Epílogo.

—¡Marc!

La voz de su madre alertó al chico de que bajara al piso de abajo. Al parecer tendría algo que decirle.
Sin darle tiempo a ponerse siquiera la camiseta, la voz insistente de Andrea le hizo gruñir y bajar rápidamente las escaleras.

—¿Qué está pas...? —Comenzó, pero no pudo terminar la frase.
Frente a él, su madre sostenía una caja con varios sobres y miraba interesadamente uno

—¿Qué es eso? —Preguntó él, colocándose tras su madre para atisbar qué era lo que ella leía con tanto interés—. ¿Universidades?

El chico alzó las cejas, sorprendido, y volvió a mirar hacia los cinco o seis sobres.

—Llevan aquí un par de meses —explicó Andrea—. No quería decírtelo porque no sabía cómo reaccionarías, pero he valorado algunas universidades. No te estoy obligando a nada, sólo me gustaría que las miraras.

Marc frunció el ceño y agarró la caja. Estaba un poco confuso, sabía que ella quería que fuera a la universidad, pero sus notas no habían sido suficientes para conseguir algo decente en su vida.

—No creo que tenga el nivel suficiente para...

—Marc, te han visto jugar. Los sobres con la cruz roja son las que te quieren en sus equipos.

Ahora sí que estaba realmente sorprendido, ¿en su equipo de fútbol? Vale, muchas veces había visto a representantes de universidades y críticos paseando por los partidos de los Wolves, pero no imaginaba que alguno de ellos pudiera haberse fijado en él.

—¿Fútbol? ¿Ellos no saben que me echaron del equipo?

—Tienes talento, ¿por qué no iban a quererte en su equipo? Llevo meses hablando con algunos de los decanos y te aseguro que ya no pueden esperar más tiempo para obtener una respuesta.

Él puso los ojos en blanco, algo incómodo.

—¿Por qué no iban a quererme? Por temor a que maltrate a sus demás jugadores, por ejemplo...

Andrea chasqueó la lengua al oírlo y posó suavemente su brazo en el hombro del chico, instándolo a relajarse un poco. Desde que Kim se había ido hacía más de una semana, Marc siempre estaba tenso.

—Sólo échale un vistazo, ¿vale? Hay universidades realmente lejanas y curiosas y... bueno, aún no es tarde del todo para poder entrar en alguna de ellas...

Su madre sonrió con toda naturalidad y después salió de la habitación, dejándolo solo.
Marc suspiró y comenzó a ojear las cartas y abrió un par. Vaya, lo querían en Tennesse... y también en Virginia. Qué extraño...
Miró con interés otro sobre que se encontraba al fondo de la caja y la cruz roja llamó su atención al instante. Leyó la inscripción del sobre unas diez veces y después, más nervioso de lo que había estado en una semana, abrió la carta.

Estimada familia Tyler, la Universidad de Washington les informa de que la solicitud de Marcus Tyler para ingresar en esta universidad, ha sido aceptada. Reciban nuestras felicitaciones y rogamos se pongan en contacto con nosotros cuanto antes para iniciar los trámites de inscripción.

No tuvo que leer más. Por el pecho de Marc comenzó a extenderse algo bastante parecido a la euforia y por primera vez, agradeció que su madre hubiera hecho todo eso a sus espaldas.

Mirando la carta de nuevo, tapó la caja y dejó el sobre abierto encima de ésta.

Con una de sus sonrisas torcidas, subió corriendo a su habitación.

Tenía algo que contarle a Kim.

Agosto 2012

------

Espero que os haya gustado <3
¡¡Montones de besos!!