— Papi, ya me lavé los dientes — Sun-Kyu le sonrió logrando que sus ojitos desaparecieran y sus dientes salieran a la vista, dejando en perfecto estado los lindos colmillos de su hijo.

TaeHyung sonrió enternecido por la imagen y acarició su mejilla suavemente.

— Bien hecho, cielo — Respondió mientras dejaba un sonoro beso en su frente — Mi-Sun, ¿cómo vas con esos dientes? ¿aún duelen?

— Se me han caído dos, mira — La niña abrió su boca dejando a la vista la pequeña ventanita que se mostraba entre sus dientes delanteros.

TaeHyung sonrió divertido, acarició sus cabellos y también dejó un beso en su frente. Se sentía algo cansado, pero lo suficientemente bien como para todavía llegar y tener un momento con sus dos pequeños hijos. Después de pasar un tarde con el tonto Alfa que tenía como jefe, éste se ofreció a llevarlo a su departamento para que no tardará mucho más en tomar el autobús hasta su residencia.

— Este fin de semana se quedarán con la niñera, tengo algo importante que hacer — Avisó mientras terminaba de doblar la pequeña montaña de ropa que tenía frente a él.

— ¡Oh! ¿Papi tendrá una cita con el señor de la barba de chivo? — Sun-Kyu preguntó. El mayor frunció las cejas sin entender y negó lentamente, sabía que no había sido buena idea haber aceptado un aventón por parte de aquel hombre. Ahora era algo que sus hijos no paraban de mencionar.

— Eh no, saldré con su Hyung, regresaré algo tarde así que esperó que duerman temprano y que no coman muchos dulces antes de dormir.

Mi-Sun lo miró levemente enojada y confundida, ¿por qué saldría con su JungKook Hyung?

— ¿JungKook Hyung? — Preguntó la niña — ¿Por qué?

— Porque fingiré ser su ex-esposo para poder atraer a un Omega que le gusta — Dijo de lo más normal, no era ningún problema para él contarle todo a sus hijos, después de todo, lo único que tenía y que realmente le importaba eran esos dos niños, siempre les contaría todo — Ahora, vayan a la cama.

El más pequeño de los dos asintió rápidamente mientras pegaba un brinco del suelo y corría a su habitación, Mi-Sun también se encaminó a su cuarto, arrastrando sus pies con pereza.

Por otro lado, el rubio sólo se quedó ahí tomando entre sus manos la ropa y acomodándola en su lugar correspondiente, se sentía muy cansado después de tener un día tan extraño y agotador. Dispuesto a apagar las luces de la pequeña sala de estar y de pronto, la puerta de su departamento fue tocada rápidamente.

TaeHyung lanzó un gruñido y se acercó rápidamente, abrió la puerta y el aroma de aquel Alfa golpeó su rostro, la menta y el chocolate le gustaba, pero no cuando también el Alfa desprendía un olor a sudor.

— ¿Ahora qué? — Preguntó irritado.

El menor sonrió con pena, se abrió paso al departamento del pequeño Omega y entró rápidamente.

— Perdón, pero necesitaba verte — Dijo nervioso, TaeHyung rodó los ojos, ya se habían visto todo el día e incluso lo había llevado el mismo a su departamento, ¿por qué quería verlo aún en la noche?

— ¿Qué pasó? — Preguntó mientras se sentaba a su lado en el sofá, por la manera en la que JungKook se veía y porque supuso que algo no andaba bien por las feromonas que estaba soltando.

— MinGyu no me cree, le conté sobre Hae-In y me dijo que si ya había vuelto a lo mismo — Comenzó hablando — TaeHyung, yo sé que ni tu me crees, y es válido. Pero realmente no he salido o me he involucrado con alguien más desde hace muchos años, tal vez lo conocí en una sola noche, pero mierda.

TaeHyung pudo ver como los ojitos de aquel Alfa brillaban, reprimió una sonrisa porque sabía que no era momento para hacerle burla, el Alfa se escuchaba desesperado y ansioso. Y él sólo pudo acariciar su hombro en forma de ánimos.

— ¿Realmente te gusta mucho? — Preguntó, estaba confundido

Durante todo el tiempo que llevaba trabajando con JungKook habían sido unidos, eran esa clase de amienemigos que se contaban muchas cosas y se hacían burla mutuamente, se molestaban y se daban consejos. Pero jamás lo había visto así de sumido y necesitado, se sintió triste, porque a pesar de que no era una buena forma de acercarse a alguien, lo estaba intentando.

El menor asintió lentamente sintiéndose regañado y expuesto ante un Omega, por muy varonil que fuese y por muy Alfa que se mostrase, TaeHyung era el único Omega que podía ver todas sus facetas.

Veía lo bueno y lo malo en él, en realidad, veía al verdadero Jeon JungKook, porque habían estado trabajando juntos desde hace dos años, y sí, era tiempo suficiente para conocerse.

JungKook no era romántico con TaeHyung, no mostraba su apariencia de Alfa mandón, el azabache no trataba de verse superior estando con TaeHyung.

Era divertido, le hacía pucheros, le suplicaba y le hacía bromas de mal gusto, y eso les agradaba a ambos.

No se consideraban los mejores amigos, pero consideraban que su relación de jefe-asistente era muy buena.

— Muy bien fortachón, entonces no importa que crean los demás, mientras a ti te guste todo está bien — Le sonrió débilmente.

JungKook lo miró y le devolvió la sonrisa sintiéndose apoyado por aquel chico.

— Ah, voy a quedarme a dormir, también a eso vine — Inmediatamente TaeHyung cambió la expresión de su rostro por uno molesto — Perdón por no avisarte.

— Agh, eres imposible Jeon — Se quejó, caminó hasta el lugar en donde había guardado las mantas y le tiro una a la cara — Duermes en el sofá, desde luego.

JungKook agarró la manta y la comenzó a desdoblar triunfante.

— Gracias TaeHyung.

El Omega asintió no muy cómodo con la situación y antes de que apagara una vez más las luces, escuchó como JungKook murmuraba un "por todo". No entendió muy bien aquello, pero no le tomó importancia, solo estaba ayudándolo un poco, después, todo volvería a la normalidad.