Cap.19{Éso escaló muy rápido. . . ¿No?}

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Pasaban de las 10 de la noche y Lori aún estaba nerviosa mirando su despertador, ¿Ya se habría marchado Haiku? Era muy tarde cómo para que dos jóvenes se encontrarán solos en una habitación a puerta cerrada.

La rubia miró de reojo la puerta, podía ver luz en el pasillo, sus padres aún no habían llegado, ella estaba segura de que Lincoln sabía perfectamente los horarios de cada persona en la casa, por esa misma razón no quería mal interpretar a su hermano pues aún a pesar de haber visto junto a Lynn las claras intenciones de los dos decidió pensar que no harían nada malo. . . O al menos no su hermano.

¿Qué tan equivocada estaba Lori? Pues para saberlo miraremos la habitación del peliblanco:

Era obscura, la puerta cerrada con seguro, la cortina de la ventilación cerrada y el calor aumentaba considerablemente –Lincoln. . . Ahí se siente. . . Tan bien.– agitada tomó con fuerza las sábanas y dió un grito ahogado que fue silenciado por el beso del peliblanco que sólo se limitó a sentir el placer que le proporcionaba su compañera con la mano, los dos acabaron.

Segundos después del acto tan eufórico decidieron recostarse sobre las cobijas, se miraron el uno al otro sonrojados y con una gran sonrisa –Eso. . . Fué muy emocionante a decir verdad.– habló Haiku aún agitada, pero su voz ya no se encontraba en la monotonía de siempre, en cambio su voz era clara y con brillo, tanto así que Lincoln lo noto enseguida –¿Tan bien estuvo?– ella inmediatamente se sonrojó y lo golpeó con un dedo en la frente molesta –Engreido. . .– se volteó indignada, Lincoln soltó una risita burlona para terminar abrazándola.

Mientras tanto Lori se levantó, abrió la puerta y se asomó poco a poco, no logró mirar luz por debajo de la puerta de Lincoln, salió de su habitación de puntillas evitando hacer el menor ruido posible, al llegar frente a la habitación del peliblanco  miro la puerta unos cuánto minutos, pegó su oreja a la madera para intentar escuchar el ruido dentro, sólo escuchó algunos ruidos extraños y una risa, no sabía cómo tomárselo, aún no sabía si "ella" estaba dentro; se armó de valor después de unos segundos, tocó la puerta tres veces y habló –¿Lincoln. . . Podemos hablar?– los dos chicos asustados saltaron de la cama y se miraron entre sí, Lincoln pensó rápidamente y gritó –Ahmm si ¡YA VOY!– Haiku miró confundida al peliblanco, Lincoln le dió una señal de silencio a la chica –ella no puede saber que sigues aquí– dijo susurrando –¿por qué? ¿qué le importa a ella si estamos los dos solos?– dijo entre susurros también Haiku molesta –¿Puedo pasar?– preguntó Lori preguntándose si el no quería que entrara –¡No! Eh. . . Estoy desnudo apenas me quería cambiar para dormir– Lori lo pensó un momento –Bien. . . Esperaré, dime cuándo pueda entrar– la rubia se recargo en la pared a un lado decidida a entrar a aquella habitación  –Si me ve contigo le dirá a mis padres, entonces estaré castigado y será aún más difícil vernos– miro por todos lados y miró su armario, era muy pequeño. . . Pero mientras más lo veía más le parecía la única opción –Esto no te va a gustar. . . Pero tengo una idea. . .– tomó por la espalda a Haiku y la metió ahí dentro, lanzó la ropa que se había quitado antes y lo cerró, apenas y cerraba aquel armario nuevo que le regalaron pues no tenía dónde colocar sus camisas (qué aún yacían en la habitación de Lori y Leni pues Leni es la única que sabe cuidar la ropa) –Solo será un momento. . . Lo siento mucho– se quitó la ropa rápidamente y Haiku podía mirar todo desde dentro, se sonrojó ligeramente pues jamás lo había visto desnudo, de su nariz comenzó a salir un poco de sangre, Lincoln se cambió de ropa rápidamente.

Abrió la puerta de la habitación –Pasa. . . ¿Qué quieres Lori?– contestó apresurado dejando el camino libre a su hermana, la rubia camino solo dos pasos dentro y un olor extraño llegó a su nariz, era dulce ¿Perfume?, Si, pero algo más podía oler –¿Mal momento?– preguntó avergonzada mientras se sonrojaba levemente, ella podía entenderlo, es un chico y además cruzaba la pubertad, era obvio que necesitaba "Momentos a solas" –N-no en absoluto. . . ¿Qué necesitas?– tartamudeaba aún agitado Lincoln.

La joven rubia se sentó a la orilla de la cama –Solo quería charlar, ya sabes. . . No hemos podido hablar tu y yo estos días, estás muy ocupado con. . .– su voz se quebró, estaba realmente nerviosa –Lori, no creo que haya mucho de que hablar, tu tienes tu vida y yo no te debí espiar aquella noche. Mira si estás preocupada por qué revele aquello puedes estar tranquila.– Lori sólo miró el suelo con total vergüenza, su cara se puso roja –Yo de verdad lamento que tuvieras que ver éso, mira puedo explicarlo ¿bien?– se apresuró a contestar pero Lincoln se comenzó a poner nervioso, Haiku no podía saber la situación, al menos no así –¡NO! No pasa nada hermana, esas cosas suceden. . . Además como dije fué culpa mía por husmear en tu habitación– sonrió nervioso mirando de reojo al armario –No Lincoln, no podemos seguir evitando el tema, tú sigues ignorandome con todas esas "citas", pasas de mi cómo si fuera una chica cualquiera, de verdad lamento lo que dije aquel día, tus razones pudiste tener para ir aquel día con la gótica. . . Pero cada vez que te encuentro a solas para aclarar la situación tú huyes sin decirme nada– respondió enojada, pero sin gritar pues sabía que las paredes podían ser algo ligeras, Lincoln sólo sudaba frío pues sabía que alguien más estaba escuchando –No te ignoro hermanita. . . Sólo que Haiku ocupa mucho mi tiempo por qué es mi novia jeje. . .– contestó nervioso tratando de sonar natural con aquella risa falsa, ésto sólo enfureció a la rubia –Haiku. . . Haiku, HAIKU, ¡HAIKU! ¡SIEMPRE ESTAS HABLANDO DE ESA PERRA!– dejo de lado la charla para comenzar a gritar, Lincoln volvió a mirar de reojo el armario y lo vió moverse, pero no abrirse.

–Cálmate. . . Si no bajas la voz las demás van a escucharte– a Lori le enfurecen muchas cosas, pero tratar de controlarla en momentos de enojo es lo más molesto que puedes hacerle –¡Me importa un carajo! Tú sigues intentando ocultarlo, pero todas saben que eres mi favorito ¡¿Crees que te dejaría ser el mujeriego que eres siendo un hermano más?! Por favor Lincoln ¡No eres ciego!– Lincoln sólo miraba algo asustado a su hermana que se ponía pie aún más agresiva.

–Tú crees que puedes esconderte con tu estúpida noviecita, déjame decirte algo, te conozco tan bien que puedo saber cuándo mientes a la perfección y se que lo que haces sólo es un intento inmaduro por llamar mi atención– caminaba cada vez más cerca, podía sentir la respiración agitada de su hermana que se asimilaba a la de un toro a punto de embestir a su torero.

Sin pensarlo dos veces gritó: –Pues bien ¡AQUÍ ESTÁ TU ESTÚPIDA ATENCIÓN!– levantó su mano y la lanzó hacía la cara del peliblanco, él sólo pudo cerrar los ojos para sentir la bofetada próxima.

(. . .)

Lincoln tocó su mejilla que aún estaba a salvó, abrió lentamente los ojos y estupefacto miró a Haiku medio vestida deteniendo la mano de su hermana Lori que ahora era indistinguible, sus ojos mostraban un aura asesina escalofriante junto a dos lágrimas, respiraba agitada y su mano estaba realmente roja.

Haiku sólo sostenía con fuerza aquel brazo que no tenía intenciones de contenerse en lo más mínimo, era seguro que no pensaba detenerse y no era para nada débil, aún con la fuerza de Haiku (que se tiene desde que práctica con las tijeras) era evidente que había logrado golpear el antebrazo de la emo.

Los segundos pasaban y nadie se movía, era un tiempo muerto para todos, fué sólo hasta que Haiku habló que todo transcurrió de nuevo –¿Qué crees que haces?– Lincoln estaba algo tembloroso, miró a los ojos a su hermana  –Lori. . . ¿Me ibas a golpear?– preguntó Lincoln atemorizado por la actitud tan amenazadora de la rubia que no contestaba.

Lori pensó más en la pregunta de su hermano, bajó el brazo lentamente, su respiración comenzó a estabilizarse, su enojo paso a una extraña preocupación, miró su propia mano revelándose a si misma sus intenciones –Yo. . . Yo no. . . Tu sabes que no haría algo así– dijo asustada, la respiración volvió a elevarse y comenzó a hiperventilarse  –Yo no lo sentí así. . .– dijo Haiku mostrando su mano, una gran marca roja se lograba ver –N-no, no es así, tu lo sabes Linky. . . ¿Lo sabes verdad?– se acercó dos pasos, mismos que retrocedió el peliblanco con miedo, Lori miró a su hermano retroceder con aquel rostro de terror total y su corazón comenzó a latir con fuerza, Haiku mirando al peliblanco decidió interponerse entre los dos, Lori al mirar a la chica preparada para sacar sus tijeras cómo la última vez, supo lo que había ocurrido. . .

Ella salió corriendo de la habitación y Lincoln sólo soltó un par de lágrimas, Haiku lo abrazo pues entendía perfectamente su miedo.

En el cuarto de baño Lori cerró con seguro la puerta mirando cómo sus hermanas miraban desde sus respectivas puertas aquella última escena, se miró al espejo, miró su imagen por unos segundos y se sentó en el suelo con su espalda contra la puerta.

Y lloró desconsoladamente.

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