»132. En el cielo«

El de orbes grandes sintió que lo abrazaban inmensas llamaradas de fuego en el momento en que Taehyung atrapó su pezón derecho en su boca,  degustándolo como si se tratara de una gomita envuelta en azúcar y apartándose por escasos segundos para soplar ligeramente sobre éste y volver a tomarlo entre sus labios esponjosos. Jungkook se quemaba, estaba ardiendo y se sentía consumido por ese ardor, el calor subía desde su vientre como una corriente eléctrica y se instalaba justo en su pezón izquierdo dónde el mayor lamía ahora con esfuerzo.

"¡Mmmh!" Gimoteó, completamente perdido, su espalda arqueándose contra la seda fina, las manos de Taehyung se habían deslizado hasta los bordes negros de su ajustado bóxer cuando se alejaba de sus pezones, pero sin bajarlos pasó una mano por encima del bulto de mediano tamaño, acariciando con la punta del dedo índice la longitud de su virilidad de arriba hacia abajo, sintiendo la tela humedeciéndose en cuanto su uña chocó con lo que supuso que era el glande del adverso, haciéndolo suspirar cuando repitió la acción un par de veces, y deteniendo al castaño por las costillas para que su espalda no se alzara más, conectó miradas con él, señalando con un asentimiento la entrepierna del menor, éste agitó su cabeza muchas veces, accediendo al permiso mudo que Taehyung le pedía, porque no podía más, de verdad no aguantaba más.

Sus ojos se abrieron de golpe cuando  su duro miembro fue liberado de la presión del elástico, pero su alivio se convirtió en un jadeo en el momento en que Taehyung apretó su glande entre su mano y empezó a subirla y bajarla a un ritmo repetitivo, el líquido pre seminal  saliendo de la punta rosada en pequeñas gotas que se adherían a la mano del pelinegro, quien no perdía detalle de cómo Jungkook gemía bajito y se mordía el labio, deshaciéndose apoyado entre las sábanas.

"¡Ngh! Tae...Tae..¡Ah!" Taehyung acercó su mano libre a los glúteos del castaño, hundiéndola entre la pequeña hendidura y acariciando con su dedo corazón el área, pero la alejó de pronto, ésta vez colocándola frente a los labios delgados del más pequeño, quién abrió su boca dejando al pelinegro explorar su cavidad bucal y chupó lo suficiente para llenar el dedo medio de espesa saliva que serviría como lubricante.

El pelinegro alejó su mano de nuevo, volviendo a posicionarla en su lugar inicial y aún bombeando el pene del contrario con su mano derecha, incrustó su dígito en la entrada del menor y simuló estocadas, dos, tres, cuatro y añadió un segundo y tercer dedo,  Jungkook se sentía en el mismísimo cielo, llegó a morder tanto su inquieto labio por contener sus alaridos que posiblemente tendría una herida más tarde, sus piernas se sacudían en espasmos cada vez que Taehyung le tocaba y lágrimas delgadas se acumularon en las esquinas de sus orbes por la sobre estimulación  pero no le importaba en absoluto, lo único que le importaba era la persona que nublada sus sentidos, Kim Taehyung.