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Todo me recordaba a él.

Sabía que el comandante era una maquina solamente pero...

...

Recuerdo cuando llegue aqui y me dieron un pase gratis a las maravillosas aguas del buen comportamiento. Esta bien, soy leal al Rey Porky.

Dejar a tantas personas de el mundo del que vengo nunca me afectó. En mis años de entrenamiento arduo no me afecto en lo absoluto.

Hasta que llego él.

En una de nuestras muchas misiones para recuperar a algun animal modificado fugitivo lo encontramos mal herido, casi muerto, y no dude en cargarlo en mis brazos y llevarselo al loco Doctor Andonuts.

Aquel niño pálido se parecía a alguien que habia dejado atras hace mucho, mi pequeño hijo cuyo nombre no recordaba.

El dolor de verlo manchar mi uniforme de coronel con su sangre impulso el deseo de mantenerlo conmigo.

...

Cuando Andonuts termino con el muchacho todos concordaron que se parecia a todos los monstruos que habia fabricado antes. Pero no para el coronel. A el le parecía humano de pies a cabeza.

Mientras se le era informado a rey P., El Coronel trato bien al cyborg recien llegado, llevandole regalos, leyendole antes de dormir, cocinandole, aconsejandole.

Entonces se decidió que el recien llegado era de gran ultilidad y se le asigno un rango: Capitán.

La dicha no cabia en el traje blanco de aquel padre desesperado cuando se entero de que el niño estaba en su escuadron.

Les asignaron misiones juntos.

"Hijo esto... Hijo aquello..." Le daba indicaciones el Coronel.

No le importaba si no era realmente su hijo, tampoco le importaba todas esas cosas que sus compañeros le decian:

'Es un robot del rey Porky, no te encariñes". Le dijo otro coronel.

Todos sabian que a los juguetes del rey porky siempre les iba mal, pero aun asi el Coronel decidió no prestar atención.

El era un Coronel despues de todo, tenía ese rango porque tenía la fuerza necesaria para entrar en combate con las mas fieras criaturas. ¿No?.

Entonces no conocía monstruo tan fuerte, como el que se le avalanzo un día que decidió acompañar a su hijo para una revisión médica en el laboratorio quimera.

Esta criatura era malvada, tenia la palabra "Muerte" escrita por todas partes.

Su pelaje era un rosa fuerte, mezclado con la sangre de sus compañeros, sus dientes afilados con trozos de huesos de otros animales y sus ojos amarillos que veían atravez de él.

Cuando la Ultimate Chimera se le avalanzo. Lo único que pudo hacer fue correr, dejando a el chico cyborg atrás. De inmediato el chico reacciono y disparo una rafaga PSI a la entonces vulnerable Chimera.

El coronel se sintió avergonzado. No importa cuantas veces se disculpo con el cyborg, el pensamiento de que tal vez no podría protegerlo como se lo había prometido no lo dejaba en paz.

No es que al chico le importará, no estaba programado para que le importase. 

...

Después de que alguien descubriera el poder especial que guardaba el chico, se le asigno un cargo mas alto: "Comandante". A el comandante tambien se le asignó su propio equipo para comandar y extraer unas agujas que tenían loco de emoción al Rey Porcino.

Se le quebranto el corazón, al coronel, al enterarse de que debía dejarlo, pero le lleno de orgullo que el muchacho se haya vuelto tan fuerte. Asi que sin mas le dejo ir alardeando con quien se le cruzará sobre lo fuerte que era su hijo.

A medida que el tiempo avanzaba, el Coronel se daba cuenta de que era mas débil de lo que el creía, sus compañeros lo tachaban de desequilibrado y estaba envejeciendo.

Tal vez debía jubilarse; pensó el coronel. Entonces le asignaron una nueva mision con su "Hijo".

Escoltarlo para que extrajera una aguja en un templo abandonado, fácil y sencillo.

Llegó el esperado día y el coronel se encontró con el comandante en el lugar. Esas lianas que cubrian la entrada del templo eran resistentes.

De pronto llego otro chico, rubio y que también le recordaba a esa persona que dejó atrás hace mucho.

Pero no tanto como el comandante. Así que el se lanzó a la batalla para proteger al niño cyborg.

Pero perdió.

Fracaso por completo.

Cuando esa chica que había llegado con aquel niño rubio se le abalanzó para terminar con el Coronel. El comandante interfirio.

Ahora ellos estaban lastimando a su hijo de manera atroz: mordidas, patadas, puñetazos, rayos, le hacian llorar con bombas de humo; la impotencia lleno al viejo coronel.

Su hijo también perdió.

El comandante... Sus extremidades fallaban y sus articulaciones explotaban. Callo al piso de rodillas y tocio fuertemente mientras su cuerpo de prepuberto temblaba por el dolor.

Como si estuviera pidiendo ayuda, el comandante extendió su mano hacía el coronel. Era la primera muestra de humanidad que mostraba y eso le emocionaba tremendamente al Coronel pero...

Él huyó.

Corrió sin mirar atrás.

No era lo suficientemente fuerte para proteger a un chico que le recordaba tanto al hijo que había abandonado hace tanto tiempo.

Sacudió su cabeza violentamente; Debió haber sabido que era débil.

De todas formas, ¿No había caído así de fácil la primera vez que ingreso al ejército?.

¿No fue el día de la muerte de su hijito el mismo día que lo reclutaron?.

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