»130. Todas las veces que quieras«

El castaño le correspondió la sonrisa, frunciendo sus labios para el pelinegro, pidiéndole un beso. Taehyung volvió a reír, besando los labios ajenos con parsimonía, su lengua caliente encontrándose con la de Jungkook, quien devolvió el gesto con aún más intensidad, tomando el labio inferior del mayor entre sus dientes y chupándolo, una y otra, y otra vez.

"Hyung..." Llamó Jungkook tímidamente al pelinegro, éste se encontraba muy entretenido besando la pequeña cicatriz en la mejilla del menor, y como pudo, tarareó un 'Mmh' para hacerle saber que lo estaba escuchando. "Ahora-ahora que soy tu novio, yo...¿Puedo tocarte?" Jungkook tartamudeó, pasando saliva, el temor de ser rechazado a punto de abrirse como un capullo de ansiedad creciente en su estómago, ocasionando que se quedara inmóvil, sin querer mirar a Taehyung.

El pelinegro frunció el entrecejo al voltear, encontrándose con un Jungkook de ojos apretados y respiración contenida, sacándole una mueca aprensiva, y así, tomó las manos de Jungkook, colocándolas en sus hombros desnudos y pasándolas a lo largo de su abdomen hasta rozar la curvatura en 'V' de su pelvis, el castaño volvió a respirar, aún sin atreverse a abrir los ojos pero deleitándose con el toque.

"Amor, mírame" La profunda voz del mayor hizo eco en el oído de Jungkook, erizándole la piel cual gallina, pero no abrió los ojos. "No tengas miedo, hace tan sólo minutos ya estabas tocándome, puedes hacerlo todas las veces que quieras si lo deseas. Tócame y siénteme como si fuera tuyo, puedo ser completamente tuyo tan sólo si abres esos lindos ojitos" Finalizó Taehyung con voz dulce, su acento de Daegu haciendo de las suyas, y como pidió, Jungkook agitó sus largas pestañas, sus grandes orbes de oscuro chocolate dejándose ver con viva curiosidad en éstos.

Jungkook se sentó en la cama bajo la atenta mirada de su novio, sus muslos se apoyaron contra el colchón en el momento en que desprendió todos los botones restantes de su camisa blanca de golpe, su piel, un poco bronceada, se veía tersa y lisa como la de un bebé recién nacido, su abdomen bien trabajado casi hizo babear al chico frente a él, los pectorales se alzaban junto a su compas al respirar y Taehyung mordió su labio inferior al posar su mirada desvergonzada allí. Los pezones de color marrón claro brillaban como si pidieran su especial atención, y aquellos tatuajes en el brazo y antebrazo derecho del menor lo llamaban para ser tocados.

¿Cómo nunca me di cuenta de que mi Jungkookie tenía tatuajes?...Oh, siempre lleva mangas largas — Sopesó Taehyung, relamiendo sus labios como cada vez que intentaba controlar sus nervios y con cuidado, se acercó a un Jungkook distraído, quien ya había terminado de deshacerse de su pantalón, dejándolo doblado en el piso junto al resto de su ropa.

El castaño captó a Taehyung acercarse, y dejando al de cabellos negros atónito, en un giro rápido se colocó frente a él, tomándolo por la cintura y estrechándolo contra su torso para acercar su boca y estrellarla contra la del mayor en un beso apasionado y necesitado, el choque de sus lenguas volviéndose un sonido lascivo que opacó el estruendo de la música de la discoteca en la que aún estaban. Las manos del pelinegro hicieron su camino hasta los brazos del menor, palpando con sus dedos el lugar, los músculos de Jungkook se tensaban más a medida que Taehyung expandía su agarre, y con curiosidad, el pelinegro apretó los bíceps del menor entre sus palmas, Jungkook gruñó y gimió haciendo que Taehyung sonriera en medio del beso, había conseguido un punto débil.