Una parte de él creía firmemente que su alfa había tenido un inconveniente y por esa razón no podía comunicarse con él, Jungkook se negaba a creer que desaparecer era la forma cobarde de Jimin de hacerle ver que literalmente no sería parte del asunto, y rogaba a la Diosa Luna no estarse equivocando, porque aún si estaba dispuesto a criar y mantener a su cachorro él solo, era consciente de que su lazo con el alfa era tan fuerte que podría llegar a matarlo si éste no aparecía pronto.

Vuelve a mí, por favor, vuelve a mí

Rogó con ahínco, pero no se percibían otras emociones que no fueran las suyas dentro del lazo, no podía saber si Jimin estaba molesto, herido o triste como él. No tenía nada, no había nada que pudiera hacer.

Su debilitado cuerpo perdió la estabilidad haciéndolo tambalearse en la silla y caer, el crujido que produjo su frente al chocar contra el piso lustrado en exceso le hizo saber que se había roto algo, pero el alarido lastimero que salió de él no le permitió saber qué fue, a su vez, estiró su mano para alcanzar algo con lo que sostenerse, sin embargo, sus reflejos no funcionaron muy bien, consiguiendo que un gran jarrón de vidrio cayera sobre su cabeza.

Asco y vergüenza. Eso sentía por sí mismo.

Eres un inútil — el susurro de su consciencia no se hizo esperar, él apretó los labios, admitiendo que hoy tenía razón, tal vez mañana volvería a ser el Jungkook de siempre, pero por hoy, podía permitirse sentirse inservible.

"¡Jungkook!" Reconoció la voz de su mejor amigo entre sus cavilaciones sin sentido. Woojin entraba en la cocina viendo con ojos desorbitados el desastre a su alrededor, y horrorizado cuando divisó al castaño envuelto en un charco de sangre que se apreciaba a través de los vidrios rotos esparcidos en el suelo.

"¿Qué está pasando? ¡Woojin! ¡¿Dónde está mi omega?! Quiero ver-" La voz de un desesperado Jimin se oyó desde la puerta y Jungkook sonrió mientras escupía sangre, él no era real, se lo estaba imaginando — pensó.

Pero el peligris allí presente, en cambio, terminó por tropezar con el rubio que casi se cae de bruces también; Jimin había estado cargando sus maletas desde que entró a su hogar y éstas cayeron de golpe cuando corrió para acercarse al omega.

Era su culpa, no había podido comunicarse en cinco días, había perdido su cargador y hizo cuatro transbordos antes de llegar a Busan, se enfocó tanto en sus propios asuntos que inconscientemente logró desactivar la conexión mental y emocional que mantenía con su omega.

Se arrodilló a un lado del cuerpo de Jungkook y suspiró aliviado al verlo respirar y teniendo cuidado, comenzó a quitar los pedazos de vidrio, acariciando el cabello castaño de su amado en el proceso.

"Perdón, perdón, todo estará bien, estaremos bien" Repetía incansablemente mientras que sus propias lágrimas surcaban su redondeado rostro. 

¿Realmente lo estarían? ¿O sólo se estaba engañando un poco más?.