—¡Sueeeeeeeeeeeeeegra!

—¡Nueeeeeeeeeeeeeeera!

Eso no podía estar pasando. Toda esa situación era total, absolutamente irrisoria, estúpida y sin sentido, porque no era posible que su querida madre le hubiera pagado a una chica para que fuera su novia.

¿Cierto? ¿CIERTO?

Observó a la chica que pretendía ser su novia entrar a casa, yendo a abrazar a su mamá mientras ambas gritaban de la emoción, y estaba segura de que pronto se suicidaría.

—¿No te escogí una linda novia, Jennie? —dijo su mamá de pronto, dando vuelta a Lisa para que quedara frente a su hija.

Oh, mierda.

La muchacha frente an ella sonrió como si nada, mostrando todos sus dientes, arrugando su bonita nariz, y Kim sintió de pronto su rostro ruborizado.

No. No. Mil veces no.

—¡No! —chilló horrorizada—. ¡Mamá, ¿acaso le pagaste a esta chica para que sea mi novia?!

Su mamá la miró con una expresión obvia.

—¿Sabías que hay una página llamada unanoviaparamihijo.com? —dijo su mamá como si nada—. ¡Hubieras visto el catálogo, Jennie!

—¡Por Dios, mamá! —se giró hacia la desconocida—. ¡Devuélvele el dinero a mi madre!

—No se puede hacer reembolso —dijo Lisa de pronto, sin dejar de sonreír.

—¡No me importa! ¡No quiero una novia!

—Claro que quieres —replicó su progenitora cruzándose de brazos—. Es sólo que eres demasiado tímida para admitirlo. ¿Qué opinas de mi hija, Lisa? ¿No es linda?

—Es muy bonita, suegra —concedió la tailandesa antes de estirar su mano y apretar una mejilla de Jennie como si nada—. Es como un lindo gatito.

Jennie iba a cometer un asesinato pronto, y no le importaba ir a parar a la cárcel si con ello detenía todo ese circo. Pero primero, tendría que pensar en un buen lugar donde ocultar los cuerpos.

—¡Fuera de mi casa! —le ordenó a Lisa yendo a abrir la puerta.

—¡No puedes echarme, somos novias! —protestó esta.

—¡Mierda!

—¡El lenguaje, Jennie!

—¡No somos novias!

—¡Si lo somos, tu mamá me contrató por seis meses!

—¡Devuélvele el maldito dinero!

—¡Esa boca!

—¡No quiero una novia!

—¡Tu mamá me alquiló, así que lo soy!

—¡Vuelve a la caja de donde saliste, chu, chu!

—¡Jennie, no trates así a tu novia!

—¡OH, POR EL AMOR DE...! ¡¿QUÉ ESTÁS HACIENDO?! —se tensó inmediatamente cuando Lisa, sorpresivamente, la abrazó por el tórax y la apretó contra su cuerpo.

—Tenemos que arreglarnos, gatito, no peleemos en nuestro primer día de novias —dijo la menor como si nada.

Definitivamente cometería homicidio ese mismo día, para luego suicidarse dejando una nota donde explicaría sus motivos.

Respiró profundamente y estuvo a punto de chillar cuando Lisa se arrebujó más a su lado, escalofríos recorriendo su espina dorsal.

—Bien, entonces —trató de calmarse un poco—, mamá te pagó para que seas mi novia.

—Sí, cuchurrumina.

Rodó los ojos al escuchar el estúpido apodo, tratando de no lucir más avergonzada de lo que ya estaba.

—¿No hay forma de que le devuelvas el dinero a mi madre?

—No, la empresa no permite reembolsos.

Quería frotar su cabeza con irritación, pero debido al abrazo que Lisa le estaba dando, le resultaba imposible.

—Luego de seis meses, quiero que desaparezcas de mi vida.

—Prometido, capitana —se alejó un poco, sin dejar de sonreír—. ¿Te puedo hacer una pregunta, Jennie?

—¿Qué?

—¿Eres pasiva o activa?

—¡MAMÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁ!

¡Gracias por leer!
🌻