യ 16

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Mírame hablar desde mi corazón
 cuando se trata de ti.

— Jungkook cover (2U)

— ¿Y quién eres, Jaehyun?

— Soy... — en verdad quería decirle. Si tan solo Doyoung no lo hubiera mirado con ojos iluminados y sonrisa coqueta, tal vez, tal vez hubiera tenido el valor de hacerlo. De confesarle sus tantas mentiras y prevenirlo de aquella mujer. Pero no pudo. — Soy el hombre más feliz del mundo por tenerte, eso soy. — dice, acompañando sus palabras con una leve risa.

— ¿Eso ibas a decir? ¿Quién eres y qué hiciste con mi Jaehyun? — bromea el menor, alejándose para ir a buscar algo de tomar a la cocina. Ya que parecía que su novio -que bueno es decir eso de nuevo- no quería subir a hacer cosas pervertidas con él. — ¿Quieres algo?

— A ti.

— De tomar, bobo. — Ríe, Jaehyun está realmente raro hoy.

— Lo que sea.

— Tengo eso, sí. — El menor regresa con un par de vasos y una lata de refresco. Podría haber tomado la cerveza que su madre tenía, pero seguro la mujer se volvería loca y le empezaría a sermonear acerca del alcohol. — Algo dulce.

— Como tú.

— ¿Qué te pasa? — vuelve a reír bajo, sentándose a un lado del mayor en el sillón. — Estás muy raro.

¿Te parece raro que diga la verdad?

Doyoung no contesta, en cambio, ladea la cabeza y frunce el ceño, confundido por el tono serio de la pregunta. La cara de Jaehyun está impasible, es la misma cara que veía cuando volvían a la realidad luego de esconderse, la que le decía que Jaehyun estaba molesto.

— ¿Por qué estás molesto de repente?

¿Eh?

— Tú hacías eso con tu cara cuando me recordabas que éramos un secreto, te enojabas porque yo quería que me mostraras, hacías eso, ponerte serio. — dice, moviendo sus propias manos sobre su rostro.

Jaehyun quiere golpearse por ser un cabeza hueca, no era su intención hacer sentir incómodo a su lindo novio o recordarle esos momentos, solo había preguntado aquello por curiosidad, por saber si Doyoung creía en él, si lo consideraba sincero.

— Perdón.

— Está bien, siempre me pareció sexy ese gesto. — responde el pelivino, tomando la lata de refresco para abrirla y colocar el liquido en los vasos. Puede ver de reojo que Jaehyun sigue sus movimientos, teniendo su cuerpo en su dirección. — ¿Qué?

— Nada, solo me gusta verte.

Eso era todo, ya no podía. Sus mejillas se tiñeron con color al escuchar eso, dejó a un lado lo que hacía y se giró para besar al mayor.

Quería besarlo como siempre lo hacía, con claro deseo y morbo en sus movimientos, pero, Jaehyun...

El castaño se alejó cuando quiso subir el nivel del beso, sostuvo su rostro con suavidad y le miró a los ojos. Acarició sus mejillas, besando cada una con cariño para luego volver a besarlo. Jaehyun lo besó despacio, sin prisa, solo disfrutando el momento íntimo entre ambos. Invadió su boca, profundizando el beso, pero siguiendo ese ritmo lento, chupando sus labios, volviéndolo loco.

Cuando se separan, un fino hilo de saliva sigue uniéndolos, que se rompe al momento en que Jaehyun deja otro pequeño y rápido beso en los labios cereza. Las pupilas del pelivino se encuentran dilatadas, Jaehyun le mira con ojos brillosos, con algo que puede definir como adoración. El mayor está tratando de decir algo, lo sabe, algo estaba pasando con él y quería saberlo.

— Jamás me habías besado así.

¿No te gustó?

— S-sí, es solo que...

El sonido de unas llaves y la puerta siendo abierta interrumpen sus palabras, la voz de su madre es escuchada luego, haciendo que se separe del mayor y se levante brusco del sillón por la sorpresa.

— Oh, ¿tienes visitas? — habla.

No te preocupes, ya se iba. — responde cortante, como siempre. Importándole poco el por qué la mujer llegó temprano esta vez.

¿No es el chico que vino a buscarte esa vez?

— Soy su novio. — Jaehyun dice, mirando sobre su hombro a la mujer y arrepintiéndose en seguida cuando ve al pelivino ponerse tenso.

— ¿Su novio?

— Sí, mi novio. Asqueroso, ¿no?

¿Qué? Doyoungie, yo no...

— Te veo mañana, ¿vale? — se dirige al castaño, cortando a su madre. Jaehyun levanta las cejas ante la notable molestia de Doyoung con su madre y solo se deja guiar a la puerta cuando el pelivino lo jala para levantarlo.

— ¿Qué fue todo eso? — pregunta al llegar afuera.

— Nada importante, pero debes irte.

— De acuerdo. — Doyoung sonríe, sintiendo tranquilidad al no ser más cuestionado en el asunto por el azabache. — Si necesitas algo o pasa algo, me llamas, ¿está bien? — pide, pues sabe que Doyoung tomará sus palabras como algo referente a su madre.

— Sí, lo haré.

Doyoung estaba seguro que nada importante pasaría, que no tendría que llamarlo, pero su madre... jamás pensó que aquella llamada empezaría con todo.

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