Capítulo 29🍁

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En su oficina, sentado en su escritorio, Yoongi trató de concentrarse en el computador frente a él, haciendo un esfuerzo inútil por leer una oración que ya la había leído tres veces ¡tres!

Pero un adorable ruidito molesto se lo impedía, y bien podía ser por la personita que lo emitía.

Torciendo sus labios en una mueca, el alfa finalmente se echó hacia atrás en su silla y contempló a su adorable pareja comer animadamente un trozo de pastel, soltando pequeños ruiditos, muy parecido a dulces gemidos, cada vez que llevaba un bocado a su boca.

Dios, ¿cómo podía ser tan dulce y a la vez tan malvado?

—¿Te estás divirtiendo, pequeño? —preguntó casi pareciendo que hacía un puchero.

Sonriendo, Jimin asintió con su cabeza y pasó su lengua por sus rellenos labios, capturando el chocolate que había quedado en ellos.

—Esto está delicioso, Yoonie.

—Dime, ¿hasta cuándo me estarás torturando de esta forma, bebé? —cuestionó haciéndole ojitos a su pareja.

Como Jimin había prometido, le había castigado quitándole todos las dulces delicias que preparaba, repartiéndole a todos menos a él.

Tres horas había tardado en sanar completamente, hasta que ningún feo color morado o rojizo quedó en su piel. Su pequeño omega ni siquiera le permitió cambiar para sanar más rápido, por lo que llevaba tres días siendo castigado con firmeza.

Y por si fuera poco, si no estaba en la casa para torturarlo, la pequeña cosita iba a su oficina, y se sentaba frente a él comiendo aquellas delicias sin darle siquiera una probadita, soltando dulces gemidos que luchaban con su control.

Joder, su pareja con suerte le dejaba abrazarlo más que cuando dormían y había estado esquivando sus besos después de descubrir que el alfa fácilmente lo podría convencer de hacerle algo más con ellos.

El omega rió alegremente, sacándolo de sus pensamientos.

—Tengo que castigarte Yoonie, así lo pensarás dos veces antes de hacer algo tan peligroso y estúpido sin comentarme al respecto —indicó.

—Te juro que la lección está más que aprendida —suspiro contemplando a su pequeña pareja.

Revisando la hora en su teléfono, Jimin finalmente se levantó con el pequeño plato entre sus manos.

—¿Ya es hora de ir con Jackson? —preguntó Yoongi, observándolo.

Mirando a su alfa, Jimin dejó el pequeño plato sobre el escritorio y lo rodeó. Instintivamente, Min corrió hacia atrás su silla, dándole espacio a su pareja cuando este se sentó en su regazo.

Quitándose sus lentes, el pequeño erizo le rodeó el cuello con sus brazos y escondió su carita entre ellos, aspirando el aroma de su pareja profundamente.

—No vuelvas a hacer algo así, también fue muy difícil para mí mantenerme alejado de ti —refunfuñó contra la piel del alfa.

El león inmediatamente lo rodeó con sus brazos, estrechando el pequeño cuerpo contra el suyo.

—¿Ya no estoy siendo castigado? —preguntó esperanzado.

—Nop —respondió saliendo de su escondite.

Sin aviso alguno, Yoongi juntó sus labios en un dulce beso desesperado, aprovechando el pequeño jadeo de sorpresa en el omega, saboreó el dulce interior bucal con anhelo.

—Hum, chocolate —ronroneo lamiendo los rellenos y suaves labios, necesitando más de su pareja.

—Yoonie —exclamó el pequeño erizo con una dulce sonrisa baja, juntando sus frentes.

—Extrañe a horrores tenerte entre mis brazos —expresó el alfa, besando castamente de forma múltiple los rechonchos labios—. Tus besos y todo tú.

Suspirando alegre, Jimin se volvió a acurrucar entre el cuello de su pareja.

—Yo igual te extrañé horrible a pesar de tenerte tan cerca —murmuró presionando suavemente sus labios en el cuello de su alfa—. No hagas nada tonto otra vez, castigarte es como si me estuviera castigando a mí mismo —refunfuño.

—Nunca más bebé —prometió apoyando su mejilla en la cabeza de su pequeño.

—¿En qué es lo que has estado trabajando ahora? —preguntó recordando como desde que había empezado su castigo, el alfa se había mantenido bastante ocupado con llamadas que no entendía y muchos papeles.

Aunque tenía que admitir que había sido un tanto divertido burlarse de su alfa comiendo frente a él y soltar pequeños gemidos que lograban que Yoongi le observara con lujuria, entonces su león atrapaba su labio inferior entre sus dientes para luego agitar su cabeza e intentaba volver a concentrarse en lo que hacía.

—Es por las personas desaparecidas que fueron vendidas a los cazadores —respondió—. El Concejo averiguó que algunos fueron vendidos como esclavos y están rastreándolos para recuperarlos, quiero saber si algún familiar de ellos permanece aún aquí —explicó.

—Oh, me gustaría poder ayudarte pero con TaeTae eran pocas las veces que salíamos de la casa o de la biblioteca simplemente por salir a pasear —recordó arrugando su pequeña nariz.

—Lo siento —soltó Yoongi sin poder evitarlo, deseando haber encontrado antes a su pareja.

—Está bien —pronunció saliendo de su escondite y encogiéndose de hombros—. No era como si nos importara mucho realmente, ya sabes por qué. Y Jin era el que nos mantenía al tanto de las noticias cuando iba a comprar libros.

—Hablando de esa pareja, Namjoon llamó y dijo que estarían llegando entre hoy o mañana, dependiendo de lo que demorarán en empacar —comentó.

—¿En serio? —preguntó con entusiasmo.

Yoongi asintió y rió alegre cuando su pequeña pareja le besó todo el rostro.

—Gracias por traer a nuestros amigos —exclamó encantado.

—Yo solo les propuse algo, ellos fueron los que tomaron la decisión —indicó recibiendo sin problema el beso de su pareja.

—Gracias de todas formas —insistió con una pequeña sonrisita.

La puerta de la oficina fue tocada, interrumpiendo a Yoongi que estaba a punto de devorar aquella dulce boquita otra vez.

—Pase —anunció y sostuvo con más fuerza a su pequeña pareja cuando intentó levantarse de su regazo—. Aquí estás bien —aseguró en un susurro.

Jimin le observó y luego asintió dudoso, tomando sus lentes se los volvió a colocar mientras un adorable sonrojo brillaba en sus rellenos mofletes.

Dios, su omega era una adorable combinación pervertida, mandona, dulce y tímida.

Porque vaya que si sacaba sus pequeñas garritas cuando algo le molestaba, ya se lo había más que demostrado con su castigo.

—Alfa Min —pronunció la mujer una vez estuvo frente a él.

—Na-eun —reconoció Yoongi, contemplando a la camarera del restaurante frente a la tienda de su pareja.

La mujer observó confundida un momento a Jimin antes de volver su concentración al shifter león.

—¿Qué te trae por aquí? —preguntó Yoongi.

—Escuché que han estado preguntando por la familia de Donwook —pronunció con sus cejas ligeramente juntas—. Él no tiene familia, la perdió antes de mudarse aquí —explicó—. Yo soy su amiga y quien informó que había desaparecido.

—Toma asiento por favor —indicó señalando la silla en la que minutos atrás, Jimin había estado sentado—. ¿Supongo que ya estás al tanto de lo que sucedía en realidad con las personas desaparecidas? —preguntó una vez la mujer obedeció.

—Sí, estuve presente en la reunión que informó aquello —asintió.

—Luego de investigarlo un poco, el Concejo me ha brindado una pequeña lista de personas que fueron vendidas para ser esclavos, tu amigo está en esa lista —reveló.

Jimin contempló en silencio como la mujer perdía el color de su cara antes de alzar sus manos, cubriendo su rostro con ellas cuando lágrimas comenzaron a caer de sus ojos.

Al imaginarse estar en la misma posición que ella, Jimin sintió deseos de abrazarla, pero en cambio solo se acurrucó más cerca de su pareja.

Que tuviera deseos no significaba que lo iba a hacer, no la conocía realmente y tal vez, solo tal vez... Estaba un poco resentido al igual que su hermano con las personas que no habían hecho nada para ayudarles, aunque también comprendían por qué no habían hecho exactamente nada por ayudarles.

Con los Kim presentes y ellos esquivando a la mayoría, era un poco difícil ayudar.

—¿Está vivo? —pregunto luego de unos minutos, aclarando su garganta.

—No sabría responderte eso en este momento, no hasta que el Concejo me dé más información de ello —respondió Yoongi—. Pero es una gran posibilidad.

—Dios... Eso... Esto es... —balbuceó con sorpresa, como si aún no lo pudiera creer.

—Prometo darte inmediatamente la información cuando obtenga más —pronunció con suavidad el alfa, observando a la omega mientras estrechaba más fuerte el pequeño cuerpo de su pareja entre sus brazos.

—Muchas gracias por esto, yo... —respiró profundamente.

—No es nada, el Concejo está principalmente haciendo todo esto posible —Yoongi dijo quitándole importancia a su participación, logrando que Jimin soltara un pequeño resoplido adorable a los oídos del alfa.

Si su pareja no hubiera ayudado a capturar a los dos Kim, estos seguirían escondiéndose y aún no tendrían aquella valiosa información.

El shifter león le observó divertido antes de besar su frente con ternura.

—No te enojes otra vez, pequeño —pidió en un susurro.

—Solo recuerda tu promesa —respondió en tono bajo.

Na-eun se levantó atrayendo la atención de la pareja.

—Gracias por esto, alfa... —suspiró y sonrió algo tímida antes de contemplar a Jimin—. Lamento no haber hecho nada al igual que los demás e ignorar tu situación junto a la de tu hermano —expresó.

—Está bien, nadie podía realmente enfrentar a los tres Kim sin esperar consecuencia —aceptó Jimin sin mirarla, solo un poco incómodo de haberse vuelto el centro de atención.

—Excepto yo —anunció Yoongi.

Observando a su alfa, el pequeño erizo asintió con una suave sonrisa.

—Excepto tú, mi alfa, mi héroe —pronunció ahogado por el amor que transmitían los ojos mieles de su alfa.

Bajándose del auto, Jimin esperó a que su alfa estuviera a su lado antes de internarse en la biblioteca donde el otro hombre ya les esperaba.

El pequeño omega se escondió detrás de la espalda de su pareja cuando se volvió el centro de atención de cierto alfa sonriente tras cruzar la puerta.

—Yah, Jackson, recuerda que mi pareja es tímida —pronunció Yoongi, intentando mover su pareja hacia su lado otra vez.

—Lo siento, pero es tan pequeño y bonito que no puedo evitarlo —se excusó con una sonrisa—. Ya quiero que mi pareja lo conozca, lo va a amar.

—Yoonie —pronunció Jimin con un puchero cuando su alfa logró finalmente dejarlo a su costado, rodeando con su brazo sus hombros para retenerlo en ese lugar.

—Es solo Jackson, pequeño, se ve feo y aterrador pero es una masita, en especial cuando está con su pareja e hijos que se vuelve todo un bebé —prometió besando el puchero de su omega.

—Oye —exclamó ofendido el oso—. Aunque eso sea verdad, no hay necesidad de divulgarlo, tengo una imagen que mantener en especial con mis trabajadores —indicó sacándole una pequeña risita a Jimin ante su dramático tono.

Observando a su amigo, Yoongi le movió casi imperceptiblemente su cabeza en forma de agradecimiento.

—Muy bien pequeño, mientras llega Taehyung y Hoseok, démosle un pequeño recorrido de la tienda a Jackson para que se haga una idea —anunció el alfa, comenzando a caminar con su omega apegado a su costado.

A medida que Jimin y su pareja le mostraban cada rincón del lugar al shifter oso, el pequeño omega se encontró cada vez más relajado, hasta el punto en que compartió algunas palabras con Jackson, expresándole su opinión.

Con una sonrisa tímida, Jimin abrazó por la cintura a su pareja una vez terminaron de mostrarle el lugar justo a tiempo en que Taehyung entraba en la tienda acompañado de Jungkook.

—Pensé que ibas a venir con Hoseok —comentó el pequeño omega contemplando curioso a su hermano.

—Ese era el plan, pero estaba ocupado cuando pasamos —pronunció de forma distraída, apoyando sus manos en sus rojas mejillas, como si intentara con ese gesto bajar el calor que sentía en su rostro.

—Finalmente le dijo que quiere dormir con él en la misma habitación —explicó Jungkook con una sonrisa divertida—. Hubieran visto la reacción de Hoseok al escuchar aquello —rió.

—Ya, detente —ordenó el pequeño alfita, golpeando suavemente el brazo del menor y causando risa en los demás.

—Hubiera pagado por ver la cara de Hoseok —sonrió Jackson.

—Yo igual —apoyó Yoongi.

—Minnie —pronunció con un puchero Taehyung, buscando su apoyo y ayuda.

Mordiendo su relleno labio inferior, Jimin se encogió de hombros suavemente.

—Es que... Es divertido cómo cambia cuando estás alrededor —se excusó.

—Totalmente, de un chico malo con cara estúpidamente seria a toda una masita sonriente y complaciente —comentó Jungkook riendo a carcajada suelta.

—Yah, cómo si tú no fueras igual cuando tu Gyeomie está cerca —bufó Taehyung defendiendo a su pareja.

Aunque admitía, que le encantaba el cambio de su pareja cuando estaba a su lado.

—Oye —se quejó el omega, frunciendo el ceño y causando risa en los demás—. Tengo una imagen salvaje que mantener.

—Muy bien, solo digamos que todos somos unas masitas sonrientes con nuestras parejas cerca —propuso Jackson calmando su risa.

Todos asintieron de acuerdo con ello.

—¿Y de todas formas por qué querías que viniera, Jiminnie? —preguntó el pequeño alfa.

—Esta también es tu tienda Tae, quiero tu opinión al respecto y saber si tienes alguna idea —respondió el pequeño hombre, empujando sus lentes circulares más arriba.

—Oh —pronunció observando a su alrededor—. No hay mucho que decir realmente, me encantó lo que me describiste ayer —respondió sincero.

—¿Cuál es tu idea? —preguntó curioso Jackson.

—Es lo que había comentado antes —pronunció observando a su alrededor, casi como si lo pudiera ver todo—. Tener la cocina aquí abajo con una pequeña sección ahí en la esquina para sentarse a tomar café, comer un pequeño dulce o leer mientras que arriba está la biblioteca, para que los que quieran leer más tranquilamente —explicó.

—A mí me gusta —expresó Taehyung—. Una buena taza de ese exquisito néctar y un cómodo lugar para leer es como el paraíso.

—Y si acomodamos bien los libros, no hay necesidad de tenerlos todos arriba, podemos guardarlos ordenadamente abajo y venir a buscarlos cuando se pidan —pensó con emoción Jimin.

—Así arriba quedaría más espacio para transformarlo en un pequeño refugio para leer tranquilamente —sonrió Taehyung.

—Ya estoy viendo lo que describen —comentó Yoongi para la emoción de los pequeños shifter.

—Yo igual —asintió Jackson—. Y no creo que haya mucho que destruir, todo dependerá de tus planos —pronunció observando al alfa león.

Jimin inclinó su cabeza hacia atrás y contempló a su pareja.

—No te preocupes, ya capture la idea —prometió presionando sus labios en la sien de su pequeña pareja.

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