1. New Moon

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Madisson estaba de pie y brazos cruzados con el ceño fruncido en la zona de recogida de equipaje, aquella sala era enorme y estaba llena de gente, los cuales iban y venían, hablando de manera ruidosa entre ellos o con el teléfono como si fueran los únicos en la sala pero cuidado, porque si un niño o un adolescente hacia lo mismo que ellos o corrían jugando por el lugar, entonces los miraban mal o les decían que se comportaran. La rubia estaba visiblemente molesta y muy inquieta, dando golpecitos con el pie en el suelo de manera inquieta mientras esperaba a que salieran las maletas de su vuelo y así poder marcharse de aquel lugar de una por todas. En algún momento se cansó de esperar de pie, y más cuando dijeron que la salida de las maletas se iba a retrasar, ya que habían perdido una de las maletas del vuelo, así que al final acabó optando por sentarse en el suelo cerca de la cinta transportadora. Aquel acto hizo que muchos de la sala, mayoritariamente adultos, la miraran mal, pero a ella poco le importaba, suficiente tenía con aguantar mudarse a un país nuevo como para tener que mantenerse de pie durante horas, solo porque si no molestaba la vista de los adultos cascarrabias los cuales molestaban más que ella y la miraban como si tuviera dos cabezas.

La joven licántropa sacó el teléfono del bolsillo del pantalón al notarlo vibrar, la pantalla se iluminó mostrando la foto de dos chicas rubias de la misma edad apoyadas en el hombro de la otra haciendo cada una cara rara, la primera rubia tenía el cabello liso algo encrespado claramente por la decoloración de color, Madisson, la otra tenía el cabello rizado de un rubio dorado, brillante y sedoso, con hermosos tirabuzones naturales que llegaban hasta sus hombros, esa era su mejor amiga Rosemary. Madisson miró el fondo de pantalla con melancolía, Rose era como una hermana para ella, eran inseparables, y ahora sin ella cerca no sabía si iba a ser capaz de controlar sus ataques de ira. La rubia sacudió ligeramente la cabeza para volver a conectar con la realidad, mirando la notificación para encontrarse que era un mensaje de su tía Nicolle, la cual había venido a buscarle en el aeropuerto.


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Best wolfie aunt 💙;

Madi, ya estoy aquí, han salido ya las maletas?

No, hay un retraso porque los muy estúpidos
han perdido la estúpida maleta.

Bueno, calmate y deja de fruncir el ceño qué te saldrán arrugas.
Te quiero pequeña loba gruñona 💛

Yo tambien tia 💙

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Madisson se rio ligeramente al leer lo de las arrugas, pero ese comentario fue suficiente para que subirle un poco los ánimos y hacer que su ceño fruncido desapareciera, su tía siempre había sido un gran apoyo y como también la consentía mucho, siempre estaba mandando mensajes de buenos días y buenas noches, le mandaba regalos, la llevaba de viaje para culturizarse o de manera lúdica. Su tía Nicolle era increíble, era uno de sus ejemplos a seguir, era una mujer fuerte, independiente, inteligente, divertida y tenía una paciencia de oro que solo la igualaba la Ermine. Ella nunca le había importado lo que la gente dijera de ella, solo se preocupaba por su familia, siendo capaz de ir al infierno solo para proteger a aquellos que ama. Era un corazón amable y cariñoso tanto por su familia como por la gente que necesitaba su ayuda, por eso se graduó en criminología y ahora trabajaba como agente en la comisaría de Beacon Hills, para ayudar a los demás. También había sido un gran apoyo para Madi a nivel de su condición sobrenatural, ayudando a controlarse y a entender sus poderes y su condición lobuna, su tía también era una mujer lobo, aunque ella siempre evitaba contestar desde cuando llevaba siéndolo, aunque sin duda con todo lo que sabía eso le daba a Madi una idea de desde cuando su tía era una licántropa. Era una omega, una loba sin manada o eso es lo que pensaba su sobrina, la verdad es que ese era otro de los grandes misterios de Nicolle. Sin contar que sus ojos brillaban en azul y no en amarillo, nunca entendió el porqué y su tía nunca contesto a esa pregunta. Madi muchas veces escribía en su libreta, la cual tenía solo para criaturas sobrenaturales, y en el apartado de licántropos siempre subrayaba la misma pregunta sin resolver. ¿Por qué mi tía y algunos licántropos tienen los ojos azules? Y esa pregunta siempre se quedaría subrayada y sin contestar en su libreta, porque Nicolle nunca la contestaba.

[...]

—¡Madi! 

Una voz alegre y energética llamó la atención de la joven rubia que salía por las puertas de salida del aeropuerto, donde un montón de gente esperaba a recoger a sus amigos, hijos o en general seres queridos. Era una voz que Madi no tuvo que hacer un gran esfuerzo para reconocer de quién era aquella voz que la llamaba sobre el ruido de la gente, era la voz de su tía Nicolle, sus ojos marrones escanearon el lugar hasta que al final encontró la figura de su tía entre la gente.

Nicolle tenía cuarenta años y unos 1,69 metros de altura, tenía un cuerpo esbelto en forma de reloj de arena, el cual se podía ver que estaba bien entrenado. Su piel era hermosamente aterciopelada y suave, con tono rosado amelocotonado. Poseía un cabello brillante y sedoso, de un rubio brillante, que caía de forma lacia hasta los hombros. Su mirada, azul como el océano atlántico, juguetones y perspicaces, los cuales podían ser tanto acogedores y cálidos como también ser capaces dejar a cualquiera que la mirara congelados. Su nariz, con un tabique totalmente recto, sin ningún tipo de curva o protuberancia, con la punta de la nariz estilizada. Labios rosados con un superior delgado en forma de corazón y un inferior algo más grueso y de forma ovalada. La mujer iba vestida con una blusa de seda con las mangas manga larga y de color azul ocupó, la cual tenía la metida por dentro del pantalón y dejándola algo abombada. Llevaba un pantalón de vestir completamente ajustado de color negro, que lo único que hacía era realzar sus esbeltas piernas, con un cinturón de color marrón oscuro con la hebilla plateada. Y finalmente llevaba sus característicos botines con cinco centímetros de tacón, haciendo que ganara algo de altura y así fuera más alta.

Madison se acercó a ella todo lo rápido que las dos grandes maletas que llevaba en sus dos manos y su bolsa que colgaba del hombre le permitían ir, estaba muy emocionada de verla y aunque no le había gustado y aún seguía enojada por la decisión de su madre que mandarla a vivir aquí, al menos estaba feliz que sería con su tía favorita, o mejor dicho, su única tía. En el momento en el que las dos estuvieron lo suficientemente cerca la una de la otra, Nicolle abrió los brazos con emoción y rápidamente Madisson soltó las maletas, abriendo los brazos y tirándose encima de su tía, abrazándola con fuerza y emoción, haciendo que su tía se tambaleara un poco y casi se cayeran al suelo. Las dos rubias compartieron un abrazo lleno de cariño, alegría y emoción, habían pasado tres años desde que las dos se habían visto en persona y estaban emocionadas por volver a estar juntas y poder hablar sin necesidad de hacer una videollamada.

[...]

—Madi, por el amor de dios, ¿qué llevas en estas maletas? Piedras? —preguntó Nicolle mientras subía las maletas al maletero, la nombrada simplemente se rio ligeramente.

—Solo llevo algo de ropa de temporada, mis cosas para el baño, mis útiles escolares, libretas, algunos libros. —respondió con una pequeña sonrisa mientras se encogía de hombros y entraba en el coche de su tía. —Solo he traído lo necesario hasta que lleguen las cajas con toda la demás ropa de invierno y verano, junto con los otros libros, mi caballete de pintura, mis pinturas y pinceles.

—De paso también que te traigan el colchón.

—La joven licántropa se rio ligeramente del tono sarcástico de su tía, mirándola mientras se ponía el cinturón de seguridad, imitando el mismo gesto, ya que no quería salir disparada por la ventana del coche en caso de que frenaran. —Bueno, es lo que tiene mudarse queridísima tía —respondió de manera divertida haciendo que Nicolle se riera entre dientes. —¿Oh! También mis discos en vinilo de Taylor Swift, así que ya puedes ir comprando un tocadiscos, por que mamá y Alexia no me han dejado llevármelo.

—Ellas también lo utilizan y contando que era de tu madre, pues tiene sentido que se lo quede. —apuntó la mujer de ojos azules mientras conducía de manera tranquila por la carretera, su rostro permaneciendo sereno y tranquilo. —Además, ahora vas a vivir conmigo, soy responsable de ti, eso significa que será un nuevo gasto en el hogar. Así que el tocadiscos o llegara en tu cumpleaños, o te lo compras tú con tu dinero, y si no tienes te pones a trabajar.

—Madi hizo un gesto dramático fingiendo estar ofendida por la declaración de su tía, pero realmente comprendía que ahora su tía no podría consentirla como siempre, dado que ahora viviría con ella y eso sumaría a las facturas y a la hora de comprar comida. —Ya, pero yo soy la que ha sido forzada a mudarse, yo soy el polluelo que ha debido volar del nido antes de que mis alas estuvieran bien formadas, me merezco ese tocadiscos.

A la joven a veces le gustaba ser dramática, y sin duda tenía un don para las palabras y hacerlas dignas de una obra de Shakespeare, a veces su madre pensó en apuntarla a teatro, ya que pensó que hubiera sido buena en ello. Nicolle simplemente levantó una ceja mirándola de reojo a la rubia, con una sonrisa de costado de forma divertida al escuchar las palabras, obviamente el chantaje no había funcionado, pero no había perdido nada por intentarlo.

—No ha colado, ¿verdad?

—Para nada. —respondió soltando una pequeña risa mientras negaba con la cabeza y volvió a centrar su atención en la carretera. —¿Funciono con tu madre?

—Qué va, —replicó con obviedad, ambas sabían que Ermine no era una mujer fácil de chantajear, incluso cuando Madi la llamaba del colegio fingiendo que estaba enferma, su madre mágicamente sabía que mentía solo con escucharle la voz. A veces la joven pensaba que su madre, si bien no era una mujer lobo, podría ser psíquica perfectamente. —ya sabes cómo es mamá, es como un detector de mentira y nunca sucumbe a los chantajes.

—Bueno, es agente del MI5... Y supongo que el título de madre viene con superpoderes para poder detectar este tipo de cosas.

—Iba a decir que ojalá tuviera una madre como la de los demás, pero sería mentir muy descaradamente.

—Sí, dudo que las madres de tus compañeras estuvieran tan tranquilas de saber que su hija aúlla a la luna. —dijo burlándose un poco, haciendo reír a la más joven. —No, ahora en serio Madisson, tu madre te quiere mucho y aunque no lo veas así, te mando conmigo porque creyó que era lo mejor porque ella no sabía que más hacer. No deja de ser humana y tu una mujer lobo.

La joven dio un suspiro mientras con una mano tiraba de la visera de la gorra blanca que llevaba para ocultar su rostro, sabía que cuando alguien de su familia le llamaban por su nombre, y no por su diminutivo, significaba que la cosa iba muy en serio que realmente le iban a dar una charla la cual ella no quería escuchar. Ellos no sabían cómo era estar en su piel, como había tenido dificultades para adaptarse después del mordisco, como su lado más brillante se había apagado y oxidado. Era como si ya no sintiera ella, como si no se sintiera cómoda en su piel y trataba desesperadamente de seguir luchando y seguir adelante, tratando desesperadamente de no seguir sus miedos hasta el final del mundo. Madisson solo extrañaba la que una vez fue, y estaba tratando desesperadamente de aferrarse en la niña de diez años que era antes del mordisco, fingir que nada había cambiado y que podía seguir siendo la misma persona que era, pero la verdad es que era difícil hacer eso cuando aún había una herida abierta en su corazón. Era difícil seguir adelante porque todo se reproducía con flashback como un rollo de película una y otra vez, quitándole todas las fuerzas y esperanzas para intentar seguir siendo ella misma o al menos ser el fantasma de lo que una vez fue. Desde el mordisco, desde hace siete años, ella solo se sentía irritable, enojada todo el tiempo y su TEI solo empeoraba las cosas, pero ella al menos lo estaba intentando incluso cuando su mundo se había caído a pedazos. Ella solo quería que ellos supieran que esta era ella intentándolo, que al menos lo estaba intentando.

—La joven rubia subió las piernas en el asiento, acercando sus rodillas a su pecho, para después apoyar su cabeza en ellas y perdiéndose en sus pensamientos. —Lo sé, me lo habéis estado repitiendo cientos de veces.

Nicolle iba a contestar a Madisson para explicarle las cosas y decirle que entendían lo que le estaba pasando, pero sabía que realmente no podían saber lo que ella estaba pasando porque ni Ermine ni ella habían sufrido lo que ella había sufrido. Así que la mujer optó por no decir nada y dejarla tranquila por el resto del viaje.

[...]

—¡MAMA! —gritó un niño a todo pulmón, haciendo que su voz chillona retumbara por todo el restaurante.

Madisson jadeo muy molesta mientras con una mano masajeaba sus sienes, sintiendo su cabeza dando punzadas de dolor al tener que escuchar los gritos constantes del niño chillón y los cuales su madre y padre ignoraba, haciendo que él gritara aún más para llamar su atención. En este punto la joven tenía ganas de levantarse y atravesar todo el restaurante hasta la mesa del niño chillón, y una vez allí gritarle a los padres que hicieran el favor de ocuparse del condenado niño. Sus ojos marrones fulminaba con la mirada a la mesa del niño, como si fuera a arrancarle la cabeza en cualquier momento cada vez que este gritaba cada vez más fuerte. ¿Cómo nadie se quejaba de los gritos del niño?, o mejor dicho, ¿cómo nadie le llamaba la atención a los padres por desatender a su hijo? Madisson no lo sabía, pero lo que sí sabía era que nunca tendría hijos. Muchas veces las personas mayores de su alrededor le decían que aún era joven y que cuando creciera a lo mejor cambiaba de opinión, pero ella lo tenía muy claro; Nunca tendría hijos. Odiaba estar rodeado de ellos, nunca le habían gustado, es más, si antes como humana le causaban dolor de cabeza, ahora como mujer lobo le causaban el triple de dolor de cabeza. Ella no consideraba que una mujer estuviera completa o incompleta por tener un hijo, eso depende de la persona, y sin duda se podía ser feliz sin un hijo, sino que miraran a su tía Nicolle. Soltera y sin hijos, ella era muy feliz, ya que sus objetivos y metas eran otros. Al final, Madisson siempre recurría a su frase favorita de unos filósofos muy sabios y de sus favoritos; Hakuna matata, Vive y deja vivir. Y sí, ella había citado a Timón y Pumba del Rey león, pero ¿quién dijo que las caricaturas de Disney no daban buenas lecciones de vida de vez en cuando?

—Tierra llamando a Madi, una hamburguesa doble de pollo crujiente, con doble de queso, bacon y salsa barbacoa, pide acceso para aterrizar en su estómago. 

La voz juguetona de su Nicolle hizo que la nombrada volviera a la triste realidad, levantando la cabeza que estaba en su mano y mirando a su tía, la cual venía con la bandeja con la comida que habían pedido. En cuanto la mujer dejó la bandeja en la mesa, Madisson no perdió ni un segundo, y rápidamente agarró la hamburguesa, desenvolviendo el envoltorio como una loca antes de darle un gran mordisco. La agente de policía se rio ligeramente mientras negaba con la cabeza, sentándose en la silla frente a su sobrina y sacando su cubo con alitas de pollo rebozado picantes, mirando a la joven frente a ella, dando mordiscos enormes a su hamburguesa sin tomar un mísero respiro.

—Madi, Madi, relájate. —Nicolle extendió la mano para ponerla en la mano de su sobrina, bajándolas suavemente para que así no pudiera morder la hamburguesa y haciendo que la nombrada jadeara de molestia. —Nadie va a robarte la hamburguesa, relájate y mastica, que no quiero que te atragantes.

Madisson miro a su tía y luego a la hamburguesa, masticando lentamente el trozo de comida que tenía en la boca con el ceño fruncido, una vez hubo masticado bien y tragado, su tía le devolvió la libertad de sus manos para poder seguir comiendo. Era verdad que cuando se trataba de pollo, Madisson se olvidaba incluso de masticar y simplemente la engullía y eso no era bueno, ya que podía morir atragantada por trozo de pollo. Y si debía morir, la joven prefería morir con dignidad y no ser recordada como la chica que murió atragantada por un trozo de pollo, porque seguro que lo pondrían en su lápida y así acabarían con su dignidad incluso una vez muerta. La mujer le dio una sonrisa a su sobrina, antes de agarrar una alita de pollo y comenzar a comer ella también, al principio no hablaron de nada, pero luego se pusieron a hablar del caso que tenía Nicolle sobre una mujer partida por la mitad, básicamente se lo contó para que así la joven no metiera las narices y más porque le dijo que Derek Hale estaba por la zona de nuevo, siendo los Hale viejos amigos de la familia, por eso la aviso. El niño de la voz chillona volvió a gritar a todo pulmón por la atención de sus padres, la adolescente soltó un gruñido bajo mientras sus ojos brillaban en un color dorado, su tía al ver esto no dudo en darle una patada por debajo de la mesa, haciendo que la joven pasar su mano por sus sienes para calmarse y que sus ojos dejaran de brillar.

Nicolle podía ver que realmente Madisson trataba de distraerse de los gritos de aquel niño chillón, incluso a ella, y eso que llevaba desde que nació siendo una mujer lobo, se le dificultaba aguantar aquellos gritos y no se podía imaginar lo difícil que se le tenía que estar haciendo a ella. La agente de la ley trato de pensar en algún tema lo suficientemente entretenido como para entretener a su sobrina de sus problemas de TEI, los cuales estaban a punto de explotar allí mismo. Mientras la mujer ojizarca miraba por todo el KFC y todas las personas para tratar de buscar algo para hablar, sus ojos se fijaron en la chaqueta verde hoja que llevaba Madisson, una chaqueta que siempre llevaba puesta sin importar que llevara puesto. Esto ella lo sabía porque Ermine y Alex se lo había comentado algunas veces, y también lo había visto por fotos de su sobrina, ella siempre había pensado que era una simple coincidencia y, pero ahora se daba cuenta de que no lo era, causando que su interés se elevara a niveles inhumanos.

—¿Por qué llevas siempre esa chaqueta verde? —soltó abruptamente Nicolle, en un tono que era entre curioso y algo critico, ya que nunca le había gustado mucho el color de aquella chaqueta y menos con la ropa que llevaba puesta.

—Madisson levanto la vista, sus ojos marrones mirando a los azules de su tía para luego mirar su chaqueta. Ese tema había sido suficiente para distraer la mente de la rubia de los gritos del niño. —Es de Rose, —menciono mientras apartaba la mirada, las palabras iban cargadas de amor y algo de tristeza. —Me la dio cuando me encontró en mi segunda luna llena, fue lo único qué logro calmarme. —y con esas palabras la realización golpeo a su tía.

—Ella es tu ancla. —comento con certeza, haciendo que Madisson tarareara en afirmación.

—Mi TEI está controlado por las pastillas, pero hay a veces que se me olvida o si está cerca la luna llena me vuelvo más irascible, y cuando pierdo el control y siento que todo da vueltas, Rose es la única que puede hacer que todo se detenga. —Admitió Madisson sin ninguna vergüenza, amaba a Rose y estaba encantada de que ella fuera su ancla. —Sentir su presencia me calma, por eso antes en Londres siempre llevaba la chaqueta, por los momentos en los que no podíamos estar juntas por cuestiones de horarios. —explico la joven, sonando tan irreal de lo que estaban hablando de control lobuno, y aun así era todo cierto. —Pero ahora no voy a poder estar con Rose en ningún momento, y menos en las lunas llenas, así que voy a llevar esta chaqueta siempre, como si por quitármelo perdiera la puñetera vida.

—Es bueno que tengas un ancla, y aún más si es a partir de una amistad con un lazo tan fuerte como la que tenéis Rose y tú. —comento su ti, ella misma tenía un ancla, aunque nunca le había dicho a nadie de quién se trataba, pero lo que sí sabían era que le producía mucho amor y tristeza. —Solo intenta que combine con la ropa que lleves puesta, que si no se te comerán viva mañana en el instituto. —bromeo para aligerar el ambiente, haciendo que la adolescente rodara los ojos.

—Precisamente por eso me he traído la chaqueta, para no arrancarle la cabeza a nadie mañana.

—Sería todo un detalle de tu parte sí. —comento Nicolle riéndose ligeramente mientras hablaba, mientras que Madisson volvía a comer su Hamburguesa con una sonrisa divertida.

Aunque en el fondo de su mente, Madisson estaba preocupada por lo que pasaría mañana, teniendo miedo que como lo llevaría en un ambiente nuevo y tan diferente en el que había estado hasta ahora y sin la ayuda de su mejor amiga. Era un nuevo país, una nueva cultura y costumbres, incluso algunas palabras eran diferentes de Inglaterra a América, ella solo esperaba que, si bien no fuera capaz de encajar, por lo menos fuera llevadero y nadie tratara de meterse con ella. No por el hecho de que se sentiría mal, sino porque seguramente explotaría y la liaría mucho y seguramente acabaría con ella ingresada o en un reformatorio juvenil o en un internado. Y sinceramente, Madisson no sabía cuáles de las dos era mejor, pero tampoco quería llegar a averiguarlo.
Lo que sí sintió fue un pequeño hormigueó en su nuca, sintiendo como algo que la llamaba o que la observaba, no lo tenía claro, y aunque le turbaba aquella sensación, trato de no emparanoiarse como siempre le decían todos que hacía. Ella simplemente supuso que simplemente fue el aullido que escucho en la distancia, el cual pensó que fue de Derek Hale, ya que era el único lobo, aparte de Nicolle y ella, que estaba en Beacon Hills



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It's me, hi, al final he revivido a Madisson! A la pobre la tenía muy abandonada, lo sé, pero no me venía la inspiración y justamente cuando decidí volverme a ver Teen Wolf para refrescar las cosas y ver si me inspiraba justo habían sacado la serie de Netflix. Pero bueno, al final logré realizar el capítulo 1 de New Moon y realmente estoy muy emocionada, tanto por este capítulo como por el siguiente donde Madi conocerá a Allison, Scott, Stiles y a Isaac.Recordar que si podéis comentar y darle una estrella para apoyarme, realmente sería de mucha ayuda y lo agradecería, si no no pasa nada 💖

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