»09. Mantener las apariencias«

Primero de noviembre del dos mil veinte.

El día se encontraba soleado, las calles de Seúl estaban abarrotadas de personas caminando en compañía de sus familiares y amigos, lo cuál no era el caso de Taehyung, uff, sus amigos no pudieron acompañarle debido a su apretada agenda, Namjoon estaba en una junta y Yoongi estaba en su estudio.

¡Ah!, ¡Ejecutivos! — Pensó Taehyung, agradecía internamente ser sólo un cantante más, al final del día, decidir tomar lo que consideraba un riesgo más que una vida había sido su decisión más dura, no cualquiera podría sacrificar su espacio personal y su privacidad para convertirse en aquello.

Ganaba más de lo que necesitaba y podía mantener a su familia y sacarlos de la pobreza. Ya que ese siempre fue su principal objetivo, poder mantener a su familia a flote, la idea de que pasaran un día más de hambre nunca fue de su total agrado, no cuando también fue parte de su vida dicho infierno.

Ese era Kim Taehyung, el hombre que sólo los más cercanos a él conocían, alguien amable y sencillo que disfrutaba la simple compañía de su cachorra y se convertía en un niño a su lado. Alguna que otra vez se cuestionó la idea de comprar a Yeontan, y se arrepentía tanto por ello, lo único que podía hacer la bebé era mover su colita y seguir a su dueño a dónde sea que fuera.

Para el resto del mundo, Kim, no era más que el coqueto y egocéntrico Taehyung, el cantante en solitario de Jazz y Blues que lucía frente a las cámaras como si del agua más fresca se tratase ¿Y por qué no actuar un poco?, esa no era su verdadera personalidad, pero el público no tendría porqué saberlo, era esa su forma de mantener las apariencias, al menos, por ahora.