34

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

¿Quién diría que después de un mes tan terrible tendría unos días tan de color rosa? Parece algo irreal, es como si todo fuera un sueño. Nam Joon estaba cumpliendo lo prometido, me estaba tratando como si fuera la única en su vida, ¿pero por qué me sentía tan mal?

—¿Quieres café?—alejé mi vista del televisor para centrarme en él.

—Prefiero un vaso de leche—me regala una sonrisa antes de comenzar a moverse por la cocina.

Andaba por mi departamento como si fuera el suyo. Nuestro día libre había coincidido y decidimos aprovecharlo para pasarlos juntos. Aunque algo me dice que no es pura coincidencia.

Los golpes en la puerta me sacaron de mi trance, me levanté de mi asiento y fui a abrir sin importarme quien estuviera afuera. Ji Woon me recibió con una gran sonrisa, yo no pude darle una. Mis pelos se pusieron de punta y traté de pegar la puerta lo más posible a mi cuerpo para que no se viera el intruso en mi casa.

—Hola—trato de sonreír—. ¿Qué haces aquí?

—JungKook me dijo que era tu día libre y como coincidió con el mío, decidí venir a visitarte—pone la mano sobre la puerta para empujarla así que me mantuve firme impidiendo que se moviera.

—¿Sigues hablando con JungKook? ¿No crees que eso puede confundirlo?—cambio de tema. Frunce el entrecejo sin comprender porqué opinó sobre su relación a estas alturas.

—JungKook es tan amigo mío como tuyo—vuelve a empujar y sonrío cuando nuevamente la puerta no se abre.

—No creo que estés consiente de lo que JungKook sentía por ti.

—Ya lo hablamos y todo está solucionado. Deja de decir tonterías—esta vez le pega a la puerta con su pierna—¿Me dejarás pasar?—pregunta alterada.

Decidida a decir que no, una voz se me adelantó.

—¡Tu vaso de leche está sobre la mesa!—me grita Nam Joon y cierro los ojos esperando la peor reacción de mi amiga.

Lista para escuchar sus gritos y regaños, me sorprende dándome un empujón. No me esperaba tanta agresividad de su parte. La miro sin comprender y entra a mi apartamento buscando al chico. Mi apartamento no es gigante, con solo entrar podías ver a Nam Joon sin camisa sentado en el sofá.

—¿Hola?—eso sonó más a pregunta. Mi acompañante se levanta de su asiento para caminar hacia ella y recibirla con un apretón de manos, obviamente Ji Woon no se lo correspondió.

—¿Quieres café?—levanta su taza mostrando una sonrisa.

—¿Qué hace él aquí?—no sabía que responder, ¿cómo le digo que lo perdoné?

—Es nuestro día libre así que lo pasamos juntos.

—No te pregunté a ti—lo mira mal.

—Creo que deberías irte—finalmente hablo mirando al más alto.

—¿Lo dices en serio?—asiento y hace una mueca rara. Vuelve a mirarme a los ojos y estoy segura de que notó lo mal que me estaba sintiendo en estos momentos—. Comprendo—finge una sonrisa—. Iré a vestirme.

—Gracias—susurro. Con su taza de café camina hacia la habitación y se encierra—. Antes de que digas nada déjame explicarme—Ji Woon se gira como un torbellino para verme de frente.

—¿Explicarme? ¿Explicarme qué?—el enojo se notaba en sus ojos—¡¿Qué eres una maldita bipolar sin amor propio?!—sube la voz y sus ojos comenzaron a aguarse.

¿De verdad me gritó eso?

No dijimos nada más, yo no sabía que responder y ella había comenzado a llorar. Se lanzó sobre el sofá y me quedé parada como una tonta esperando a que Nam Joon saliera de la habitación.

Finalmente nos dejó solas, antes de despedirse dejó un beso en mi frente y susurro:

—No dejes que te trate como una mierda, tú eres la única dueña de tus decisiones, solo tú puedes opinar sobre ellas.

Era muy temprano en la mañana para estar pensando en disculpas o discusiones. No sé cuánto tiempo estuvimos solo mirándonos, ella sin parar de llorar y yo con ganas de darle un gran abrazo y decirle que no me había tomado personal sus palabras, aunque eso significara mentirle para hacerla sentir bien.

—Creo/Yo—hablamos a la vez y oculté la alegría que me daba que ella también decidiera hablarme.

—Comienza tú—la señalo y asiente.

—Yo lo siento mucho, no quería decir eso...

—Si querías hacerlo—le interrumpo confiada de mis palabras.

—No, no quería...—volví a interrumpirla.

—No dices algo así si no lo sientes. Y no está mal, debes expresarte, nunca lo haces.

—No debo ofenderte—se levanta con hombros caídos.

—Si te hace sentir mejor te lo permitiré por solo esta vez—niega con la cabeza una y otra vez mientras se limpia la cara con nada de delicadeza.

—Ese es tu problema, eres demasiado sumisa. Asumes la culpa de todo sin si quiera haber movido un dedo—se vuelve a dejar caer sobre el sofá y camino para sentarme sobre la pequeña mesa frente a ella.

—No quiero discutir, no contigo.

—Hay momentos en los qué hay que hacerlo—niego con la cabeza. Me niego a discutir con mi mejor amiga, eso puede significar el fin de nuestra relación—. No opinaré sobre lo que hiciste con Hoseok...—bufo, iba a comenzar a hablar aunque yo no la quiera escuchar—porque ambos son adultos, saben que hacer y la verdad, me emocionaba que salieras con nuevas personas. Pero si opinaré sobre lo que acabo de ver.

—Solo te refieres a mi como una adulta cuando te cae bien la persona con la que cometo una estupidez—me cruzo de brazos.

—Perdón por no verte como una persona adulta cuando cometes estupideces como volver a estar con ese mal nacido—señala la puerta por la que se había ido.

—Ese "mal nacido"—hago comillas para que sepa que no estoy de acuerdo con las palabras que utilizó—, me da más alegrías que tú—mentí.

—¡Perdón por no darte una buena cogida!—grita levantándose como un resorte, yo hice lo mismo.

—¡No sé trata solo sobre cuando tenemos relaciones!—uso su mismo tono de voz. A esto es a lo que no quería llegar.

—¡Claro! ¿Acaso te excita saber que tiene esposa y lo vuestro es a escondidas? ¿Te gusta esa adrenalina?

—No hables de mí como si fuera una cualquiera—el enojo recorría todo mi cuerpo, jamás había escuchado que se refiriera así sobre mí. Soy mayor que ella, siempre me respetaba. Siempre me apoyaba.

Parece que ya murió la chica que me apoyaba en todo.

—¿Ya no me apoyas? Hace unos días decías que todo lo que hiciera sería bien visto desde tus ojos.

—¡No puedo apoyarte cuando sigues haciéndote daño!

—¡¿Que sabes tú si me estoy haciendo daño o no?!—me separo lo más posible de ella, no quiero tenerla a milímetros de mí.

—¡Te esconde!

—¡Eso es lo de menos! Siempre me dieron asco las parejas que se promocionaban por todos lados.

—¿Pero no te daban asco las que tenían relaciones extramaritales?

—Él no la ama—digo como si fuera la mejor explicación del mundo.

—¿Eso te dices antes de dormir para no tener pesadillas?—la miro como si fuera la peor persona del mundo, pero no lo es, ese puesto lo tengo yo. Soy la peor persona del mundo—. Todos los hombres le dicen lo mismo a sus amantes. No pienso hablar sobre sus sentimientos como si fueran míos—se cruza de brazos—. Pero hazte la pregunta, ¿si te ama por qué no deja todo por ti? Una vez hablé con él y le dije que si no estaba dispuesto a tratarte como la princesa que tanto te dice que eres, que se apartara de ti. Que aceptara que no están destinados a estar juntos y dejara de luchar. Jamás podrá llevar dos vidas y menos creer que eso le funcionará.

~Mírate al espejo y hazte la pregunta de si esta es la persona que quieres ser. Eres mucho más que una amante. Eres un soldado, una mujer valiente que lucha por lo que quiere.

—¿Y si lo que quiero es a él?

—Los soldados también saben cuándo rendirse. La mayor enseñanza del ejército es aprender a cuándo debes retirarte para seguir con vida.

—No estoy preparada para rendirme—susurro con miedo de mi propia declaración.

—Hazlo cuando estés lista—asentí, me esperaba una respuesta totalmente diferente. Sin acordarlo, ambas nos sentamos en el sofá y nos quedamos mirando al frente—. Perdón por todo lo que dije, soné como si te juzgara solo por todas las decisión malas que has tomado en tu vida. Todos nos equivocamos.

—No digas que me estoy equivocando. Ya sabes lo que dicen, es mejor haber amado y perdido que nunca haber amado—ríe y me toma la mano.

—Ahora eres filósofa—solté una pequeña carcajada—. Pero me suena solo a unas palabras de consolación para una persona que le rompieron el corazón.

—¿Qué hay de las que le rompieron el corazón más de una vez?—entrelazo nuestras manos.

—Deben aprender a poner bien el pegamento entre la grietas—de repente comienza a llorar nuevamente y mi cabeza se imagina un montón de razones por las que lo hace—. Perdóname, por favor—me abraza y su agarre no es para nada débil—. Te dije cosas horribles, de verdad no pienso en ti como la amante de un asqueroso. Pienso en ti como mi mejor amiga, como mi hermana mayor, mi ejemplo a seguir—mis ojos comenzaron a picar y las lágrimas no tardaron en salir.

—Soy un muy mal ejemplo a seguir—de repente la sala se había vuelto el escenario perfecto para nuestro concierto de lloriqueos y mocos.

—No lo eres—la separo unos segundos y tomo su rostro entre mis manos.

—Sé que todo lo que me dices es por mi bien, jamás te apartaría por hacerme entender que estoy actuando como una estúpida.

—¡Es que estás actuando como una estúpida!—chilla y ruedo los ojos—. Vale, no hablaré más sobre él.

—Gracias.

—Solo diré que eres muy hermosa para ser el secreto o segunda opción de alguien.

Preferí ignorar sus palabras. No quiero darle más largas a nuestra discusión, pero algo me dice que esa oración se repetirá en mi mente por mucho tiempo.

______
Amo este capituló solo por el simple hecho de que finalmente Ji Woon está diciendo lo que realmente piensa. No se comporta solo como la mejor amiga que siempre la apoyará. Ella también tiene sus propios pensamientos y finalmente ha dejado salir unos pocos.

Espero que también les guste💜

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro