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—¡Min Yoongi retractate!— el grito eufóricos de Jin hizo al nombrado saltar en su lugar del susto haciendo caer la redonda esfera roja que sostenía al suelo.

—Dios, Jin tampoco es para que te pongas así— se agachó para recoger el objeto del suelo y ponerlo en su lugar. Colgado de una de las ramas del árbol de navidad que estaba en su cuarto.

—Lamento enserio no poder pasar la noche buena contigo y Namjoon. Agradezco mucho que me hayas invitado pero ya tengo planes con Jimin.

Cómo por arte de magia el chico apareció en el marco de la puerta acompañado de Taehyung, los dos venían vestidos con grandes chamarras debido al frio de afuera, y estaban sosteniendo varias bolsas de compras. Hoseok se acerco rápido a Tae ayudándolo con sus bolsas.

—Gracias Hoseokie— le dijo tiernamente el chico, mientras Jimin estaba haciendo esfuerzos por no soltar las bolsas que el estaba sosteniendo.

—Seria bueno si alguien me ayudara a mi también— exclamó con ligera ironía. La mirada de todos se poso en Yoongi, que apenado por no hacerlo antes se encamino a ayudar a Jimin con las bolsas.

—¿Entonces tú y Jimin pasarán la noche buena juntos?— pregunto pícaramente Namjoon. Este se encontraba en una esquina del departamento buscando un objeto en particular en una caja.

—Asi es, Suga me invitó a una cena está noche…umm no podremos ir a la cena que ustedes nos invitaron, enserio lo siento.

—Tranquilo Jimin— hablo Jin con más pacientes en su voz— está bien que quieran pasar la noche acá, nosotros disfrutaremos la noche con Tae y Hoseok.

Tras esas palabras, tanto Hoseok como Taehyung comenzaron a toser falsamente ganándose miradas confundida de todos.

—Bueno, hay un ligero inconveniente con eso— Tae hablaba con un tono de diversión en la voz.

Su mano se entrelazó con la mano de Hoseok y juntos sonrieron hacia los chicos. Sus amigos al comprender, los miraron estupefactos.

—¿Ustedes son…— Nam ni siquiera termino la frase, ellos asintieron.

Un “Wow” salio de la boca de todos.

—Y debido a eso, llevaré a Tae a conocer a mis padres en la cena de hoy. También lamentamos no poder ir con ustedes.— Jin parecía estar procesando toda la información, mientas tanto Yoongi y Jimin estaba teniendo un ataque de emoción por dentro.

—Bueno supongo que esta bien, pero ¿Cuándo planeabas decirme Tae?— pregunto Namjoon con un poco de molestia.

—Pues hoy, justo ahorita— la respuesta tan simplemente de Tae hizo que su hermano soltará un suspiró.

—Tu y yo— apunto a Hoseok, que paso saliva nervioso— hablaremos después.

Jin y Namjoon se resignaron a pasar la noche buena solos, aunque en verdad no les molestaba en absoluto.

Los días habían pasado rápidamente, los chicos se volvieron todos amigos muy unidos entre si, Yoongi estaba progresando en su relación con Jimin; y justo esa noche estaba planeado dar un paso muy importante.

En cuanto a la boda de Jin y Namjoon, los preparativos ya estaban casi listos, la boda estaba a la vuelta de la esquina.

—No puedo creer que de todas las fechas, ustedes hayan decidido casarse un 31 de diciembre— había dicho Yoongi cuando le dijeron que día habían elegido.




Era de noche, el clima era frío y la ciudad estaba en completo silencio. El cuarto de Yoongi estaba iluminado solo por velas que estaban en el suelo y en la mesa.

Min estaba vestido con pantalón de cuero y playera de botones negra, que se le ajustaba al cuerpo. El cuarto se veía más ordenado de lo usual. El árbol navideño que en la mañana sus amigos le habían ayudado a armar lucía muy bien en la esquina del lugar. El chico giró su mirada a la puerta cuando vio girar la manija.

Jimin entro vestido con un pantalón ajustado y una blusa negra en la parte de arriba, que apenas se veía ya que la sudadera que traía encima la tapaba.

Últimamente Jimin iba mucho al cuarto de Yoongi, desde ese día que lo acompañó a casa de sus padres se volvieron mas unidos. Ahora solían pasar las tardes juntos, a veces viendo una película, entre besos, o solo platicando. Y se sentían muy bien así.

—Oh por dios— susurro el chico al ver la mesa con platos y comida en ella, bien adornada y con velas alrededor. —No creí que  hicieras algo como esto.

Yoongi dejo escapar una risa y se acercó a Jimin, el departamento estaba a oscuras, las velas eran lo único que alumbraba pero era suficiente para que viera lo hermoso que era ese chico.

—Era una sorpresa. Y te tengo otra, pero primero debemos comer que se va a enfriar lo que prepare.

Se dirigieron a la mesa que con tanto esmero Yoongi había arreglado. Los ojos de Jimin brillaron al ver la deliciosa comida que había.

Con tristeza recordó los días en el hospital, días en los que la comida era horrible, era definitivamente un tormento que no quería recordar. Los mensajes de Jungkook no habían parado, y cada vez lo hacían sentir más preocupado, le había contando a Yoongi acerca de la llamada hace días, y este le aseguró que iba a protegerlo siempre, eso calmo a Jimin.

Por esa razón ese día, se iba a olvidar de todo, de Jungkook, el hospital, los recuerdos. Esa noche estaba ahí celebrando algo especial con Yoongi.

El chico del que estaba enamorado.

Ambos en silencio empezaron a comer. Jimin no paraba de elogiar al otro chico por lo deliciosa que había quedado la comida. Cuando acabaron, platicaron un rato de cosas triviales, de sus amigos, la relación de Tae y Hoseok que los había tomado por sorpresa. Para después, cuando ya faltaba poco para la media noche Yoongi se levantó de la silla y le tendió la mano a Jimin.

—Sígueme— con una sonrisa y melancolía Jimin tomo la mano contraria recordando el día que la sostuvo por primera vez.

Se dirigieron a la única ventana que Yoongi tenía, era grande y se veía muy bien el exterior, la ciudad siendo iluminada por los fuegos artificiales.

—¿Estás nervioso?— pregunto al notar su mano levemente sudada y que comenzaba a temblar.

—Esta cena es especial no solo por celebrar noche buena, si no porque te tengo una pregunta muy importante.

Jimin retuvo aire sorprendido, y empezó a ponerse nervioso también, no quería hacerse ilusiones.

—Te conocí en un hospital psiquiátrico, un lugar algo raro para empezar nuestra historia, pero aún así es un lindo recuerdo. Eres un chico increíble Jimin, se los muchos traumas que tienes y yo te he prometido que estaré contigo para ayudarte a superarlos. Me molesta cada que dices que estás enfermo, porque no es así. Tanto tu cómo yo acabamos en ese lugar por culpa de nuestros padres, no estamos enfermos Jimin.

El chico estaba empezando a sentir sus ojos cristalizarse, su corazón estaba latiendo más rápido que nunca. Yoongi lo miro directo a los ojos y continuo:

—Bueno, me retracto, si estoy enfermo, enfermo de amor. Por ti, Park Jimin. Así que sin más rodeos, ¿quieres ser mi novio?

Un suspiro de felicidad y asombro salió de la boca del menor. Sin ni siquiera poder hablar de la emoción solo asintió muchas veces mientras se abalanzaba a Yoongi y lo abrazaba del cuello. Este correspondió tomándolo de la cintura.

—Si, si si si. Claro que sí Min Yoongi— no esperó más para unir sus labios con los contrarios.

Las manos de Yoongi se posicionaron en sus mejillas tomándolas sin ejercer presión, solo acariciándolas. Jimin mantuvo sus brazos alrededor del cuello del chico mientras se ponía de puntillas para intensificar el beso.

Pronto esté subió de tono, ahora sus bocas provocaban chasquidos al separarse y volver a unirse. En uno de los breves segundos que se separaban para tomar aire Jimin se quitó con apuro la chamarra debido a que estaba empezando a sentir calor.

Luego, casi de inmediato volvió a juntar con desesperación su boca con la ajena.

Al ya no tener la chamarra como estorbo Yoongi se tomó la libertad de introducir sus manos debajo de la playera de Park. Este al sentir el tacto soltó varios jadeos que hicieron a Yoongi seguir tocándolo. Sus manos se deslizaba por todo su torso, y abdomen sacando varios suspiros y jadeos, ahora de ambos.

—¿Vamos a la cama?— le pregunto Yoongi ya sin contener la excitación en su voz, haciendo que sonara más gruesa de lo que es.

—Si… por favor— logró decir Jimin en medio de todos el placer que ya estaba sintiendo.

Definitivamente, fue la noche más mágica y especial en la vida de ambos.

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