Sus vacaciones estaban a punto de finalizar, y con ello la pareja practicamente tenía un doctorado no solo en el "delicioso", si no también en el "silencioso"...

O al menos eso creían hasta ese desayuno entre el abuelo Min y YoonGi.

— Hijo, ¿Descansaron bien anoche?

— Si abuelo, ¿Ustedes?

— Si, si, aunque sentimos unos ruidos anoche...

YoonGi tuvo que hacer un gran esfuerzo para no escupir su desayuno en la cara de su abuelo, rogaba a todos los dioses que no les hubieran escuchado a ellos.

¡JiMin le mataría por calenturiento!

— ¿Q- Qué tipo de ruidos?

— Unos como unos gritos...

El abuelo le miraba inquisidoramente.

— Ajam... quizás como de... no sé. ¿Le habrán estado robando a alguien? Usted sabe que la delincuencia está terrible en todos lados.

YoonGi estaba sudando...

— Así como unos...gemidos. 

YoonGi tragó grueso.

— Meh, igual no me prestes atención, seguro fueron los gatos.

YoonGi sintió como el alma le volvía al cuerpo.

Si claro, los gatos abuelo.

En cierta forma lo eran, porque JiMin y él cogían como putos animales en celo.