Tres

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SAN

Puedo recordar el momento exacto en que la vi, venía leyendo un libro de cocina un poco mas grande de su cabeza, sus rizos sobresalían por los bordes, sus labios carnosos se movían conforme leía. Tropezó y su libro cayó, se agacho para levantar lo dejándome ver su escote.

Fue hipnótico, de ahí vi todo en cámara lenta, su cuerpo pequeño pero con curvas, caderas anchas, muslos carnosos, lucia como una diosa con un simple par de jeans y un suéter negro.

Buenos días.

Fue todo, fue lo que culminó en que mis más bajos instintos se accionara hacia ella, es un bombom dulce que me puso duro en un segundo.

Pero debía ser cauteloso, su rostro de niña me pidió detenerme, no sabía si quiera si era legal, estaba dispuesto a cometer un pecado por ella. Fue bueno saber que esa pequeña creatura ya tenía veintiún años, aún así su inocencia me detenía.

Después mi gato llegaba oliendo a un aroma bastante peculiar, algo delicioso, mi sorpresa saber que era su perfume, cuando me la llegué a topar en mi ascensor.

Busque la manera en como acercarme pero en todos los escenarios posibles terminaría consumiéndola, no se que tan dispuesta esté a ello.

Descubrí entonces que la pongo nerviosa, balbucea y juega con sus manos, cuando me ve directamente sus pupilas se dilatan y se sonroja demasiado.

Mi lindo corderito ha sido declarado mío al fin.

Mi sorpresa verla en apretado vestido rosa, marcando su cuerpo, mi autocontrol se terminó, Dan se le acerco para bailarle, pero no se lo permite, nadie le bailaría, nadie tocaría su cuerpo, nadie más que yo.

Se quedo temblando en su asiento y aun no termino con ella.

Grace.

Sentía la boca seca, la piña colada no me apagaba la sed, Alice llevaba dos mojitos y varios shot de tequila, ya estaba algo ebria.

-Alice, ya es hora de irnos.

-Si solo tenemos como una hora aquí.

-Y ya estas muy ebria.

-¡NO LO SUFICIENTE!

Una mesera se acerco, creí que nos iban a sacar por el escándalo de Alice, pero se acerco a nosotras sonriendo ampliamente.

-¿Señorita Grace? -asentí -su privado esta listo, si me acompaña.

-Pero yo no pedí ningún privado, creo que se equivoco.

Mira su carpeta y lee, después vuelve a sonreír.

-No es ningún error, venga conmigo.

-Alice.

-Ve lindura, yo estaré bien.

Pero creo que yo no...

La habitación era amplia, un sofá cómodo, un pequeño escenario con una silla al frente, mire a mi alrededor, olia a colonia varonil con un poco de velas aromáticas.

-Y mi lindo corderito llego al fin.

Me gire y lo vi, camino hacia mi y yo retrocedí hasta que quede sentada en el sillón. Él me puso los brazos a los lados y su frente contra la mía.

-Primero que nada ¿Qué es lo que traes puesto? -Agache la mirada, mi madrastra dijo que me miraba mal, entonces... -¿Tienes idea de lo hermosa y sexy que te ves? Tuve que contenerme para no golpear a mis compañeros por tan solo mirarte.

-¿Por qué harías eso?

-¿No es obvio?- mordió mi labio y yo temble, ansiando más contacto -estoy loco por ti.

-¿Te gustó?

-Desde el primer día que te vi, ahora debo hacer algo antes de perder la razón.

Sus labios presionaron los míos, las pocas veces que llegué besar a alguien, fue de lo más simple, un sencillo roce de labios, algo sutil, pero San movió su boca de tal manera que mi torpeza quería seguirle el ritmo, su lengua entró en mi boca y mis manos se fueron a su nuca para que no se separara de mi. Entonces sonrió deteniéndose.

-Eres tan inocente que me harás convertirme en el villano aquí.

Bajo por mi barbilla, dejando mordidas, sus manos acariciaban mis muslos y yo sentía que mi entrepierna era un río, entonces se hincó entre mis piernas y escuche la tela de mi vestido desgarrarse.

-¿Qué...qué haces?

-Este lindo vestido se tiene que ir, no necesito que otros miren lo que declare como mío -mordió la parte interna de mi muslo -hay un aroma delicioso por aquí.

-Espera -se acerco más a mi centro y yo sentía que el corazón se me iba a salir del pecho- no...no... -lamio encima de mi panty -dios mio.

-No amor, no debes llamar a dios, debes de gemir mi nombre.

Separo mis muslos más, colocando mis piernas en sus anchos hombros, los músculos de sus brazos se marcaban desde este ángulo, y era una locura lo mucho que me excitaba esa visión. Metió sus manos para romper también mi ropa interior con una facilidad impresionante, pero no me dio tiempo de protestar, ya que su lengua lamio desde abajo hasta llegar a mi clítoris.

-Mmmmh, sabes mil veces mejor de lo que imagine.

Me sujete del respaldo del sofá, cuando su lengua siguió latiendo, presionaba y hacia un círculo en mi duro botón, chupaba mis labios vaginales entre sus movimientos, y yo solo podía gemir, apretando mis labios.

-Nadie te escuchara aquí corderito, solo yo -me observo y su mirada me atrapó, chupo sus dedos mojandolos de saliva antes de ponerlos cerca de mi entrepierna -¿Qué hemos aprendido hasta este momento? -hundió los dedos y no pude evitar soltar un grito ahogado -si, eso es lo que buscaba, ahora ¿Cómo es que me llamo?

Movió sus dedos y chupo mi clitoris a la par, activando nervios que nunca había sentido, ni cuando yo me llegue a masturbar.

-¡SAN!

-Que buena niña.

Doblo los dedos un poco hacia arriba, volviendo a moverlos, sin dejar de usar su lengua en el exterior, la tela del sostén me hacia doler los pezones de lo duros y sensibles que estaban, mis ojos se fueron a blanco en un par de movimientos más, un orgasmo exploto en mi sistema tan fuerte y feroz que sentí que me iba a desmayar. Solo me había masturbado haciéndome pensar, el cómo follara.

-Feliz cumpleaños corderito.

Se levantó y mire sus dedos brillando por mi orgasmo, los lamio al igual que lo hizo con la trufa.

-Nunca has estado con nadie ¿no es así?

-¿Cómo...

-Tu estrechez- me beso de nuevo -y ligero sabor metálico, ahora.

Tomo la tela desgarrada, para jalarla y terminar de arruinar mi vestido, me dejó solo con el sostén puesto, pero no hizo nada, trajo una sudadera enorme y me la colocó. Al igual que unos pants que me quedaban grandes, tomando en cintillo de estos y atandolos.

-Un uber las espera afuera, tu amiga la acompañará uno de los guardias, esta algo ebria.

-¿Ya me voy?

Mi tono de decepción no se pudo ocultar, el me alzo en brazos haciéndome abrazar mis piernas a su cintura, me puso contra la pared y sentí lo duro que estaba.

-No es que no desee follarte en este momento, pero no tomare tu virginidad en este lugar, algo como eso debe de ser disfrutado y aquí no me dejaran.

-Eres muy directo.

-Y muy posesivo, así que piensa bien antes de usar ese tipo de vestidos, terminaran rotos y tu siendo castigada -me lamio los labios -ya eres mía y eso lo debes de tener en claro.





Solo fue una probada para todas!!! Si se portan bien puede que hoy mismo suba otro....

Sean buenas niñas como San dice

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