5

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Dejé todas las cosas de la limpieza en su lugar y corrí a la cocina antes de que todos despertaran para devorar algo. Si sigo comiendo lo poco que podía me desmayaría en cualquier momento.

Terminé justo cuando todos comenzaron a entrar a la habitación para ocupar sus puestos de trabajo. Saludé a unos cuantos y fui a la pista de entrenamiento. Decidida miré la gran pared que estaba frente a mí, todos estos días me demoraba demasiado cruzandola, las bromas de Min Yoongi me tenían cansada.

Corrí hacia ella y me sujeté de la soga para ayudarme a traspasarla. Así estuve unos cuantos intentos más. Finalmente lo había logrado, estaba en la cima y había disminuido el tiempo en conseguirlo. Me senté con una pierna a cada lado y me tomé la libertad de tomar algo de aire, pero un aplauso me sacó de mis pensamientos haciéndome perder el equilibrio y caer de lado.

—¡Ah!—grité hasta que toqué el suelo. ¿Por qué siempre estoy en el suelo?

—¡¿Estás bien?!—gritan y lo próximo que veo es el cuerpo de un chico frente a mí.

—Sí, eso creo—me siento y comienzo a sentir un dolor en mi costilla izquierda. Ya sabemos que frenó la caída.

—¿Segura?—asiento muchas veces y muevo las manos restandole importancia—. Soy Kim Seok Jin—me brinda su mano y la acepto con gusto. Él me ayuda a levantarme. Pasé las manos por mi uniforme para quitarme el lodo—. ¿No deberías estar en la formación?—pregunta señalando al otro lado del lugar. De lejos se veía el patio repleto de soldados en filas.

—¡Mierda!—grito y comienzo a correr. La costilla no dejaba de doler. Trato de incorporarme a las filas sin que Tae me vea, obviamente fue tarea fallida. Al menos Yoongi no está.

—Ri te vi—dice con una sonrisa.

—Por favor otro castigo no, no tengo tiempo para eso. Si quieres puedo escribir 50 veces en un papel "prometo no llegar tarde nunca más"—suplico uniendo mis manos—. Tal vez tenga tiempo de escribir en la ducha—suelta una carcajada.

—Por esta vez te lo dejo pasar. Y solo porque te veo muy magullada. Deberías estar en reposo—sabía que lo decía por los problemas que tuve ayer al no saber ocupar un paracaídas. Aún me dolía todo y la caída de hace minutos no mejoró mi bienestar físico.

—Los soldados no reposan—digo con orgullo por poder caminar como persona decente.

—Bien—me coloco en mi lugar junto a JungKook y una chica con la que jamás he hablado—. Hoy haremos la rutina diaria, lo normal. Y luego practicaremos en el campo de tiro—informa.

—¡Si, mayor!—gritamos todos y sonríe asintiendo. Tae era el mejor superior que se podía pedir. Lastima que no tenía tanto poder como me gustaría.

—Vamos—comienza a caminar hacia la pista de ejercicios en la que estaba casi ahora mismo y los soldados fuimos hacia ella trotando.

Luego de un riguroso entrenamiento me encontraba en el suelo con una ametralladora en mis manos. Coloqué mi ojo en la mirilla y miré a mi objetivo, un cartón bastante lejos con una cruz. Se podían esforzar más y poner un maniquí.

Solté el aire que estaba conteniendo y disparé, así unas cuantas veces hasta darle a mi objetivo y derribarlo. Debo mejor mi puntería.

Al terminar finalmente me encontraba en la cocina. Me senté en la primera silla que encontré y me dispuse a descansar por primera vez en el día. Tomé entre mis manos mi celular, lo había buscado al terminar las prácticas, hace mucho no hablaba con mamá. Busqué el número y lo marqué.

—¡Al fin!—grita—. ¡¿Qué tanto haces que no hablas con tu madre hace casi un mes?!—extrañaba sus gritos.

—Entrenar, hacer quehaceres, convertirme en soldado—respondo como si no fuera obvio lo que hacía día a día.

—¿Quehaceres? Para eso te quedabas ayudándome—ríe—. ¿Cómo estás? ¿Tienes muchos golpes?

—Oh no, para nada. Estoy súper bien—hablo con sarcasmo, pero como siempre ella no se percata de eso.

—Me alegro mucho cariño—juraría que está sonriendo. El chico de hoy en la mañana entró a la cocina y fruncí el entrecejo al verlo.

—Te tengo que dejar mamá—digo cuando me saluda con un movimiento de mano.

—Vale. Te amo.

—Yo te amo más—le cuelgo sin dejar que comience una pelea estupida—. Hola—sonrío.

—Perdón por distraerte hoy en la mañana, no fue mi intensión. Te estaba viendo desde que comenzaste a escalar la pared y estaba orgulloso de que lo lograras—arrasca nervioso su nuca.

—Me alegra que alguien pueda estar orgulloso de mí—rio. Yo de lo único que me enorgullezco es de seguir viva.

—¿Estás en la cocina?

—Sí, por tiempo indefinido—aclaro—. Soy la que friega.

—Me encantaría ayudarte—ríe y niego rápido con mi cabeza y manos.

—Debes tener otras cosas que hacer.

—Para nada, no hay muchas cosas que un subteniente pueda hacer—abrí muchos los ojos.

—Lo siento por tratarlo tan irrespetuosamente. Se merece un mejor trato señor—me disculpo antes de que él me ponga otro castigo. Suelta una carcajada.

—No tienes que hacerlo—lo miré raro—. Digo, mientras estemos solos—aclara—. Con los demás si necesito mantener mi reputación—me levanto de la silla para ponerme firme y saludarle.

—Si señor—reímos—. Debo comenzar a fregar—digo al ver como iban acumulandose las cacerolas en el fregadero. Él asiente.

—Nos vemos por ahí—sonrió caminando hacia la puerta.

—Supongo que sí—sonrío también y nos despedimos haciendo un ademán con nuestras manos.

Jin era otro que debía incluir a mi lista de buenas personas conocidas en este lugar. Por ahora solo están él, JungKook y Tae...Oh, y esa chica de recepción que no sé su nombre.

Camino hacia el fregadero para comenzar mi trabajo el cual interrumpen.

—No sé tu nombre—me giro para verlo y rio.

—Ri Eun Yeong—respondo. Asiente y nuevamente se va.

Luego de terminar con todo lo que debía hacer por hoy tomé la ropa que usaba para dormir y fui al baño de las mujeres. Adiós al baño cerca. Pero lo pensé unas cuantas veces antes de ir. Si limpio la oficina de Kim ahora me levantaré más tarde en la mañana. Pero me acostaré más tarde también. Me detuve a pensarlo unos segundos.

No tengo mucho sueño, estoy bastante activa, ¿por qué no hacerlo?

Dejé la ropa en donde la cogí y me fui al edificio que tenía la oficina del Capitán General. Debe estar durmiendo ya. Tomé todo lo que necesitaba para dejarla impecable y cuando abrí la puerta me llevé una gran sorpresa.

—¡Lo siento!—grito y Kim Nam Joon quita a la chica que estaba encima de él y tapa sus partes con un pantalón. Estaba sentado sobre el escritorio y la chica completamente desnuda ahora estaba a su lado mirándome como si nada. ¿Acaso no tenía pudor?

—¿Qué haces aquí?—pregunta abriendo mucho los ojos.

—Pensaba limpiar ahora—digo cerrando los ojos—. No tenía sueño.

—¡Debes tocar antes de entrar!—grita y abro los ojos para tener esta conversación mirándonos a los ojos. Al parecer él no contaba con eso ya que andaba por ahí sin taparse buscando algo. Volví a soltar un chillido y esta vez si cerré los ojos para no volver a abrirlos.

—¡No pensé que estaría aquí a esta hora!—me defiendo—. Como siempre se levanta tan temprano creí que se acostaba temprano también.

—¡Ya puedes abrir los ojos!—grita y con miedo le obedezco. Vi a la chica que ahora si estaba vestida y por supuesto que era ella. La misma que nos interrumpió ayer. La misma que estaba días antes fuera de su oficina y me hizo pensar mal sobre la relación que tenían ellos dos.

Bien Eun, por primera vez pensaste bien.

—Lo siento mucho—digo sincera y la chica sonríe.

—Mejor me voy—sin decir más se larga de ahí.

—Yo también—cogí la cubeta y los utensilios que traía. Me detuve en el marco de la puerta y pensé si decirlo o no. Claro que lo diré. Me giré para verlo a los ojos—. Descuida, no vi nada interesnate—le regalo una sonrisa de medio lado y ahora si salí de ahí. Desde luego eso fue una mentira, no sabía que bajo la ropa se escondía semejante cuerpo lleno de músculos voluptuosos. Nada extravagante, pero si interesante.

Mierda, mañana me castigarán.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro