Epílogo

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La mañana empezaba con ciertos nervios; Nayeon tendría que actuar en una obra por el aniversario del colegio, siendo ella el papel principal. La obra la haría junto con Jeongyeon, así que por lo menos eso le tranquilizaba un poco, era su mejor amiga y que ambas tuvieran que actuar frente a todo el colegio juntas, era mejor que hacerlo solas.

Eran las siete con veinte minutos de la mañana, y aunque ya estaba lista para irse al colegio, estaba buscando su colación y una cajita de leche de plátano, sin encontrarla.

Ya estaba en primero medio, a tan solo tres cursos más para irse a la universidad. Tenía sus catorce años, y recién en el segundo semestre de clases cumpliría sus quince. La pubertad le iba pegando por ahora poco a poco, aun le faltaba algunos centímetros para alcanzar a sus madres, pero sabía que en poco lo lograría.

Ya fastidiada por no encontrar su colación, decidió pedir ayuda. — ¡Mamá! ¡¿Dónde está mi colación?! —Gritó.

— Hija, mira arriba tuyo. —Burlona, la adulta apuntó por encima de la cabeza de la adolescente, arriba en el refrigerador donde justo estaban unas galletas junto a una cajita de leche de plátano.

La adolescente miró a donde apuntaba su madre y sonrió apenada. — Ups. —Solo estiró su mano, tomando lo que tanto buscaba. Sana negó por lo distraída que era su hija, pero sin llegar a sorprenderle.

— Mamá, ¿sabes dónde dejé mi mochila? —Preguntó mirando por alrededor de la cocina. De por sí era distraída, y más con los nervios... mala combinación.

Sana solo suspiró y negó con su cabeza cansada, tomando la mochila que estaba en el sillón de la sala de la casa. Caminó hasta la menor, entregándosela. 

— Tienes suerte de que Minari está ocupada con Chaeyoungie, que sino ya te hubiera tirado de las orejas. —Molestó. Nayeon solo sonrió y rascó su nuca avergonzada. Un ladrido se escuchó desde el patio de la casa, dejando ver por medio de la puerta de cristal al perrito de raza Pomerania esperando a que le dejen pasar a la casa, y es que ya había hecho sus necesidades. — ¿Puedes darle de comer a Kookeu? Yo iré a ayudar a Mina. —La menor asintió, encaminándose a la puerta del patio para darle paso a su mascota.

Un año después de relación, fue cuando Sana y Mina decidieron intentar algo más, avanzar más en su noviazgo, comprando una casa para irse a vivir juntas las tres; Mina, Sana, y por supuesto, la niña de la casa.

Mientras tanto, una niña de cuatro años hacía un mohín, abultando sus pequeños labios, caminando somnolienta de la mano de su madre y con su otra mano, sosteniendo un peluche de gatito. Cuando la pequeña vio a su madre rubia, estiró sus bracitos para ser alzada por la adulta. Y como si fuera la reina y hubiera dado una orden, Sana de inmediato tomó enternecida a su hija menor en brazos. Mina al ver la escena solo pudo sonreír.

Hace cuatro años atrás, Sana y Mina, luego de haberse casado después de casi cuatro años de relación y de vivir juntas, decidieron optar por la inseminación artificial, llegando obviamente a un acuerdo de que sería Sana la que se embarazaría.

Luego de nueve meses, Chaeyoung nació.

— ¿Ya están todas listas? —Preguntó la pelinegra. Todas asintieron a su manera; Sana con su cabeza y dándole un beso en la frente a su esposa, Nayeon lavándose las manos para quitarse el olor a comida de perro, gritando desde la cocina con un "¡Sí!", y, por último, Chaeyoung ocultando su rostro en la cobertura del cuello y hombro de su madre, asintiendo con un movimiento de cabeza débil. — Entonces vámonos que sino ustedes llegan tarde a clases, y nosotros tarde a nuestros trabajos. —Tomó su bolso que contenía sus cosas dentro, verificando la hora con el reloj de su celular.

Sana caminó con su hija en brazos hasta salir de la casa, desbloqueando el auto con dificultad ya que uno de sus brazos cargaba todo el peso de la niña, y con el otro debía sacar las llaves de su bolso de cuero y abrir la puerta trasera del vehículo para sentar a la menor.

Por otro lado, Nayeon se sentó en su lado, ya no tenía que utilizar esa silla especialmente para niños. Se puso su cinturón de inmediato, nunca estaba demás llevar la seguridad incluso si viajaban en la misma ciudad en donde vivían.

El viaje al colegio fue tranquilo; Había música de fondo, sobre todo de Bruno Mars, además de que mientras las adultas y la adolescente cantaban, Chaeyoung aprovechaba para mirar el paisaje e intentar no quedarse dormida, algo que realmente le estaba costando.

— Chae, vamos. —Dijo Mina cuando el auto se detuvo. La niña asintió somnolienta, bostezando de paso. Se despidió de su madre que iba al volante con un beso en la mejilla, y de su hermana de la misma forma.

La pelinegra le tomó en brazos, para poder bajarla al piso con cuidado, sacando la mochila de la pequeña de paso para ponérsela finalmente.

Chaeyoung solo pudo bostezar de nuevo, mirando a su alrededor, viendo el jardín. A lo lejos pudo ver como venía su mejor amiga más despierta que ella.

— ¡Somi! —Gritó emocionada Chaeyoung corriendo hasta la menor entre ellas dos. Sonriendo, volteó hacia su madre y alzó su mano despidiéndose. — ¡Adiós, má! —Y ahora sin mirar atrás, se fue a abrazar a la otra niña para caminar juntas hasta el salón.

Mina volteó y caminó hasta subirse al auto nuevamente, relajándose y acomodándose en su lugar.

Cuando llegaron al colegio donde iba Nayeon, decidieron mirarla.

— Recuerda que luego de clases te vas con Jeongyeon, ¿sí? —Recordó Mina. Sana asintió también.

Aunque sabía la respuesta, quiso preguntar. — ¿Ustedes no alcanzan a venir a ver la obra, cierto? —La pareja de esposas se miraron apenadas y negando mirando a su hija.

— Lo siento, hija, pero a las diez tengo clase con mi curso aún. —Sana les daba clases a los niños de cuarto básico, era complicado ir a una obra de los de media cuando justo los de su clase debían ir luego de las presentaciones de los grandes. Justo la obra empezaría a las nueve, y los de media se presentarían a las diez de la mañana. Los de básica irían a las diez cincuenta a ver las otras obras, justo cuando los de primero medio ya se hubieran presentado.

— Y yo estaré en una cirugía a esa hora, dudo poder terminar antes. —Se disculpó apenada Mina, al fin y al cabo, debía seguir estando de alguna forma presente para sus pacientes también.

Nayeon solo sonrió triste, pero intentando animar a sus madres. — Está bien, además, tampoco es una obra tan importante, habrán más en los otros años. Ustedes ayuden a los niños que los necesitan y yo haré el ridículo en frente de todos. —Las adultas sonrieron y asintieron. La adolescente se despidió con un beso en la mejilla de cada una. Aunque Sana daba clases en el mismo colegio donde estaba su hija, iba primero a dejar a Mina al trabajo. — Nos vemos luego. —Por último, se bajó del auto junto con su mochila, caminando tranquila hasta su aula, encontrándose con Jeongyeon, empezando a conversar tranquilas.

Mina suspiró y se acomodó en su asiento. — ¿Se lo habrá creído?

— ¿No la viste? Se veía igual de triste que cuando pensó que no irías a ver su obra en el kínder. —Su esposa hizo un mohín, tampoco le gustaba mentir, pero querían darle una sorpresa a la joven. Sana solo le miró enternecida y rápido besó el mohín de su esposa.

— Ya me estoy arrepintiendo.

— Sí, yo también... —Suspiró, poniendo sus manos al volante. — ¿Quieres ir a una cafetería aquí cercana? Podríamos aprovechar y tener una pequeña cita. —Propuso coqueta intentando cambiar el ambiente.

Mina solo le miró divertida. — Tú no cambias, eh. —Rendida, asintió sin más.

Cuando eran las diez de la mañana, Nayeon ya estaba lista para subir al escenario. Entre bromas con Jeongyeon, pudo animarse y olvidar lo de la mañana. Aunque no pudieran ir sus madres, daría lo mejor de sí.

El escenario ya estaba listo, ambientado en una esquina de la plaza. Ambas protagonistas subieron a este para empezar.

— Hey, Nayeon. —Susurró Jeongyeon viendo al público. Recibió un "Uhm..." como respuesta para seguir hablando. — ¿Es mi idea o la tía Sana y la tía Mina están ahí? —Apuntó a la dirección donde veía a la pareja sonriendo cómplices.

— ¿Qué? —Preguntó sorprendida. Miró a donde apuntaba y efectivamente, ahí estaban sus madres. Sonrió sin dudar, esta vez una sonrisa alegre y sincera.

— Chicas, empiecen. —Ordenó su profesora jefa.

Ambas jóvenes se miraron y empezó Jeongyeon. — ¡Mira quién viene ahí! La riquita del barrio. —Dijo de forma burlona.

Nayeon, actuando obviamente, hizo un gesto incomodo e intentando seguir su camino. — Hola, Alessandra. ¿Cómo estás?

La obra siguió, tampoco era demasiado larga, pero dejaba como muchas una moraleja al final.

Cuando terminó de actuar, fue de inmediato a donde sus madres, abrazándolas emocionada. Las obras seguían, pero eso le daba igual en ese instante.

— Como siempre, sin duda eres una gran actriz, conejita. —Molestó Mina amorosa. La adolescente solo pudo sonreír avergonzada por el apodo.

— Má... —Se quejó en bajo.

— Igual que en kínder, siendo de las mejores. —Halagó Sana. — Hija, anda a por tus cosas.

— ¿Qué? ¿Por qué? —Preguntó confundida Nayeon mirándolas.

— Ya le dijimos a la señorita Han que te íbamos a retirar después de que te presentes, iremos a pasar la mañana en el centro. ¿O acaso no quieres ir por unas papas fritas? —Dijo esta vez Mina. La menor solo pudo sonreír; estaba hambrienta, y esas papas fritas no le irían nada mal.

Las tres en silencio fueron saliendo del salón de actos para poder pasar la tarde juntas, dándose un tiempo solo con su hija mayor, como cuando era una niña.

Luego de tanto, fueron formando su pequeña familia, primero siendo solo las tres, y en el camino se fue uniendo una bebé y un perrito.

Y algo que habían puesto como familia era que no necesitaban un día para celebrar o darse regalos, suficiente era que sus trabajos les quiten tiempo como para que desaprovechen esos días en estar en sus celulares u otras cosas, era mucho más lindo pasarla juntas y disfrutar sin dudar, aunque sea comiendo chatarra en la cama; lo importante era con quienes estaban.

Como un secreto, cada deseo de Nayeon cuando tenía cinco años se fue cumpliendo; Una pareja para su mamá, una hermanita, una casa, un perrito y como último, pero no menos importante: Una familia.


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Hola, muchas gracias a todas esas personas que leyeron, votaron y comentaron esta bonita Adaptación💖

Díganme ¿les gustaría que trajera más adaptaciones sobre el Shipp 2na/Misana? 🐧🐿️

Espero que haya sido de su total agrado, nos leemos en próximas historias :)

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