»121. No me jodas más«

Cinco de la madrugada, dieciséis de mayo del dos mil veintiuno. Nightclub Sellá, Itaewon.

Taehyung jaló su cabello con una mano mientras soltaba un bufido  bajándose de su auto, refunfuñando. Nos teníamos que quedar atascados en el tráfico de mierda de la gente que sale a trabajar temprano, ¡Qué bien! ¡¿Por qué no salen a trabajar dos horas después como la gente normal?! — El muchacho de la sonrisa rectangular parecía estar a punto de estallar en llamas como un personaje ficticio de algún comic,  desde el punto de vista de sus amigos, era más un toro en busca de alguna capa roja, que un chico nervioso y molesto.

Yoongi y Namjoon lo seguían a sus espaldas, lanzándose miradas interrogativas entre ellos, nunca lo habían visto así y prefirieron no opinar al respecto, en cambio, su silencio fue llenado por el retumbar de la discoteca a medida que sus pasos se acercaban a ella; y a unos metros de aquél singular lugar, dos chicas esperaban indicaciones desde una furgoneta negra.

"Alissia, ¿Estás en tu posición?" Habló una chica de cabellos rojos por un intercomunicador. A quince metros de ella, sentada en la cómoda silla del bar de la discoteca Sellá, se encontraba la tal Alissia —enfundada en un vestido negro de cuello alto, corte antes de las rodillas y mangas largas— la muchacha se removió incómoda, cruzándose de brazos como si la pelirroja pudiese verla "Diablos Angie, ¿Podrías dejar de preocuparte? Me estás poniendo de los nervios" Se escuchó una risa baja desde el otro lado del micrófono, Angie alzó una ceja para voltear a ver a su compañera ¿Qué era tan gracioso?.

"Sólo quiero que el plan salga como lo estimado" Respondió Angie a Alissia, tajante. Alissia resopló, saturando de sonido aquella bolita de plástico que le servía para comunicarse en señal de disgusto; desde la furgoneta Angie se quitó sus auriculares tan rápido como sus manos pudieron, posando las mismas encima de sus oídos para tratar de aliviar el dolor.

"Nadie quería participar en esto, tú nos obligaste, así que no me jodas más ¿Sí?" La castaña apagó  su micrófono, volviendo a concentrarse en la bebida frente a ella.