Capítulo 84. Jamie Sawyer

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Todo salió perfecto.

A pesar de la pelea de mis mejores amigos idiotas, todo quedó perdonado tan pronto como Phoebe caminó hacia mi en ese precioso vestido ajustado que compró.

Mierda, se ve preciosa.

La ceremonia fue bastante breve y ahora puedo disfrutar de la fiesta con mi familia.

—¿Nene? ¿Estás bien? —Phoebe me toca el brazo y sus ojos brillan de preocupación.

—Si, lo siento, ¿Qué dijiste?

Sus cejas caen en su frente.

—Te decía que hablé con papá y finalmente está de acuerdo en que nos hayamos mudado del ático. Tal parece que tener a Teddy fuera de la casa les da tranquilidad.

Eso llama mi atención.

—Bueno, me sorprende, sabiendo lo controlador que es tu papá. Y creí que Ted ya no se metía en problemas.

Ambos miramos hacia la improvisada barra del alcohol, donde Ted, Jason y Reynolds beben una cerveza como si fueran amigos de toda la vida.

—Por cierto, ¿Todavía te parece bien que pospongamos la luna de miel?

—Si, no te preocupes por eso. —desliza las manos dentro de mi cabello—. Ya tendremos tiempo de viajar cuando tu empresa se establezca. Hasta podríamos tomarlo como viaje de negocios.

—Si.

Mi esposa es muy comprensiva. Ella sostiene mi cabeza y me atrae para un beso.

Mis manos bajan en automático por su espalda y se apoyan cómodamente sobre su culo en ese vestido.

—Nena, ¿Ya dije que me encanta tu vestido? Trataré de no romperlo esta noche cuando tenga el placer de quitártelo.

Phoebe se ríe y vuelve a besarme, esta vez su lengua se desliza más profundamente en mi boca y me hace gemir.

—Alto ahí, señor Sawyer. Es la hora de los bailes y no querrá estar ahí con una erección.

Mierda, tiene razón.

Las primeras en acercarse son mamá y la señora Grey, así que me comporto lo mejor que puedo, al menos hasta que es el turno de Marcie.

—Jimmy boy. —me saluda con ese ridículo apodo que me puso de niño—. Estoy sorprendida de que te casaras antes que yo.

—Lo siento. —mi mirada se mueve al cabrón que nos mira con demasiada atención—. Eso podría cambiar pero, ¿Hay algo que quieras confesar? ¿Sobre tú y Reynolds?

No soy ningún idiota despistado. He visto como Reynolds y Jason se pelean por hablar con ella, parecen jodidos niños pero al menos ninguno está mirando a mi esposa.

—¿Yo? ¿Qué tendría que confesar? —intenta parecer inocente pero la conozco—. Nada ha pasado entre nosotros.

—Pero te gustaría... —insisto.

Mi hermana mayor hace una mueca.

—Es un niño, Jamie. Tiene tu edad.

—No lo soy, hermana. Acabo de casarme. —levanto la mano para mostrarle mi anillo—. Greg es bastante capaz de tomar decisiones como un adulto.

—Entonces, ¿No te importaría que salga con él?

Mierda. No estoy seguro de querer saber si Reynolds tiene sexo con mi hermana.

—Carajo, si me importa. Pero eres mi hermana y quiero que seas feliz, no quiero que dejes ir la oportunidad por mi.

Me mira fijamente por largos segundos, luego una sonrisa se extiende por sus labios.

—Tal vez tome tu consejo, querido Jimmy... James.

Me besa la mejilla y se aleja, porque ahora es el turno de la amiga de Phoebe, Jenny.

Y si ya estoy ayudando a uno de mis amigos, ¿Por qué no ayudar al otro?

—Hola. —su voz es un susurro.

—Hola. Es Jenny, ¿Verdad?

—Si.

Se acerca con temor y yo tomo sus manos, la acerco lo más que puedo pero la posición sigue resultando incómoda.

—Quiero agradecerte todo lo que haces por Phoebe, le es difícil hacer amigas. —comienzo, recordando un poco a Liam—. Me ha contado mucho sobre ti.

—¿Si? ¿Cómo qué?

—Que eres muy lista, y tu papá es el director de la escuela. Y sé que tienes una hermana mayor.

Mierda. La chica frunce los labios y su mirada se dirige inmediatamente a Ted.

—Supongo que también la conociste, ¿Phoebe lo sabe?

Carajo, lo aclaro antes de que termine mi noche de bodas durmiendo en el sofá.

—Si, Phoebe lo sabe porque yo acompañé a Ted en sus citas, pero no hice nada. —sus cejas también se fruncen en ese gesto de molestia—. Lo que estoy tratando de decir es que han pasado muchos años y las personas cambian.

Aparta la mirada de Ted.

—Mi hermana dice que los mujeriegos nunca cambian, y por lo que sé, Ted califica como uno.

Agh, carajo.

Hago lo único que se me ocurre, que es señalar a papá.

—¿Ves a ese hombre que parece estar unido a la cadera de mi madre? —ella sigue mi seña y los ubica conversando con los Kavanagh—. Es mi padre y él también era un mujeriego, según lo que me ha contado mi tío Brandon.

Que se mudó hace años a Florida con mi tía Penélope y mis primas.

—Bueno, tu mamá es hermosa, seguramente tu papá sabe que ella está fuera de su liga.

Cierto.

—Pero el punto es que ella le dió una oportunidad, ¿Cómo sabes que Ted no podría ser como mi papá?

La chica hace una mueca de labios apretados.

—¿Y luego darme cuenta que soy como las otras? No, gracias. Demasiado riesgo.

La canción termina y ella se aparta de mi, pero no se aleja. Apenas tengo tiempo para unas últimas palabras.

—Pero podrías no ser como las otras. —por el rabillo del ojo veo que Phoebe le hace una seña—. Solo digo que jamás lo vi tan interesado en alguien como lo veo contigo.

Un segundo después, mi esposa está a mi lado mirando entre nosotros.

—Nene, me llevaré a Jenny para un brindis de chicas, ¿Esta bien?

—Por supuesto.

Las mujeres se alejan a una mesa donde están nuestras madres y mis hermanas, así que yo también voy por mi brindis de chicos.

Ted ya está en la barra apurando su cuarto o quinto trago de whisky.

—Ve despacio con eso, no querrás ser arrestado en tu propia casa por ebriedad.

Mi amigo resopla antes de apurar el resto de su vaso.

—¿Qué más da? Esto es lo más cerca de Jenny que estaré y ella me ignora.

La mira por encima del hombro e intenta alcanzar la botella.

—Bueno, hablé con ella y en realidad no te está ignorando porque si. Tiene miedo. —eso capta la atención de mi amigo—. Miedo de ser solamente una novedad para ti, y que después de ella pases a la siguiente chica.

Encoge los hombros al tiempo que niega.

—¿Y que se supone que haga con eso? ¿Cómo lo arreglo?

—No lo sé. —y es la verdad, no soy el indicado para ayudarle—. Habla con alguna de mis hermanas, o con Phoebe pero dudo que te quiera ayudar a meterte en las bragas de su amiga.

Ted deja caer la cabeza dramáticamente contra la mesa.

—Si, ya. Ninguna de ellas me va a ayudar con Jenny, lo sé. Estoy jodido.

—Entonces habla con tu mamá. Si tus intenciones son tan buenas como dices, no deberías tener problema en convencerla. Cómo le dije a ella, si no lo intentas, no lo sabrás.

Teddy arquea una sola ceja.

—¿Cuándo carajos te volviste tan sabio?

Palmeo su espalda antes de ir a buscar a mi mujer.

—Cuando maduré.

.
.
.

2/3

vanejesu Hermosa, muchas felicidades en tu día. Espero que todos los deseos de tu corazón se cumplan ❤️✨

💙✨

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro