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»065 🍼«

Nunca creyó que alguna vez llegaría a detestar un lindo gesto de su esposo, ¡De verdad!, Kook jura que cuando Jimin quiere hacer un detalle especial para él, siempre lo aprecia y lo recibe con cariño...pero el día de hoy, ese no es el caso.

Camina de un lado a otro en la pequeña estancia que forma parte del ático y aprieta sus manitos a sus costados incesantemente; a diferencia de los áticos que se solían ver en otras casas, el suyo estaba totalmente modernizado y amueblado, no se usaba para guardar cajas con objetos antiguos ni nada similar, era simplemente otra habitación más de su hogar, al que había bautizado como su nido. En el centro del lugar se hallaba una cama Queen size y a un lado de ésta, un gran cesto de lana, con distintas prendas de ropa que pertenecían a quiénes Jungkook había bautizado como su familia, y aunque no estuviera envuelto en su nido, los aromas de sus seres queridos lo hacían sentir en calma.

Claro está que tuvo que esconder las prendas de Jimin, porque su lobo se sentía ansioso cuando percibía la "cercanía" indirecta proporcionada por el olor a canela de su alfa. Es por ello, que sustituyó las prendas del mayor por el gran suéter rosa de Hoyeon, ese que la alfa le había obsequiado un par de años atrás y que cada cierto tiempo volvía a impregnar con su aroma para entregárselo a su omega favorito.

Jungkook se permite abusar y lleva la prenda a su nariz, aspirando todo lo que puede para calmarse, pero aún así no funciona, por lo que opta por sentarse en el mueble del ventanal, quedándose allí a admirar como el sol empieza a descender y busca esconderse detrás las nubes y el mar espeso de Busan; y es allí, dónde una vez más se cuestiona su suerte.

El día comenzó tan bien y él sólo...creyó que sus esperanzas se mantendrían altas al menos por lo que restaba de la tarde, pero su hermana se encargó de quitarle la venda de los ojos y mostrarle que en realidad no estaba preparado para formar una familia, y mucho menos a una camada.

¿Cómo rayos cuidaría de diez o más cachorros al mismo tiempo? No podían ser tantos, él sería madre por primera vez ¡Y sólo tenía dos extremidades en la parte superior e inferior de su cuerpo! ¡No era un pulpo!, ¡Mucho menos podía multiplicarse por seis!, siquiera la idea de necesitar a otros seis omegas iguales a él sólo para cuidar a sus hijos le causaba pánico.

Se acostó sobre las mantas, mirando el techo cubierto de luces de navidad como decoración, se sentía exasperado, la ansiedad hormigueaba en su cuello, soplando a un lado de su nuca como una constante; y justo cuando las cosas no podían ponerse peor, escuchó una voz conocida llamarlo seis metros abajo.

"¡Koo!, precioso, ¿Estás aquí?" Era Jimin, quien en ese momento, se encontraba en el segundo piso, mirando en todas direcciones, tratando de encontrar a su esposo.

Jungkook comenzó a hiperventilarse con su mano derecha, mientras que la izquierda tapaba su boca en señal de asombro, ¿Qué era lo que iba a decir cuando el peligris lo encontrara?, se imaginó a sí mismo excusándose con un "lo siento alfa, es que tu sorpresa me encantó tanto que necesité un momento para calmarme"; bufó por lo bajo, rodando los ojos, tan sólo pensarlo era patético.

Su oído lobuno se agudizo y percibió otras voces conocidas hablando, en realidad eran gritos y gruñidos...se preocupó, pero las patadas provenientes de su vientre le preocuparon más.

Como pudo, se sentó en la cama y acunó su vientre entre sus manos, su pulso se aceleraba a medida que era más consciente de la cantidad de patadas que percibía, en el costado derecho de su estómago, el izquierdo y el frente.

Dos pies...cuatro...seis...ocho...diez.

Cinco cachorros.

»066 🍼«

El castaño dió un respingo, una sonrisa de la más pura alegría se pintó en sus labios y lágrimas de felicidad se amontonaron en las esquinas de sus ojos oscuros.

Un suspiro de alivio abandonó su ser, sí podía lidiar con cinco cachorros.

Entonces, sin pensárselo dos veces, abrió la pequeña compuerta que ocultaba el ático de la segunda planta de su hogar, y buscó a Jimin con la mirada; quien se hallaba un poco más alejado de él, recostado de una pared mientras mordía las uñas de su mano izquierda y sostenía su teléfono con su mano derecha.

"¡Alfa!" Jungkook le gritó, haciéndolo saltar y llevarse una mano al pecho producto del susto. Al omega se le escapó una sonrisita de suficiencia al ver el efecto que causaba en él, Jimin se acercó trotando hasta donde estaba.

"Mi angelito bonito, ¿Qué sucede? ¿Por qué te fuiste tan de repente?" Preguntó el peligris, visiblemente afectado por la huída de su omega. Sus puños se apretaron a sus costados, denotando su ansiedad.

Aún así, Jungkook no respondió, en lugar de eso, se apartó de la compuerta del ático, desplegando las escaleras en el proceso.

Jimin captó sus intenciones y empezó a subir, maravillándose con lo que sus ojos observaban ya que aunque sabía de la existencia del ático no tenía idea de lo que Kook había hecho con el.

Cuando estuvo completamente en la habitación, notó que el castañito lo esperaba sentado en una cama matrimonial, sobando su vientre y extendiendo su mano hacia él, esperando ser aceptado, con expectativas positivas de su reacción, con temor de no sentirse amado, siendo el miedo de revelar que tiene más de un cachorro en su vientre lo que le impide respirar con serenidad.

Jimin se acerca cauteloso a él, y en vez de tomar su mano se sienta detrás de su omega, rodeándolo con sus brazos y dejando besitos en su cuello como muestra de apoyo. El lazo que los une tiembla ante tantas emociones y sentimientos acumulados que puede explotar en cualquier momento; y Jimin lo siente, todo ese miedo al rechazo llega a él al rozar sus labios en la piel sensible de Jungkook.

El omega coloca las manos del alfa sobre su abultada pancita, quiere que sienta a esos cinco renacuajos que en tan poco tiempo cambiaron el significado de su vida. Entonces, cuando el lazo se llena de confusión y sorpresa, Jungkook decide hablar.

»067 🍼«

"Cuando aún no había nacido, y Wendy noona era una niña, descubrió que antes de conocer a mi padre, mi madre tenía encuentros con Jeon Heechul, según las hadas, él intentó forzarla a tener sus cachorros, pero cuando mamá se negó, Heechul le ordenó a un hada que maldijera a todo omega que fuera de su descendencia y que los esclavizara, obligándolos a dar crías miles de veces...."  Cuando la voz de Jungkook se apaga, Jimin acaricia su pancita, sus palmas se abren tanto como pueden, intentando abarcarlo todo, esa simple acción le da a Jungkook fuerza para continuar, por lo que con un fuerte resoplido, susurra: "Tendremos una camada, alfa".

Jimin, en lugar de salir corriendo como Jungkook pensaba, aprieta los labios y simplemente asiente mientras piensa en cómo su estilo de vida cambiará en tan sólo unos meses, debería prepararse y comprar una mini ban?.

"¿De cuántos estamos hablando bonito?" Pregunta el mayor, sobresaltando al pobre castaño que seguía esperando una mala reacción.

Jungkook inclina su rostro, notablemente avergonzado.

"Cinco" Murmura el número con un atisbo de pena.

Súbitamente, Jimin se ríe, llevando una mano a su cabello para tirar de el hacia atrás. Jungkook frunce el ceño, viendo a su alfa enloquecer.

"Por la Diosa Luna, por un momento creí que dirías diez, ya me estaba preparando para armar nuestro primer equipo de fútbol infantil" Dice el peligris, Jungkook, quien por fin entiende el motivo de su risa, refunfuña por lo bajo.

"¿Y por qué fútbol? ¿No puede ser ballet, danza contemporánea o hockey?" Discute el castañito, Jimin lo observa con cariño, deleitándose con el puchero que se forma en sus labios cuando Jungkook discute.

"Serán lo que ellos quieran mi cielo, tendremos mucho tiempo para verlos crecer" Responde el alfa, abrazándolo de costado y colocando las manos del omega en su cuello para que lo abrace de vuelta.

Jungkook le sonríe, por primera vez, Jimin y él están de acuerdo en algo en el tiempo que lleva embarazado.

"Tienes razón, por ahora...¿Me traes doritos con Coca-cola? ¿Por favorcito? Es que Koo tiene hambre" Pide el castaño, haciendo un puchero aún más pronunciado que el anterior y abriendo sus ojos de más, para intentar convencer a Jimin, su alfa rueda los ojos.

"Eso no es comida Koo"

"Pero quiero" Jungkook se cruza de brazos y lo fulmina con la mirada, haciendo berrinche al igual que un cachorro.

El peligris alza sus manos en señal de rendición, rodando los ojos, logrando que su bebé celebre por saber que obtendrá lo que quiere.

"Iré por eso entonces" Murmura, despeinando el cabello de su omega antes de dirigirse a las escaleras, Jungkook le lanza besitos en señal de agradecimiento y Jimin rueda los ojos una décima vez, sabiendo que vendrán muchas aventuras junto a sus cachorros y una vida entera con la persona que ama. Soy afortunado — Es lo último que piensa con una sonrisa antes de marcharse.

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