Capítulo 10🍁

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


Jimin entró en la habitación de su hermano y se sentó en el borde de la cama, contemplando al contrario recostado sobre su abdomen y con su cabeza girada en dirección contraria a la puerta.

Hizo una mueca de dolor cuando al bajar las mantas, observó los grandes hematomas que cubrían la espalda de Taehyung a pesar de haber cambiado hace horas.

Con cuidado, alzó su mano y tocó con suavidad la piel. Inmediatamente el pequeño alfa gimió en dolor.

—Esto no me gusta TaeTae, ya deberías de estar mejor —exclamó angustiado.

—Minnie, me cayeron dos muebles grandes encima antes de que pudiera cambiar, es obvio que no estaré bien inmediatamente a pesar de que cambie —respondió girando su rostro en su dirección.

—Entonces vuelve a cambiar —exigió acariciando con ternura el cabello de su hermano.

—Pero es peor —se quejó—. Mis púas están sensibles al más mínimo tacto y si las muevo me duele más que la mierda —exclamó.

—Esa boca —regañó Jimin frunciendo su nariz y juntando sus cejas en preocupación—. ¿Y ahora por qué sonríes? —preguntó curioso.

—Lo siento, pero es divertido cuando te pones todo gruñón y mandón, te ves adorable —respondió logrando que por fin el omega se relajara un poco y le sonriera levemente.

—Tú eres igual —le recordó—. Cambia, ¿si? —pidió con tono suave—. Sé que te duele y es peor, ya me lo dijiste pero, ambos sabemos que en tu otra forma tu proceso de sanación será más rápido —le recordó—. Al menos por unas horas, yo llamaré a Namjoon para que me dé algunos consejos para ayudarte, siendo un médico shifter sabrá qué hacer —prometió.

Luego de mirarlo unos segundos, el pelinegro finalmente asintió—. De acuerdo pero quiero mis galletas con chispitas de chocolate —pidió y cambió gimiendo de dolor en el proceso.

Ahora, un pequeño erizo estaba recostado sobre su pancita sin ninguna intención de moverse.

—Intenta dormir un poco así Tae, te prometo que te sentirás mucho mejor cuando despiertes otra vez —consoló absteniéndose de acariciar el pequeño cuerpo de su hermano, sabiendo que solo lo lastimaría más.

Cuando el pequeño castaño estuvo seguro de que su hermano volvía a dormir, Jimin se levantó de la cama y fue hasta su habitación donde agarró su almohada entre sus brazos y la abrazó con fuerza.

Aunque no lo admitiera en voz alta, el omega estaba desconcertado por este cambio que habían tenido los otros miembros de la manada con ellos.

Si, era cierto que no eran las mejores personas del mundo pero nunca lo habían lastimado física o emocionalmente, simplemente actuaban como si ellos no existieran... Lo cual tampoco era algo bueno a destacar si lo pensaba.

Pero ahora el pequeño erizo estaba sinceramente aterrado.

Era muy diferente enfrentarse a un hombre o a veces dos si Min-Jae estaba con su amigo a hacerle frente a todos en el pueblo.

Con suerte podían soportar las palabras y golpes de Min-Jae... ¿Cómo se supone que lo harían con los demás?

Su tienda también, Dios... Había sido destrozada... Uno de sus preciados recuerdos de sus padres.

¿Qué iban a hacer ahora?

Quitándose los lentes, Jimin limpió sus silenciosas lágrimas con el dorso de su mano y deseó, realmente deseó que Yoongi estuviera a su lado consolándolo otra vez, justo como lo había hecho el día anterior mientras lo llevaba a casa.

El alfa había sido tan amable y cuidadoso, respetando su espacio y sosteniéndolo con fuerza cuando lo necesitaba.

Y aunque sólo una vez lo había sostenido entre sus fuertes brazos, eso era todo lo que había necesitado este pequeño erizo para volverse adicto a ellos, a esa sensación de protección y ternura combinada con amor y cuidado.

Si tuviera el número del león, tal vez se habría arriesgado a llamarle para ser sostenido otra vez.

Ver a su hermano mal, su única familia, lo lastimada directo al corazón.

Sorbiendo su nariz, Jimin respiro profundamente e intentó controlar su pequeña crisis.

Saber que ahora tenía una persona en quien poder confiar, apoyarse y ser sostenido le había vuelto débil... Pero al pequeño hombre le gustaba después de tanto tiempo solo.

Tenía a su hermano, es verdad, pero el sentimiento era muy diferente, tenía que admitirlo.

Respirando profundamente, el pequeño erizo se volvió a colocar sus lentes y tomó su teléfono móvil para marcar el número de su amigo.

Hey, pequeño Jimin —saludo alegremente Namjoon apenas contestó—. ¿A qué debo el gusto de esta llamada?

—Hola Namjoon, ¿cómo está Jin y sus cachorros? —preguntó alargando un poco el tema, sabiendo que una vez le dijera a su amigo la situación de su hermano y cómo había llegado a estar así...

Lo más seguro era que ambos se aparecieran en Busan y trataran de llevárselos a la fuerza.

Excelente, Sunny está que en cualquier momento da a luz a nuestros cachorros lo cual nos tiene algo ansioso a los dos —comentó alegre.

—Oh, estoy muy feliz por ustedes —dijo sinceramente, empujando sus circulares lentes más arriba.

Entonces Jiminnie, ¿qué ocurre? —preguntó directamente, sobresaltándolo.

—¿Cómo lo sabes? —murmuró haciendo puño las mantas de su cama.

Porque si fuera solamente para hablar y compartir, hubieras llamado a mi pareja quien hubiera puesto el altavoz —explicó con una pequeña sonrisa—. Que me llames directamente me dice que Jin no te contestó u ocurrió algo, y desde que mi pareja está con su teléfono en mano en todo momento, me resulta difícil que no te contestara.

—A Taehyung ayer se le cayeron dos grandes estantes de libros encima, cambió luego de que estos golpearan su cuerpo y su espalda pero sigue con unos feos moretones grandes y sensibles al tacto —explicó y mordió su labio inferior.

Lo primero, ¿tiene problemas para respirar? —preguntó con seriedad.

—No —respondió y agitó su cabeza también.

Bueno, eso me dice que al menos su cambio ya trabajo lo más importante —aseguró—. Con un golpe así, sus costillas seguramente se vieron comprometidas y estas hasta pudieron perforar un pulmón en el peor de los casos —explicó para horror de Jimin.

—¿Pero él está bien ahora? —pregunto exaltado.

¿Es humano otra vez?

—No, le pedí que volviera a cambiar a pesar del dolor que sentía —respondió rápidamente.

Está bien, eso es bueno —asintió Namjoon—. Si cuando cambia sigue igual, llámame inmediatamente —pidió—. Aquello podría significar que su cambio está trabajando en daños internos de prioridad en los cuales necesitará más ayuda que el cambio —explicó.

—¿Y si está mejor? —pregunto algo dudoso.

De todas formas me estaré dando una vuelta por allá entre hoy y mañana —prometió—. Me aseguraré de despejar mi agenda aquí y de convencer a Jin de que debe de quedarse en caso de que Sunny nos necesite.

—Gracias —pronunció soltando un pequeño suspiro de alivio que ni siquiera sabía, que había retenido.

Para eso están los amigos Jimin, para ayudar al otro —pronunció con suavidad—. Pero si me entero de que esto fue provocado por el estúpido de Min-Jae, será mejor que preparen sus equipajes —advirtió decidido—. Te llamo una vez arregle todo —prometió cortando la llamada.

Suspirando, el pequeño castaño dejó su celular sobre la cama y se levantó yendo a su única distracción, su cocina.

Tenía que preparar las prometidas galletas con chispas de chocolate a su hermano.

Subiendo las mangas de su suéter hasta su codo, Jimin se aseguró de que la temperatura de su casa fuera cálida antes de concentrarse en cocinar.

Esa era su pequeña distracción desde hacía mucho tiempo, y que fuera bueno en ello solo lo hacía más divertido.

Colocando a hornear sus galletas con chispitas de chocolate, el omega se lavó sus manos y estiró su cuerpo.

Ordenando y limpiando la cocina, Jimin pensó inevitablemente en su alfa otra vez. Y su erizo en vez de mostrar su habitual pánico o miedo, se encontró con el mismo anhelo de verlo.

Echando una mirada a su hermano, el pequeño omega frunció el ceño cuando su puerta fue golpeada.

Su corazón de pronto comenzó a bombear rápidamente mientras se acercaba a su entrada, el pánico lentamente invadiendo su cuerpo al pensar que podría ser algún miembro de la manada viniendo a molestarlo hasta que...

Aquel aroma llegó hasta su nariz.

Sin contener su emoción, abrió rápidamente la puerta y una hermosa sonrisa creció entre sus labios mientras se lanzaba al cuerpo de Yoongi de forma sorpresiva, siendo inmediatamente aceptado entre los fuertes brazos que lo alzaron levemente del suelo.

—Dios, realmente quería verte —exclamó de forma honesta que sacó una gran sonrisa al león.

—Yo igual, mi pequeño omega —respondió y no pasó por alto el pequeño escalofrío que recorrió el delgado cuerpo cuando su pareja sintió la presencia de su hermano y amigo—. ¿Podemos entrar? —pidió—. Tenemos que hablar pero el clima aquí afuera es demasiado fresco para ti —recordó.

Jimin sintió su corazón cálido ante las palabras del contrario, feliz de que recordara aquel mínimo detalle que en verdad era mucho para él.

Observando brevemente por el costado del alfa, contempló a los otros dos depredadores rápidamente.

El castaño claro que tenía cierto aire similar al de su pareja la sonrió de forma divertida y curiosa mientras que el otro, mantuvo su expresión seria... Pero más allá de eso, Jimin detectó la preocupación en sus ojos.

¿Por qué? No lo sabía.

—Mmg... Ellos —balbuceo empujando sus lentes mientras volvía a concentrarse en los ojos miel del alfa.

—El castaño es mi hermano menor, Jungkook y el pelinegro es mi amigo, Hoseok —presentó todavía haciendo una pared entre ellos, sabiendo que su pequeño erizo no los querría enfrentar aún.

—Estoy feliz de por fin conocer a la pareja de mi hermano —pronunció Jungkook desde atrás—. En especial cuando este logró cosas increíbles.

Jimin junto sus cejas confundido, sin entender de lo que estaba hablando el otro omega.

Y eso era algo que también le sorprendía, nunca había conocido a otro omega, al menos no uno león.

—Después te explicó —prometió Yoongi y quiso traer nuevamente a sus brazos al pequeño hombre cuando bajó las mangas de su suéter y se abrazó a sí mismo—. ¿Entramos? —le recordó preocupado.

—Mmm... ¿Puedes ser solo tú? —pidió algo tímido—. No es que crea que tus amigos son malas personas pero... Son desconocidos y depredadores... Me pone ansioso y nervioso su presencia y que invadan mi casa —torció sus labios.

—¿Y yo no? —pregunto luchando con su sonrisa.

—No. —respondió directo y luego le observó con pánico—. Bueno sí... Pero de forma diferente... Es que... Tú eres mi pareja —balbuceo y Yoongi finalmente sonrió sin poder evitarlo.

—Eres adorable —se le escapó.

El pequeño erizo junto sus cejas y frunció sus labios.

—Si entendías de qué hablaba no debiste dejarme continuar poniéndome en ridículo —refunfuño y el alfa casi parecía que podía verlo en su otra forma levantando sus púas.

Tentando su suerte, el shifter león lo volvió a atraer a sus brazos.

—Tierno —pronunció contra su oído y Jimin se estremeció nuevamente, y está vez no precisamente por el frío.

Dios... Su voz contra su oído había sido otra cosa, casi una caricia sensual.

—En-entremos pero...

—Solo nosotros dos —prometió soltándolo y tomando su mano. Girando, observó a los otros dos—. Esperen aquí mientras hablo con Jimin —ordenó.

—Pero... —gruñó Hoseok, sobresaltando al pequeño hombre.

—¿Cómo está tu hermano, pequeño? —pregunto Yoongi observando a su pareja.

—¿Uh? Algo mejor —respondió ambiguamente—. Su cuerpo sigue herido así que volvió a cambiar, si cuando vuelva sigue igual, Namjoon vendrá a verlo —comentó sin poder ocultar su preocupación y miedo.

—¿Quién es Namjoon? —preguntaron tanto Yoongi como Hoseok.

Jimin observó a ambos y parpadeo algo sorprendido.

—Mmh... Es uno de nuestros amigos, él es un médico shifter —contestó.

—Bien, entremos —anunció el alfa guiándolo suavemente de vuelta al interior de su calentita casa.

Antes de cerrar la puerta, Yoongi observó a su amigo y luego a su hermano.

Tendría que contarle la verdad a Jimin y explicarle que tal vez, había sido por su culpa que todos parecieran querer atacarlo sin razón alguna.

Solo esperaba que Jimin no lo culpara a pesar de que si era su culpa.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro