noche había llegado, y las horas pasaban sumamente lentas para el pequeño Jungkook, qué aunque se encontraba jugando con sus dos mejores amigos con sus pijamas navideñas a juego ──que Taehyung les había prestado──, comiendo miles de dulces como solían hacer cada fin de semana que se reunían; Hoy los ánimos del pequeño Jeon eran totalmente diferentes. Se encontraba distraído, pensativo y muy torpe en todos los videojuegos que jugaban o cualquier actividad que hacían, cosa que para Taehyung era demasiado raro, ya qué el Golden Maknae─como lo habían apodado ellos── se caracterizaba por ser experto en videojuegos y siempre terminaba en el primer puesto de estos y en general, en todo lo que hacia siempre sobresalía.

── Jungkook, ¿Acaso estás enfermo? ──Inquirió consternado Taehyung tocando la frente del menor para asegurarse que este no tuviera fiebre o algo parecido.

── N-No ──Murmuró el contrario con nerviosismo retirandose rapidamente del tacto del mayor debido a lo que esto causaba en él.

── Entonces, ¿Qué es lo que tienes?, has perdido 4 rondas seguidas y en último lugar ──Comentó totalmente sorprendido el de cabellos rizados──. Eso no es normal en ti y menos en tu juego favorito, ¿Seguro que estás bien? ──Preguntó con aún más preocupación.

── Supongo que hoy no es mi día, eso es todo ──Respondió simplemente, encogiéndose de hombros y dejando el control a un lado.

Taehyung lo miraba totalmente confundido y consternado por su extraño comportamiento.

── Ya déjalo Tae, como dijo Jungkookie: hoy no es su día y a eso súmale que seguro tiene hambre, ¿No es asi Kook? ──Intervinó Nam ──quién anteriormente se encontraba concentrado armando un cohete de juguete mientras los menores jugaban videojuegos──, acercándose al menor y abrazandolo por los hombros.

El pequeño Kook avergonzado asintió, ya que en parte era cierto; los nervios le daban mucha hambre.

── Lo hubieras dicho antes, tonto ──Lo riñó su Hyung mientras le daba un pequeño golpesito en el hombro de forma amistosa──. Iré a preguntarle a mamá como va la cena ──Anunció el mayor de ambos antes de dejar su control a un lado y salir de la habitación con paso apresurado hacia el primer piso de la inmensa mansión.

Jungkook soltó un suspiro abatido y con sus pequeñas manos, ocultó su rostro lleno de vergüenza y angustia.

── Tranquilizate o te va a dar algo de verdad ──Intentó calmarlo Namjoon──. O peor aún, Taehyung va a sospechar que algo pasa, si es que ya no lo hace ──Comentó burlesco.

── Falta poco para la media noche ──La angustia adornaba sus delicadas facciones y sus ojos cristalizados brillaban con miedo──. ¿Y si sale mal y me corre de su casa y no me vuelve a hablar nunca? ──Observó con pánico y preocupación al mayor a su lado.

Nam rió divertido ante la exageración de Jungkook.

── Eso no pasará, Taehyung jamás te haría algo así ──Comentó totalmente seguro──. Tranquilo, solo respira, relájate y todo saldrá bien ──Lo animó──. No pienses en nada y trata de disfrutar del día ──Lo despeinó de forma amistosa y con cariño──. Voy al baño porque ese cohete me tuvo sentado allí por horas ──Bromeó antes de correr hacía el baño del final del pasillo, provocando que Jungkook riera un poco.

El pequeño respiró profundo intentando calmar sus descontrolados sentimientos, secó sus mejillas por las cuales habían comenzado a rodar lágrimas de angustia, y cerrando sus ojos por unos segundos, se dijo asimismo que todo estaría bien y que como Namjoon le habia dicho: debía disfrutar del día, de la navidad junto a sus amigos y no pensar en nada más.

El menor se acercó hasta la cama de Taehyung dónde se encontraba tirada su mochila y de está sacó la pequeña caja que tantas preocupaciones le estaba causando. La observó con miedo e indecisión y luego llevó su mirada hasta la mesita de noche junto a la cama, dónde se hallaba un portarretratos con una foto junto a sus dos amigos.

Fijó su vista en él y Taehyung que salían abrazados mientras Namjoon sonreía alegre junto a ellos, y el corazón del pequeño se aceleró de inmediato como solía pasar cuando se trataba de su hyung. Recordó como se conocieron, ese mismo día ya hace un año, y recordó también todas las cosas que pasaron juntos después de aquél día. Una sonrisa de felicidad se dibujó en su rostro dándole un tanto más de seguridad.

Jungkook sabía cuál importante era él para Taehyung, y no estaba seguro si era de la misma forma como este lo era para él, pero de algo si estaba seguro, pasará lo que pasará; Taehyung nunca lo odiaria o trataría mal, porqué él era diferente a los demás y en su bondadoso corazón no había espacio para los malos sentimientos.

O almenos esa era la imagen que Kook tenía de su mayor.

── Chicos, mamá dice que bajemos a cenar ya ──Anunció el mismo, entrando en la habitación y provocando que Jungkook se sobresaltará en su lugar y escondiera el regalo tras él.

── A-Ah ok, v-vamos ──Comentó el menor tragando saliva nervioso.

── ¿Que estás escondiendo, Kook? ──Preguntó divertido el mayor acercandose a él──. ¿Es alguna broma para Namu?

── ¡No!... no es n-nada ──Negó rápidamente este.

── ¿Entonces, por qué estás tan nervioso? ──Contraataco el de cabellos rizados.

── Es qué... sin querer... r-rompí una parte del cohete de Nam y una de las piezas cayó debajo de la cama y ahora no la encuentro ──Dijo con nerviosismo, rogando en su interior que su excusa sonará creible.

── A ver... ──Frunció su ceño el mayor y se arrodilló para buscar debajo de su cama dicha pieza.

Rápidamente Jungkook aprovechó esos segundos para volver a guardar el regalo en su mochila sin que Taehyung se diera cuenta.

── ¿Era ésta? ──Comentó Tae levantándose y mostrándole una pequeña pieza del cohete, que seguramente Namjoon había dejado caer.

── ¡Oh, si, e-esa era! ──Balbuceó sorprendido el pequeño al ver como aparentemente el destino estaba de su parte──. Gr-Gracias, Hyung ──Dijo tomando la pieza y dejándola en el tapete junto a las otras miles de piezas que Namjoon había dejado regadas junto a su cohete ya medio armado.

── Bueno, será mejor que no le digamos a Namjoon o se va a enfadar ──Comentó Taehyung por lo bajo.

──¿Que no me digan, qué? ──Preguntó de repente Nam entrando a la habitación y escuchando las palabras de su primo, provocando un salto de impresión por parte de ambos menores.

Tae arrepentido por sus palabras, apretó sus ojos y se giró a observar al mayor de los Kim con una mueca en su rostro.

── Q-Que... la cena ya está lista pero que habrá helado de menta con chocolate para el postre ──Dijo rápidamente y con seguridad Tae, sorprendiendo a Jungkook a su lado por lo seguro y nada nervioso que este se veía.

── ¿Acaso la tía Han quiere arruinar mi navidad? ──Reprochó totalmente indignado el moreno, al escuchar como arruinarían su cena con su más odiado sabor de helado.

Los menores rieron divertidos.

── Tranquilo, te daremos de nuestro Cheescake, ¿Verdad, Kook? ──Propusó Tae divertido observando al menor a su lado y abrazandolo por los hombros.

El pequeño se tensó y sintió sus mejillas comenzar a calentarse. Esto pasaba casi siempre que su Hyung y él tenian algún tipo de contacto, pero no pasaba de manera tan exagerada como estaba pasando hoy, probablemente sus nervios también alteraban su sensibilidad y alborotaban a sus primerizas y alocadas hormonas de manera exagerada.

── S-Si ──Contestó de manera tímida el menor.

── Mmm... está bien, gracias, chicos ──Dijo sinceramente el contrario, sintiendo su indignación disminuir poco a poco.

── Bien, pues vamos a cenar qué sino, moriremos de hambre ──Bromeó Tae, arrastrando con él a Jungkook para así dirigirse los tres hacía el primer piso entre risas, dónde se encontraba el inmenso comedor.

°☆ [24 de Diciembre: 9:30 PM]

── ¡Muchas gracias por la cena tia Han, estaba delicioso todo! ──Agradeció el mayor de los Kim limpiando sus labios con su servilleta y observando con agradecimiento a la dulce y bondadosa madre de Taehyung al final de la mesa.

── No hay nada que agradecer, Namu ──Sonrió dulcemente la mujer de cabellos chocolate y sonrisa tan encantadora como la de su hijo──. Lo hago con gusto para que mis adorados niños disfruten al maximo su navidad ──Comentó orgullosa, observando a los tres infantes sentados en la mesa con sus platos ya casi vacios.

── ¿Disfrutaste de la cena, Kook? ──Inquirió esta vez el señor Kim observando con una mínima pero calida sonrisa al pequeño quién comía timida y calladamente.

El pequeño tragó rápidamente su bocado y asintió sin dudarlo varias veces.

── Muchas gracias, en verdad todo estaba delicioso como siempre señora Kim ──Comentó agradecido y un poco sonrojado, observando a la dulce mujer.

── Me alegra que te haya gustado Kookie, y, ¿Que hemos hablado sobre llamarme Señora Kim? ──Lo riñó dulcemente la mujer fingiendo enojo y provocando que el menor agachará la mirada avergonzado──. Llamame Han, cariño, ya te lo he dicho ──Le recordó y el pequeño asintió apenado.

── Le diré a Hyejin que empaque un poco de comida para que les lleves mañana a tus padres ── Anunció la mujer y el pequeño asintió tímidamente──. Que lástima que no pudieron acompañarnos hoy ──Murmuró con tristeza.

── Por cierto, ¿cómo sigue tu madre, Jungkook? ──Quizó saber con interés, el señor Kim.

── Ella está mucho mejor, señor ──Confesó con una imborrable sonrisa de alegría en su rostro y sus ojos totalmente iluminados──. Muchas gracias por todo lo que han hecho por ella. Gracias a ustedes y a los medicos que pagaron, se está mejorando muy rápido... en verdad gracias, por todo lo que han hecho por nosotros ──Se sinsceró el pequeño, levantándose de su asiento y haciendo una reverencia a la família Kim como muestra de su agradecimiento.

── Oh cielo, no tienes porqué hacer eso ──Lo detuvo──. Lo hacemos con mucho gusto. Tu eres el mejor amigo de TaeTae y Namu y te has ganado nuestro cariño por el increible niño que eres, y tu familia es preciosa. ¿Como no ayudarlos y quererlos como parte de la nuestra? ──Habló dulcemente la mujer mientras apretaba la mano del pequeño, como muestra de cariño.

── Además, gracias a ti, Taehyung se ha vuelto más alegre, estudioso y hasta un poco más abierto también ──Confesó esta vez el señor observando a su hijo que casi escupía su último bocado de Cheescake──. Para ser sincero, solo habla de ti y de los miles de planes que tiene día a día contigo ──Musitó divertido el hombre.

Kookie sintiendo su corazón palpitar a ritmo imparable al escuchar aquello; llevó su mirada sorprendida hacia su hyung sintiendo todo su pequeño cuerpo temblar. Taehyung por su parte, se encontraba tosiendo y bebiendo agua para intentar no atorarse con el bocado de comida en su boca mientras sentía sus mejillas tornarse de un color rojo.

── Eso es verdad, hasta dormido habla de ti ──Añadió burlesco Namjoon con una sonrisa divertida en su rostro.

── ¡Gracias por la comida! ──Intervinó inmediatamente el mencionado, soltando nerviosamente los cubiertos sobre la mesa y levantándose para tomar la mano de Jungkook rapidamente──. I-Iremos a lavarnos los dientes y a seguir jugando. Vamos chicos ──Comentó apurado y con su corazón latiendo a ritmo rapido, mientras arrastraba al pequeño de mejillas rosadas con él hacia las escaleras, y Namjoon los seguía entre pequeñas y disimuladas risas.

── Está bien, pero los quiero a las 10 dormidos ──Ordenó entre risas la señora Kim, observando a su esposo con una sonrisa de complicidad en su rostro.

── O-Ok ──Murmuró simplemente su hijo, ya estando por la mitad de la escalera con un Kook muy sorprendido, sonrojado y confundido tras él, y un Nam divertido ante dichas escenas.

°☆ [24 de Diciembre: 10:05 PM]

Después de lavarse los dientes y jugar unos cuantos minutos más, Taehyung había propuesto ver un maratón de peliculas navideñas mientras esperaban la llegada de Santa. Los menores habían aceptado gustosos y emocionados dicha propuesta, asi qué decidieron pedirles permiso a los señores Kim, quiénes un poco dudosos meditaban la propuesta, pero al final aceptaron, ya que en el fondo ambos sabían que los menores no resistirían más de dos peliculas antes de quedarse dormidos.

Y asi fue, los tres pequeños se encontraban sumidos en un profundo sueño en el inmenso y comodo sofá del salón, la TV se encontraba encendida reproduciendo "Mi Pobre Ángelito" aúnque ya nadie la estuviese viendo.

El pequeño Jungkook se encontraba profundamente dormido con su cabeza reposando en el hombro de Tae, quién por su parte, sostenía un bol de palomitas ya medio vacio y un poco inclinado, provocando que las que quedaban se esparcieran por el suelo y el sofá; con su mano derecha rodeaba calida y protectoramente al menor a su lado, mientras su cabeza repozaba en el respaldo del sofá sumido en un profundo y calmado sueño, mientras ambos eran arropados por una suave manta de lana.

Ninguno de los dos estaba consciente de como dormían, ni mucho menos sabían en que momento se habían quedado dormidos ni como habían terminado en esa posición, lo qué si sabían, es que ninguno ──consciente o no── quería separse del otro, porque ambos siempre estaban demasiado comodos y muy a gusto, el uno junto al otro.

Por otro lado, estaba Namjoon, quién decidido a no interrumpir ni acabar con la tierna escena juntó a él, había optado por acostarse en el otro extremo del sofá con su cabeza apoyada en uno de los posabrazos y sus piernas apuntando hacía los dos menores, arropado por su manta y con el control de la TV colgando en una de sus manos.

Las luces se encontraban apagadas y el único resplandor de luz que se veía en la habitación era el reflejo del televisor, el titilante y colorido reflejo de las luces del hermoso árbol de navidad que se encontraba junto a ellos, y la ensegucerdora y brillante luz de la luna que se filtraba por la ventana iluminando únicamente a los dos menores abrazados, como un manto de protección para ambos.

El pequeño Kook se removió un poco incomodo aún estando medio adormilado, se giró en su lugar y acomodó más su cabeza en la comoda almohada humana que tenía. Escondió su cabeza en el hueco del cuello de Taehyung y estiró una de sus manos para abrazar fuertemente la cintura de este y continuar sumido en su hermoso sueño, pero en el instante en que su nariz rozó con el cuello del mayor e inhaló su dulce aroma, su pequeño ceño se frunció lleno de confusión.

Se removió un tanto más y al sentir un delicado brazo rodeando su cintura con protección y a alguien a su lado respirando calmadamente, sus ojos se abrieron de inmediato lleno de sorpresa, topandose así con el rostro calmado de Taehyung frente a él.

Tragó saliva ante esa imagen y se alejó rapidamente unos centimetros del cuerpo del mayor, provocando que este se removiera y lo abrazará aún más, apegandolo de nuevo a él. El corazón de Kook latía desenfrenado, y su pequeño cuerpo temblaba, sus mejillas regordetas y sus delicadas orejas se encontraban de un rojo intenso mientras sus manos sudaban frio.

No entendía todo lo que su cuerpo sentía, ni porqué se encontraba así, pero el solo podía dedicarse a admirar la bella imagen frente a sus ojos. El rostro sereno de su hyung, con sus rizos desordenados y algunos de estos tapando sus ojos. Sus labios entre abiertos, su respiración calmada y tranquila que no se comparaba en nada con los fuertes ronquidos de Namjoon, la luz de la luna haciendo relucir su hermosa piel canela dándole destellos hermosos como si de un ángel se tratase, y lo más importante de todo; su brazo rodeando su cintura protectoramente.

El pequeño llevó una mano a su corazón y apretó entré sus dedos la tela de su pijama, en un intento inútil por calmar sus acelerados latidos. Tragó saliva con firmenza con sus ojos aún fijos en su preciado hyung, que por más que quisiera dejar de mirar, simplemente sus ojos se negaban a perderse de tan inentendible bella imagen.

Estuvo así durante unos minutos, con sus emociones hechas un revuelo en su pequeño cuerpo y su mirada de adoración fija en nada más que Taehyung, hasta que unos pasos y murmullos se escucharon cerca, asi que optó por fingir estar dormido para evitar que alguien lo pillase en esa vergonzosa travesura.

Se apartó un poco del mayor y arrescostó su cabeza en el respaldo del sofá imitando la postura del castaño a su lado. La mano del contrario aún reposaba en su espalda, pero en el momento en qué los pasos se sintieron más cerca, Jungkook no tuvo más opción que cerrar los ojos y fingir dormir tranquilamente.

── Te dije que se quedarían dormidos ──Escuchó decir Kook al señor Kim en un susurro divertido.

── Mirá que lindos se ven ──Respondió enternecida en un murmuro la voz de su esposa esta vez.

── Pon tú los regalos debajo del arbol, mientras yo iré a acostarlos ──Informó el señor Kim.

Jungkook entreabrió levemente uno de sus ojos y observó como el señor Kim se acercaba a Nam y le quitaba el control de sus manos para así apagar el TV y luego proceder a cargar al mayor de los Kim quién dormía profundamente. Mientras su esposo llevaba a Namjoon a su cuarto, Kookie percibió a la madre de Tae dejando la pila de regalos junto al árbol de navidad, para luego acercarse hacía donde él y su heredero se encontraban.

Cerró rapidamente su ojo y respiró despacito para evitar ser descubierto. Sintió movimientos a su lado y luego una caricia llena de cariño en una de sus mejillas acompañada de un suspiro dulce por parte de la mujer que lo hizo sentirse querido.

Sintió un vacio a su lado y la mano del mayor abandonar su cuerpo, provocandole una sensación de frio y soledad. Y dicha acción casi arrancó un puchero de decepción de sus labios.

── Ya estás demasiado pesado, mi pequeño oso ──Escuchó murmurar a la mujer, mientras soltaba un quejido, seguramente cargando a Tae para llevarlo a la habitación.

Cuando sintió los pasos de la mujer alejarse, abrió lentamente sus ojos y se sentó en el sofá con cuidado para asegurse de que nadie estuviese viéndolo. Respiró tranquilo al ver que se encontraba en completa soledad.

Soltó una exhalación para calmar sus emociones y sin planearlo dirigió su vista hacía la pila de inmensas cajas adornados con papeles llamativos y brillantes para envolver regalo, qué por su tamaño, seguramente serían cosas espléndidas y de gran valor que no se comparaban para nada con la diminuta y humilde caja que el había decorado.

Un puchero de tristeza y angustia adornó su rostro, mientras por su cabeza pasaba el pensamiento de que su regalo al lado de todos estos no valdria nada para su mejor amigo.

Fue sacado de sus tristes pensamientos en el momento en que sintió pasos acercarse, asi qué inmediatamente volvió a su postura inicial y cerró de nuevo sus ojos.

Pocos segundos después sintió su pequeño cuerpo ser levantado fuertemente cuál bebé recién nacido. Abrió leve y disimuladamente sus ojos y observó al señor Kim quién lo llevaba sin esfuerzo ni queja alguna entre sus brazos para pocos minutos después dejarlo con delicadeza sobre el suave colchón de la cama de Tae, que seguía sumido en su sueño estando a su lado.

Cuando la puerta de la habitación fue cerrada y no se escuchaba ruido en ella ──A parte de los ronquidos de Nam que dormía en la cama del lado, claro──, el pequeño abrió por completo sus ojos y se sentó en la cama alejándose de Tae antes de que este lo volviera a capturar entre sus delgados pero firmes bracitos.

Lo observó con tristeza y miedo, mientras sentía su fragil corazón doler por la inseguridad que este guardaba.

Tal vez será mejor no darte nada y seguir ocultando esto tan... raro pero fuerte que siento aquí... ── Pensó mientras tocaba su corazón y sentía sus ojos llenarse de lágrimas de desilusión, mientras observaba a quién aceleraba sus latidos y a quién temía perder por el hecho de no ser suficiente, de no estar a su altura...



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