Una vez en mi pieza elegí un vestido negro sencillo, y una chaqueta por si es que hay frío.
Me apresuré a bajar, pero no corriendo para no tropezarme esta vez, ya que llevaba tacones.

Una vez abajo los tres hombres dirigieron su mirada hacia mí, me sentí levemente halagada por la mirada que me dirigía Tarek.

Una vez aclaró su garganta camino en mi dirección y bajo la atenta mirada de mi padre y de mi primo fuimos hacia afuera, en donde nos esperaba un auto deportivo negro.

Como un caballero Tarek me abrió la puerta del copiloto, y me ayudó a adentrarme al auto. A continuación se subió el y prendió el auto, y seguido la radio.

-Gracias por llevarme Tarek- dije en un tono bajo. -No hay problema- me respondió. -cuéntame algo de ti- me preguntó mientras empezábamos el camino hacia el club.

-estoy estudiando arte en la universidad, tengo 20 años, no sé que más decirte- digo.
Bueno yo tengo 24 años y como sabes dirijo una empresa-
- wow, eres muy joven para dirigir una empresa de esa magnitud- digo
-Bueno, tenía la idea desde hace tiempo, pero luego de conseguir graduarme adelantado, le pedí algo de dinero a mi padre y así comenzó todo-
La conversación fluyó de esa manera durante todo el trayecto. Haciéndonos preguntas banales desde comida favorita hasta color favorito. A lo cuál el me respondió, pastas y negro respectivamente.

De repente un repiqueteo intenso hace que me sobresalte y a continuación varias gotas de lluvias comienzan a mojar el pavimento. Todo pasa muy rápido, en un momento había una lluvia ligera, en otro llueve intensamente hasta que finalmente  comienza a nevar. Es tanta la nieve que se corta la luz en los locales cercanos.

Creo que tengo un problema.

Me entra una llamada y es mi mejor amiga, le contesto.
-¿Hola?
-Art viste las noticias, creo que vamos a tener que cancelar nuestro plan de hoy. Varias calles se cerraron porque se callaron algunos postes, gracias a la nieve, y creo que hasta se corto la luz.
-Si, tranquila no hay problema, estaba a punto de llamarte para decirte algo similar.-
-Chao Art- dijo.
-Chao Danika-. Le respondí

Corto el celular y miro un segundo a Tarek, el cual me mira de vuelta.

-Tarek, como ya escuchaste creo que no voy a poder ir al club-.

- tranquila no hay problema, pero creo que se está volviendo peligroso manejar con tanta nieve, ¿por qué no te quedas en mi casa hasta mañana?, tengo un cuarto de invitados-

Su invitación me causo cierta emoción, pero me controlé, le sonreí y le dije que le avisaría a mi padre que debería estar como loco por mi.

Saco de nuevo mi teléfono de mi cartera y llamo a mi padre.

Escucho el timbre una vez y mi padre contesta enseguida.

- hola padre, no se si viste pero está nevando a mares, cancele la ida al club por hoy, y no creo que pueda llegar a casa, Tarek me ofreció quedarme con el-

-¿¡pero van a dormir juntos!?
-no, como se te ocurre, voy a dormir en un cuarto de invitados.

-ya, te dejo, pero mañana a la 12 en punto te quiero aquí-

Una vez nos despedimos miro a Tarek que está sonriendo mirando al frente.

-¿de que te ríes?- le preguntó con el ceño fruncido-
-de ti- me responde con una sonrisa que se agranda cada vez más.
-y porque te resultó tan chistosa si me puedes explicar-
-¿sabías que cuando hablas por teléfono haces unas caras muy raras?- siento que mi cara se pone por la vergüenza y trato de disimularla.

El camino transcurrió con unos breves comentarios de parte de Tarek hacia mi. Mientras tanto yo seguía callada en mi asiento, pensando en que caras hacia que le resultaban tan chistosas.

-ahí- dice sobresaltando me.
- ¿ahí que?- no se que estabas pensando ahora pero tus cejas hacían una forma rara,  así- dice, y comienza a hacer una cara chistosa de alguien pensando.

- hey, yo no hago eso.- si lo haces.- responde.

Y así transcurre el final del camino hasta llegar unos edificios que parecían un palacio de la realeza. Y que que yo no podría comprar , ni en mil años a menos que sea demasiado exitosa.

Estaba asombrada, miraba cada detalle posible al entrar en recepción. En donde previamente un chico se había llevado el auto para estacionarlo en el subterráneo.

Al pasar, todos saludaban a Tarek, y lo miraban como si fuera un mismísimo Dios.

Una vez entramos al ascensor Tarek presionó el  botón del último piso, cosa que no debería de sorprenderme, ya que era casi obvio que vivía en el penthouse.

Llegamos al piso que nos correspondía, y entramos al apartamento, todo era hermoso, como sacado de una revista.

Miré todo con detención, hasta que una voz me saco de mi trance.

- esa de ahí es tu habitación, hay un baño en ella, que tiene todo lo necesario para asearse. Puedes sacar la comida que quieras. Y si necesitas algo para dormir ven a mi pieza, y yo te daré algo- le agradecí y me dirigí a la habitación que Tarek me asignó.

Hola lamento no haber actualizado en mucho tiempo pero he estado colapsada, ahora estoy en mis últimas pruebas y voy a empezar a actualizar mas seguido.